Luego de que Amira recuperara la cordura nuevamente algo en su cabeza hizo clic David, le había hablado en perfecto español cada vez que habían hecho el amor, y sin acento.
-Titi, anoche me hablaste en perfecto español y ahora cuando me hiciste el amor otra vez. ¿Cómo así?
David sonrió con picardía al escuchar la pregunta de Amira. Sabía que eventualmente tendría que explicar ese detalle, pero había disfrutado de mantener el misterio.
—Bueno, mi Luna, creo que no puedo ocultarlo más. —dijo mientras le acariciaba suavemente el rostro—. Viajé bastante por América Latina en los últimos 50 años, y siempre me atrajo el español. Es un idioma tan apasionado... Y si me preguntas, creo que me preparé sin saberlo para conocerte.
Amira arqueó una ceja, sorprendida y a la vez intrigada.
—¿Y por qué no lo dijiste antes? —preguntó ella con una sonrisa traviesa.
David la atrajo hacia él.
—Porque me encantaba verte tan segura de que podías hablar en español sin que te entendiera. Fue adorable ver cómo intentabas mantener tu compostura cuando te molestaba. —rió suavemente—. Además, ¿qué puedo decir? Me gusta mantener algunas sorpresas.
Amira lo golpeó juguetonamente en el brazo y luego lo besó.
—Eres un tramposo, David Stone.
David la miró con cariño, disfrutando del momento.
—Sólo contigo, mi amor.
-Titi, me dijiste los últimos cincuenta años, pero pareces tener 35. - ¿Cuántos años tienes en realidad David Stone?
David soltó una pequeña risa, su expresión se suavizó mientras la miraba con ternura.
—Sabía que eventualmente me harías esa pregunta, Ami —dijo, acariciando suavemente su mejilla—. No es fácil de explicar, pero te lo diré con total honestidad.
Hizo una pausa, como si estuviera eligiendo bien sus palabras.
—Tengo 435 años, Amira. No envejezco de la misma manera que los humanos, debido a lo que soy, a mi naturaleza como Alfa y lobo. Los años pasan, pero mi cuerpo y mi espíritu se mantienen en este estado, mi cuerpo dejó de envejecer cuando llegué a los 35, y desde entonces, me mantengo así, lo que me permite liderar la manada con fuerza. Es una de las ventajas de ser un lobo alfa inmortal. Envejecemos muy lentamente después de asumir nuestro rol. Pero estos últimos 300 años han sido... largos. —sus ojos mostraban una sombra de los desafíos y el tiempo que había vivido—. Ahora todo ha cambiado desde que llegaste.
Amira lo miró sorprendida, procesando la información. Aunque ya sospechaba que había algo especial en él, escuchar esa cifra la hacía entender mucho más del peso que él cargaba.
—Ami, sé que esto puede parecer mucho, pero quiero que sepas que contigo, el tiempo finalmente tiene un sentido diferente. —dijo con una sonrisa suave—. Ahora, estoy viviendo realmente.
Amira, aunque impactada, no pudo evitar sonreír.
—Bueno... al menos no tengo que preocuparme por verte envejecer pronto.
David la besó nuevamente, complacido con su reacción.
—No, mi Luna. Lo único que debes preocuparte es por aguantarme durante mucho, mucho tiempo.
- ¿Yo? te olvidaste que yo sí soy mortal y además envejezco con orgullo todos los días, o me vas a decir que con la marca también me voy a congelar en el tiempo, -dijo Amira en broma.
David acarició suavemente el rostro de Amira, entendiendo la preocupación que ocultaba detrás de sus palabras.
—No te preocupes, mi Luna, —comenzó—, no me he olvidado de que eres humana y mortal. Pero, como ya intuyes, la marca cambia algunas cosas.
Amira lo miró con curiosidad mientras él continuaba:
—Con mi marca, no es que te congeles en el tiempo, pero sí ralentiza el envejecimiento. Vivirás mucho más tiempo que cualquier humano promedio, y tu cuerpo se mantendrá joven durante mucho más tiempo. No serás inmortal, pero estaremos juntos por muchos, muchos años.
Amira levantó una ceja, cruzando los brazos frente a él.
—¿Y si no quiero la marca? —preguntó desafiándolo.
David sonrió, sabiendo que esa era una parte de su fuerza y carácter que siempre lo atraía.
—Entonces viviré cada día a tu lado, amándote por cada segundo que el destino nos dé, sin presionarte. La decisión siempre será tuya, Amira.
