Nickolas Jones, era un hombre poderoso, un CEO que lo tenía todo. El dinero no era un problema para él, podía tener lo que deseaba. Así que, era afortunado de tener una vida tan "perfecta". Sin embargo, después de acostarse con la chica equivocada, todo cambió. El giro llegó en su presente, cuando la joven con la que una vez pasó la noche, apareció en su compañía para hacer las pasantías, no sabía que era ella, tampoco tenía idea de que era el papá de su bebé. ¡La llegada de Madison no solo traerá intriga, también destapará los secretos que oculta el millonario! NOTA: COMENTAR afuera, en la portada del libro, es importante para que la obra sea más reconocida. Dejar comentarios dentro del libro, entre los capítulos, es genial. Sin embargo, las reseñas, ya como señalé, será de peso para el crecimiento de la historia. Por favor, comenta afuera en la portada.
Leer más—¡No! ¡Detente papá! —le imploró Natt sacudiendo su cuerpo mientras ríe.—¡Devuélveme el móvil! —ordenó su padre sin detener sus manos haciéndole cosquillas al niño.—¡Vale! ¡Lo haré! —dijo entre risas.Nickolas en algún momento se detuvo y se tumbó en la cama boca arriba, riéndose a la par con su hijo que tenía las mejillas sonrojadas. Le tendió el móvil y se acomodó a su lado, ambos cansados por la guerra de cosquillas.—Eres un tramposo —emitió su padre luego de unos minutos de recuperar el aliento.—Claro que no, yo jamás juego sucio —replicó el niño subiéndose encima del pecho de Nickolas, intentando aplastarlo.Pero fue en vano, su pequeño cuerpecito no era nada comparado con el de su padre.—¿Y si vamos a ver qué hacen las chicas? —inquirió y Natt asintió enérgico.Cargó a su hijo sobre su espalda provocando más risas de su parte, y abandonaron la habitación bajando las escaleras tratando de no hacer ruido. Madison se encontraba en la sala mientras le daba de comer a su pequeña
Tres meses despuésLa brisa marítima hacia volar su cabello. Madison se encontraba cómodamente acostada en una tumbona mientras observaba todo el panorama magnífico. No pensaba estar allí, pero el cambio de planes, surgió cuando Nickolas le dijo sobre pasar tiempo con Natt, entonces su pequeño le insistió para que fuera como los dos. No pudo negarse a ese par de ojitos que la miraban como cachorrito. Además, no podía darle una negativa, a sabiendas que debido al trabajo no había pasado mucho tiempo con él. Ahora, se miraba un niño más radiante y positivo. Uno que se tomó la noticia con alegría, después de todo había estado esperando conocer a su padre. Natt se había acostumbrado a la compañía de Nickolas en tan poco tiempo volviéndose cada vez más cercano con su progenitor.—¡Papá! —llamó Natt corriendo por la arena mientras sostenía una caracola en su mano —. ¡Mira lo que he conseguido!El CEO apartó la vista de su móvil mirando al niño acercarse a dónde estaba sentado. —¡Wow, es
A los días, había quedado en encontrarse con Nickolas. Madison, había preparado a su hijo para el momento, diciéndole de antemano la verdad. Él había reaccionado mejor de lo imaginó. —Mami, ¿tengo un papá? —susurró con los ojos llenos de lágrimas y eso la conmovió infinitamente, que su hijo estuviera tan emocional por la noticia, le dejaba el pecho un poco adolecido. —Sí, cariño, Nickolas es tu padre. ¿Cómo te sientes al respecto? Me gustaría que pudieras mirarme y decirme cómo te lo tomas, eh —le pidió con dulzura mientras acariciaba cada una de sus mejillas mojadas por las lágrimas. —Estoy feliz, ¿por qué tardó tanto, mamá? —fue su siguiente pregunta que no supo responder. Jamás le diría cómo habían sucedido las cosas, era demasiado pequeño. —Oye, a veces las razones son extrañas, pero... aquí lo importante es que no se ha tardado más —le dejó saber, cálida y el pequeño asintió con la cabeza —. Ven aquí. Él ya recibía un efusivo abrazo de su madre, quién siempre había estado
Los días habían pasado de volada, y al fin había llegado el día tan esperado para todos; la boda de Matthew y Sofía. La ceremonia fue por civil y duró unas pocas horas. Madison no tardó demasiado en echarse a llorar al mirar a Matthew junto a su esposa compartir sus votos de amor delante de los presentes. Se sentía conmovida, feliz por ambos.Y, se preguntó al interno, si alguna vez ella también podría vivir la experiencia. Después de eso, se dirigieron a un salón que el castaño había alquilado dónde se llevaría a cabo la celebración. Apenas empezaba y el ambiente era bastante animado. De pronto, la música inundó los oidos de Madison, era una melodía suave, una balada que bailaban los recién casados en el centro de la pista. Algunas parejas se habían animado también y se movían lentamente al ritmo de la canción, volviéndose romántica la noche. Suspiró al tiempo que le daba un sorbo a su bebida, saboreando el dulce de la champagne.Todos parecían disfrutar de la fiesta, celebrando
