Simón Barton, es un hombre frío y despiadado dueño de una compañía petrolera en Texas, su única debilidad es su abuela Lucía. Y la astuta anciana lo que más desea es verlo casado y con hijos. Por lo que necesita encontrar una esposa que esté dispuesta a darle al menos un heredero. Madison y Margaret Fulton son gemelas idénticas, Madison es maestra de primaria y Margaret aspira a ser modelo. Siempre que Marga se mete en problemas, Maddy acude al rescate. Cuando la madre de ambas está a punto de perder la antigua mansión familiar por una hipoteca, Margaret haciéndose pasar por Madison firma un contrato para casarse con Simón por dinero, y después se arrepiente, por lo que Maddy se ve obligada a cumplirlo, de lo contrario podría ir a la cárcel. Dos personas que se descubren en un matrimonio por contrato. ¿Podrá Maddy cumplir con la promesa hecha por su hermana? ¿Qué sucederá cuando Simón se entere de que se casó con la gemela equivocada?
Leer másEl atardecer pintaba de rojo el cielo de Texas, Marga estaba sentada en el porche de su nueva casa esperando a Peter. Muchas cosas habían sucedido en el último año, pero para ella lo más importante era la niña que crecía en su interior.Jugando a sus pies estaba Lucas, el niño se levantó y con torpeza caminó hasta su madre para abrazarla.―Mely ―dijo tocando su incipiente barriga.El bebé se puso de puntillas para darle un beso a su hermana. Marga sonrió antes de levantarlo para sentarlo en sus piernas. Tenía siete meses de embarazo y estaba esperando una niña a la que llamarían Meredith, por su abuela materna, sin embargo, su hijo la llamaba Mely.―Mely aún no llega, todavía falta para tenerla con nosotros.―¿Papá?―Papá está por llegar, mira el cielo.A lo lejos vio como Peter galopaba directamente hacia la casa, a pesar de que pasaba mucho tiempo con ellos, también le gustaba supervisar lo que ocurría en su nuevo rancho.Cuando se comprobó que en realidad si había petróleo en el ra
Sentada en el piso de la parte trasera de una vieja furgoneta, Margaret miró al hombre que la apuntaba con un pistola, era el padre de Verónica. Al volante, la exprometida de Peter conducía a toda velocidad por un camino de tierra.―¿Por qué haces esto, Verónica? ―preguntó Marga a la chica.Necesitaba ganar tiempo, no sabía que planes tenían los Santos con su secuestro ¿Pedirían un rescate a Simón? ¿O acaso pensaban matarla? » se preguntó Marga con un estremecimiento de miedo. Pensó en su hijo, que ni siquiera la recordaría, que nunca sabría lo mucho que lo había amado. ―¡Cállate! ―dijo el padre de Verónica amenazante ―. No la distraigas que está conduciendo.―No, importa, papá, dame la satisfacción de responderle ―pidió la joven quitando la mirada del camino para observar a Marga.―Está bien, nena, igual no importa que lo sepa, igual va a morir.El hombre miró a Marga, su sonrisa era tan malvada que le heló la sangre. Ella se estremeció ante sus palabras si tenía alguna duda de cua
Después de pasar parte de la mañana llorando y de pedirle a Maddy que la dejara sola, le escribió a Peter.«Peter, por favor, tenemos que hablar»«Habla» fue la respuesta que recibió en su teléfono.«Necesitamos hacerlo en persona, ¿dónde estás?»«Lo dudo, estoy en mi rancho»«¿Puedes volver? En verdad, necesitamos resolver esto»«Yo no veo manera de resolverlo, Margaret, los abogados hablaran por mí, en unos días volaré a Houston»Margaret se mordió el labio tratando de contener las lágrimas, tenia tanta angustia en el pecho que sentía que no podía vivir con ese estrés y esa angustia varios días, así que tomó la determinación de ir hasta el rancho para hablar con su esposo.Salió de su habitación en busca de Madison, necesita hablar con ella y pedirle ayuda.―¿Maddy, puedo pedirte prestado un coche? Necesito ir al rancho a aclarar las cosas con Peter. Y me gustaría dejar a Lucas aquí, no quiero que escuche una pelea entre su padre y yo.Madison miró los ojos enrojecidos de su gemela
Un mes despuésMarga sonrió feliz a la cámara y al fotógrafo, el hombre disparó varias fotos más y se levantó―Eso es todo, Margaret, estuviste maravillosa como siempre ―alabó el profesional.―Muchas gracias, ha sido un placer trabajar contigo de nuevo.Marga caminó hasta donde estaba Peter esperándola. Cuando llegó a él lo besó.―Gracias por esperarme y por la paciencia de estos tres días.―Has estado preciosa y muy profesional, me alegra de haber venido contigo y ver lo que haces.―Voy a cambiarme rápido, sé que Simón nos está esperando.―No te preocupes, tómate tu tiempo, me acaba de decir que aún está ocupado.Esa tarde se irían con Simón en su helicóptero a Corpus Christy donde pasarían el tiempo que faltaba hasta que le quitaran el yeso a Peter, tendría diez días para estar con su mamá y con Maddy y eso la emocionaba mucho.Aunque en el pasado había pasado tiempo sin ellas desde que nació Lucas y después de tantos peligros que había vivido apreciaba mucho más a su familia.Peter