Amira lo observó en silencio unos segundos, luego sonrió y lo abrazó con fuerza.
—Aún me estoy acostumbrando a todo esto, pero... creo que no me importaría tener tu marca y esos años extra contigo, David.
-David, te vas mañana, -preguntó Amira de la nada, -no es que quiera que te vayas. Pero me imagino que el motivo de tu viaje era el negocio con LA FIRMA y como ya está resuelto...
-Pues no mi querida Sra. Stone, -le interrumpió David, ante de que ella dijera más, -te informo que estamos oficialmente de vacaciones en Miami, por 15 días. -agregó, con aire de suficiencia, -así que tu escoges y solo yo pago
Amira lo miró sorprendida y luego soltó una risa alegre.
—¿Vacaciones? ¿Quince días en Miami? —repitió, procesando la idea—. ¡David Stone tomando vacaciones! Esto sí que es algo nuevo.
David asintió, con una sonrisa pícara en el rostro.
—Lo creas o no, incluso los lobos alfa necesitan un descanso. Y con mi Luna a mi lado, parece el momento perfecto. —dijo mientras la abrazaba—. Además, prometo no hablar de negocios. Sólo tú, yo, y lo que quieras hacer.
Amira lo miró con una mezcla de ternura y asombro.
—Eso suena... perfecto. Pero no me subestimes, David. Tengo una lista de cosas por hacer en Miami que te va a sorprender. —dijo con una sonrisa traviesa.
David rió suavemente.
—Estoy listo para todo lo que quieras.
Amira lo besó suavemente y se acomodó en su pecho.
—Entonces, que empiecen nuestras vacaciones, mi alfa.
Amira:—Hola, Ronny, buenos días —saludé con una sonrisa mientras entraba a la oficina.Ronny, levantando una ceja y con un tono lleno de ironía, me respondió:—Mira quién apareció, la señorita desaparecida, que no contesta el teléfono ni se digna a venir por aquí.me rió suavemente, ya estoy acostumbrada al humor sarcástico de mi amigo.—Sí, Ronny, yo también te quiero y me preocupo por ti —respondí en el mismo tono, acercándome a él—. Pero ya estoy aquí, ¿verdad? Así que cuéntame, ¿cómo va todo por aquí sin mí?Ronny me miró con una mezcla de reproche fingido y diversión, dejando escapar un suspiro exagerado.-Mejor dime ¿Cómo fue tu fin de semana con el grandulón del Sr. Stone, que dicho sea
David Stone: -Mi querido Beta, ¿cómo estás hoy? Espero que hayas tenido un buen fin de semana con Vanessa. Te anuncio que Luna Dorada ya tiene Luna. Y, además, esta noche se firma el contrato con LA FIRMA, así que prepárate: después de eso, estamos oficialmente de vacaciones.–Muy bien, amigo, ya era hora. Estoy seguro que la Sta. Amira Gutiérrez será una gran Luna, –dijo Román, con una sonrisa sincera, feliz por mí.–Ya lo creo, mi amigo. Ella es increíble. La Diosa me ha premiado esta vez, –respondí, con un entusiasmo que Román no veía en mi desde hacía años.La conexión entre David y Amira era mucho más que un simple vínculo; era un destino m
David Stone:-Tal como me imaginé, la cara de Román Smith es un poema. Me miró con cara de pocos amigos, claramente no esperaba una contrapropuesta así. Pero yo mantuve mi cara de póker, dándole la oportunidad de enfrentarse a la fiera de mi mujer. –Sonreí por dentro, disfrutando del momento. Me encanta cómo suena eso, "MI MUJER".Volviendo a la realidad de la sala de juntas, la escena era perfecta. Amira estaba sentada en su butaca, con los brazos abiertos, sus piernas elegantemente cruzadas y una ceja alzada en una clara señal de desafío. En sus labios se dibujaba una sonrisa de suficiencia que no dejaba lugar a dudas: estaba en control.Román, siempre seguro de sí mismo, se encontraba frente a algo diferente. La mirada de Amira era un reto silencioso, pero poderoso. Decía sin p
El ambiente se transformó en uno más relajado, lleno de risas y bromas. Los empleados que trabajaban en la logística comenzaron a preparar la cena, mientras todos se preparaban para una noche de celebración. Amira se levantó con una energía contagiosa y dio las instrucciones con una sonrisa llena de entusiasmo:–Chicos, hoy nos vamos a un concierto exclusivo con música cubana, –anunció, haciendo que todos se volvieran hacia ella con curiosidad. –Así que, por favor, se cambian: shorts y top sexy para nosotras, jeans y camisetas cómodas, para ustedes, porque hoy vamos a sudar bastante bailando. –Su voz reflejaba pura emoción, y los rostros a su alrededor empezaron a animarse con la perspectiva de una noche fuera de lo común.David arqueó una ceja, claramente intrigado por la idea, mientras Román y Van
