Enfrentamiento de Alfas (III)

David sonrió con esa mezcla de arrogancia y vulnerabilidad que solo él sabía conjugar. Sabía que era cuestión de tiempo antes de que Amira entendiera el verdadero significado del anillo. Pero por ahora, estaba dispuesto a esperar, porque, en el fondo, él también disfrutaba del juego.

—Sabes que siempre será tuyo —murmuró, apenas audible, pero lo suficientemente claro para que sólo ella lo escuchara.

Pero no fue solo Amira la única que la escucho. Esa frase hiso que Harry se pusiera alerta y David supo que el Sr. Wood era otro Alfa, no como él, pero fuerte también y si bien Amira no era su destinada, tanto el hombre como su lobo estaban alucinando con ella. David captó inmediatamente el cambio en el ambiente. La mirada de Harry Wood se endureció, su cuerpo se tensó casi imperceptiblemente. No era solo una reacción humana; su instinto alfa se activaba al percibir la energía de otro lobo en la sala. David pudo sentir cómo el lobo interior de Harry, aunque no destinado a Amira, estaba claramente fascinado por ella. Eso no le sorprendía; Amira poseía una energía magnética que atraía tanto a los hombres como a los lobos, pero para David, ella era suya en un sentido mucho más profundo.

David enderezó su postura, su mirada dorada volviéndose fría y calculadora mientras observaba a Harry con más detalle. No era un Alfa de su nivel, pero era lo suficientemente fuerte como para representar una amenaza, sobre todo si el lobo de Harry no controlaba bien su instinto. Zeus gruñó internamente, molesto por la audacia de otro alfa mostrando interés en su Luna.

—¿Todo bien, Sr. Wood? —preguntó David con una calma tensa, como si no acabara de notar el cambio en la dinámica.

Harry, que también era un hombre astuto, sonrió de forma forzada, intentando recuperar la compostura. Era evidente que no quería provocar un enfrentamiento abierto, pero no podía evitar sentir la presencia dominante de David, quien claramente estaba marcando su territorio sin necesidad de palabras.

—Todo perfecto, Sr. Stone. Solo estoy disfrutando de una excelente compañía y una conversación fascinante —respondió Harry, tratando de sonar casual, pero David no se dejaba engañar.

Ronny, siempre atento a los matices, notó la tensión en el aire y miró a Amira con una mezcla de curiosidad y preocupación. Ella, por su parte, sentía la intensidad de ambas presencias masculinas, pero su instinto y corazón la atraían más hacia David, aunque todavía no lo entendía del todo.

David dio un paso más cerca de Amira, no lo suficiente para que fuera obvio, pero sí lo bastante como para que Harry lo notara. Sus ojos se encontraron con los de Wood, y en ese momento, el mensaje quedó claro: Amira no estaba disponible, no para él ni para nadie más.

—Deberíamos seguir disfrutando de la noche —sugirió David, su voz calmada, pero con un filo subyacente que solo otro alfa podría percibir.

Harry asintió, consciente de que había entrado en un terreno que no le pertenecía. Aun así, su lobo seguía intranquilo, al igual que él.

Amira, con su habitual habilidad para manejar situaciones tensas, sonrió con naturalidad mientras introducía a ambos hombres.

—Sr. Stone —dijo, dirigiéndose a David con una sonrisa tranquila—, él es Ronny, mi abogado y socio en La Firma. Y bueno, parece que ya conoce al Sr. Wood —añadió con una mirada directa hacia Harry, sin perder su compostura.

—El Sr. Stone y sus empresas son nuestra próxima parada luego de que ajustemos algunos detalles —continuó Amira, tomando el control de la conversación con un toque suave pero firme. Su intención era clara: desviar la tensión entre los dos hombres y regresar a un terreno profesional, aunque su corazón latía aceleradamente bajo la mirada intensa de David.

David miró a Ronny y extendió su mano en un gesto de saludo, su mirada rápida y afilada, midiendo al hombre que Amira consideraba su aliado más cercano. Luego se volvió hacia Harry, inclinando apenas la cabeza en un gesto educado pero distante.

—Un placer conocerlo, Ronny —respondió David, su tono profesional, aunque todavía había una corriente de posesividad en su voz cuando su mirada se desvió momentáneamente hacia Amira.

Ronny, quien siempre había sido rápido para captar los cambios de humor de Amira, sintió la sutil tensión que se cocía debajo de la superficie. Sin embargo, decidió seguirle el juego, sonriendo cordialmente mientras estrechaba la mano de David.

—El placer es mío, Sr. Stone. He oído hablar mucho de usted, y estoy seguro de que nuestros negocios futuros serán fructíferos para ambas partes —respondió Ronny, intentando mantener el ambiente cordial.

Harry, por su parte, asintió educadamente, pero algo en sus ojos delataba la incomodidad que sentía ante la presencia dominante de David. Aunque trató de mantenerse neutral, el aura de David dejaba claro que cualquier tipo de acercamiento o interés hacia Amira no sería tolerado.

Amira, sintiendo que había logrado suavizar la situación, tomó una respiración profunda,  consciente aún de la intensidad que flotaba en el aire. Aunque la tensión había disminuido un poco, sabía que entre esos dos “hombres”, la batalla aún no había terminado del todo.

Amira, con una sonrisa astuta y elocuente, lanzó la invitación al aire, mirando a ambos hombres con confianza, esperando sus respuestas.

—Sr. Stone, mi amigo y nuevo socio, el Sr. Wood, nos ha hecho una invitación a bailar en una de las mejores discotecas de salsa de la zona. Y, como veo que en aquella mesa se encuentran los Smith —dijo, señalando a Vanessa y Román—, imagino que no tendrán problemas en acompañarnos, ¿verdad? —terminó, con una chispa en los ojos, esperando ver cómo ambos hombres reaccionaban.

David, quien hasta ahora había mantenido su compostura tensa, dejó escapar una sonrisa ladina. La idea de compartir más tiempo con Amira, incluso en un entorno social, parecía atraerle. Pero la mención de Harry, y el hecho de que fuese su "nuevo socio", añadía una capa extra de territorialidad a su mente.

—Por supuesto, Amira. Será un placer acompañarlos. A Román y Vanessa les encantará la idea también —dijo David, lanzando una mirada rápida hacia la mesa de los Smith, quienes respondieron con un gesto de asentimiento entusiasta.

Harry, aunque un poco más desconcertado por la inclusión de David en la velada, intentó mantener la compostura. No estaba dispuesto a dejar que su oportunidad de estar más cerca de Amira se desvaneciera, aunque sabía que la presencia de David haría que las cosas fueran más complicadas.

—Una excelente idea, Amira. Estoy seguro de que será una noche interesante —respondió Harry, tratando de sonar casual, aunque la tensión en su voz era palpable.

Ronny, por su parte, observaba la escena con una sonrisa contenida, disfrutando del sutil enferntamiento de Alfas y de poder que se desarrollaba frente a él. Sabía que Amira era perfectamente capaz de manejar a ambos hombres, pero no podía evitar sentirse un poco entretenido por la situación.

—Bueno, parece que la noche apenas comienza —añadió Ronny, levantando una ceja en dirección a Amira, antes de dirigir una sonrisa afable tanto a David como a Harry.

Amira asintió, satisfecha de haber logrado mantener el control de la situación, al menos por el momento. Sabía que la noche sería un delicado juego de equilibrio entre esos dos hombres, y estaba lista para bailar, en más de un sentido.

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