75

En el lugar de siempre. Ese pequeño café en la esquina donde Jim y yo nos habíamos reunido tantas veces antes. Cuando llegué, él ya estaba allí, sentado en nuestra mesa, con una taza de café entre las manos. Al verme, se levantó de inmediato. Sus ojos se iluminaron y, antes de que pudiera decir algo, corrió hacia mí y me abrazó con fuerza.

—Pensé que estabas muerta —dijo con la voz entrecortada.

—No lo estoy. No puedo estarlo, al menos no por todo este tiempo —respondí.

Me abrazó con más fuerza, hasta que mi respiración se entrecortó.

—¡Abigail! —exclamó, su voz temblorosa—. Te he buscado por meses. Pensé lo peor... creí que te había perdido.

Sentí su abrazo, cálido y familiar, pero también la tensión en su cuerpo. Lo tranquilicé con una palmada suave en la espalda.

—Estoy bien, Jim —dije, separándome un poco para mirarlo a los ojos—. Estoy aquí.

Nos sentamos en la mesa, y él no dejaba de mirarme, como si temiera que fuera a desaparecer de nuevo. Tomé un sorbo de café antes de hablar.
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP