El tiempo transcurría normal, o al menos así lo sentía Hester, él era tan amable y considerado con ella, solía acompañarla a todas partes, incluso le había cuestionado sobre el trabajo, él le había informado que había adelantado cuanto había podido para poder estar con ella más tiempo, y lo que saliera, se encargaría Mark. Sabía por Lola que la estaba pretendiendo, su amiga no quería salir con él porque tenía fama de mujeriego, pero igual se mensajeaban de vez en cuando, aunque estaba segura de que Lola no tardaría en caer.
- Aquí tienes –dice un muy feliz Faddei extendiéndole un plato con frutos rojos, a Hester se le habían antojado y él había corrido a buscarlos.
- Gracias –le sonríe antes de comenzar a comer, la abuela veía todo complacida, si llegaba a fallecer, le alegraba que su amada nieta no se quedase sola.
Hester no podía evitar sentirse feliz con cada detalle que él tenía hacía con ella, más pronto que tarde se dio cuenta que estaba enamorada de él, y también descubrió que le hacía ilusión tener a ese pequeño o pequeña, y se lo haría saber cuando estuvieran en la casa.
- He pensado en mudarme aquí, contigo –Hester se gira a verlo con sorpresa–, digo por lo que pueda querer el bebé, digo, si tienes un antojo o quieres lo que sea –balbucea, se sentía apenado por la diarrea verbal.
- También quería hablarte del bebé –se sienta en el sofá y lo invita a sentarse–, creo que esta bien que te quedes aquí porque he decidido tenerlo, y creo –su frase es interrumpida cuando él la abraza, sin pensarlo mucho la besa con emoción. El corazón de ella no pudo evitar latir con fuerza.
- No te arrepentirás de esto –le sonríe sosteniendo suave sus mejillas.
- Yo –se aclara la garganta–, decía que creo que es buena idea porque tenemos que hablar sobre los cuidados y en general, todo –Faddei asiente, todo sería diferente a partir de ahora.
- Claro, llegaremos a acuerdos, los que quieras –se pone de pie y va a la cama, la prepararía para ella, él se quedaría en el sofá, no sería cómodo pero estaría cerca por sí algo necesitaba. Se acerca al closet y saca una cobija.
- ¿Qué haces? –pregunta extrañada cuando le ve colocar la cobija en el sofá largo.
- Me preparo para dormir –dice suave, en su tono pudo detectar la obviedad de la situación.
- Yo, bueno, creí –pasa saliva, ¿por qué se ponía tan nerviosa? Dios santo, sólo iban a dormir, la cama era demasiado grande para no tocarse–, que tú, aquí –señala el otro lado de la cama, su cara debía estar muy roja–, o sea, es muy grande y así –mira a otro lado, era mejor que se callara de una buena vez.
- ¿No te molesta? –Faddei le sonríe, podía decir que verla así era un placer, por lo regular no actuaba de esa manera y verla apenada, la hacía ver muy tierna.
- No, esta bien –dice segura, toma el pijama y corre al baño para vestirse, además la ayudaba a calmarse.
Cuando sale él ya está en pijama, va a su lado de la cama y se mete bajo las mantas, tenía un poco de frío.
- Buenas noches Hester –dice suave mientras apaga la luz de su lado.
- Buenas noches Faddei –un bostezo sale tras decir aquello, se acomoda y de a poco se queda dormida.
Por la mañana él se había levantado temprano, necesitaba preparar el desayuno y concertar la cita para el médico, era momento de ver como estaban.
Lo primero que Hester noto al despertar era que estaba sola en la cama y encima tenía otra cobija, seguro había tiritado en la noche y él le había colocado otra cobija, sin poder evitarlo sonríe.
Se pone de pie, va al baño y tras una pequeña ducha sale, se había puesto pantalones calientes y un enorme suéter antes de bajar a la cocina, moría de hambre. Su sorpresa es grande cuando ve a Faddei revolviendo lo que le parecen, huevos, se acerca sonriendo, parecía concentrado.
