David y Amira despertaron abrasados cuando el sol ya estaba en lo alto del cielo. Una sonrisa de satisfacción brillaba en sus rostros. David, safo suavemente la cadena del cuello de Amira y sacó el anillo volviéndolo a poner en su dedo, y con un beso en la mano y luego en sus labios le dijo, -no te lo vuelvas a quitar y si alguien te pregunta por él, por favor dile que tu novio David Stone te lo dio.
Amira sonrió con ternura al sentir el anillo de nuevo en su dedo, y sus ojos se encontraron con los de David, cargados de promesas silenciosas. A pesar de lo rápido que todo había sucedido, algo en el gesto de él la hizo sentir segura, como si fuera el lugar al que siempre perteneció. Se acercó a él y, con un susurro suave pero firme, respondió:
—David Stone, mi novio... —repitió con una leve risa, jugueteando con el anillo—. No suena nada mal, ¿sabes? Pero, ¿estás seguro de que puedes manejar a una mujer como yo? —bromeó, mientras lo miraba con picardía.
David soltó una risa grave y profunda, abrazándola con fuerza y atrayéndola más cerca de él. Le acarició el rostro suavemente, sus ojos dorados brillando con intensidad.
—No tengo dudas, mi Luna. Puedo manejarlo todo... y más.
Ambos compartieron una mirada cómplice, sabiendo que el viaje juntos apenas comenzaba.
Amira lo miró y lo besó suavemente, y en broma dijo: - ¿Soy tu Luna? … ¿Eres acaso un lobo como en las novelas de ficción? - Él la miró intensamente, sus ojos dorados brillando con una mezcla de ternura y gravedad. Sabía que llegaría el momento en que tendría que explicarle la verdad, pero no estaba seguro de cómo reaccionaría ella. Acarició suavemente su rostro mientras respondía con una voz profunda, pero honesta:
—Amira, hay cosas sobre mí que no son tan fáciles de entender... —hizo una pausa, midiendo sus palabras—. Sí, soy algo más de lo que aparento ser, y lo que sientes conmigo, lo que hemos experimentado, no es solo casualidad. En mi mundo, la "Luna" es algo más que un título... es una conexión sagrada entre almas.
Amira lo observaba, procesando lo que acababa de escuchar. No parecía tan sorprendida como David había imaginado, lo que lo animó a continuar.
—No soy solo un hombre de negocios, soy un lobo... como en esas novelas de ficción que mencionas, pero esto es muy real. —David tomó aire, dejando que sus palabras cayeran con peso—. Tú eres mi Luna, mi compañera destinada. El vínculo que siento contigo es más profundo de lo que puedes imaginar.
Amira lo miró por un momento, sus labios entreabiertos como si quisiera decir algo, pero se quedó en silencio, dejándose envolver por la magnitud de lo que David acababa de confesar.
-Cómo eres humana, para ti el vínculo no es igual, aunque si está, sólo que la intensidad es diferente, yo soy irresistible para ti. Por eso me tocó enamorarte y conquistarte y aunque ha sido en muy poco tiempo eso hiso que yo me enamorara más de ti. Por eso no dudes cuando te digo que te amo Amira, y esperaré, paciente a que tú también me ames, sé que voy a lograrlo. Amira lo miró a los ojos, sintiendo una mezcla de sorpresa y una extraña calma. Las palabras de David resonaban en lo más profundo de su ser, y aunque la idea de que él fuera un lobo como en las novelas de fantasía parecía increíble, algo en su interior la impulsaba a confiar en él.
—David... —dijo suavemente, su voz apenas un susurro—, no sé si entiendo todo lo que me estás diciendo, pero sé que lo que siento cuando estoy contigo es real. Es como si todo lo que conocía hasta ahora se hubiera puesto patas arriba.
Él sonrió con ternura, acariciando su mejilla con el pulgar.