Como era de esperar, pronto estallaron los rumores sensacionalistas, y los tabloides del corazón se llenaron de titulares sobre la presencia del magnate David Stone en Miami, quien disfrutaba de unas vacaciones acompañado de la talentosa empresaria Amira Gutiérrez. Las especulaciones sobre su relación y su vida privada comenzaron a circular a gran velocidad, convirtiéndose rápidamente en el tema de tendencia en las r***s s******s y en los medios de comunicación.Los tabloides no escatimaron en detalles, con fotos robadas de la pareja disfrutando de la noche en el concierto y sus momentos de complicidad en la piscina. Las historias variaban desde las más románticas hasta las más escandalosas, insinuando todo tipo de tramas, desde un romance apasionado hasta posibles compromisos."¿Está David Stone a punto de sentar cabeza con la hermosa Amira Gutiérrez?" preguntaban algunos titulares, mientras otros afirmaban: "La fiera de Miami ha atrapado al poderoso Alfa". Los comentarios y análisis
Naja permanecía en silencio, pero Zaira sentía su resistencia. Era como si su loba interior estuviera librando una batalla interna. -No es sólo cuestión de estabilidad o de comodidad, Zaira. Quiero algo más... algo que Joshua y Joaquín no pueden ofrecerme. Es ese fuego, ese poder innegable que siento que me pertenece. -Zaira suspiró, sabía que Naja anhelaba algo más allá de lo que tenían frente a ellas, pero también sabía que perseguir algo inalcanzable podía llevarlas a la ruina. Decidió suavizar su tono, intentando llegar al corazón de su loba.—Naja, a veces lo que anhelamos no es lo que necesitamos. Joshua nos ama, y Joaquín nos haría felices. Tal vez no tengan el poder que deseas, pero hay otras cosas que valen más.Naja rugió con fuerza dentro de Zaira, dejando claro que no había espacio para más discusiones. -No, Zaira. Desde ahora, te exijo que te olvides de esos dos. Para nosotras, solo hay un objetivo: David Stone… y matar a esa humana. - La intensidad en su voz era innegab
Naja sonrió, satisfecha con la respuesta. Sabía que Zaira era una pieza clave, y que, si jugaba bien, pronto la historia cambiaría a su favor. El juego acababa de comenzar, y los próximos movimientos serían cruciales.Zaira, sabía que lo que se avecinaba no sería nada fácil, sobre todo para ella. Desde que tenía memoria, siempre había sido diferente al resto de la manada, mientras los otros cachorros sentían la conexión natural con su espíritu de lobo, ella nunca experimentó ese lazo primario. La manada susurraba sobre su falta de espíritu, algo que, para su padre, Aston, era un golpe directo a su orgullo. Aston, el Beta de una de las manadas más influyentes, no podía permitir que su única hija naciera sin una loba.Desesperado por mantener su reputación intachable y por asegurarse de que su linaje fuera tan fuerte como siempre, recurrió a la magia oscura. Una bruja poderosa, conocida por su capacidad de manipular los espíritus, le ofreció una solución. A cambio de una inmensa suma de
Aston besó la frente de Zaira con ternura antes de despedirla en la puerta de su oficina. La preocupación seguía en sus ojos, pero confiaba en que su hija era fuerte y capaz. Zaira, por su parte, intentó mantener la compostura mientras caminaba hacia el ascensor, con la mente enfocada en el plan que acababa de discutir con su padre.Sin embargo, en cuanto las puertas del ascensor se abrieron, un fuerte mareo la invadió de repente. Sus piernas flaquearon, y el mundo a su alrededor comenzó a girar. Trató de sujetarse a algo, pero todo sucedió demasiado rápido, y cuando estuvo a punto de caer, unos brazos la sostuvieron con cuidado, impidiendo que se desplomara.—Zaira... tranquila, estoy aquí —susurró una voz familiar. Era Joaquín Esparta.Joaquín la había seguido a una distancia prudente, sabiendo que Zaira últimamente no se encontraba bien. No era la primera vez que ella se desmayaba, y él, preocupado, siempre estaba atento para ayudarla cuando ocurría. Sin perder tiempo, la cargó en s