¡Prepárate para adentrarte en fascinante mundo del BDSM! Avery es una sumisa liberada, quien deberá enfrentarse a su peor enemigo: ella misma. ¿Será capaz de recuperar su libertad y encontrar su verdadero camino en este mundo excitante, pero poco comprendido? Por otro lado, Patrick Powell luego de perderlo todo por una jugarreta del destino, se verá obligado a hacer algo que jamás creyó poder hacer para salvarle la vida a su pequeña hermana. La desesperación lo llevará a lugares inimaginables, donde descubrirá facetas de sí mismo que nunca antes había explorado. Los caminos de Avery y Patrick se cruzarán gracias a una misteriosa "diosa" que los guiará a través de un viaje de auto-descubrimiento. Juntos, se adentrarán en un mundo de sensaciones a flor de piel, placeres carnales, sumisión, dominación y amor incondicional. ¿Serán capaces de superar los obstáculos que se presenten en su camino, o sucumbirán ante la locura de un mundo que los arrastra hacia el abismo? Si buscas una historia cargada de erotismo, drama, suspenso, emociones intensas, sin los típicos clichés presentes en este tipo de novelas, Cláusulas y Cadenas es la historia que estás buscando. ¡Vivirás una experiencia que te dejará sin aliento!
Leer másNacida en Mérida, Venezuela en el seno de una familia amante del arte. La devoción de su madre por la música y el amor de su padre hacia la escritura la llevaron a recorrer un hermoso camino entre ambos mundos. Es Ariana y amante de la comida asiática.Docente de profesión. Cantante y escritora por pasión.Escribió su primera novela romántica a los 14 años, pero decidió dejar esa historia para sí y alimentarse de otros sueños.10 años más tardes, retoma la escritura y decide dedicarse de manera profesional a ella. Decide abrirse camino dentro del mundo literario, escribiendo diversas historias, siendo el romance, la ficción y el suspenso sus temas predilectos a la hora de escribir.Amante de la música metal, las novelas de Dan Brown y Stephen King, es una romántica empedernida que solo desea que sus lectores sueñen despiertos
Agradezco en primer lugar a Dios, porque aunque en un momento me sentí sola y a punto de tirar la toalla, él me lleno de fortaleza para seguir adelante.A mispadres por siempre alentarme a seguir adelante.A mis hermanos, por ser ejemplo de constancia para mí.A mi familia, por sus palabras de aliento en lo momentos más difíciles.A WhipMaster, por toda esa información acerca del BDSM que me proveyó. Gracias por mostrarme un pequeño fragmento de este fascinante, pero poco comprendido mundo.A a la Licenciada Dayercy Collazo, por asesorarme en cuanto a términos de psicología. En un punto, hasta para mí, fue difícil entender a Avery.A la Licenciada Iraima Rangel, por su ayuda en la parte legal. De verdad quería que los contratos y acuerdos presentes en la historia, fuesen lo más verídicos posibles.A Kassandra Finol,
Cinco meses transcurrieron desde aquella noche, en la que Derek Contini la flageló hasta la saciedad. Esa noche, sintiéndose al borde de la muerte, Avery comprendió que había perdido muchos años de su vida, aferrándose a un pasado que no contribuía en nada a su presente. También entendió, que así como había gente malvada en el mundo, existían personas buenas, dispuesta a ayudarla a superar todos los traumas que la atormentaban. Isadora Gilmore era una de esas personas. Gracias a ella, Avery se dio cuenta que el amor verdadero nunca exigía nada a cambio. Y aunque no podía corresponderle de la forma que ella anhelaba, Avery tenía la plena convicción, de que su amistad con ella perduraría hasta el último segundo de sus vidas. El rumor de lo que le hizo a Derek, retumbó con fuerza en la comunidad BDSM, haciéndole acreedora del respeto de muchos, y temor de algunos, pero también el desprecio de otros, quienes la tildaron de desequilibrada mental. Pero eso no es cierto. Avery y Patrick lo
Kaya examinó la cerradura de la puerta con detenimiento y se dio cuenta de que era fácil de abrir. Patrick observó en completo silencio mientras la mujer usaba un gancho de cabello para desbloquear la puerta. Cuando Kaya estaba a punto de halar la manilla, él le tocó un brazo. —Dame un arma —musitó él. Kaya se dio la vuelta y le lanzó una dura mirada—. ¿Qué? —protestó Patrick—. No sabemos qué nos espera detrás de esa puerta. La mujer dejó escapar un suspiro de fastidio, a la vez que se inclinaba un poco y rebuscaba en la parte interna de su bota. —Toma —musculle ella, entregándole un puñal de unos veinte centímetros de largo y empuñadura de azabache—. ¿Sabes cómo usarlo? —Entierras la parte con punta, ¿no? —Exacto —dijo Kaya—. A la de tres —Patrick asintió con la cabeza, aferrando con fuerza el puñal en su mano—. Uno, dos, tres. La mujer dio un empujón a la puerta, abriéndola de par en par. El desconcierto de ambos fue muy grande al ver que el lugar estaba completamente oscuro.