—No tienes que entenderlo todo ahora, Ami. —Su tono era suave, pero cargado de sinceridad—. Para mí, este vínculo es algo que va más allá de lo que puedo explicar. Pero sé que, aunque tú eres humana y no sientes esta conexión de la misma manera, quiero que sepas que lo que siento por ti es tan fuerte y tan profundo como para esperar el tiempo que sea necesario.
Amira dejó que sus dedos recorrieran la mandíbula de David, la textura de su piel cálida bajo su toque.
—Has conseguido más de lo que imaginas en tan poco tiempo... —dijo, sus labios esbozando una sonrisa que reflejaba sus emociones—. Pero no te atrevas a dudar de mí. Si he llegado hasta aquí, no es porque sea fácil de enamorar, sino porque tú has hecho que quiera conocer cada parte de ti. No estoy lista para decir las mismas palabras, pero... siento algo muy fuerte por ti, David.
David la abrazó con ternura, acercándola a su pecho, su lobo, Zeus, rugiendo de satisfacción en su mente. Sabía que estaba un paso más cerca de conquistarla por completo, y estaba dispuesto a esperar lo que hiciera falta.
—No te preocupes, mi Luna. Yo esperaré —le susurró—. Sé que te voy a enamorar por completo, como te dije soy irresistible para ti, - agregó con una sonrisa de suficiencia.
Amira fue más osada esta vez preguntando- David. ¿Cómo...cómo se llama tu lobo, puedo conocerlo, de qué color es?
David sonrió al escuchar la curiosidad en la voz de Amira. Sabía que, a pesar de lo inusual que podría parecer para ella, su mundo ya había comenzado a mezclarse con el de los lobos.—Se llama Zeus —respondió, su tono era suave, pero con una pizca de orgullo—. Es fuerte y poderoso, protector, y también muy testarudo. —se rió un poco al decir esto último—. Es de un color n***o intenso, como una noche sin estrella ni luna. Sus ojos son rojos brillantes.Amira lo miró fascinada, tratando de imaginar lo que él describía.—¿Puedo... conocerlo? —preguntó ella, un poco nerviosa, pero intrigada.David la miró a los ojos, sus dedos jugando suavemente con su cabello.—Zeus está aquí, dentro de mí, siempre. Pero no es el momento de que salga para ti, aunque él te conoce y te amó de
Esa noche, sin saberlo, la unión de Amira y David desató una fuerza ancestral que resonó en toda la manada Luna Dorada. El vínculo entre el Alfa y su Luna estaba sellado, y esa energía poderosa viajó por el territorio de la manada, alineando los destinos de todos sus miembros. Lo que antes había sido un estancamiento de dos siglos, donde la manada no había conocido el nacimiento de nuevos lobos, cambió en un solo instante.El sello de poder que David portaba como Alfa se expandió de forma súbita e imponente, irradiando su fuerza ancestral como un eco que resonó a lo largo y ancho del territorio de la manada Luna Dorada. La energía se sintió primero como un calor sutil, apenas perceptible, pero pronto comenzó a intensificarse, envolviendo a cada lobo con una oleada de poder que no solo avivó su instinto primario, sino que los conectó a una fuente de energ&iacu
David sonrió al ver la curiosidad brillando en los ojos de Amira. Era un contraste adorable verla así, tan intrigada como una niña escuchando un cuento fantástico, y él disfrutaba cada segundo de su atención.—La marca, mi Luna —dijo suavemente, acariciando con ternura, el lugar donde iba su maraca en la clavícula de Amira—, es visible para todos, pero se manifiesta de manera diferente dependiendo de quién la mire. Para los humanos, podría parecer un tatuaje delicado, casi como si tu piel hubiera sido besada por una tinta antigua y mágica. Un diseño que refleja quién eres, pero que nadie más entendería.Hizo una pausa, su mirada recorriendo la piel de Amira, imaginando cómo se vería su marca en ella.—Para los lobos, sin embargo —continuó—, será mucho más que eso. Verán la marca como un s&
