Era claro que la tensión entre ambos seguía creciendo, y aunque ambos intentaban mantener las cosas bajo control, había una energía innegable en el ambiente. Este almuerzo prometía ser mucho más interesante de lo que cualquiera de ellos hubiera anticipado.
Avanzaron durante media hora para llegar a un lugar de apariencia rustica, Amira miró alrededor con interés mientras entraban en el restaurante. El ambiente rústico pero refinado del lugar le llamó la atención de inmediato. Las cálidas luces y la música suave creaban una atmósfera acogedora, justo lo que necesitaba después de tanta tensión. La decoración estaba llena de detalles cuidadosamente elegidos, desde las mesas de madera maciza hasta los cuadros que adornaban las paredes, todo armonizaba perfectamente.
David, a su lado, parecía menos seguro de sí mismo que de costumbre. -Espero que este lugar te guste. - dijo con una nota de nerviosismo en su voz, lo que hizo que Amira lo mirara con curiosidad. Era raro ver al imponente David Stone dudar, como si realmente le importara su opinión. Eso la desarmó un poco.
Amira le ofreció una sonrisa tranquila, buscando relajar la situación. -Es hermoso. Tiene un aire muy especial, me gusta la mezcla entre lo rústico y lo elegante, -comentó, dejando entrever que su elección había sido acertada.
David soltó un suspiro casi imperceptible, como si hubiera estado conteniendo la respiración, y asintió con una sonrisa leve. -Me alegra escuchar eso. Quería que este almuerzo fuera… diferente.
Amira lo observó mientras tomaban asiento. -Pues definitivamente lo es, David. Gracias por tomarte el tiempo de encontrar un lugar tan encantador. -Mientras decía esto, notó cómo él estudiaba cada una de sus reacciones, como si realmente le importara no fallar. Eso la hizo sentirse extrañamente especial, como si detrás de toda esa fachada de dureza, él estuviera esforzándose por impresionarla de verdad.
Amira entrecerró los ojos, curiosa por lo que estaba viendo. Había algo en la mirada de David que no cuadraba del todo. De vez en cuando, sus ojos parecían cambiar de un dorado intenso a un dorado cobrizo, como si su propia esencia fluctuara en su interior. No estaba segura si era un truco de la luz o su imaginación, pero la sensación era imposible de ignorar. A pesar de los nervios que había sentido antes, ahora percibía algo más profundo en él, una intensidad que iba más allá de su actitud calculada.
David, por su parte, estaba luchando por mantener el control. Zeus se removía inquieto dentro de él, anhelando más que nunca a su Luna sentada frente a él. Pero esta vez, David no permitía que el lobo tomara el mando. A diferencia de antes, en este momento estaba decidido a conectarse con ella de manera genuina, humana.
-Todo bien, ¿Amira? -preguntó con una sonrisa leve, aunque su voz mostraba una ligera preocupación.
Amira asintió lentamente, observándolo detenidamente. -Sí, solo… tus ojos… tienen un color interesante. ¿Siempre cambian así?
David se tensó un poco, pero rápidamente se recuperó. -Digamos que tengo mis peculiaridades. -dijo en un tono relajado, aunque por dentro estaba alerta. No podía dejar que ella descubriera demasiado. -Pero te prometo que no es nada peligroso.
Amira sonrió, aceptando la respuesta por ahora. Sin embargo, su curiosidad seguía ahí, latente, como si hubiera algo más que aún no lograba descifrar sobre él.
-Entonces, cuénteme David, que se esconde detrás del hombre de negocio que paraliza a todos como si de un lobo cazando a una presa se tratara en los negocios. -dijo Amira de una forma despreocupada. Pero para David, eso fue como quitarle la piel y dejarlo al descubierto. ¿Cómo era posible que esa mujer que lo acababa de conocer catara su esencia de forma tan precisa?
David Stone:
Sentí una corriente fría recorriendo mi espina dorsal, al escuchar sus palabras. - ¿Cómo lo sabe? -pensé, sin poder evitar que mi corazón se acelerara. Era la primera vez que alguien, y mucho menos una humana, captaba tan claramente mi naturaleza sin saberlo. A pesar de los años de autocontrol y de haber perfeccionado mi máscara de implacable hombre de negocios, Amira logró ver a través de ella con una precisión que me deja expuesto.
Zeus rugía en su interior, se inquietó aún más. "Ella nos conoce más de lo que creemos", susurró mi lobo, pero yo me resistí a mostrar algún signo de debilidad. En cambio, forcé una sonrisa relajada, aunque por dentro estoy lidiando con un torbellino de emociones.
