“Salsa Mía” y algo más (II)

La pista de baile se llenó de energía, y todos los ojos estaban en ellos. Amira, con su vestido de un solo hombro y su cabello suelto, brillaba. Y David, con su encanto natural, era imposible de ignorar. La química entre ellos era palpable, y la forma en que se miraban hacía que el resto del mundo desapareciera.

—¿Te gustaría bailar un poco más? —le preguntó David, su voz más profunda por la emoción.

Amira asintió, sintiendo que la noche apenas comenzaba. Con cada acorde, se acercaban más el uno al otro, disfrutando no solo de la música, sino también de la promesa de lo que podría venir.

Cuando, "Qué manera de quererte" llenó el aire, la música cubana envolvió la pista de baile. David, sintiendo cada nota, se entregó completamente al ritmo, moviéndose con Amira de manera sincronizada. Era como si cada acorde resonara en su interior, despertando emociones que había mantenido ocultas.

Cuando la canción llegó a su clímax, David, impulsado por una mezcla de confianza y vulnerabilidad, se acercó a Amira. Con una expresión que decía más que mil palabras, se inclinó y la besó suavemente. Fue un beso tímido, pero cargado de promesas. Amira sintió que el mundo a su alrededor se desvanecía y, en ese instante, supo que David estaba compartiendo algo genuino.

Ella correspondió al beso, dejando que sus labios se encontraran en una danza delicada. El sabor de la música, la pasión del momento y la conexión que compartían hicieron que el beso fuera aún más intenso. Era un pequeño universo entre ellos, lleno de posibilidades y de lo que aún estaba por venir.

Cuando se separaron, ambos se miraron a los ojos, y en esa mirada, había una mezcla de sorpresa y deseo. La noche continuaba, pero el sabor de ese momento los había dejado a ambos con ganas de más. David sonrió, sintiendo que había cruzado una línea importante, y Amira, sintiéndose viva y deseada, supo que esta noche sería inolvidable.

Mediante su conexión mental David le dijo a Román que se iba, y Ronny vio como su amiga era llevada de la mano por David Stone, el hombre que en cuarenta y ocho horas había removido todo su mundo.

Román, al ver a su amigo y a Amira alejándose, no pudo evitar sonreír. Sabía que David necesitaba esto, y que, aunque aún quedaban muchas preguntas por responder, la chispa entre ellos era innegable. Se giró hacia Ronny, que intentaba mantener la conversación con Harry mientras sus pensamientos estaban en otra parte, Ronny al verlo le preguntó con duda, - ¿Crees que las cosas entre ellos irán bien?

Román sonrió con complicidad. —Creo que Amira está en buenas manos. David es un buen hombre, aunque a veces se le suba un poco la arrogancia.

Harry, que estaba disfrutando de su conversación con Ronny, se unió a la charla con pesar aceptando por ahora su derrota, preguntándole Ronny. —Y tú, amigo, ¿qué opinas? ¿Crees que David tiene lo que se necesita para hacerla feliz?

—Veamos, —respondió Ronny a la expetativa—. Amira es fuerte y decidida, pero también necesita a alguien que entienda su esencia. Espero que David pueda ser esa persona.

Mientras tanto, David y Amira caminaban hacia la salida, todavía tomados de la mano. La música se desvanecía detrás de ellos, pero la energía entre ellos no hacía más que crecer. David miro Amira con intensidad y ella le sostuvo la mirad, una pregunta sonaba silenciosa en el aire “- ¿Qué hacemos ahora?” – Amira, como la mujer valiente que era, dijo: - podemos ir a mi casa está relativamente cerca y la vista es hermosa, David sonrió, contestando, -contigo mi bella voy hasta el fin del mundo. Amira sonrió, sintiendo cada palabra de David como un eco de lo que ambos deseaban. La promesa en su mirada era innegable; había algo profundo y auténtico entre ellos. Tomaron un taxi hasta el departamento de Amira, durante el viaje vieron la luna llena, que brillaba en el cielo como si estuviera celebrando su conexión

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo