—¿Cómo te sientes? Se te ve mejor semblante.Estuve cinco días paleada en cama, nunca una gripe me había dado tan fuerte, y de no ser por todos los cuidados de Jack, no sé qué hubiese sido de mí en este momento.Aunque aún siento molestias en la garganta, lo más importante es que la fiebre y el malestar general se fueron definitivamente. Y nada me hace más feliz que poder levantarme de la cama y salir de mi habitación, sentía que me estaba asfixiando del aburrimiento.—Sí, de hecho, me siento muchísimo mejor. Gracias por estar al pendiente de mí cuando no era necesario que lo hicieras. También te agradezco por cuidar y darle de comer a Trinity, Kansas y Nerón. No debiste tomarte tantas molestias.—No agradezcas, era lo mínimo que podía hacer por ti. Y deja de decir que es una molestia, porque te juro que no es así. Tus cachorros son un sol, obviando a Nerón que solo sabe revolcarse en el lodo y hacer drama cuando lo quieres bañar —reímos, mirando al Husky que está tranquilamente tendi
Sacudo mis pensamientos y me inclino hacia él, pero el espacio en el sofá es tan reducido que opto por arrodillarme en el piso y así darle una mejor ojeada a su herida, algo que lo obliga o por inercia —quiero creer que es lo segundo—, a hacerme un lugar entre sus piernas.Esto es una malísima idea.¿En qué estaba pensando cuando le dije que le revisaría la herida? Peor aún, ¿en qué rayos estoy pensando al situarme entre sus piernas y quedar en esta posición tan… sugestiva?Bien, seré veloz: quitaré los apósitos, revisaré su herida y la volveré a cubrir. Eso no es algo del otro mundo y, teniendo en cuenta que ya lo he hecho muchas veces, no debe verse de otra manera, ¿verdad?Eso si mi mente no se desfigura y empieza a irse por un lado que no debe, pero es inevitable cuando todo su desnudo torso y esos brazos tan fuertes están a una distancia muy mínima de mis ojos. Creo que me sonrojo ferozmente en lo que evito hacer contacto visual con él, pero no sé si mirar hacia el suelo, la pare
El aire frío que golpea mi rostro cuando salgo de la casa me asfixia por un segundo y la sensación de ahogamiento se agudiza, así que me detengo en la marquesina y tomo respiraciones lentas y profundas que ayuden a calmarme.Es tan desesperante sentir que te ahogas, que no puedes respirar, y es aún más desesperante no poder controlar esa horrible sensación.Inhalo hondo y suelto todo el aire retenido por la boca de manera lenta, tal como me enseñó el psicólogo que me vio durante mi estadía en el penal, y me obligo a regresar al presente y dejar el pasado donde se supone que debe estar: atrás, en el olvido, enterrado bajo tierra.«Edward está muerto. Él no va a volver, él no va a tocarme nunca más, él no va a hacerme daño. Soy libre, por fin lo soy. No tengo por qué seguir temiendo». Me repito como un mantra esas palabras, recordándome una y otra vez que todo ese infierno que había vivido ya acabó, que hoy era libre de esas cadenas que me ataron por mucho tiempo y me hicieron tan in
~JACK~Puede que en un principio haya pensado que Abby era una loca huraña que no le gustaba convivir con las demás personas, e incluso llegue a pensar que le hacían falta varios tornillos en la cabeza, porque he de admitir que no es normal que una persona se excluya tanto hasta tal punto no de tener ni la menor idea lo que sucede más allá de su alrededor, pero escuchar las razones que la llevaron a aislarse del mundo entero —su historia—, sin duda alguna, hacen que sienta un puño atravesado en mi garganta que no me deja respirar como es debido.Su vida fue tan dolorosa, y a juzgar por su reacción, ella aún lucha con todo ese sufrimiento que vivió, aún teme a que le hagan daño, aún, de manera inconsciente, cree que ese bastardo que no la supo valorar y la dañó tanto, regrese a su vida.Su mirada triste, llena de pánico y dolor, su voz rota y el cuerpo tembloroso es una señal de que aún sufre, de que aún le afecta todo lo que vivió y quizás no ha podido olvidar. Pero luego de pasar por
