Bastiaan es un hombre adicto al trabajo, lo que lo hace olvidar que todavía es joven. Ya que desde muy corta edad, es la cabeza de su familia. Responsable de todo y todos, lo que lo hace a veces interferir en la vida de otras personas de manera protectora. Por su parte, Cara es una chica con una vida normal. Pero con expectativas muy altas para la comprensión de su novio Walter. Quien de verdad la quiere a su manera, pero ama más el dinero, sin importarle lo que tenga que hacer para conseguirlo o las personas que deba dañar en el proceso. Una tarde, Cara descubre el secreto que su novio le ha estado ocultando durante algún tiempo, y este al enterarse usa la violencia en su contra. Llevándola al borde de la muerte, es cuando, entonces, conoce a Bastiaan quien queda de manera inmediata atraído por ella. Le ayuda sin segunda intenciones, pero al final le pide: Déjate querer. DERECHOS RESERVADOS CÓDIGO DE REGISTRO No. 2409099362675
Leer más═∘◦✧◦∘═Después de ponerse de acuerdo con Rafaela al lugar a donde irían y la hora, pasó primero por una tienda para comprarse algo de ropa que ponerse, ya que no había llevado equipaje, y todo lo iba comprando a medida que lo necesitase. La lección aprendida en Brookspringscon su casero, le hizo pagar por adelantado la renta y eso para Cara era un alivio. Puesto que solo se preocupa por algunos gastos, mínimos. Así que podía darse de vez en cuando un gusto, aunque lo que ella quería era conocer algunos lugares específicos de Italia. Por supuesto, la curiosidad creció por las recomendaciones de Bastiaan que incluso hasta se ofreció para ser su guía turístico si se lo permitía. Luego de una hora de dar vueltas por un centro comercial buscando algo adecuado, llegó a casa. Su castillo, como ella le decía. La paz que encontraba en esas cuatro paredes, al abrir la puerta, era indescriptible. Su apartamento er
═∘◦✧◦∘═Cara se encontraba en el salón de clases, aunque al principio se había sentido un poco desconcertada por no tener fluidez en el idioma italiano al conversarlo, se le hizo sencillo escribirlo. Ya que había pasado dos años utilizando una aplicación en su teléfono celular, había aprendido un poco de manera autodidacta. Agradeció por la presencia de Rafaela, una joven italiana que también estaba en clases con ella. Ella se había encargado de ayudarla en todo lo que necesitaba, incluso le consiguió un pequeño apartamento muy cerca de la zona universitaria y por un precio que para Cara fue imposible de rechazar. Estaba centrada en lo que quería y hacia donde iba, su sueño era alguna vez poder administrar su propio negocio. Inter diario se comunicaba con Astrid, y le recordaba que volvería y que por favor en lo laboral esperara por ella. Su amiga no podía negarse a tal petición, y le dijo que no se preocupara
═∘◦✧◦∘═Un mes después…Bastiaan estaba poniendo el reloj en su muñeca, para luego salir de su habitación de la casa de Grecia, su madre lo miraba desde el marco con los brazos cruzados.—Ya cumpliste tu palabra, ya te vas, ¿no es así?—¡Por favor, mamá! —con los dedos se acarició el tabique, un gesto que hacía cuando estaba a punto de perder la paciencia—. Te dije que me quedaría un mes, cuando en realidad me he quedado casi dos meses.—Entiendo, pero esta es tu casa, y te vas prácticamente corriendo. Como si alguien te hubiera echado. Él se detuvo por unos segundo y tomó una respiración profunda, no quería hacer enfadar a su madre. Los exámenes que le habían hecho arrojaban un pequeño aneurisma que obstaculizaba una arteria y provocaba la poca oxigenación del cerebro. El doctor le indicó que su parte cognoscitiva podía verse afectada de manera inmediata y la parte motora con un poco de descoordinación. A eso t
═∘◦✧◦∘═¿Cómo había logrado escapar? Cara no lo sabía, solo le había comentado a Astrid que necesitaba ir por su documentación. No había cometido ningún delito y, por tanto, no estaba presa. Mientras su amiga estaba en la oficina, tomó su bolso de mano y llamó a un taxi.En ese momento se encontraba en la oficina con el número catorce para la entrega de su pasaporte, y con la reserva del boleto a Italia en la galería de su teléfono celular. Mientras estuvo ahí se debatió entre sí hacia lo correcto o no. Solo quería poner un poco de tiempo y distancia. Era la única manera de que Walter no le ocasionara más problemas.Suspiró al recordar que no vería más a Bastiaan, solo en sus sueños. En donde la hacía suspirar de placer entre sus brazos. «Solo estarás en mis sueños», se repetió una vez más. En menos de media hora ya tenía el documento en sus manos, una vez más tomó un taxi. Pero esa vez rumbo al aeropuerto, se
