15- “Te amo Sra. Stone” +18

David la miró con intensidad, sintiendo que su corazón latía con fuerza.

—Tus deseos son órdenes, mi Luna —respondió con una voz grave, debido a su propio deseo.

La conexión entre ellos era palpable, y cada palabra que pronunciaban parecía cargada de deseo y promesas. David que ya estaba duro, por la excitación que le provocó "negociar" con Amira de esa manera, y el hecho de que ella estuviera sentada sobre él, sólo tuvo que quitarse su short con cuidado para que Amira no se callera, tampoco quería que se bajara de encima de él.

Su polla dura, revotó con el gesto y Amira que literalmente sólo tenía puesto un pequeño camisón de seda y encaje con tirantes finos, se sentó sobre ella engulléndola totalmente, comenzó a mover sus caderas de forma rítmica, David le quitó el camisón quedando ambos desnudos en plena sala a la luz del sol. Haciendo de ese espacio algo intimo sólo para ellos, donde el mundo exterior desaparecía.

Amira besaba a Davis con pasión cada movimiento acentuaba su placer, con las manos apoyadas en los hombros de él, lo cabalgaba como amazonas, mientras David marcaba el ritmo con sus manos en sus nalgas, ella se acercó más a David, y este mordió uno de sus senos, Amira gimió de placer, arqueando su espalda, -Siii, hash, si Titi, más,-dijo en su delirio-  David la sostuvo poniendo una mano en su espalda, con la otras acariciaba uno de sus ceno, mientras besaba y mordía su cuello- me vuelves loco bandida, te juro que te voy a follar hasta que te llene ese coño tuyo de leche, todos van saber que eres mía, aunque no te haya marcado, sólo por mi olor en ti, eres mía Amira Gutiérrez, oíste mía!-

David se paró y acostó Amira en el sofá subió las piernas de ella sobre sus hombros se enterró completamente, provocando en su hembra una oleada de placer que la hizo grita -Ah! Titi, que rico, así dame así, fóllame David, así, no pares- él la envestía con fiereza, y mordía una de sus piernas, disfrutando al máximo del placer de hacerla gritar mientras le hacia el amor, -si mi Luna grita, que todos sepan que eres mía, si mami sí, te amo mi Luna- Amira ya estaba a punto de su orgasmo y David, lo sabía por la intensidad con la que comenzaron sus paredes internas apretarlo, -Mírame Amira, quiero que me veas cuando te vengas, quiero que sepas que soy yo el que te hizo venirte de esa manera, mírame! Hash, ¡sí! -Ambos quedaron temblorosos y sudados sobre el sofá-te amo Amira Stone. ¿Lo sabes? ¿Verdad?

Amira asintió con la respiración agitada, pero disfrutando lo que él acababa de decir, se repetía para sí misma, “Te amo Amira Stone”, supo que estaban a punto de cruzar una nueva frontera en su relación. Así que era el momento perfecto para dejarse llevar por la intensidad de sus sentimientos.

- ¿Amira Stone? -Preguntó ella, escuchar a David llamarla así, le llenó el corazón de alegría y emoción. Se sentía orgullosa de su conexión con él, y esa sensación de pertenencia le daba un nuevo sentido a su vida. -Me gusta-, respondió, mientras lo miraba con complicidad. -Creo que me queda bien, ¿no crees? -

-Si, ya lo creo. Pero querida para mí, eres la “Sra. Stone”, desde que te provoqué el desmayo en la casa de Román y Vanessa. No fue tu cansancio lo que te hiso desfallecer, fue mi magia, la usé, para que no notaras que, debido a mis celos y mi ira, por ver a todos mirando el culo y la espalda desnuda de mi mujer, desplegué mi aura de Alfa, asiendo que todos bajaran su cabeza literalmente ante ti.

Amira lo miró con una mezcla de sorpresa y curiosidad. La intensidad en los ojos de David confirmaba la verdad en sus palabras.

—¿Tu magia? —preguntó, procesando lo que acababa de escuchar. El pensamiento de que su mera presencia pudiera alterar todo a su alrededor la dejó sin aliento—. Así que no era solo mi imaginación... sentí algo diferente en el aire, pero no sabía que eras tú.

David asintió, sus ojos brillando con un destello posesivo.

—No pude evitarlo, Ami. Ver a todos mirando el cuerpo de mi Luna despertó algo en mí. Mi alfa no tolera que nadie más te vea de esa manera. —Su voz se volvió más grave, cargada de emociones—. Desplegué mi aura sin pensarlo, mi poder los obligó a bajar la cabeza en señal de respeto... hacia ti.

Amira sintió una oleada de emociones. Por un lado, la ira y los celos de David eran palpables, pero por otro, había una profunda admiración y orgullo en su mirada. Sabía que esto no solo era una reacción instintiva, sino una muestra del inmenso amor y protección que él sentía por ella.

—David... no tienes que preocuparte por eso. —dijo suavemente, tomando su mano—. Sé que soy tu Luna, y eso es lo único que importa. Nadie más puede tocarme, porque yo te pertenezco, al igual que tú a mí.

David sonrió, pero sus ojos seguían brillando con esa intensidad característica.

—Lo sé, mi amor. Pero mi alfa... Zeus... no puede evitar querer marcar su territorio. —susurró, acercándose a besar su cuello con una suavidad que contrastaba con la fuerza de sus palabras—. Eres mía, y no permitiré que nadie olvide eso.

-Además mi reacción fue porque no sabía si después de lo que pasó esa tarde, me ibas a captar. Pero bueno, ya está todo resuelto. -dijo con una sonrisa de satisfacción. -Tú, mi Luna, sigue bella y provocativa que eso me gusta, que yo marco el territorio a tu lado.

Amira lo miró con ternura, comprendiendo las profundas emociones que David había estado guardando. Sus palabras la hicieron sonreír, sintiéndose completamente aceptada y deseada.

—David... —murmuró ella, acariciando su mejilla con suavidad—. No tienes que preocuparte. Yo te acepté, desde el momento en que decidí invitarte a mi casa.

David la observó con esa mezcla de deseo y devoción que tanto la desarmaba.

—Me alegra escuchar eso —respondió con una sonrisa satisfecha—. Porque no tienes idea de lo mucho que me gusta verte así, bella y provocativa. —Se inclinó hacia ella, su voz volviéndose más ronca—. No cambiaría eso por nada, Ami. Yo me encargo de marcar nuestro territorio... sólo mantente así de irresistible. Ta amo Sra. Stone.

Amira rió suavemente, sintiendo la seguridad que sus palabras le transmitían.

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