Capítulo 1. Una promesa que Simón debe cumplir a toda costa.
El helicóptero de Simón Barton aterrizó en Xicoténcatl, el pueblo ubicado en el estado de Tamaulipas, México, donde vivía Lucía, su abuela materna. Esa mañana, mientras revisaba las estadísticas de la producción de su más reciente pozo petrolero, recibió una llamada de la señora.―Hola, abuela ―contestó dejando a un lado su tableta.―Dios me lo bendiga, hijito, ¿Cuándo vienes a verme?―Sabes que iré el domingo, como todos los domingos, ¿deseas que te lleve algo?―No, solo que me gustaría que vinieras un poco antes, tengo un poco de dolor de estómago y el médico del pueblo me quiere obligar a ir al hospital...―Voy para allá, abuela.Lucía Rodríguez era la única persona que podía alterar al imperturbable Simón Barton y el hecho de que ella admitiera un dolor le preocupa mucho porque su abuela era fuerte como un roble y jamás se quejaba. De inmediato, Simón se levantó de la silla, tomó el traje de su chaqueta, abrió la puerta de su despacho y se encontró a sus guardaespaldas acompañad
Leer más