- Buenos días Hester –le sonríe sin apartar la vista de la estufa–, hay fruta, miel, leche, agua para té y jugo, esto estará en un momento –ella asiente, se acerca para prepararse un té, sabía que no podía beber café–, por cierto, terminando el desayuno toca cita con el doctor, ya sabes, estudios de rutina –asiente mientras sopla la taza, huele, era de menta, se sentía muy bien.
- ¿Te molesta si no me cambio? Es que tengo algo de frío –susurra apenada, Faddei niega.
- Usa lo que te apetezca –lo ve apagar la llama y tomar el sartén para colocarlo en medio de todo, había pan tostado, un poco de tocino y pan, ahora que estaban mejor, volvería a cocinarle–. Sé que es sencillo, pero no puedo hacer nada más que esto –le confiesa apenado mientras comienzan a comer.
- Es perfecto, gracias –le sonríe antes de seguir comiendo.
El desayuno fue tranquilo, hablaban y reían, le gustaba esta cercanía.
Cuando terminan, Katina se ofrece a limpiar todo para que puedan ir al hospital, estaba feliz por sus señores y por el futuro bebé, esta casa lo necesitaba con urgencia.
Habían salido de la casa tras abrigarse, Faddei había sentido ternura al verla abrigada hasta las orejas, sólo podía ver sus ojos, y entonces un deseo apareció en su corazón, quería una niña, igual a Hester. Tras subir emprendieron la marcha, el hospital estaba a quince minutos, por lo que fue rápido, nada más llegar los hicieron pasar.
- Buenos días señores Grigoryev, adelante –el doctor con tono amable, Hester se quita el abrigo, la bufanda, los guantes y las orejeras, Faddei las toma todas, por suerte había calefacción en el consultorio–, recuéstese ahí, si es tan amable –ella asiente y hace como le pide, alza un poco su blusa mientras el doctor prepara todo, ya podía verse su vientre, era un pequeño bulto–, la veo mejor, espero que su alimentación haya mejorado –ella asiente apenada–, esto estará un poco frío –se disculpa antes de colocar el gel, se estremece pero pronto su cuerpo se adapta, el doctor coloca el transductor y comienza a moverlo. Hester sonríe viendo el monitor, podía ver su columna, su carita, por otro lado, Faddei sólo veía manchas negras–. Este es su corazón –le ve mover algo y entonces el sonido suena por toda la sala, lo que ella sintió en ese momento fue algo indescriptible, lloro sabiendo que haría lo que fuera por ese pequeño ser. Faddei sintió que todo lo vivido cobraba sentido, se sintió de tantas maneras que no podía definirlas todas, la que más se acercaba era dicha.
- ¿Y qué es? –la tonta sonrisa en su rostro no se iba, sin importar lo que pasará, lo amaría, bueno, ya lo hacía.
- Veamos –sigue moviendo el transductor, sonríe–, ahí esta –Faddei no miraba nada, sin embargo, pudo saber que ella sí que sabía.
- Es una niña –susurra bajo, no sabía si Faddei hubiese querido un varón.
- Es perfecto –parecía calmado al decir aquello, sin embargo, estaba dichoso porque eso es lo que él más deseaba, que fuese una niña.
- Listo, todo marcha muy bien –le extiende algunas toallas para que se limpie, Faddei se acerca para ayudarle–, los espero el siguiente mes –ambos asienten antes de salir, afuera Faddei le ayuda a ponerse toda la ropa, era un maravilloso día, o lo habría sido de no ser por el mensaje que Clarisse le envió, le decía que era una emergencia, algo respecto a unos asuntos de la mafia enemiga, sólo pudo suspirar y aceptar ir a verla, si quería quedarse con ese poder debía ir, hacerle creer que no habían quedado tan mal.
- Debo atender algunos asuntos, no tardo mucho –Hester ya estaba acostada, abrigada y con un calentador encendido, Faddei se moriría de calor, pero sólo pensar en su pequeña no le importaba nada.
- Ten cuidado –bosteza, se sentía muy cansada con poco que hiciera, incluso tomaba siestas largas con su abuela.
Faddei besa su frente antes de salir, esperaba que fuese algo de vida o muerte, o él se encargaría de matarla.
Ya empiezan a latir a la par esos corazones, veamos que pasa.