"¿Un lobo cazando a su presa?" repito, fingiendo una ligera risa. -Me gusta cómo lo describes, pero creo que no soy tan temible fuera de los negocios. Soy un hombre que sabe lo que quiere y lucha por ello, Amira. Nada más, nada menos.
Amira lo observó con ojos brillantes, como si evaluara cada una de sus palabras, buscando algo más allá de la superficie. Ella había sentido esa intensidad que David trataba de ocultar, esa presencia dominante que lo envolvía. Pero también notó que, en ese momento, él estaba luchando contra algo. "Quizá lo está escondiendo aún más," pensó, intrigada.
-Supongo que eso tiene sentido, -dijo ella, inclinándose un poco hacia adelante, sin perder el contacto visual. -Pero hay algo más en ti, David. No es solo ambición. Es… una fuerza diferente, algo que te hace destacar. Algo que, aunque te esfuerces en ocultar, es imposible de ignorar.
David sintió cómo su pulso se aceleraba otra vez, y por un momento, sus ojos volvieron a cambiar de color. Zeus, en su interior, gruñía. Quería tomar el control, quería que Amira lo viera por lo que realmente era. Pero David se mantuvo firme. No era el momento.
-Quizá solo eres muy perceptiva, -respondió él con un tono más bajo, inclinándose un poco hacia adelante. -Pero todos tenemos nuestros secretos, ¿no es así, Amira? Tal vez, en lugar de hablar de mí, deberíamos hablar de ti. ¿Qué es lo que realmente te trajo hasta Seattle, más allá de los negocios?"Amira sonrió, notando el cambio de tema. Pero no lo presionó más. Sabía que había algo más en David, y estaba decidida a descubrirlo, pero entendía que ese juego requería tiempo. Mientras tanto, se concentró en seguir su propio planBueno..., primero conocer al “Gran Alfa” tras de ALFA CORPORATION S.A., jajajaja, discúlpame, es que realmente hay tanta desinformación sobre ti y el Sr. Smith, que en nuestra empresa comenzamos a llam
David la miró sorprendido por la forma en que Amira había dirigido la conversación. No podía evitar sonreír ante su picardía y el tono juguetón de sus palabras. Ella sabía exactamente cómo girar la situación a su favor, y eso lo fascinaba aún más.— Touché, Amira, me has pillado. -dijo con una sonrisa de medio lado.-Creo que los resultados son... impresionantes —respondió sin poder ocultar el ligero tono seductor en su voz—. Se nota que pones mucho esfuerzo en todo lo que haces, no solo en el gimnasio. Tu determinación es evidente.David hizo una pausa, cruzando las manos sobre la mesa mientras mantenía su mirada fija en ella.—Y tienes razón, definitivamente eres directa. Algo que aprecio mucho. Aunque debo admitir que aquella primera vez en el ascensor… —soltó una leve risa—, bueno, fue
Salieron de la ciudad, tomaron una autopista, sumidos ambos en un silencio que los llevaba a sus propios pensamientos, pero sin que fuera incomodo, luego de conducir durante una hora David tomó un camino a su derecha, que era más angosto, aunque le carretera estaba muy bien conservada, llegando a una villa, prácticamente en el medio del bosque.Amira se dejó envolver por el ambiente mágico de la villa. Todo allí parecía sacado de un cuento, desde el paisaje verde salpicado de flores silvestres hasta el aire fresco que le llenaba los pulmones con cada respiración. La paz que sentía era casi irreal, como si por un momento el bullicio del mundo exterior desapareciera, dejándola en un remanso de tranquilidad.David, a su lado, lucía más relajado que nunca. Con el viento jugando con su cabello suelto, parecía completamente en su elemento, como si la naturaleza misma lo reconociera como parte de ella. Amira lo notó, y aunque no comprendía exactamente por qué, algo en él parecía diferente. Ha
David se volvió para verla y le dijo:- Este es mi pequeño taller Amira, aquí vengo cuando quiero pensar o simplemente cuando estoy inspirado. Hace mucho tiempo que no venía por inspiración. -hiso una pausa y continuo, -Los "hombres" de mi familia, todos debemos aprender una práctica que nos entrene en la paciencia y la voluntad de dominar nuestro espíritu, mi padre eligió la joyería, y yo la he amado con pasión.-Amira, ¿Conoces la Casa oro rojo?Amira quedó completamente pasmada, incapaz de ocultar su sorpresa. Había escuchado rumores sobre la "Casa oro rojo", una joyería legendaria cuyas piezas eran famosas por ser únicas en su tipo, forjadas con una maestría sin igual y valoradas, la más mínima en más de un millón de dólares. Sin embargo, la parte más fascinante de la leyenda era que nadie conocía al verdadero creador de esas joyas; las piezas se subastaban o eran encargadas de manera privada. Y ahora, aquí estaba ella, en el taller personal del hombre que, aparentemente, era el m
