Abby Adams vive tranquilamente en una granja remota en algún condado lejano y olvidado del país, deseando olvidar el pasado que aún la persigue y que tanto la mortifica. Su paz se ve arruinada cuando una mañana se encuentra con un hombre herido en medio de los campos, al cual decide brindar ayuda, solo que nunca imaginó que aquel desconocido sería tan importante, mucho menos se le pasó por la cabeza que sería El Presidente de la nación, ni mucho menos contempló la posibilidad de que surgiera algún tipo de atracción, amor y deseo entre ellos mientras curaba de sus heridas. ... Jack Russell trabajó arduamente toda su juventud para ser presidente de los Estados Unidos, y ahora que lo logró, diez años después, sabe que su vida corre peligro, después de todo, muchos no están de acuerdo con sus ideales ni mucho menos que sea tan joven para estar al mando de un país entero. Pero el mandatario no contaba con que lo atacarían sorpresivamente, así que hará cualquier cosa para mantenerse a salvo, así sea escondiéndose de sus enemigos en una granja remota donde conocerá a su primera dama.
Ler mais~ABBY~Sus palabras se repiten en mi mente como un disco rayado y como un eco a lo lejos, tomándome por sorpresa, pero también haciendo que mi corazón se salte un latido.Estoy sorprendida, aturdida, conmocionada y, sí, también emocionada. No puedo creer lo que acaba de pedirme.¿Realmente me está pidiendo que vaya con él o solo se trata de mi imaginación jugándome una sucia broma?Mi mente es un caos que va a la misma velocidad con la que late mi corazón, rápido y sin sentido alguno. Creo que va a fallar en cualquier momento si sigue palpitando de esa manera tan fuerte y rápida.¡¿Cómo es posible que me pida que me vaya con él de un momento a otro?! ¡¿Por qué me pide eso?! ¡¿Enloqueció?!¿Siquiera está pensando con cordura o solo se trata del nubarrón que causan los orgasmos?Si solo me lo dijo tras el sexo... Claro, él debe estar gastándome una broma, porque si no, ¿qué otra razón lo llevaría a pedirme tal cosa?Solo es una broma... Una muy mala, por cierto. Una que no causa risa y
***—... Y todos están pidiendo que des un comunicado desde donde quiera que te encuentres resguardado, pero no por tus redes, sino dando la cara. Incluso hubo una periodista que mencionó que habías muerto y que el estado estaba encubriendo tu muerte hasta que encontraran un doble que ocupara tu lugar y así nadie se diera cuenta. También dijeron que el supuesto atentado es una estratagema porque planeas lanzarte de nuevo como presidente en las próximas elecciones.Suelto una risa, porque hay periodistas que son muy ocurrentes y dicen cualquier disparate para crear un caos mediático de absolutamente todo. No son todos, hay muchos que hacen un excelente trabajo y son muy profesionales, pero otros dejan mucho que desear, como si solo buscaran qué pescar sea falso o verdadero solo para ganar unos cientos de billetes.Luego de una excelente y deliciosa sesión de sexo, Abby y yo nos sentamos en el sofá a comer algunos dulces que trajo, ella recostada en mi piernas mientras le acaricio sus c
~JACK~He de admitir que no me gusta el encierro, quedarme quieto e ignorar todo lo que sucede a mi alrededor. Ahora que Abby no está y la casa se siente tan desolada y hay demasiado silencio, es inevitable que no me sienta frustrado ni desesperado al no saber absolutamente nada. Es inevitable no sentirme triste y abatido. No sé cómo hace ella para no enloquecer con tanto silencio y tanta soledad. Me pregunto cómo acalla todos los malos pensamientos que la atacan estando sola en medio de la nada. No sé cómo soporta todo el silencio que hay en este lugar. Y, aunque a veces me siento tan tranquilo, otras, como en este instante, no me hallo estando aquí. Aunque confío en Anthony a plenitud y sé que debe estar sobrellevando toda esta locura con su sensatez e inteligencia, es inevitable no pensar en cómo está la situación en La Casa Blanca. El deber con mi pueblo, con todos aquellos que me dieron su voto y creyeron en mí me llama, me insta a querer regresar sin tener que esperar como di
Ya quedó bastante claro que ir a la ciudad no es mi cosa favorita. Por lo general, Justin es el que cobra los cheques por mí y me hace algún que otro mandado, así yo evito ir a lugares que no me gustan.Pero mi vecino no ha vuelto a venir, lo que quiere decir que aún no ha llegado del viaje con su padre.Así que muy a mi pesar y deseosa de seguir en casa con Jack, Trinity, Kansas y Nerón, me pongo en marcha. El viaje es largo y tedioso, pero, como muchas veces lo he hecho, me tomará más en ir y volver que lo que voy a estar en la ciudad.Mi cabeza que, por lo general, está llena de malos pensamientos y mi alrededor siempre en un silencio descomunal, está rebasada pensando en Jack, en sus besos, en sus caricias, en esa forma tan sexi en la que me mira y me desarma. Estoy tan llena de él —y no solo en el sentido sexual—, que, incluso, me aterra la soledad y al silencio cuando se vaya.Ese hecho es algo que aún no hemos hablado y sé que pronto llegará el día en que deba irse, pero, por p