Yakov se detiene frente al hotel, según le había dicho Clarisse, se estaba quedando ahí por algunos problemas que tenía con otros integrantes, para ella era mejor estar ahí que cerca de esos tipos, a él poco le importaba, quería que le dijera eso tan importante que no podía esperar a mañana temprano. - La señorita Capshaw lo espera, señor –asiente sin decir nada más, toma la tarjeta y sube hasta el piso que le indicaron. Clarisse había sido muy clara, entra sin más, no quería hacerlo, prefería estar junto a Hester y su bebé que ver la desagradable cara de su ex. Entra tras pasar la tarjeta, frunce el ceño cuando ve que esta a oscuras, rueda los ojos mientras camina buscando el maldito interruptor, parpadea cuando la luz se enciende y entonces la ve, luce lencería muy fina y delgada que no deja nada a la imaginación, le sonríe coqueta mientras se acerca contoneándose, la verdad es que no le generaba nada, menos cuando a su mente venía el recuerdo de su única noche con Hester, el calo
Esa mañana no pudo ver a Hester a los ojos, si bien sabía que no había hecho nada malo, sentía que decirle los haría retroceder, así que le dijo que había sido una reunión larga, que había dormido unas horas en una sala de reuniones evitando molestarla tan de madrugada, ella pareció sospechar algo pero terminó por creerle, ¿por qué le ocultaría algo después de arreglar todo?Esa tarde se reunió con Mark y le relató a grandes rasgos lo que había pasado.- Esa mujer me tiene harta, si me dejarás encargarme de ella –dice él molesto, aunque sabía porque la dejaba vivir, aún necesitaban el control que ella tenía sobre los enemigos.- Sólo debo ser paciente y mucho más listo, me siento como un imbécil por haber caído en ese juego, cualquiera pudo notar la trampa –dice antes de vaciar su vaso, el cantinero le sirve otro.Cerca de media noche ambos se retiraron, lo que más le gustaba a Faddei de volver a casa era verla dormir con el centenar de cobijas encima, él alzaba unas dos mantas, se ac
Hester había decidido no ir con su abuela hoy, estaba cerca de los siete meses y le costaba un poco de trabajo moverse, tenía hambre y sueño la mayor parte del tiempo, así que había decidido estar un rato en el jardín trasero con algo de comida. Miraba a los perros guardianes jugar, solían dejarlos salir unas horas por la mañana para que se distrajeran; mientras acariciaba su vientre, podía imaginarla como su madre o parecida a su abuela, quizás tendría algún rasgo de los padres de él, de los cuales le había hablado un poco, quizás sería buena idea pedirle una fotografía, al menos podría saber si ella tendría rasgos de ellos o de sus padres. Sonríe al sentir la pequeña patada, parecía más despierta cuando le hablaba alguno de los dos, se sentía muy dichosa. Se pone en alerta cuando ve a los perros correr hacia el frente, algo atípico de ellos. Su inquietud aumenta al escuchar el escándalo dentro de la propiedad, se gira para ver las puertas de cristal abrirse y dos hombres entrar,
Había comenzado a llorar al recordar lo que sintió cuando le hablaron del hospital aquella vez que su abuela se había puesto muy mal, ve a Clarisse sonreír y eso la alivia, parecía que la había engañado, baja la cabeza dejando que el cabello cubra su cara.- ¿Te das cuenta lo mucho que me ama y que no puede resistirse a mí? ‒se jacta con tono victorioso, muerde su labio evitando decirle algunas cuantas verdades, había conocido personas con algún trastorno mental, pero ella estaba a otro nivel.- Basta ‒su voz había salido ahogada, Clarisse ríe. Siente un tirón en su cabello, chilla al tiempo que alza su rostro, la ve tomar su teléfono y después, sacarle una foto, suelta su cabeza con algo de fuerza y la maldice por lo bajo, era probable que su destinatario fuera él.- Me encantaría ver su cara al ver esta foto, seguro se estará burlando de ti y de tu patético sentir ‒tira suave de su cabello, si tuviera las manos desatadas seguro le hubiese dado una buena bofetada, pero debía aguantar
