Henry Cameron ha vivido los últimos ocho años, lamentándose por la muerte de Romina Mayer y del bebé que ella esperaba, resultado de una noche de tragos entre los dos. Ahora, cuando finalmente toma la decisión de avanzar junto a su novia Nicole, los hilos del destino parecen tener planes diferentes, haciendo que el joven CEO de H&B viaje a Nueva York, tras la petición de su padre, Blake Cameron. Lo que Henry no esperaba, era volver a encontrarse con la mujer que creyó muerta todos esos años, y no solo eso, también descubrirá que es padre de mellizos y que alguien muy cercano le impidió conocer la verdad. ¿Qué hará Henry ahora que conoce la verdad? ¿Surgirá el amor entre dos personas que en el pasado solían odiarse?
Leer másLucas no perdió tiempo y se comprometió con Eloísa esa misma noche, con cientos de invitados presentes como testigos.Mina incluso había bromeado con Isa sobre aquel acontecimiento, pues según ella, Lucas había aprovechado la ocasión para evitar cualquier negativa de su parte. Así fue, como la boda se organizó de manera rápida y cuatro semanas después, la familia Hamilton estaba celebrando la boda del último soltero en la familia con edad de casarse.—No puedo creer que haya dado el sí —susurró Eloísa, mirando su argolla de matrimonio.—Bienvenida al club de las mujeres casadas —sonrió Mina, mientras acunaba en sus brazos a Evan, que se había despertado.—Y pronto le diremos, bienvenida al club de madres —añadió Belinda.—No sé si vaya a suceder pronto —dijo Eloísa.—¿No quieres ser madre? —preguntó Mina con el ceño fruncido.—No es eso, Mina, he dejado de tomar la píldora luego de hablarlo con Lucas.—Entonces, ¿qué pasa?—Pues hasta ahora no ha pegado —dijo, sonrojándose.Eloísa y L
Una hora más tarde y con el tiempo justo, Mina y su familia llegaron a la iglesia.—¿Ves?, justo a tiempo —murmuró Holly.Bastian le dio un ligero toque para que guardara silencio, lo que provocó que ella lo mirara de mala manera.—Estamos en la iglesia, Holly, acá no puedes pelear, ni hacer malas miradas —le advirtió Bastian con una preciosa sonrisa.Holly suspiró.—Te has salvado por hoy —dijo.Bastian amplió su sonrisa, los mellizos eran cosa seria.—¿Traes los anillos? —preguntó Bastian al ver a su hermana con las manos vacías.—No, los trae papá.—Fue una buena elección o tú los habrías perdido, por cierto, ¿dónde estaba tu tiara? —preguntó el niño.Holly se sonrojó de manera instantánea.—Holly…—Por ahí —respondió, una respuesta que no convenció a Bastian.—Sabes que la mansión Cameron tiene muchas cámaras de seguridad, ¿verdad? —le cuestionó.Holly asintió.—Puedo ir y pedir al guardia de seguridad que…—Lo dejé en la habitación de Logan —respondió con rapidez.—¿Qué hacías ah
Lisa arrugó las páginas de la revista que hablaba de “La Gran boda del año” y la comparaban sin piedad con la suya. De hecho, algunos medios se habían atrevido a más y colocaron una imagen de ella vomitando en la iglesia, mientras a su lado, Belinda Ford brillaba como si fuera una…—Reina, esa mujer es una reina —dijo Wilbert arrancándole el periódico de la mano y sentándose a su lado.Lisa lo miró con cara de pocos amigos.—¿Cómo te atreves?—¿Aún lo preguntas? No estás viendo tu imagen en el periódico y no solo está en los medios de comunicación impresos, ¡también en los digitales! ¡Nuestra boda arruinada por tu maldita culpa!—¡No fue mi intención! —se defendió, poniéndose de pie para no estar en desventaja.—¿No fue tu intención? —había burla en la voz de Wilbert, era así como la trataba desde que descubrió que Lisa había dado a luz antes del matrimonio y que, además, se había convertido en una mujer estéril—. ¡Arruinaste mi vida por completo por tu calentura, si tanto querías dis