El agua recorre mi cuerpo desde algún punto de la ducha, mientras mantengo los ojos cerrados, disfrutando de cada una de las sensaciones que me invaden todo el cuerpo y acrecientan el intenso calor que late entre mis piernas con gran desesperación.Un nuevo gemido se me escapa, uno más sonoro que el anterior, y me arqueo todo lo que puedo para sentir el roce de su lengua con mayor intensidad.Estoy pegada al cristal de la ducha, con la cara y las manos contra el vidrio y el culo en pompa, entre tanto, Jack está de rodillas detrás de mí, sujetando mis nalgas entre sus manos y llevando su lengua de abajo arriba, de adentro hacia afuera y chupando de una manera tan experta mi vagina que apenas si puedo mantenerme en pie.Sus manos estrujan mi trasero y me aprietan contra su boca, haciéndome sentir un delicioso cosquilleo debido a su aliento caliente y la humedad de su boca.No sé cuánto tiempo lleva comiéndome el coño, pero ha sido suficiente para tenerme gimiendo, moviéndome contra su b
Su boca abandona la mía para emprender un recorrido lento por mi barbilla, dejando suaves y húmedos besos a su paso mientras sus manos acarician los costados de mi cuerpo de arriba abajo, por mi cintura en dirección a mi espalda y regresar a mis caderas y apretar mi carne de una forma que me hace sentir un pálpito muy intenso entre las piernas.Tiro la cabeza hacia atrás, permitiendo que sus labios recorran la piel de mi cuello, donde besa con suavidad, mordisquea con ímpetu y succiona con fervor, haciéndome gemir y morderme los labios con fuerza.Su boca es ardiente sobre mi piel, besando, lamiendo, chupando y volviéndome completamente agua en sus brazos. Besa mis clavículas y deja una estela de besos que se pierden por el valle de mis senos, por encima de la ropa, y sus manos se atreven a ir a mis muslos, en dirección a mis caderas pero por debajo del vestido.Vibro bajo sus grandes y cálidas manos, y gimo ruidosa cuando sus labios acaparan una de las cimas fruncidas de mis pechos p
Las fajitas de pollo con verduras son las más ricas que he comido en mucho tiempo. Si bien Jack me hizo de comer los días que estuve enferma, los caldos no tienen punto de comparación con la cena que preparó para esta noche. No sé qué ingredientes usó, pero todo tiene un sabor delicioso que me tiene comiendo con demasiado entusiasmo, como si no hubiese comido nada en mucho tiempo.—¿Te gustó la cena?—Me encantó. Todo te quedó muy rico —lo halago, llevando un nuevo bocado a mi boca—. ¿Con qué las sazonaste? Están deliciosas.—Con todo un poco de lo que tenías en la alacena —ríe—. ¿Sabías que tenías productos vencidos?—Lo sé, nunca hago nada de lo que tengo ahí. Es decir, sí cocino, pero compro demasiado y yo sola no puedo con todo, así que muchas cosas se echan a perder —digo con pesar.—Bueno, me deshice de todo lo vencido antes de que termine en nuestros estómagos.Su comentario me tiene riendo, pero es muy cierto, por eso dejé de comprar tanta comida cada vez que voy al pueblo, po
La emoción y los nervios que siento me tienen al borde de enloquecer. Una cita es algo que hace mucho tiempo no tenía, años en los que salí con un hombre y me dejé seducir por un momento tan íntimo.Aunque con Edward salí muchas veces antes de que cambiara, en ninguna de esas salidas sentí que mi corazón iba a salir expulsado de mi pecho, que las manos me sudaran tanto o que sintiera como una especie de vacío en mi estómago. Con él siempre fueron premeditadas las salidas, si no me llevaba a su restaurante favorito, íbamos a bares a bailar y beber.Esta cita es tan diferente en todo el sentido de la palabra, empezando por el hecho de que no me esperaba que Jack tuviese intención alguna de llevarme a cenar.Me siento emocionada, no lo voy a negar. Mi corazón no ha dejado de latir frenético desde que me dijo tales palabras y luego me besó por eternos minutos, besándome con esa calma y ternura que tanto me derrite en sus brazos.Sus besos son demasiado, me sobrepasan, me elevan a lo más a
Observo a Jack ayudarle a Justin a cargar los sacos de maíz y subirlos a la monstruosidad que tiene por auto. Mi joven vecino esta vez no llegó a tiempo para ayudarme a recoger la cosecha, por lo que se ofreció a llevarla a la ciudad por mí.Hay algo bueno en lo que veo —realmente muy bueno—, y es a Jack sin camisa, sudado y haciendo todo ese esfuerzo físico de cargar los sacos sobre sus hombros y descargarlos en el auto. Es una vista maravillosa, una de la que no estoy dispuesta a perderme ni un segundo, y que, en verdad, deseo que se repita en más de una ocasión.Pero yo sé que esto no será más que de una sola vez, así que pienso disfrutar mientras dure.Ahora no quiero pensar en el hecho de que va a irse en algún momento y nuestras vidas seguirán su rumbo.No quiero pensar en que me quedaré sola y que no quiero estar más tiempo así.Aparto ese mal pensamiento —porque estoy decidida a no seguir dejándome arrastrar por lo malo que viví—, y tomo un sorbo largo y pausado de mi gaseosa,