Amira envuelta en tanta emoción, para ella sin sentido, pero super fuertes, trató de enfriar la atmosfera, con una pregunta.-Dime, David, dijiste cuando llegamos que hacía tiempo que no venias aquí por inspiración. -hizo una pausa para continuar, - Asumo entonces que hoy estas inspirado y que vas a comenzar algo.David observó a Amira con una sonrisa, apreciando su intento de aliviar la intensidad del momento. Sin embargo, sus ojos dorados seguían reflejando esa profundidad que parecía imposible de eludir.-Sí, Amira, tienes razón —respondió mientras caminaba hacia una mesa cercana, donde había herramientas y materiales esparcidos, claramente esperando ser usados—. Hoy me siento inspirado, aunque, para ser honesto, la inspiración no surgió hasta que llegaste tú.Sus palabras fueron directas, pero su tono era suave. No parecía querer
Amira:Eran las cinco de la mañana del sábado cuando un timbre que no puedo dejar de reconocer me despertó, -Dime Ronny que pasa, -le pregunto, porque sé que él no me llamaría a esta hora un sábado a menos que fuera vital.-Amira, -dijo el aludido- tienes reservado un vuelo de regreso a Miami, para las 8.30 de la mañana, el cliente de Londres llega a la 3 de la tarde de hoy y pido reunirse con nosotros a las 8 de la noche. Es para ayer, recoge tus cosas y muévete.Me quedé unos segundos en silencio en silencio, procesando la información mientras me desperezaba. El tono urgente de Ronny no dejaba lugar a dudas: esto era un asunto crítico.—Está bien, Ronny, no te preocupes, estaré en el aeropuerto a tiempo —respondí con determinación, aunque una pequeña parte de mi lamentaba tener que irse tan abruptamente.Colgué el teléfono y miré alrededor de mi habitación. La tarde anterior con David había sido un giro inesperado en este viaje, y no podía evitar sentir una mezcla de emociones. "Así
Ambos estaban atados a una mujer que aún no comprendía la magnitud de su conexión, y el hecho de no poder explicarle lo que realmente sentían hacía que su partida y el vacío que dejo fueran insoportableAmira, llegó a su departamento de Miami Beach, triste y con la cabeza en otro lugar, sólo fueron cuarenta y ocho horas en Seattle, pero para ella era como si esa ciudad y David fueran su vida entera y esto un viaje de negocios que no quería hacer; se sentó en el sofá, mirando por la ventana hacia el mar. La brisa del mar no lograba aliviar la tristeza que sentía. A pesar de lo breve que había sido su estancia en Seattle, cada momento con David había dejado una huella en su corazón. Los recuerdos de su conexión, las risas y la complicidad, la perseguían mientras intentaba prepararse mentalmente para la reunión con su cliente esa noche. "¿Qué estaba pasando con ella?", se preguntó. ¿Era solo el encanto de un viaje de negocios o había algo más profundo en su conexión con él?Ronny, llegó
Amira y Ronny llegaron al elegante restaurante del JW Marriott, listos para su reunión con Harry Wood. Al entrar, Amira captó la atención del lugar con su impecable estilo y seguridad, y como siempre, Harry no pudo evitar quedarse maravillado por su presencia. Esta cena prometía ser mucho más que solo negocios, por las dinámicas de buenas relaciones que siempre han existido entre ellos.Esta vez hubo un detalle en Amira que Harry Wood no pudo evitar notar y fue el pequeño aro de tres tipos de oro que colgaba del cuello de la chica. Aunque para otros podría parecer una joya más, para él fue como una alarma silenciosa. Sus ojos se clavaron en el anillo, su ceño se frunció por un instante, conocía bien el simbolismo de ese tipo de pieza, aunque no quería admitirlo. El hombre que siempre había creído tener alguna oportunidad con Amira, ahora sentía una barrera que nunca antes había percibido tan claramente. Mientras intentaba ignorar la incomodidad, algo en su interior le susurraba que ese