David sonrió con esa mezcla de arrogancia y vulnerabilidad que solo él sabía conjugar. Sabía que era cuestión de tiempo antes de que Amira entendiera el verdadero significado del anillo. Pero por ahora, estaba dispuesto a esperar, porque, en el fondo, él también disfrutaba del juego.
—Sabes que siempre será tuyo —murmuró, apenas audible, pero lo suficientemente claro para que sólo ella lo escuchara.
Pero no fue solo Amira la única que la escucho. Esa frase hiso que Harry se pusiera alerta y David supo que el Sr. Wood era otro Alfa, no como él, pero fuerte también y si bien Amira no era su destinada, tanto el hombre como su lobo estaban alucinando con ella. David captó inmediatamente el cambio en el ambiente. La mirada de Harry Wood se endureció, su cuerpo se tensó casi imperceptiblemente. No era solo una reacción humana; su instinto alfa se activaba al percibir la energía de otro lobo en la sala. David pudo sentir cómo el lobo interior de Harry, aunque no destinado a Amira, estaba claramente fascinado por ella. Eso no le sorprendía; Amira poseía una energía magnética que atraía tanto a los hombres como a los lobos, pero para David, ella era suya en un sentido mucho más profundo.
David enderezó su postura, su mirada dorada volviéndose fría y calculadora mientras observaba a Harry con más detalle. No era un Alfa de su nivel, pero era lo suficientemente fuerte como para representar una amenaza, sobre todo si el lobo de Harry no controlaba bien su instinto. Zeus gruñó internamente, molesto por la audacia de otro alfa mostrando interés en su Luna.
—¿Todo bien, Sr. Wood? —preguntó David con una calma tensa, como si no acabara de notar el cambio en la dinámica.
Harry, que también era un hombre astuto, sonrió de forma forzada, intentando recuperar la compostura. Era evidente que no quería provocar un enfrentamiento abierto, pero no podía evitar sentir la presencia dominante de David, quien claramente estaba marcando su territorio sin necesidad de palabras.
—Todo perfecto, Sr. Stone. Solo estoy disfrutando de una excelente compañía y una conversación fascinante —respondió Harry, tratando de sonar casual, pero David no se dejaba engañar.
Ronny, siempre atento a los matices, notó la tensión en el aire y miró a Amira con una mezcla de curiosidad y preocupación. Ella, por su parte, sentía la intensidad de ambas presencias masculinas, pero su instinto y corazón la atraían más hacia David, aunque todavía no lo entendía del todo.
David dio un paso más cerca de Amira, no lo suficiente para que fuera obvio, pero sí lo bastante como para que Harry lo notara. Sus ojos se encontraron con los de Wood, y en ese momento, el mensaje quedó claro: Amira no estaba disponible, no para él ni para nadie más.
—Deberíamos seguir disfrutando de la noche —sugirió David, su voz calmada, pero con un filo subyacente que solo otro alfa podría percibir.
Harry asintió, consciente de que había entrado en un terreno que no le pertenecía. Aun así, su lobo seguía intranquilo, al igual que él.
Amira, con su habitual habilidad para manejar situaciones tensas, sonrió con naturalidad mientras introducía a ambos hombres.
—Sr. Stone —dijo, dirigiéndose a David con una sonrisa tranquila—, él es Ronny, mi abogado y socio en La Firma. Y bueno, parece que ya conoce al Sr. Wood —añadió con una mirada directa hacia Harry, sin perder su compostura.
—El Sr. Stone y sus empresas son nuestra próxima parada luego de que ajustemos algunos detalles —continuó Amira, tomando el control de la conversación con un toque suave pero firme. Su intención era clara: desviar la tensión entre los dos hombres y regresar a un terreno profesional, aunque su corazón latía aceleradamente bajo la mirada intensa de David.
David miró a Ronny y extendió su mano en un gesto de saludo, su mirada rápida y afilada, midiendo al hombre que Amira consideraba su aliado más cercano. Luego se volvió hacia Harry, inclinando apenas la cabeza en un gesto educado pero distante.
—Un placer conocerlo, Ronny —respondió David, su tono profesional, aunque todavía había una corriente de posesividad en su voz cuando su mirada se desvió momentáneamente hacia Amira.
Ronny, quien siempre había sido rápido para captar los cambios de humor de Amira, sintió la sutil tensión que se cocía debajo de la superficie. Sin embargo, decidió seguirle el juego, sonriendo cordialmente mientras estrechaba la mano de David.
—El placer es mío, Sr. Stone. He oído hablar mucho de usted, y estoy seguro de que nuestros negocios futuros serán fructíferos para ambas partes —respondió Ronny, intentando mantener el ambiente cordial.
Harry, por su parte, asintió educadamente, pero algo en sus ojos delataba la incomodidad que sentía ante la presencia dominante de David. Aunque trató de mantenerse neutral, el aura de David dejaba claro que cualquier tipo de acercamiento o interés hacia Amira no sería tolerado.
Amira, sintiendo que había logrado suavizar la situación, tomó una respiración profunda, consciente aún de la intensidad que flotaba en el aire. Aunque la tensión había disminuido un poco, sabía que entre esos dos “hombres”, la batalla aún no había terminado del todo.
Amira, con una sonrisa astuta y elocuente, lanzó la invitación al aire, mirando a ambos hombres con confianza, esperando sus respuestas.
—Sr. Stone, mi amigo y nuevo socio, el Sr. Wood, nos ha hecho una invitación a bailar en una de las mejores discotecas de salsa de la zona. Y, como veo que en aquella mesa se encuentran los Smith —dijo, señalando a Vanessa y Román—, imagino que no tendrán problemas en acompañarnos, ¿verdad? —terminó, con una chispa en los ojos, esperando ver cómo ambos hombres reaccionaban.
David, quien hasta ahora había mantenido su compostura tensa, dejó escapar una sonrisa ladina. La idea de compartir más tiempo con Amira, incluso en un entorno social, parecía atraerle. Pero la mención de Harry, y el hecho de que fuese su "nuevo socio", añadía una capa extra de territorialidad a su mente.
—Por supuesto, Amira. Será un placer acompañarlos. A Román y Vanessa les encantará la idea también —dijo David, lanzando una mirada rápida hacia la mesa de los Smith, quienes respondieron con un gesto de asentimiento entusiasta.
Harry, aunque un poco más desconcertado por la inclusión de David en la velada, intentó mantener la compostura. No estaba dispuesto a dejar que su oportunidad de estar más cerca de Amira se desvaneciera, aunque sabía que la presencia de David haría que las cosas fueran más complicadas.
—Una excelente idea, Amira. Estoy seguro de que será una noche interesante —respondió Harry, tratando de sonar casual, aunque la tensión en su voz era palpable.
Ronny, por su parte, observaba la escena con una sonrisa contenida, disfrutando del sutil enferntamiento de Alfas y de poder que se desarrollaba frente a él. Sabía que Amira era perfectamente capaz de manejar a ambos hombres, pero no podía evitar sentirse un poco entretenido por la situación.
—Bueno, parece que la noche apenas comienza —añadió Ronny, levantando una ceja en dirección a Amira, antes de dirigir una sonrisa afable tanto a David como a Harry.
Amira asintió, satisfecha de haber logrado mantener el control de la situación, al menos por el momento. Sabía que la noche sería un delicado juego de equilibrio entre esos dos hombres, y estaba lista para bailar, en más de un sentido.
La emoción en la mesa se volvió palpable cuando Ronny preguntó dónde irían a bailar.—Salsa Mia —respondió Harry, con algo de escepticismo—. Dicen que es la mejor.Para sorpresa de David y Harry, Amira y Ronny coincidieron en un sonoro "¡Sí!", casi como dos adolescentes entusiasmados por una noche de fiesta. La energía era contagiosa, y David sintió un impulso de ser parte de esa alegría.—Bueno, entonces, parece que tenemos un plan —dijo David, intentando mantener la seriedad a pesar de la diversión que estaba empezando a emerger dentro de él.Harry, aunque un poco desconcertado por la unión casi instantánea de Amira y Ronny, decidió seguir el juego. La noche se volvía cada vez más interesante, y la idea de ver a Amira bailando lo llenaba de una mezcla de admiración y deseo.—Perfec
La pista de baile se llenó de energía, y todos los ojos estaban en ellos. Amira, con su vestido de un solo hombro y su cabello suelto, brillaba. Y David, con su encanto natural, era imposible de ignorar. La química entre ellos era palpable, y la forma en que se miraban hacía que el resto del mundo desapareciera.—¿Te gustaría bailar un poco más? —le preguntó David, su voz más profunda por la emoción.Amira asintió, sintiendo que la noche apenas comenzaba. Con cada acorde, se acercaban más el uno al otro, disfrutando no solo de la música, sino también de la promesa de lo que podría venir.Cuando, "Qué manera de quererte" llenó el aire, la música cubana envolvió la pista de baile. David, sintiendo cada nota, se entregó completamente al ritmo, moviéndose con Amira de manera sincronizada. Era como si cada acor
Al llegar a su departamento, Amira abrió la puerta y lo invitó a pasar. La vista desde su balcón era impresionante: la ciudad iluminada brillaba como un océano de estrellas. David se acercó a la barandilla, maravillado por la belleza del lugar, pero su atención rápidamente se desvió hacia Amira, que lo observaba con una mezcla de nerviosismo y expectativa.—Eres hermosa, —dijo él, sin apartar la vista de ella.—No tanto como tú, —respondió Amira, dando un paso más cerca, restando el espacio entre ellos.David se giró hacia ella, su corazón latiendo con fuerza. —¿Sabes? Desde el momento en que te vi, supe que había algo especial entre nosotros.Amira sintió que una chispa de electricidad recorría su piel. Era el momento perfecto, y aunque la tensión era palpable, también había una t
El juego de seducción se intensificó mientras él la miraba a los ojos, lleno de deseo y determinación. Amira sintió que cada parte de ella respondía a su cercanía, y no había marcha atrás. Estaba lista para descubrir hasta dónde los llevaría esa noche.Amira siguió en su juego pasando sus uñas por el torso de Davis una vez que le quitó la camisa, quería gravar en su mente ese abdomen tipo tableta de chocolate blanco y eso pectorales de piedra, fue tanta su excitación que en un momento en que lo besaba mordió con fuerza su cuello. Él sintió un escalofrío recorrer su cuerpo cuando Amira lo mordió, la combinación de dolor y placer lo dejó aturdido y aún más ansioso. Su instinto alfa se activó, y sintió que la energía entre ellos se disparaba.—Esa fue una jugada arriesgada,
Sentir a David dentro de ella hizo que Amira se descontrolara y comenzara a mover sus caderas con frenesí, quería más, toda su polla dentro de ella,- si papi así todo métela toda, me gustas David, -, él alucinaba escuchándola hablar en español en sus momentos más íntimos, y la envestía con más fuerza y pasión, -Amira, Amira, -repetía su nombre con su vos ronca en cada movimiento,-si mi Alfa así- dijo ella, -esa frase que hacía alusión al sobre nombre de David en los negocios, provocó en él una excitación tal que por un momento sus ojo se enrojecieron y sus colmillos hicieron por salir. Justo en ese momento, David, salió de ella, y Amira gruñó, por el vacío que él dejo.David, la volteó, poniéndola en cuatro puntos, para seguir sus envestidas de manera circular, provocando que Amira gritara
David y Amira despertaron abrasados cuando el sol ya estaba en lo alto del cielo. Una sonrisa de satisfacción brillaba en sus rostros. David, safo suavemente la cadena del cuello de Amira y sacó el anillo volviéndolo a poner en su dedo, y con un beso en la mano y luego en sus labios le dijo, -no te lo vuelvas a quitar y si alguien te pregunta por él, por favor dile que tu novio David Stone te lo dio.Amira sonrió con ternura al sentir el anillo de nuevo en su dedo, y sus ojos se encontraron con los de David, cargados de promesas silenciosas. A pesar de lo rápido que todo había sucedido, algo en el gesto de él la hizo sentir segura, como si fuera el lugar al que siempre perteneció. Se acercó a él y, con un susurro suave pero firme, respondió:—David Stone, mi novio... —repitió con una leve risa, jugueteando con el anillo—. No suena nada mal, ¿sabes? Pero,
David sonrió al escuchar la curiosidad en la voz de Amira. Sabía que, a pesar de lo inusual que podría parecer para ella, su mundo ya había comenzado a mezclarse con el de los lobos.—Se llama Zeus —respondió, su tono era suave, pero con una pizca de orgullo—. Es fuerte y poderoso, protector, y también muy testarudo. —se rió un poco al decir esto último—. Es de un color n***o intenso, como una noche sin estrella ni luna. Sus ojos son rojos brillantes.Amira lo miró fascinada, tratando de imaginar lo que él describía.—¿Puedo... conocerlo? —preguntó ella, un poco nerviosa, pero intrigada.David la miró a los ojos, sus dedos jugando suavemente con su cabello.—Zeus está aquí, dentro de mí, siempre. Pero no es el momento de que salga para ti, aunque él te conoce y te amó de
Esa noche, sin saberlo, la unión de Amira y David desató una fuerza ancestral que resonó en toda la manada Luna Dorada. El vínculo entre el Alfa y su Luna estaba sellado, y esa energía poderosa viajó por el territorio de la manada, alineando los destinos de todos sus miembros. Lo que antes había sido un estancamiento de dos siglos, donde la manada no había conocido el nacimiento de nuevos lobos, cambió en un solo instante.El sello de poder que David portaba como Alfa se expandió de forma súbita e imponente, irradiando su fuerza ancestral como un eco que resonó a lo largo y ancho del territorio de la manada Luna Dorada. La energía se sintió primero como un calor sutil, apenas perceptible, pero pronto comenzó a intensificarse, envolviendo a cada lobo con una oleada de poder que no solo avivó su instinto primario, sino que los conectó a una fuente de energ&iacu