Elizabeth no imaginó que su vida cambiaría tanto al convertirse en la asistente de Benjamin Grant. Dispuesta a dedicarse por completo al trabajo para enorgullecer a su madre, no esperaba que el amor la tomara por sorpresa ni que su corazón eligiera al apuesto heredero de una de las familias más poderosas. Ingenuamente creyó que podrían superar la distancia que los separaba y ser felices... pero estaba equivocada. Benjamin siempre obtuvo todo lo que deseó, sus padres hicieron realidad cada capricho. Sin embargo, nada lo preparó para la fascinación que sintió al conocer a Elizabeth. Ella, con su dulzura e inteligencia, se apoderó de su corazón en un instante. Pero su amor tan perfecto se quebró como un espejismo en una trágica noche que le robó su futuro y lo condenó a un matrimonio forzado con otra mujer, por el hijo que venía en camino. Cinco largos años de dolor y resignación los mantuvieron separados, una existencia de infelicidad aliviada solo por la compañía de sus respectivos hijos. Pero el destino no ha dicho la última palabra. Entre secretos revelados y heridas abiertas, Elizabeth y Benjamin tendrán una nueva oportunidad... si es que pueden perdonarse y volver a unir los pedazos de lo que alguna vez construyeron.
Leer másEse mismo día, Isabella acompañó a Kath a darle la noticia. Tessa se quedó en silencio un largo rato mirando a la mesa, luego golpeó con fuerza la madera y se levantó para empezar con el regaño mientras caminaba de un lado a otro y reclamaba el que no se hubieran esperado a hacer las cosas bien, aunque ella tuviera menos autoridad moral que nadie para ese tipo de reclamos, le había prometido a la señora Gray que cuidaría bien de Katherine y había fallado terriblemente.Al darle la noticia a Logan el escenario fue muy diferente, él alzó a Katherine dándole vueltas en el aire y gritando emocionado que iba a ser papá, estaba dichoso y no se esmeró en ocultarlo. Él amaba a esa chica cascarrabias más que a su propia vida, que fuera a darle un hijo era el mejor regalo del mundo para él, contrario a lo que los demás pensaban, no había sido una imprudencia por iniciar su vida sexual, ellos lo hacían desde los dieciséis años y eran muy fogosos, algo había fallado porque sí se cuidaban, pero no
Isabella estaba igual o peor, todo era nuevo para ella, desconcertante y placentero. Estaba flotando en el cielo a punto de arañar las estrellas, el orgasmo se construía sin tregua en su interior, aunque ella no supiera lo que era esa sensación que le robaba el aire y le hacía sentir que estaba a punto de explotar en millones de pedazos.Solo necesitó unas estocadas más que golpearan ese punto mágico en lo más profundo de ella, para estallar en un orgasmo arrasador que sacudió su cuerpo con pequeños espasmos mientras sus cuerdas vocales se desgarraban en un gemido largo y agudo. Las contracciones de su vagina empujaron a Alexander al límite, alcanzando su clímax casi al mismo tiempo, se derramó dentro del condón, él tenía muchas ganas de hacerlo directamente dentro de su novia, pero para eso, tampoco era el momento, ya podrían hacerlo en el futuro cuando decidieran tener cachorritos.—Te amo, cielo, demasiado, ahora eres mía, solo mía.Cuando pasó la euforia, Alexander salió de ella c
Cuando Alexander e Isabella terminaron de bailar, Rita se acercó a ellos con la excusa de llevarse a su hijo para bailar con ella y aprovechó para examinar detalladamente a la rubia, era bonita, no lo iba a negar, pero eso no bastaba para ella, ese vestido costoso era algo que una simple secretaria no podía pagar con su salario, seguramente ella era una de esas mujerzuelas que se acostaban con hombres ricos a cambio de regalos y dinero, detestaba a las de su clase.Le lanzó su mirada más despectiva y arrastró a Alexander al otro lado del salón, algunos saludos lo ocuparían durante un buen tiempo.—No le hagas caso, Isabella, es una bruja. —La consoló Juliet.—Es tu madre.—Por eso lo digo, la conozco muy bien, ella se quedó en el milenio pasado, es de esas personas que creen que el apellido y el linaje lo son todo, incluso desprecia a quienes son millonarios pero no vienen de una familia prestigiosa, es ridículo y arcaico, pero así es ella. No te lo tomes personal.—¿Su familia es muy
En los días siguientes, Isabella se tomó el tiempo de ir donde la diseñadora y escoger su vestido, había tantas opciones hermosas que la tarea de decidirse por uno solo fue muy difícil; finalmente escogió un vestido de color borgoña con corte trompeta que acentuaba de maravilla su figura y resaltaba su piel tan blanca y sus ojos azules; tenía un bonito escote en forma de corazón, pero estaba cubierto por un plisado en gasa que caía sobre sus hombros haciéndola lucir más elegante y sofisticada. Terminaba en un escote pronunciado hasta media espalda y creaba un cinturón de canutillos y brillantes sutiles que no se veían recargados pero sí le agregaban un brillo exquisito con el movimiento. De verdad parecía una princesa salida de un cuento de hadas.Su autoestima tuvo una buena sesión de terapia con el espejo, se sentía realmente hermosa, no tenía nada que envidiarles a las mujeres de la alta sociedad que asistirían esa noche, se veía glamurosa, de la manera en que quería que Alexander
