16- Tengo 435 años Amira

Luego de que Amira recuperara la cordura nuevamente algo en su cabeza hizo clic David, le había hablado en perfecto español cada vez que habían hecho el amor, y sin acento.

-Titi, anoche me hablaste en perfecto español y ahora cuando me hiciste el amor otra vez. ¿Cómo así?

David sonrió con picardía al escuchar la pregunta de Amira. Sabía que eventualmente tendría que explicar ese detalle, pero había disfrutado de mantener el misterio.

—Bueno, mi Luna, creo que no puedo ocultarlo más. —dijo mientras le acariciaba suavemente el rostro—. Viajé bastante por América Latina en los últimos 50 años, y siempre me atrajo el español. Es un idioma tan apasionado... Y si me preguntas, creo que me preparé sin saberlo para conocerte.

Amira arqueó una ceja, sorprendida y a la vez intrigada.

—¿Y por qué no lo dijiste antes? —preguntó ella con una sonrisa traviesa.

David la atrajo hacia él.

—Porque me encantaba verte tan segura de que podías hablar en español sin que te entendiera. Fue adorable ver cómo intentabas mantener tu compostura cuando te molestaba. —rió suavemente—. Además, ¿qué puedo decir? Me gusta mantener algunas sorpresas.

Amira lo golpeó juguetonamente en el brazo y luego lo besó.

—Eres un tramposo, David Stone.

David la miró con cariño, disfrutando del momento.

—Sólo contigo, mi amor.

-Titi, me dijiste los últimos cincuenta años, pero pareces tener 35. - ¿Cuántos años tienes en realidad David Stone?

David soltó una pequeña risa, su expresión se suavizó mientras la miraba con ternura.

—Sabía que eventualmente me harías esa pregunta, Ami —dijo, acariciando suavemente su mejilla—. No es fácil de explicar, pero te lo diré con total honestidad.

Hizo una pausa, como si estuviera eligiendo bien sus palabras.

—Tengo 435 años, Amira. No envejezco de la misma manera que los humanos, debido a lo que soy, a mi naturaleza como Alfa y lobo. Los años pasan, pero mi cuerpo y mi espíritu se mantienen en este estado, mi cuerpo dejó de envejecer cuando llegué a los 35, y desde entonces, me mantengo así, lo que me permite liderar la manada con fuerza. Es una de las ventajas de ser un lobo alfa inmortal. Envejecemos muy lentamente después de asumir nuestro rol. Pero estos últimos 300 años han sido... largos. —sus ojos mostraban una sombra de los desafíos y el tiempo que había vivido—. Ahora todo ha cambiado desde que llegaste.

Amira lo miró sorprendida, procesando la información. Aunque ya sospechaba que había algo especial en él, escuchar esa cifra la hacía entender mucho más del peso que él cargaba.

—Ami, sé que esto puede parecer mucho, pero quiero que sepas que contigo, el tiempo finalmente tiene un sentido diferente. —dijo con una sonrisa suave—. Ahora, estoy viviendo realmente.

Amira, aunque impactada, no pudo evitar sonreír.

—Bueno... al menos no tengo que preocuparme por verte envejecer pronto.

David la besó nuevamente, complacido con su reacción.

—No, mi Luna. Lo único que debes preocuparte es por aguantarme durante mucho, mucho tiempo.

- ¿Yo? te olvidaste que yo sí soy mortal y además envejezco con orgullo todos los días, o me vas a decir que con la marca también me voy a congelar en el tiempo, -dijo Amira en broma.

David acarició suavemente el rostro de Amira, entendiendo la preocupación que ocultaba detrás de sus palabras.

—No te preocupes, mi Luna, —comenzó—, no me he olvidado de que eres humana y mortal. Pero, como ya intuyes, la marca cambia algunas cosas.

Amira lo miró con curiosidad mientras él continuaba:

—Con mi marca, no es que te congeles en el tiempo, pero sí ralentiza el envejecimiento. Vivirás mucho más tiempo que cualquier humano promedio, y tu cuerpo se mantendrá joven durante mucho más tiempo. No serás inmortal, pero estaremos juntos por muchos, muchos años.

Amira levantó una ceja, cruzando los brazos frente a él.

—¿Y si no quiero la marca? —preguntó desafiándolo.

David sonrió, sabiendo que esa era una parte de su fuerza y carácter que siempre lo atraía.

—Entonces viviré cada día a tu lado, amándote por cada segundo que el destino nos dé, sin presionarte. La decisión siempre será tuya, Amira.

Amira lo observó en silencio unos segundos, luego sonrió y lo abrazó con fuerza.

—Aún me estoy acostumbrando a todo esto, pero... creo que no me importaría tener tu marca y esos años extra contigo, David.

-David, te vas mañana, -preguntó Amira de la nada, -no es que quiera que te vayas. Pero me imagino que el motivo de tu viaje era el negocio con LA FIRMA y como ya está resuelto...

-Pues no mi querida Sra. Stone, -le interrumpió David, ante de que ella dijera más, -te informo que estamos oficialmente de vacaciones en Miami, por 15 días. -agregó, con aire de suficiencia, -así que tu escoges y solo yo pago

Amira lo miró sorprendida y luego soltó una risa alegre.

¿Vacaciones? ¿Quince días en Miami? —repitió, procesando la idea—. ¡David Stone tomando vacaciones! Esto sí que es algo nuevo.

David asintió, con una sonrisa pícara en el rostro.

—Lo creas o no, incluso los lobos alfa necesitan un descanso. Y con mi Luna a mi lado, parece el momento perfecto. —dijo mientras la abrazaba—. Además, prometo no hablar de negocios. Sólo tú, yo, y lo que quieras hacer.

Amira lo miró con una mezcla de ternura y asombro.

—Eso suena... perfecto. Pero no me subestimes, David. Tengo una lista de cosas por hacer en Miami que te va a sorprender. —dijo con una sonrisa traviesa.

David rió suavemente.

—Estoy listo para todo lo que quieras.

Amira lo besó suavemente y se acomodó en su pecho.

—Entonces, que empiecen nuestras vacaciones, mi alfa.

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