Por la tarde, el momento esperado finalmente llegó. David, recuperado y de pie en el altar junto a Román, aguardaba a la novia con una mezcla de nervios y emoción. Su mirada se posó en la puerta con intensidad, ignorando cualquier otra cosa que no fuera el inminente comienzo de una nueva vida al lado de Amira.Diez minutos después, el salón se llenó de murmullos emocionados cuando dos pequeñas princesas, Frida y Atenea, hicieron su entrada triunfal. Vestidas con delicados atuendos en rosa pastel y coronas de rosas del mismo tono, las niñas caminaban lentamente, regando pétalos de flores por el pasillo. Era un espectáculo conmovedor.Un suspiro colectivo recorrió el lugar. Incluso los lobos presentes, conocidos por su fortaleza emocional, no pudieron evitar que se les escapara una lágrima. Las pequeñas eran la personificación de la ternura y la inocencia, y en ese instante se convirtieron en el centro de atención, llevando una alegría indescriptible al ambiente.Entonces, Vanessa hizo s
La suerte y el lazo habían sido sellados. Ahora solo quedaba vivir y esperar que el tiempo hiciera lo suyo en ella. La fiesta continuó, pero aquel momento quedaría grabado como un recordatorio de que incluso las noches más perfectas pueden traer sorpresas inesperadas, capaces de remover las emociones más profundas.David no pudo contenerse. El impacto del momento lo obligó a entregar a Atenea a los brazos de Amira y apresurarse nuevamente al baño. Su estómago, como en las últimas cuarenta y ocho horas, le exigía liberar todo lo que había consumido, y esta vez no iba a ser diferente. Después de recomponerse, se lavó la cara y enjuagó su boca, tratando de calmarse. Cuando finalmente estuvo listo, salió del baño con determinación.Frente a él, apareció su esposa, quien había dejado atrás la sobrefalda de su vestido de novia, revelando una figura espectacular y seductora que lo dejó sin aliento. La radiante sonrisa de Amira, ajena a su incomodidad previa, lo hizo sonreír también, pero esa
Era una noche gélida de febrero, la primera luna nueva del año. El bosque, normalmente lleno de vida, se sumía en un silencio reverente, como si incluso los animales más pequeños entendieran la magnitud del momento. Las estrellas brillaban intensamente, iluminando el cielo oscuro con su resplandor, como testigos eternos del gran acontecimiento que estaba por suceder.En el corazón del bosque de Luna Dorada, en el lugar donde por última vez se alzó la majestuosa Arena “Ascenso de Luna”, la manada se había reunido nuevamente, ahora para un acontecimiento totalmente distinto y auspicioso.Una tienda había sido levantada, dando cobijo a la Luna, que ya estaba lista para recibir a sus nuevos cachorros. Dentro, Zeus, permanecía junto a su Luna, atento a cada detalle, ofreciéndole apoyo como en el nacimiento de Atenea.Nueva mente la doctora Miroslava y su esposo asistieron a la Luna en tan importante evento, asistidos por el personal médico de la manada. Astra y Zaira también estaban present
La llamada llegó cerca del mediodía. David respondió con tranquilidad, aunque algo en su instinto ya lo había alertado.—Hola, buenas tardes, Sr. Stone. Soy la directora del colegio en el que estudian sus hijos.—Buenas tardes, señora directora. ¿En qué puedo ayudarle?La mujer hizo una breve pausa, lo que solo aumentó la tensión en el pecho de David.—Señor Stone, sería posible que usted y su esposa nos visitaran esta misma tarde, por favor. Ha surgido un inconveniente que debemos conversar.—Claro, señora Lambert, ¿Le parece bien si nos reunimos a las cuatro?—Perfecto, le espero a esa hora.La directora cortó la llamada, dejando a David con un suspiro que no aliviaba la presión en su pecho. No era la primera vez que recibía una llamada así; de hecho, ya era la tercera en el último año. Fuera lo que fuera, no podía evitar pensar que sus tres hijos habían vuelto a hacer de las suyas.Guardó el teléfono, y con las manos hundidas en los bolsillos de su pantalón, salió de la oficina. Su
Prologo Amira Gutiérrez es una mujer fuerte y decidida. Su origen cubano y sus experiencias como emigrante moldearon su carácter y resiliencia. A sus 29 años, ha superado muchas barreras y ha construido con éxito LA FIRMA, su empresa. Tiene una figura impresionante: mide 1.70 m, pesa 75 kg, y su silueta se distingue por una cintura pequeña y un trasero llamativo, lo que atrae miradas, pero no define quién es realmente. Su inteligencia y habilidad en los negocios son lo que la han llevado a donde está. David Stone es el presidente de ALFA CORPORATION S.A. él es visualmente impactante 1.90 de estatura y un cuerpo definido de puros músculos. Su arrogancia, frialdad y seducción también lo describen. Él es un hombre acostumbrado a conseguir lo que quiere. Además, no sólo es un poderoso empresario, sino también el Alfa de una antigua manada de lobos llamada "Luna Dorada", que ha estado sin su Luna por dos siglos. Su instinto le dice que algo grande está a punto de suceder, y aunque el co
Uno minutos antesVanessa Smith:-Sr. Stone, buenas tardes, por qué tanta prisa. -Qué raro, el Alfa Stone, nunca es perturbado por nada sin embargo ha entrado por la puerta que da directo al baño de su oficina como si tuviera un malestar agobiante.Bueno, esperemos a nuestra invitada. Ah, aquí está. Pues quien lo diría es toda una sensación, no sólo es muy buena haciendo negocios, como lo demuestran sus resultados, sino que es toda una mujer bella. Ok, veamos cómo le va cuando se enfrente a esos dos lobos feroces, literalmente, que hay en la presidencia.-----Amira Gutiérrez.-Buenas tardes, Srta. Gutiérrez, bienvenida. Espero que mi esposa le haya recibido bien. -Me dice un hombre de un metro ochenta y algo de estatura, fuerte, con los ojos y la sonrisa más amable que he visto. Blanco como papel, y con un aura de confianza y seguridad, que te hacen sentir cómoda. Así que este es el señor Román Smith.-El gusto es mío Sr. Smith. – le dije. -Si su esposa me recibió muy bien como si me
Amira estaba frente al espejo de su suite en el hotel, admiraba su reflejo en el espejo, el enterizo gris perla de patas palazo, que había elegido, con mangas largas y el escote cerrado en el cuello le daban una apariencia seria, formal, pero el verdadero impacto estaba en la espalda. El enterizo, ajustado como un guante en la parte superior, se abría por completo en la espalda, dejando la piel expuesta hasta la cintura. El contraste entre la sobriedad del frente y la audacia del diseño posterior era desconcertante, justo como a ella le gustaba. Quería impactar, y eso era exactamente lo que provocaba ese atuendo. Una sonrisa traviesa en sus labios, delataba su estado de ánimo. Sabía que la cena de esa noche no era una simple reunión de negocios. Algo en la forma en que Román Smith se lo había mencionado la inquietaba, pero no tenía miedo. Después de todo, ella no era fácil de intimidar, y menos por alguien como David Stone, el "Bello gruñón", como ella había empezado a llamarlo en su m
Eran las siete y cincuenta de la noche, y Amira aún no llegaba. David observaba el salón, intentando no mostrar la impaciencia que lo carcomía por dentro. Román y Vanessa habían organizado la cena de manera impecable, invitando a todos los miembros más cercanos de su círculo, lo que le dio a la velada un aire de formalidad y camaradería.Sin embargo, entre los invitados había alguien que le provocaba una ligera incomodidad: Zaira McKency, una loba con la que había salido hace algunos años. Aunque ambos sabían que nunca había sido algo serio. Zaira a veces olvidaba ese detalle y se pegaba a él como si fueran algo más. Esa noche, Zaira ya había comenzado a moverse con la confianza de quien siente que tiene un derecho no concedido.Alta, de cabello oscuro y ojos que irradiaban poder y determinación, se había acercado a David apenas entró al salón, ocupando su espacio personal de una manera que le resultaba incómoda.—David, qué gusto verte otra vez. Sabes que siempre es una delicia compar