Clarisse miraba con desprecio el vientre abultado de Hester, ella no tenía intención de ser madre, pero si lograba casarse con Faddei tendría que darle un hijo para quitarle el poder al engendro que llevaba esa mujer.- Pobre de tu hijo, no ha nacido y su padre no lo querrá ‒dice con fingida pena, Hester muerde su labio, debía pensar como seguir entreteniéndola, no sabía cuánto tiempo tardarían en venir por ellas, una idea nada agradable vino a su mente, perdóname pequeña mía, no es en serio, piensa mirando su vientre.- Quiero que me ayudes a no tener a este bebé ‒dice con voz apagada, no le diría el sexo de su pequeña, ya se sentía mal por decir aquello‒, no quiero tener al hijo de ese infiel, lo único que ha hecho es mentirme y usarme ‒había comenzado a llorar de nuevo.- Claro que no, eso le corresponde a él decidirlo ‒le dice con burla‒, pero seguro que te dirá que no lo quiere y te llevará a dónde puedas abortarlo o yo qué sé ‒se encoge de hombros.Ella sigue llorando mientras p
- ¿Faddy? ‒lo mira con sorpresa, lo ve hacer una seña y pronto siente un cañón en su nuca. - Se acabo Clarisse, me tienes tan harto que me importa bien poco el poder que tienes, te mataré de una buena vez, debí dejar que Mark te matara hace mucho ‒suelta con fría calma, sin embargo, sonríe‒, mátala y desaparece su cuerpo, ya veremos que inventamos ‒el hombre detrás de ella asiente. - Estoy embarazada de ti ‒casi había gritado aquello, él no se inmuta, sabía que era imposible que sucediera ya que no estuvieron juntos‒, y si me haces daño te expondré ante todo el mundo, el matrimonio falso, como engañaste a tu estúpida y abnegada esposa con tu ex y que me mataste para limpiar tu error, hay una persona de mi absoluta confianza que sacara a la luz todo esto si no me reporto en dos días ‒el hombre detrás de ella había relajado el dedo en el gatillo, miraba a su jefe esperando órdenes. - M*****a ‒sisea bajo, pasa la mano por su pelo antes de abofetearla con fuerza lanzándola al piso, ella
Otro mensaje lo hace maldecir a Mark.Mark: No es cierto, te esperamos en casa y ahí te explico todo, Hester.Estaba seguro que esta vez a quién mataría sería a su mejor amigo, suspira aliviado, eso no era gracioso, para nada.Una vez llega a la casa, nota que ya han limpiado, entra casi corriendo.- La señora está en su habitación señor ‒escucha a Sergei y asiente antes de correr escaleras arriba.Entra en la habitación sin llamar, ella se gira para verlo ya que estaba quitándose el suéter, se acerca y toma con cuidado su rostro antes de besarla con suavidad al inicio y con mayor intensidad conforme pasan los segundos, la pega a él con cuidado, quería sentirla, saber que estaba bien y entera. Desliza la mano hasta su vientre, su pequeña estaba ahí también.- ¿Estás bien? ‒susurra sobre sus labios una vez que termina el beso‒, corrijo, ¿están bien?, ¿tú y la bebé? ‒mira su vientre, acaricia suave, con amor.- Ambas estamos bien, y lo que te dijo Mark es medio verdad ‒muerde su labio‒,
Al día siguiente comenzaron a mover las cosas de Hester a la habitación de Faddei, si podía definirla, usaría la palabra sobria, no había nada, parecía que casi no pasaba el tiempo ahí, y teniendo en cuenta que durante varios meses habían dormido en su habitación, suponía que era normal que se viera así. - Puedes hacer los cambios que desees, sólo quiero que estes cómoda ‒besa su cabeza mientras ella observa a las chicas de servicio acomodar su ropa. - Quizás algunas fotografías, un edredón diferente, cortinas ‒susurra mirando a todos lados. - Hester, ahora que mencionas las fotografías, me gustaría hacer una sesión de bodas después de que nazca nuestra pequeña, y quiero una sesión de ella también, si estás de acuerdo ‒ella le asiente sonriendo. - Sería lindo, podemos colgar las fotos por todos lados ‒eso sería bello, que cada vez pareciera más una casa cálida que sólo una morada. - Se hará como desees ‒besa su frente sonriendo‒, ya que casi terminan, ¿te parece salir a desayunar