40

Pietro caminó rápidamente hacia mí, su mano fue a mi cuello, apretando con fuerza e impidiéndome respirar. El aire se me escapaba, pero mi mirada fija en él no titubeó ni un segundo. Miré a Gabriele, buscando ayuda, pero él se veía complacido con lo que me estaba haciendo, como si fuera un espectáculo. Agarré su mano y, con todas mis fuerzas, la separé de mi cuello. Tosí un poco, pero me recuperé rápidamente, tomando aire con avidez. Miré a Pietro con rabia, mis dedos aún temblando de la adrenalina, y le di un puñetazo tan fuerte que lo hizo retroceder.

—¡Que esta sea la última vez que te atrevas a hacerme daño! ¡No soy tu jodida mascota! —le grité, mi voz llena de furia y desafío.

—¡Eres una perra, Abigail! —me gritó Pietro. Su rostro, descompuesto por la rabia, solo alimentó mi determinación. Entonces comencé a reír, una risa amarga y cortante.

—Lo soy, y para que te duela más, acabo de follar con Giorgio en su oficina —le dije, saboreando cada palabra.

Su rostro se contorsionó, los
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP