- M*****a, mil veces m*****a, te mataré ‒grita antes de toser, apunta y dispara, sonríe al escuchar el grito de ella.
- Se acabo Clarisse ‒se gira a la voz de Mark, sí, al fin todo sería suyo‒, fue tan fácil, ¿no lo crees? ‒él sonreía de una manera extraña, sin darle tiempo a reaccionar él alza la mano y le dispara en medio de la frente, lo único que pudo hacer fue una gran o con la boca antes de caer muerta‒. Ya pueden apagar el gas ‒dice mediante el comunicador que traía en la ropa.
- ¡Mark! Ayúdame a sacarlo de aquí ‒le grita con desesperación, este se acerca y lo alza con cuidado, sale mientras sus hombres se encargan del resto, podía ver que algunos todavía luchaban pero otros se habían dado por vencidos al escuchar las declaraciones de esa mujer, además Faddei seguía en la jugada por lo que tomaría represalias, ahora que Clarisse estaba muerto, no había quién pudiera competir contra su amigo, todo era suyo.
Una vez fuera Hester comenzó a revisarlo, gracias al cielo la bala se había incrustado en el hombro derecho, lo que no ponía en riesgo su vida, suspira mientras intenta detener el sangrado con un botiquín que tenían en uno de los autos.
- Tranquila Hest, va a estar bien, después de todo: “hierba mala nunca muere” ‒le guiña un ojo, ella suspira. Mark le había enviado un mensaje minutos antes de que llegará, ahí le explicaba que él estaba como doble agente, le hacía creer a Clarisse que había traicionado a Faddei por orden de este, él había soltado un par de información que hicieron que ella confiara en él, el micrófono había sido preparado con anterioridad para hacerles saber a las familias pequeñas que no tenían oportunidad.
- Aunque digas eso ‒acaricia su rostro, sus manos estaban llenas de sangre, al menos había logrado hacer un torniquete. Ve sus parpados temblar antes de que abra los ojos, le dolía como el maldito infierno su hombro, al ver a Hester con expresión tan preocupada sólo pudo pensar que habían fallado y ahora ella también era rehén.
- Lo lamento Hest, yo no pude mantenerte a salvo ‒Hester niega colocando un dedo en los labios de él.
- Hermano, estamos a salvo, Hester tuvo una idea fantástica y nos sacó de ahí, todo acabó por fin, ella está muerta ‒ella asiente, Faddei suspira de alivio, se alza sin importarle el dolor, toma suave su rostro con su mano buena y la besa con amor, claro que ella lo había hecho, no había nada en este maldito mundo que ella no pudiera hacer.
- Debemos ir al hospital ‒susurra nada más separarse, él asiente haciendo una mueca ante el dolor.
- Sí ‒con ayuda de Mark lo habían subido al auto y nada más llegar al hospital había sido atendido de inmediato, debían extraer la bala ya que no había salido.
Los siguientes días fueron un caos, los pocos que le eran leales a Clarisse fueron asesinados tras oponerse, los líderes de las pequeñas familias se había disculpado y accedido a un trato donde no volverían a revelarse.
Ahora que la mafia era suya por completo, podría recuperar a su familia, había visto poco o nada a Hester en el hospital, pero la entendía, su pequeña Darice la necesitaba.
Cuando lo dieron de alta regreso, estaba seguro que ella estaría ahí esperándolo, pero se encontró con la casa vacía y el folder con el acta de divorcio firmada.
- ¡Dimitri! ‒grita girándose a la puerta, el hombre entra corriendo‒, busca a Hester en la casa de su abuela y hasta debajo de las rocas si es necesario, necesito que la encuentres ‒el hombre asiente antes de salir, necesitaba hacer las cosas bien, todo esto que tenía no servía si ellas no estaban a su lado, ¿de verdad le había creído que no la amaba? Quería creer que ella tenía algún plan o una buena razón, él sólo sabía que sin ellas nada de esto valía la pena.
Ya sé que este capítulo es corto, pero ya viene el epílogo que será más largo y donde daré por finalizada la historia.
Había pasado más de un mes sin tener noticias de ellas, eso lo estaba desquiciando. - Faddei, necesito hablar de algo importante contigo ‒dice Mark sentándose frente a él, había analizado la situación con detenimiento y él ya no lo necesitaba como al inicio. - ¿Qué pasa?, ¿ocurre algo malo? Sólo el cielo sabe que no podría con otra cosa ‒frota su rostro. - No es nada malo, al menos eso espero ‒le sonríe bromista‒, después de todo esto me di cuenta que me enamoré de Lola, es amable, dulce y considerada, sin embargo y viendo como fueron las cosas con Hester, no podría arrastrarla a esta vida, así que he decidido retirarme y llevar una vida normal junto a ella, estaremos en contacto y si me necesitas, ahí estaré, ¿verdad que comprendes? ‒Faddei asiente, lo entendía muy bien. - Haz lo que te haga feliz amigo mío ‒se pone de pie y lo abraza, ya no usaba el cabestrillo pero tenía que tener cuidado. - Gracias ‒lo abraza con fuerza, lo suelta antes de salir, suspira una vez fuera de la ma
Estaba cansada, adolorida, tenía sueño y harta de los constantes acosos de aquel hombre, y claro, como siempre que ocurría, la persona con más poder era la víctima, no malinterpreten, amaba lo que hacía, ser enfermera era lo más cercano a un doctor, ella habría querido serlo pero sus posibilidades no se lo permitieron, así que optó por enfermería, le encantaba atender a los pacientes, los sentía como de su familia. Pero también estaban tipos nefastos como el doctor Cranston, que pretendía a todas las mujeres de aquel pequeño hospital a pesar de ser un hombre casado, pero ella no quería y no tenía el tiempo de seguirle el juego, y eso lo molestaba mucho.Lo único que le importaba era su abuela, pagar las deudas y sobrevivir un día más sin caer en colapso por estrés ya que era la única que trabajaba, la pensión de su abuela no era mucha y su padre, su querido y desobligado padre no aportaba nada, salvo problemas y más deudas.Se dejó caer en el asiento del autobús, esta semana había est
- Bueno, entonces le pagaré a usted, deme su teléfono o algo –lo único que quería era largarse de una buena vez.- ¿Crees que podrías? –la mira con burla, era bonita pero no una belleza–, en realidad sí –la ve dar un respingo por la sorpresa–, salgan, necesito hablar con ella en privado –hace un ademán con la mano, Dimitri se acerca y hace como pide.- No me voy a acostar contigo, si pretendes que con eso te pague –sentencia seria, ella no iba a hacer nada que fuera contra sus principios.- ¿Qué? –comienza a reír con ganas–, no me acostaría contigo ni aunque fueses la última mujer en la faz de la tierra –la mira con fría burla, ella se sonroja pero en sus ojos puede ver ira contenida.- Que bueno es saber que compartimos el sentimiento de repulsión hacia el otro –se encoge de hombros como si hubiese anunciado el clima, eso lo molesto, estaba acostumbrado a que todas las mujeres se pusieran a sus pies con sólo una sonrisa–. Entonces, ¿cómo pretendes que te pague? –por una ayuda que no
- No comeré nada ‒se gira con los brazos cruzados cuando una de las sirvientas deja la charola, no había comido nada desde que llegó, estaba en huelga de hambre, a ver si muerta le servía de algo.- Señorita, por favor ‒insistía la joven sirvienta, ella se había negado siquiera a ver la comida.- Sal, ya ‒ordena Faddei nada más entrar en la habitación, la chica asiente cerrando la puerta tras de sí‒, estas agotando mi paciencia mujer ‒dice bajo con ira contenida, ella se pone de pie y toma un florero, lo tira al suelo y toma un trozo, lo lleva a su garganta.- Si no me dejas ir me corto el cuello, no te voy a servir de nada muerta ‒intenta no sonreír, debía ver que hablaba en serio.- Bueno, quizás te interese lo que tengo para decirte ‒lo mira con desconfianza, no bajaría el trozo de cerámica‒, supe de muy buena fuente que tu abuela esta hospitalizada, al parecer el estúpido de tu padre le dijo lo que hizo, así que por la ira se puso grave y la internaron en ese horrible hospital don
No estuvieron en aquel salón más de 3 horas, habían hecho todo lo que se hace en una boda, vals, cortar el pastel y tras un brindis, se habían despedido alegando que ella estaba cansada, pudo ver en la cara de todos que pensaban que se iban para tener la anhelada noche de bodas, y debía admitir que temía que quisiese que pasara algo entre ellos, no era virgen por gusto, en realidad alguna vez pensó en perderla con alguien experimentado, pero siempre estaba ocupada y ese momento jamás se dio, quiso pensar que algún día encontraría al hombre de sus sueños y con él lo haría, ahora quizás la perdería con un extraño.La ayuda a subir al mercedes negro porque sabía que los fotógrafos seguían ahí, pero estaba segura que la abría subido con violencia, como la primera vez. Él había dado la orden de regresar a la mansión, apretaba el costoso vestido intentando alejar los nervios.- Veo que fuiste sensata esta tarde, espero que lo seas siempre o ‒ella rueda los ojos y lo detiene de manera brusca
Hester veía el monitor de su abuela mientras pensaba en todo lo que había pasado, parecía que fue ayer, y quizás lo era, no lo sabía con certeza.- Quizás no me gusté su forma de hacer las cosas, es un mandón de primera y bastante temperamental, pero debo agradecerle por haberme sacado de ese lugar –le cuenta bajo a su abuela–, también está pagando tu tratamiento, ni vendiendo todos mis órganos podría pagar una sola hora en este hospital, te prometo que se lo agradeceré como es debido –besa su mejilla, las enfermeras la habían dejado estar otro ratito.- Ya no podemos extender más esto –dice una de las amables enfermeras, asiente mientras sale, tras la llamada con su mejor amiga había ido con la recepcionista para preguntarle quienes se encargaban de cuidar a su abuela en los diferentes turnos, una de las enfermeras encargadas de ese piso le había dado toda la información, Hester le había contado que también era enfermera sólo que ella trabajaba en un hospital público, eso hizo que la
Estaba asustada, se había despertado sintiendo que todo le daba vueltas, y se había preocupado cuando notó que no podía ver, creyó haberse quedado ciega, poco después se dio cuenta que tenía una venda en los ojos y que estaba amarrada a una silla, agudizo el oído y notó que estaba sola, eso le dio tiempo a pensar en quién pudo haberla secuestrado, quizás su padre con ayuda de algún enemigo de su nuevo esposito, aunque lo dudaba, su padre no tenía forma de saber dónde estaba su abuela y mucho menos que ella iría a visitarla, a menos que la hubiese seguido o hecho guarda durante muchos días, algo que le parecía poco creíble teniendo en cuenta que su padre amaba apostar más que otra cosa en el mundo, entonces sólo le quedaba la idea de que era algún enemigo, uno de los muchos que tenía Faddei. A los pocos segundos pudo escuchar una puerta abrirse y a alguien entrar, las botas resonaban contra el piso, eran de un hombre, lo supo por lo pesadas que se escuchaban, también pudo sentir que e
Había estado meditando durante esos días, y había llegado a la conclusión que nada ganaba con esto, él no iba a cambiar de parecer, así que era hora de aceptarlo y seguir, quizás en un punto lograría convencerlo, con esto en mente, se fue a dormir.Faddei se despertó más temprano que de costumbre, quizás porque ayer le había llegado todo el cansancio de golpe y se había dormido temprano.Hizo su rutina de todos los días, baño, entrenamiento y regadera antes de irse a la cocina, grande fue su sorpresa al ver que Hester estaba ahí.- Buenos días –le dice suave, deja un plato en la isla de la cocina–, siéntate, ahora te sirvo el café, cargado y sin azúcar, ¿verdad? –él asiente mientras se sienta, la observa servir el café y dejarlo frente a él, mira el desayuno y se sorprende al ver que era su comida favorita, un platillo tradicional ruso que mi madre me hacía en la infancia, syrniki–, no sé qué prefieras, si mermelada o miel, así que te dejo ambas –se gira tras dejar las cosas frente a