═∘◦✧◦∘═La vida en Grecia era más simple, se dedicaba a trabajar desde su despacho por el día, almorzaba con Minerva, y por las tardes hacía un poco de ejercicio. A veces tomaba su moto acuática y se iba a al mar. Le gustaba la paz del lugar, pero extrañaba un poco a América, mirar desde el ventanal de su oficina la ciudad. La cual aparentaba ser tranquila, pero en el fondo era un caos completamente. Parado frente al mar, cerró los ojos por unos segundos, para respirar el olor a sal que provenía de este. «Hermoso lugar para disfrutarlo solo», se dijo. Sacudió la cabeza porque no sabía a qué se debía aquel pensamiento. Se dirigió hasta la casa, para darse una ducha y acompañar a su madre a tomar una taza de té. Aunque para él era un café bien cargado.Luego de unos minutos estaba saliendo de su habitación en busca de su madre, tomó el teléfono celular, para chequear algún mensaje. Frunció el ceño, ya que por la
═∘◦✧◦∘═—¿De verdad tienes que volver? La pregunta salió de la boca de Minerva con un toque de tristeza, mientras una de las chicas de le acomodaba la almohada en su gran cama. Apenas el día anterior había salido del hospital, aunque estaba de muy buen humor, todavía estaba convaleciente. —Sí, mamá —dijo Bastiaan con un suspiro—. Tengo que regresar a América, hay asuntos pendientes muy importantes para la empresa que he dejado a un lado por estar aquí contigo.Lo miró con un deje dolor, puesto que sus palabras se escucharon como si ella fuera un estorbo. Pero su hijo sabía que solo era la manipulación obrando en ella, ya que siempre le recordaba que la empresa era prioritaria. —Bash, solo han pasado tres semanas desde el accidente —hizo una pausa y continuó mirándolo de manera dolida —¿En algún momento te has puesto a pensar que yo también necesito de mi hijo? No te pido que seas devoto a mí, pero sí que de vez en cuando me des atención. Él la miró haciendo un gesto con la boca, p
═∘◦✧◦∘═Cara no podía mirar a los ojos a su amiga, a pesar de que ya habían pasado algunos días, de aquel sueño en tercera dimensión que había tenido con Bastiaan. Cada vez que lo recordaba crecía en ella un calor que le hacía palpitar el vientre. Sentía vergüenza de que aquello se le reflejara en el rostro. Dio un suspiro mientras miraba por el gran ventanal de la habitación que ocupaba, aunque era muy cómoda, no le pertenecía. Por más que Leander, Neo y Astrid le hicieran sentir que tenía un lugar con ellos. En ese momento entendió a su hermano, pues era muy difícil estar con esa incertidumbre. Sobre todo a los catorce años, porque esa era la edad que tenía Jonas cuando su abuela murió. Al menos Walter y su amante no la había molestado más, eso para ella ya era una ventaja. Todavía se preguntaba si era cierto que sabía en donde estaba su hermano. Jonas era muy astuto, y muy malicioso. Por tanto; no creía que estuviera con malas compañías. Su corazón le decía que eso no era posible
═∘◦✧◦∘═«¡¿Qué demonios pasó?!»Se preguntó Bastiaan, sin repuesta alguna. Mientras permitía que el agua fría en la pequeña ducha del avión le despejara la mente. El cansancio se había apoderado de él, al punto de dormir prácticamente todo el viaje, solo faltaban noventa minutos para llegar a Atenas. Estaba descansado, sí. Pero también muy excitado, quizás como no lo había estado en mucho tiempo. Todo se debía a que se había despertado con una erección, producto de un sueño que había tenido con Cara, en el cual casi tenían sexo en su casa en Grecia. «¡Esto no puede seguir así!»Si no hubiese sido, porque en ese momento pasaron por una turbulencia. Se hubiese corrido ahí mismo, apretó los dientes. Se sintió como un adolescente, porque no tenía esa clase de sueños húmedos desde que tenía dieciséis años. Tuvo que levantarse de manera rápida e ir a su habitación, para que los empleados no lo vieran en ese estado, eso sería una total vergüenza para él. Lo peor fue que al cerrar la puert
═∘◦✧◦∘═Era un día hermoso con el sol radiante en lo alto del cielo, el cielo claro. Al igual que las nubes tan blancas como algodones. Sentía la mirada de Bastiaan a lo lejos como un cazador a su presa. Cara sonrió para sus adentros, era un cazador, cazado. No lo había visto por más de siete días, lo suficiente para aceptar que lo extrañaba más de la cuenta, y que eso solo tenía un nombre: atracción.Por más que se había regañado, por pensar tal cosa. Lo había aceptado, pero como saber si él sentía lo mismo. Bastiaan era un hombre de mundo, ella apenas estaba descubriendo el lado oscuro de las personas. ¿Estaría confundiendo su cercanía?Ya no se preocupa por Walter, cada quien tenía lo que merecía. Y estaba muy segura de que ella se había ganado muchas cosas buenas a pulso. Era el momento perfecto para reclamar su premio. Tenía puesto un bikini blanco, su piel estaba bronceada. Gracias al delicioso clima del Mediterráneo, y en ese momento estaba jugando con el cazador, a que no sabía