~ABBY~Miro una vez más por la ventana, observando que Jack sigue sentado bajo la marquesina, en las pequeñas escalas que dan hacia la casa. Tiene la mirada pérdida en algún punto del suelo, sus manos o sus pies, no lo sé. Solo sé que desde aquí puedo verlo mirando hacia abajo, con los hombros decaídos y, cada cierto tiempo, pasándose las manos por el cabello o sujetándose la cabeza entre ellas, negando y resoplando. Desde que recibió esa llamada ha estado ahí sentado, en silencio, como si estuviera pensando en muchas cosas y a la vez en nada. Lo que sea que le hayan dicho, tuvo que ser muy malo como para que se vea tan afligido.Me alejo de la ventana y doy una vuelta por la sala, debatiendo si salir a preguntarle si todo está bien o esperar a que entre. No quiero ser una entrometida, pero no voy a engañar a nadie, siento demasiada curiosidad por saber qué le dijeron. ¿Eso querrá decir que llegó el momento de que se vaya? Me es inevitable no pensar en la posibilidad y sentirme ext
Sonrisa+torsodesnudo=Caliente—Sé que aquí no hay mucho que hacer ni se puede comparar con tu trabajo en la ciudad, pero, aunque no lo creas, sí que te distraes ya sea hablando con Trinity. Además, limpiar el establo te quita bastante tiempo, así como Nerón no deja que te aburras ni te estés demasiado tiempo quieto. Y lo más importante de todo es el trabajo en las cosechas. ¿Qué creíste? ¿Qué ellas se mantenían solas? Y cinco días sin cuidados no son algo bueno —voy diciendo con demasiada efusividad y entusiasmo mientras nos dirigimos hacia los campos de maíz—. Al menos no lo es para mí economía. Si pierdo esta cosecha no tendré qué comer, bueno, no vamos a tener comida en nuestra mesa. —Jamás dije que te la pasaras todo el tiempo sin hacer nada, Abby. Dije que la tranquilidad de este lugar no te la puede brindar ningún otro lado —asegura, sonando divertido—. Y por más que quise ayudarte, esto de tener los cuidados en sembradíos de maíz, debo aceptar que tengo nulo conocimiento. —Er
Me derrito como helado en pleno verano entre sus brazos, debido a ese beso que está logrando arrebatarme hasta la consciencia.Sus labios son expertos y su lengua muy habilidosa. Me roba todo el aire con la profundidad y fiereza con la que me besa, me mordisquea y succiona el labio inferior y hurga con su lengua dentro de mi boca, jugueteando con la mía de manera arrolladora, húmeda y caliente.Su mano, la que mantiene en mi cuello, se aprieta con suavidad, manteniéndome firme y sin la posibilidad de apartarme —¿Aunque quién querría apartarse si es que besa delicioso?— Y su otra mano, la que mantiene rodeando mi cintura, me acerca aún más a su cuerpo como si fuera posible, cosa que no quede ni un solo espacio entre nosotros, haciéndome sentir toda su humanidad.Mis manos viajan de sus hombros a sus brazos, en un toque lento donde disfruto palpar de sus músculos y lo tenso que está, perdida en la maravillosa sensación de nuestras bocas unidas.El beso se rompe por sí solo, ante la impe
Observo a Jack ayudarle a Justin a cargar los sacos de maíz y subirlos a la monstruosidad que tiene por auto. Mi joven vecino esta vez no llegó a tiempo para ayudarme a recoger la cosecha, por lo que se ofreció a llevarla a la ciudad por mí.Hay algo bueno en lo que veo —realmente muy bueno—, y es a Jack sin camisa, sudado y haciendo todo ese esfuerzo físico de cargar los sacos sobre sus hombros y descargarlos en el auto. Es una vista maravillosa, una de la que no estoy dispuesta a perderme ni un segundo, y que, en verdad, deseo que se repita en más de una ocasión.Pero yo sé que esto no será más que de una sola vez, así que pienso disfrutar mientras dure.Ahora no quiero pensar en el hecho de que va a irse en algún momento y nuestras vidas seguirán su rumbo.No quiero pensar en que me quedaré sola y que no quiero estar más tiempo así.Aparto ese mal pensamiento —porque estoy decidida a no seguir dejándome arrastrar por lo malo que viví—, y tomo un sorbo largo y pausado de mi gaseosa,