A partir de ese día todo fue mejor de lo que esperaba, Alexander se reía de sus cambios formal e informal al hablarle, pero lo estaba llevando bien. Las flores nunca dejaron de llegar, tampoco los regalos, aunque se volvieron más sencillos por petición suya. Los almuerzos continuaban solo que ahora incluían largos besos como postre e incluso habían salido a algunas citas.Ese fue el comienzo definitivo de la historia entre los dos, el juego de la conquista terminó y la chica dejó de intentar escapar de su destino, de hecho, las mejillas de Isabella sufrían de un grave caso de dolor crónico, sus días habían cambiado por completo y ahora no podía dejar de sonreír. La maravillosa rutina que se había instaurado entre ella y Alexander la mantenía flotando en una nube rosada de algodón de azúcar de la que esperaba no tener que bajar jamás.Su novio había demostrado ser incluso mejor que en todas sus fantasías, desde el momento en el que hicieron oficial lo que sucedía entre ellos, al menos
El juego del gato y el ratón comenzó ese día y se extendió por más de un mes.Isabella continuó con su rutina, pero cada vez tenía más responsabilidades. No se quejaba, le encantaba aprender y la experiencia que estaba ganando sería vital para su futuro, pero con la partida del joven Joseph, ella era la mano derecha de su jefe y ahora se encargaba de transmitir todas las órdenes al área comercial y casi que elaboraba por completo los lineamientos para las estrategias de distribución, lo cual la obligaba a pasar al menos doce horas al día con su jefe.Su vida giraba por completo alrededor de Alexander y cada vez era más difícil escapar de él y sus detalles. Él había tomado la mala costumbre de enviarle flores y regalos. Cada día, a las ocho en punto de la mañana, llegaba un nuevo ramo de flores para ella, la tarjeta siempre estaba en blanco, pero ella sabía perfectamente que eran de parte de Alexander, lo comprobó el primer día cuando su jefe vio las flores sobre su escritorio y sonrió
Al siguiente día, Isabella estaba sumamente nerviosa, luego de que se le pasara la emoción del momento, mientras acompañaba a su madre en el hospital y en el regreso a casa, pudo pensar con la cabeza fría y darse cuenta del error tan grande que estaba a punto de cometer. Por eso, había llegado más temprano esa mañana, en parte, para adelantar sus pendientes del día anterior, pero también para tener el tiempo suficiente de calmarse. Sus manos temblaban mientras preparaba el café, la ansiedad se la iba a comer viva, debía aclarar las cosas con el señor Grant y detener ese desastre antes de que empezara.Como bien le supo decir su primo Logan en el extenso discurso que le dio al llegar a casa, nada bueno salía de relacionarse con alguien de otra clase social, mucho menos si la diferencia era tan abismal como entre ellos dos. Su madre y sus tías era un ejemplo claro de eso. Teresa nunca le había hablado de su padre, ella no sabía quién era el hombre que contribuyó a su existencia; cuando
Sí, todo iba de maravilla hasta ese día, Alexander recibió una llamada de Isabella muy temprano en la mañana informándole que no podría ir a trabajar porque su madre había tenido un accidente y debía llevarla al hospital, su primer pensamiento egoísta fue que no la vería y no tendría quién cumpliera con sus funciones, y eso le molestó; luego reaccionó como alguien normal y lamentó la situación ofreciéndose a ayudarla.Isabella rechazó su ayuda y se disculpó diciendo que iría en cuanto pudiera. Sobra decir que Alexander llegó de muy mal humor a la oficina, solo para ser recibido por el vacío en ese escritorio que golpeó su pecho con más fuerza de la esperada, diablos, se había apegado más de lo que creía. El pésimo café de Eleanor solo empeoró las cosas y el hecho de que nadie pudiera suplir ni la mitad del trabajo de su asistente lo tenía al borde de una crisis de nervios.Para cuando llegó el almuerzo, su vida iba cuesta abajo y Alexander no pudo ni siquiera probar un bocado, así que
Con el paso de los días, Alexander se encontraba en un dilema, por primera vez en su vida. Siempre fue un hombre controlado y decidido, si quería algo, lo obtenía, punto, no había tintas medias ni vacilaciones.Esa fue la manera en la que lo criaron, desde que puede recordar, ha tenido lo que ha deseado sin falta, su madre siempre lo mimó demasiado, recordándole que él sería el heredero de la familia y, al mismo tiempo, dándole esa enorme responsabilidad de llenar todas las expectativas de sus padres y la sociedad.Él se esforzó por hacerlo, obtuvo buenas notas en sus estudios, excelente desempeño en deportes, demostró ser un líder nato y fue sobresaliente en cada aspecto de su vida, hasta llegar a ese momento. Era un excelente ejemplar de alfa y el orgullo de sus padres.Tres años atrás, se graduó de la universidad y su padre le confío la gerencia de operaciones, el área más importante de la compañía, él era el encargado de garantizar que los productos cumplieran con los estándares i