Nickolas se detuvo en la entrada de la cafetería apenas su mirada se posó sobre ella después de tanto tiempo. Recordar el pasado era sentirse más culpable, dándose cuenta que ella aún provocaba un sinfín de emociones en su interior. Sin embargo, lo que le había dicho en aquel entonces no tenía perdón.Él, en ese momento sintió la alteración de su corazón y cómo su órgano vital suyo que había estado apagado latía tan fuerte que amenazaba con salir de su pecho. Afortunadamente eso no ocurrió, sin embargo empezaba a sentir que no podía soportar mirarla de lejos, tampoco de cerca... Su primer impulso fue irse de allí, no se sentía preparado para volver a hablar con ella. Pero era un adulto, y debía enfrentar la situación como uno, por más incómodo que resultara estar en el mismo lugar que Madison. Al final, ese día llegaría en algún momento. Había sido un completo patán con ella. Admitía no ser una buena persona con ella, que después de todo, Madison tenía razón.¿De verdad era demasia
Nickolas repasó su atuendo observando la imagen que le devolvía el espejo, y sonrió complacido con su reflejo. Se había vestido con un traje negro hecho a su justa medida, probándose la ropa que llevaría para la boda de su amigo. Estaba ansioso por que llegara el día tan esperado para Matthew, se sentía agradecido por la amistad que tenían ambos y lo que menos podía hacer por él era demostrarle su apoyo en ese momento tan especial. Mientras el CEO se estaba viendo con esa ropa, no puedo evitar pensar en lo que probablemente con él, en un futuro. Sinceramente no se había planteado casarse con alguna mujer pero después de todo era un pensamiento recurrente a su cabeza y que probablemente había estado pensando porque tenía pensado hacerlo. Sin embargo no le gustaba pensar en ese tema, porque de forma inevitable volvía Madison a su cabeza. Ella no había dejado de estar dentro de su mente ni por un segundo y sabía que de alguna forma tuvo la culpa de todo lo que pasó. Estaba arrepentid
Cinco años después...—¡Mamá, mamá! —llamó el niño tirando del vestido de Madison.Ella desvió la mirada de su ordenador mirando a su hijo Natt, quién llevaba rato intentando llamar la atención de su madre.—Cariño, estoy ocupada, ¿dame un minuto, sí? —pidió sin sonar brusca, lo menos que quería era apagar su mal humor con él.El niño asintió y se fue a la sala cabizbajo, sabía que tendría que esperar un rato para poder ir al parque a jugar.Madison se sentía estresada, debía terminar un montón de trabajo y el tiempo parecía no rendirle. Tenía bajo su poder una gran responsabilidad que le había dado su jefe, confiaba en las habilidades de la mujer y todos en la compañía contaban con ella, así que era inevitable no sentirse presionada por dar lo mejor de si misma. Ser la Creative Designer de la empresa no era nada fácil, de hecho, era un cargo bastante complicado. Sin embargo, cada día se esforzaba por llevar a cabo aquella obligación que había elegido. Nunca imaginó ser buena en al
Todo había explotado. Kenia se sentía victoriosa, al fin había logrado su cometido y lo mejor de todo es que había conseguido una gran suma de dinero por todo lo que pasó; ella no creyó que lo obtendría, pero persistió y he allí el resultado de la perseverancia, cada cierto tiempo los momentos que había vivido junto a Madison y esa amistad que se forjó durante un largo tiempo, invadían su cabeza haciendo que se sintiera un poco mal.Ya todo había sido realizado. La mujer se encontraba de camino para verse con ese señor en una cafetería poco concurrida de la ciudad. En poco tiempo estaba ahí, lo saludó. Nathan se levantó para dar la mano y sacudir la suya. Una sonrisa ya se atravesaba en su cara y es que gracias a esa chica frente a él las cosas volvían a su lugar y su hijo definitivamente se alejó de esa cualquiera. De no ser por la ayuda extra de Kenia, nada de eso estuviera pasando, y probablemente ella seguiría en la vida de su hijo, maquinando quien sabe que. Kenia, era la ver
En pocas palabras la estaba señalando de ser una aprovechada. Simplemente no se podía creer le forma en la que le estaba hablando; que de un momento a otro se volviera en su contra y la acusara ferozmente de algo que no era cierto, le rompió el corazón, todo lo que empezaba a construirse entre ellos se desmoronó en ese preciso instante. —Jamás he tenido intenciones de quedarme con nada que te pertenezca, aquella noche siquiera recuerdo claramente que sucedió y mucho menos me acordaba de ti. Estás insinuando que soy una ladrona y no es verdad, intenté buscarte pero no sabía tu nombre, no dejaste una nota, tu número, nada. Te fuiste esa mañana sin dejar rastro —replicó en defensa —. Todo esto ha sido un malentendido, y al igual que tú apenas es que me estoy enterando que eres el dueño de aquel reloj. ¿Sabes que? No debí estar en ese pasillo aquel día, fuiste tú quien me besó, quién se aprovechó de mí, ahora no vengas a señalarme de esa manera. Él quiso reírse en su cara. —¿Ahora así