―¿Problemas en el paraíso? ―preguntó Patrick a Peter esa noche al encontrarlo fumando en el porche. Era cerca de la medianoche y a pesar del dolor de la pierna se encontraba sentado afuera.―Imagino que ya te enteraste de que Margaret esta durmiendo con Lucas y tomó para sí la antigua habitación de Simón.―Sí, ¿Quieres contarme lo que pasó? ―preguntó su hermano-―Ella quiere seguir trabajando y yo se lo prohibí, es su deber quedarse en casa cuidando de su hijo.―¿Igual que lo hizo mamá con nosotros? ―preguntó PatrickPeter solo asintió.―¿Alguna vez viste a mamá feliz?―No, pero papá era muy dictatorial y no la dejaba hacer nada, además de celoso.―¿No te parece que te estás comportando igual? ―preguntó Patrick.―¿Qué? ¡No! Solo quiero que mi hijo sea feliz, que tenga a su madre cuando la necesite. Si hasta dejó de darle el pecho para volver a trabajar.Patrick encendió un cigarrillo para sí. Peter solo se quedó callado.―¿Te parece que Lucas es un niño infeliz? Porque yo no creo que
―No, Marga, te quedarás en casa atendiendo a nuestro hijo, no quiero que mi esposa se ausente largas temporadas solo por mostrar su cuerpo en una pasarela. ¡No puedes ser tan frívola!Durante un segundo Marga lo miró con el asombro reflejado en el rostro, después un espiral de rabia subió por su espalda y una sonrisa de desprecio se instaló en su cara.―Soy tu esposa, Peter, más eso no significa que sea de tu propiedad, si no lo recuerdas, la época de la esclavitud pasó, así que no eres mi dueño. Si piensa que obedeceré tus órdenes es que definitivamente no me conoces. Me casé contigo por tu miserable chantaje, me dije a mí misma que le daría una oportunidad a nuestro matrimonio por el bien de mi hijo... y porque tenía la duda de que quizás debí haberlo hecho en el pasado, pero con tu intento de prohibición acabas de matar cualquier oportunidad de llevarnos bien, así que ten por seguro que pediré el divorcio en la primera oportunidad. Marga salió de la habitación y a pesar de que tem
El diagnóstico de Peter fue de una fractura de pierna y algunas contusiones, el día fue largo y difícil para la pareja. Marga era un manojo de nervios y Peter estaba bastante adolorido. En la sala de espera estaba la familia reunida a excepción de Lucía y Meredith que fueron enviadas a la casa junto con los niños. ―Mi jefe de seguridad está en la estación de policía donde se llevaron a Roy, la fiscalía presentará cargos contra él por intento de asesinato, el tipo esta desquiciado gritando de que yo soy el culpable de la ruina de su familia y que todo lo hice por culpa de Margaret ―dijo Simón cuando les permitieron entrar a la habitación de Peter. ―¿Y eres el culpable de arruinar a los Thomas? ―preguntó Madison, aunque en su interior sabía que era muy posible que fuera cierto. ―No, no lo soy, es cierto que compré algunos hoteles cercanos a los suyos en Corpus Christy y sus alrededores y me volví su competencia, quería obligarlos a irse a otra parte del país para alejarlos de tu famil
Algún reportero debió haber visto a Simón o a Madison, o quizás ver a Margaret vestida de novia atrajo la atención, lo cierto es que al salir de ayuntamiento, la prensa rosa estaba al acecho tomándoles fotografías. Aunque los novios y la familia se mantuvieron en silencio no pudieron evitar que las imágenes llegaran a la prensa.Un almuerzo se ofreció en un reconocido restaurante de la ciudad donde solo asistieron los familiares más allegado y un par de amigos de los novios.―Esto no se parece en nada a tu boda anterior, amiga, te casaste con el Barton pobre cuando pudiste haber tenido al rico ―dijo la primera de ellas.―Casarse en el ayuntamiento no es nada elegante, debiste negarte y darte tu lugar ―afirmó la segunda ―. Aunque este restaurante es muy lindo y elegante no se parece en nada a la boda de tus sueños.―Quizás una boda elegante estaba fuera de sus posibilidades, no sean tan esnob, amigas ―replicó la tercera.«¿En verdad estas son mis mejores amigas?» Pensó Margaret. No las
El día de la boda Margaret se miró en el espejo y pensó que no era así como deseaba verse el día de su boda. Su vestido lo había comprado tres días antes, aunque era largo y de color crema, era sencillo, sus zapatos eran de tacón medio y su pelo lo llevaba suelto sin ningún adorno que la señalara como a una novia. No dio tiempo de hacer nada más.Miró su dedo y vio el anillo de oro blanco con diamantes que Peter puso en su dedo la noche que anunciaron su boda.Después de que Peter le contó lo que había sucedido cuando llevó a Verónica a su casa no le quedó de otra que aceptar que lo más conveniente era que se casaran de inmediato, para sacarle de la cabeza al padre la vaquera que Peter debía casarse con su hija.De eso hacía una semana.Madison y su mamá contrataron una organizadora de bodas para que se encargara de planificar el matrimonio que Peter le prometió por la iglesia, pero la verdad era que había perdido el entusiasmo. Aunque no les había dicho nada y las dejó seguir con los