Amira lo miraba en silencio, procesando la magnitud de lo que David le estaba explicando. Lo que antes parecía un cuento de fantasía se estaba transformando en una realidad palpable, una responsabilidad que no imaginaba asumir, pero que, de alguna manera, le emocionaba.—¿Y cómo hago eso? —preguntó, con una mezcla de curiosidad y asombro—. ¿Cómo me convierto en esa Luna que tú y la manada necesitan?David sonrió suavemente, acariciando su mejilla.—Ya lo eres. Desde el momento en que entraste en mi vida, sentí que algo en el equilibrio comenzaba a restaurarse. La manada lo siente también, aunque aún no lo sepan. Lo que has traído no es solo el deseo de estar a mi lado, sino un poder más profundo, uno que ya está despertando en ti. Ser mi Luna no es algo que se aprende, es algo que se siente, que se vive. Y cuando llegue el momento, tod
David y Amira pasaron juntos el domingo, prácticamente sin salir de la cama, pidieron comida a domicilio y David, se comunicó con el hotel para que enviaran sus maletas a la dirección de Amira, su dinámica de pareja no necesitó adaptación, todas las piezas encajaron a la medida, tenían una conexión profunda que iba más allá de lo físico, haciendo que su relación fluya de manera natural y sin complicaciones. Lo que llenaba de felicidad a Amira.Pero como hasta en el Paraíso se rompe de vez en cuando un plato, el lunes en la mañana cuando Amira se tomó un tiempo para leer la propuesta de ALFA CORPORATION S.A., aprovechando que David aun dormía, descubrió que la oferta era para comprar su empresa, no para hacer negocios juntos, si bien el valor de adquisición era muy generoso, para ella era como tirar todo su trabajo de años a la basura, porque al
David la miró con intensidad, sintiendo que su corazón latía con fuerza.—Tus deseos son órdenes, mi Luna —respondió con una voz grave, debido a su propio deseo.La conexión entre ellos era palpable, y cada palabra que pronunciaban parecía cargada de deseo y promesas. David que ya estaba duro, por la excitación que le provocó "negociar" con Amira de esa manera, y el hecho de que ella estuviera sentada sobre él, sólo tuvo que quitarse su short con cuidado para que Amira no se callera, tampoco quería que se bajara de encima de él.Su polla dura, revotó con el gesto y Amira que literalmente sólo tenía puesto un pequeño camisón de seda y encaje con tirantes finos, se sentó sobre ella engulléndola totalmente, comenzó a mover sus caderas de forma rítmica, David le quitó el camisón quedando a
Luego de que Amira recuperara la cordura nuevamente algo en su cabeza hizo clic David, le había hablado en perfecto español cada vez que habían hecho el amor, y sin acento.-Titi, anoche me hablaste en perfecto español y ahora cuando me hiciste el amor otra vez. ¿Cómo así?David sonrió con picardía al escuchar la pregunta de Amira. Sabía que eventualmente tendría que explicar ese detalle, pero había disfrutado de mantener el misterio.—Bueno, mi Luna, creo que no puedo ocultarlo más. —dijo mientras le acariciaba suavemente el rostro—. Viajé bastante por América Latina en los últimos 50 años, y siempre me atrajo el español. Es un idioma tan apasionado... Y si me preguntas, creo que me preparé sin saberlo para conocerte.Amira arqueó una ceja, sorprendida y a la vez intrigada.&
Amira:—Hola, Ronny, buenos días —saludé con una sonrisa mientras entraba a la oficina.Ronny, levantando una ceja y con un tono lleno de ironía, me respondió:—Mira quién apareció, la señorita desaparecida, que no contesta el teléfono ni se digna a venir por aquí.me rió suavemente, ya estoy acostumbrada al humor sarcástico de mi amigo.—Sí, Ronny, yo también te quiero y me preocupo por ti —respondí en el mismo tono, acercándome a él—. Pero ya estoy aquí, ¿verdad? Así que cuéntame, ¿cómo va todo por aquí sin mí?Ronny me miró con una mezcla de reproche fingido y diversión, dejando escapar un suspiro exagerado.-Mejor dime ¿Cómo fue tu fin de semana con el grandulón del Sr. Stone, que dicho sea