12- ¿Soy tu Luna?

David y Amira despertaron abrasados cuando el sol ya estaba en lo alto del cielo. Una sonrisa de satisfacción brillaba en sus rostros. David, safo suavemente la cadena del cuello de Amira y sacó el anillo volviéndolo a poner en su dedo, y con un beso en la mano y luego en sus labios le dijo, -no te lo vuelvas a quitar y si alguien te pregunta por él, por favor dile que tu novio David Stone te lo dio.

Amira sonrió con ternura al sentir el anillo de nuevo en su dedo, y sus ojos se encontraron con los de David, cargados de promesas silenciosas. A pesar de lo rápido que todo había sucedido, algo en el gesto de él la hizo sentir segura, como si fuera el lugar al que siempre perteneció. Se acercó a él y, con un susurro suave pero firme, respondió:

—David Stone, mi novio... —repitió con una leve risa, jugueteando con el anillo—. No suena nada mal, ¿sabes? Pero, ¿estás seguro de que puedes manejar a una mujer como yo? —bromeó, mientras lo miraba con picardía.

David soltó una risa grave y profunda, abrazándola con fuerza y atrayéndola más cerca de él. Le acarició el rostro suavemente, sus ojos dorados brillando con intensidad.

—No tengo dudas, mi Luna. Puedo manejarlo todo... y más.

Ambos compartieron una mirada cómplice, sabiendo que el viaje juntos apenas comenzaba.

Amira lo miró y lo besó suavemente, y en broma dijo: - ¿Soy tu Luna? … ¿Eres acaso un lobo como en las novelas de ficción? - Él la miró intensamente, sus ojos dorados brillando con una mezcla de ternura y gravedad. Sabía que llegaría el momento en que tendría que explicarle la verdad, pero no estaba seguro de cómo reaccionaría ella. Acarició suavemente su rostro mientras respondía con una voz profunda, pero honesta:

—Amira, hay cosas sobre mí que no son tan fáciles de entender... —hizo una pausa, midiendo sus palabras—. Sí, soy algo más de lo que aparento ser, y lo que sientes conmigo, lo que hemos experimentado, no es solo casualidad. En mi mundo, la "Luna" es algo más que un título... es una conexión sagrada entre almas.

Amira lo observaba, procesando lo que acababa de escuchar. No parecía tan sorprendida como David había imaginado, lo que lo animó a continuar.

—No soy solo un hombre de negocios, soy un lobo... como en esas novelas de ficción que mencionas, pero esto es muy real. —David tomó aire, dejando que sus palabras cayeran con peso—. Tú eres mi Luna, mi compañera destinada. El vínculo que siento contigo es más profundo de lo que puedes imaginar.

Amira lo miró por un momento, sus labios entreabiertos como si quisiera decir algo, pero se quedó en silencio, dejándose envolver por la magnitud de lo que David acababa de confesar.

-Cómo eres humana, para ti el vínculo no es igual, aunque si está, sólo que la intensidad es diferente, yo soy irresistible para ti. Por eso me tocó enamorarte y conquistarte y aunque ha sido en muy poco tiempo eso hiso que yo me enamorara más de ti. Por eso no dudes cuando te digo que te amo Amira, y esperaré, paciente a que tú también me ames, sé que voy a lograrlo. Amira lo miró a los ojos, sintiendo una mezcla de sorpresa y una extraña calma. Las palabras de David resonaban en lo más profundo de su ser, y aunque la idea de que él fuera un lobo como en las novelas de fantasía parecía increíble, algo en su interior la impulsaba a confiar en él.

—David... —dijo suavemente, su voz apenas un susurro—, no sé si entiendo todo lo que me estás diciendo, pero sé que lo que siento cuando estoy contigo es real. Es como si todo lo que conocía hasta ahora se hubiera puesto patas arriba.

Él sonrió con ternura, acariciando su mejilla con el pulgar.

—No tienes que entenderlo todo ahora, Ami. —Su tono era suave, pero cargado de sinceridad—. Para mí, este vínculo es algo que va más allá de lo que puedo explicar. Pero sé que, aunque tú eres humana y no sientes esta conexión de la misma manera, quiero que sepas que lo que siento por ti es tan fuerte y tan profundo como para esperar el tiempo que sea necesario.

Amira dejó que sus dedos recorrieran la mandíbula de David, la textura de su piel cálida bajo su toque.

—Has conseguido más de lo que imaginas en tan poco tiempo... —dijo, sus labios esbozando una sonrisa que reflejaba sus emociones—. Pero no te atrevas a dudar de mí. Si he llegado hasta aquí, no es porque sea fácil de enamorar, sino porque tú has hecho que quiera conocer cada parte de ti. No estoy lista para decir las mismas palabras, pero... siento algo muy fuerte por ti, David.

David la abrazó con ternura, acercándola a su pecho, su lobo, Zeus, rugiendo de satisfacción en su mente. Sabía que estaba un paso más cerca de conquistarla por completo, y estaba dispuesto a esperar lo que hiciera falta.

—No te preocupes, mi Luna. Yo esperaré —le susurró—. Sé que te voy a enamorar por completo, como te dije soy irresistible para ti, - agregó con una sonrisa de suficiencia.

Amira fue más osada esta vez preguntando- David. ¿Cómo...cómo se llama tu lobo, puedo conocerlo, de qué color es?

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