Aunque Derek limpió y cubrió sus heridas, eso no le ayudó a mitigar ni un poco el dolor. Sentía como si en cualquier momento, la piel de su espalda se desgarraría y caería en pedazos al suelo. El dolor físico, mezclado con el dolor que llevaba dentro de su alma, la hizo llorar copiosamente. De nuevo estaba inmovilizada, suspendida en el aire, pero esta vez, eran cuerdas las que la mantenían atada, a la vez que sintió el aliento de Derek muy cerca de su rostro. Avery cerró los ojos con fuerza, mientras sintió como un par de dedos escudriñaban su intimidad. Por instinto, trató de moverse, pero no pudo. Derek era un especialista a la hora de usar la técnica de bondage shibari. También tenía una mordaza con bola, lo que producía que la saliva chorreara de su boca. —Mmmm —gimió Contini—. Tal cual como lo recordaba, cara mía. Tienes el coñito más suave y apretadito que he tenido la dicha de tener —siseó, seguido de un lametón en la oreja de Avery. Ella se estremeció, pero no de placer,
Fue muy meticulosa. Supo que si daba un paso en falso, todo se iría al garete. Entrar por las bodegas le daba ventaja, pero no era tonta. Agnes ya debía estar al tanto de la presencia de Kaya y Patrick, y por ende, ya debía haber reforzado la seguridad, no porque resguardara alguna joya valiosa, sino por el simple hecho de ayudar a Contini a seguirle tocando las narices. Isis nunca logró comprender a qué se debía el odio desmedido que Agnes sentía por ella. Hubo una época en la que ambas disfrutaban dándose caricias y follando hasta quedar completamente exhaustas, pero todo eso cambió con la muerte de Joseph y la mala influencia de Derek Contini. Tuyi se agachó y con las manos, la ayudó a impulsarse para que llegara a una ventana alta. Isis entró a las bodegas y más atrás, su acompañante. El lugar estaba oscuro y olía a humedad. —Es por aquí, Isis —dijo Tuyi. Ella conocía el lugar porque estuvo frecuentándolo en el pasado. No porque quisiera, sino por sugerencia de Isis, quien en e
Patrick e Isis ontinuaron el camino, en completo silencio, por unos diez minutos, hasta que Isadora decidió hacer una pregunta que había estado rondando su cabeza desde hace mucho tiempo. —¿Desde cuándo estás enamorado de ella? —¿Qué? —Patrick giró la cabeza de golpe hacia Isis—. Yo no... —No me mientas —espetó la mujer—. Reconozco la mirada de un hombre enamorado en cuanto la veo. A menos que seas de ese tipo de gente que se enamora a primera vista, podría jurar que el día de la subasta, cuando los presenté, ya sentías algo muy intenso por Avery. —Ahmmm... yo... —él balbuceó. Isis lo miró de soslayo. —Es mejor que te sinceres conmigo, chico. No quiero pensar que eres de esos hombres que se obsesionan con las mujeres y... —La conozco desde hace más de un año —confesó Patrick. —¡Vaya! —Isis no pudo disimular su asombro. —La veía casi todas las mañanas, en el pasillo del hospital, donde mi hermanita está ingresada. —¿De verdad? —la mujer le lanzó una mirada inquisitiva—. ¿Y en
El 11 de marzo del año 2012, la lujosa mansión que le heredó Joseph abrió sus puertas al primer grupo de sumisos. En un comienzo, Isis se inspiró en la obra literaria de Pauline Réage, en la que se habla de una mansión llamada Roissy, y que era el lugar a donde los Amos llevaban a sus sumisas para que se convirtieran en perfectas esclavas. Con el tiempo, las ideas de Isis fueron transformando el lugar en una especie de museo, donde se exhibían pinturas, esculturas, fotografías y objetos alusivos al BDSM. El lugar se convirtió en un punto de encuentro para hombres y mujeres, quienes se reunían allí con el único objetivo de dar rienda suelta a la imaginación. El requisito para entrar era simple. Cada persona debía firmar un acuerdo de confidencialidad, donde se especificaba que nada de lo que sucediera allí adentro podía ser divulgado fuera de esas paredes. A sus treinta y cinco años, Isis sentía que había dedicado gran parte de su vida a llenar el vacío de otras personas y nunca se pr
A sus cuarenta y nueve años de edad, Isadora Kylie Gilmore Smith había probado de todo: hombres, mujeres, transexuales, jóvenes, mayores, gente blanca, gente morena, gente asiática; heterosexuales, homosexuales, bisexuales, pansexuales, queers... Para algunos, no era más que una puta frívola, pero para la gente que realmente la conocía, era una mujer sin prejuicios que prefería no usar etiquetas para definirse. Comenzó sus andanzas en el mundo del BDSM a los dieciséis años de edad, cuando, harta de la ludopatía, las constantes borracheras de su madre y que ésta no le prestara la suficiente atención, decidió marcharse de casa e irse a vivir con una amiga del colegio. La realidad de su amiga no era muy distinta a la suya, pero al menos tenía acceso a la alimentación básica, sin necesidad de robar ni timar a nadie. Lo que ella nunca imaginó es que tendría un affair clandestino con la hermana mayor de su amiga, y que dicha relación la llevaría a rodearse de personas que la ayudarían a ex