Belinda se miró al espejo en su habitación, el vestido le quedaba perfecto, era un corte de princesa que haría juego con el traje de Alexander, eso le había mencionado Chelsea esa misma mañana, mientras el vestido llegaba de la boutique, sin una sola arruga.—Te ves hermosa, cariño —expresó Dina con lágrimas en sus ojos. La mujer estaba feliz y emocionada, también triste porque había algo que atormentaba su corazón, pero quizá ya era muy tarde para hablar sobre el tema, hoy era un momento único y especial para Belinda, y no quería arruinarlo hablando sobre Egan y lo que había hecho en el pasado.—No llores, mamá, sé que debes estar pensando en mi padre, pero él ya no está —le dijo sin imaginar lo que Dina tenía en la cabeza.—Lo sé, hija —mencionó, acariciando su mejilla con delicadeza —. Te deseo toda la felicidad de este mundo, cariño. Que la base de tu matrimonio sea la comunicación y la honestidad —añadió.Belinda asintió, tomó la mano de su madre y le dejó un beso sobre el do
El beso entre ellos duró lo que Chelsea demoró en ponerse de pie para intentar controlar de nuevo la situación, la rubia no podía creer que todo se saliera de control. ¡El beso no estaba en los planes de esa noche! ¿Cómo podía Belinda permitirlo? ¿Es que se había equivocado con ella? ¡De ninguna manera! Era más que evidente que el hombre se le lanzó encima.Chelsea caminó con paso firme, mientras pensaba en la cantidad de disculpas que tendría que pedirle a Belinda y a Alex por aquel acontecimiento, su corazón dolió al darse cuenta de que su momento de diversión podía convertirse en una tragedia…—No tan rápido, bonita. —Chelsea abrió los ojos, estaba impresionada y asustada al mismo tiempo.—¡¿Qué haces acá?! —medio gritó, medio preguntó, había terror en su mirada.—¿Quieres que te responda o te haga una demostración? —preguntó el hombre bajo el antifaz.Chelsea negó, pero fue tomada por la cintura y, en un abrir y cerrar de ojos tenía los labios del hombre sobre los suyos, cerrándos
«Sí, acepto»Los aplausos y vítores no se hicieron esperar, la familia celebró por todo lo grande la felicidad de Alexander y Belinda.Ella no tenía palabras, sobre todo, al ver a su madre entre los invitados, aquel detalle fue para ella el mejor de todos, pues Alex no se olvidó de ella.—Nunca imaginé que presenciaría este momento, Alexander llegó a casa y técnicamente me ha secuestrado —declaró Dina con una sonrisa de oreja a oreja.—Y por lo que veo a ti te ha hecho muy feliz ser secuestrada por mi novio —le discutió Belinda.—Para qué te digo que no, si sí, no podría resistirme ante un hombre como él —señaló, haciendo que Belinda sonriera y Alexander se sonrojara.—Estás poniéndomelo tímido, mamá —la acusó Belinda.Dina sonrió, le dio un fuerte abrazo a Belinda y otro a Alexander, deseándoles felicidad, antes de ser interceptada por Chelsea, alegando que tenían que ponerse de acuerdo para organizar la boda de sus hijos y Dina no tuvo ningún problema en atender la demanda de
Alexander esperó a que Lisa hablara, él estaba ansioso por echarla de su oficina, pero se contuvo. Si ella lo había buscado era por algo y quería saber el motivo.—Si no tienes nada que decir, te invito a marcharte de mi oficina, Lisa —el rostro de Alex no demostraba ningún tipo de emoción, sus ojos eran dos pozos fríos que hicieron temblar a la mujer delante de él, aun así, ella no se marchó.—¿Dónde está? —preguntó, su rostro se llenó de ansiedad— ¿Dónde está? —insistió.—¿Dónde está? No sé de lo que hablas, Lisa —expresó con una tranquilidad que no sentía.—A mí no me engañas, tú sabes dónde está, ¿por qué me la ocultas?—Estás perdiendo la cabeza, Lisa —dijo—. ¿Tu matrimonio con Wilbert Cox no es lo que esperabas y ahora vienes con este cuento de buscar a alguien? —preguntó pasando de ella y sentándose detrás de su escritorio.—¡¿Dónde está la niña?! —gritó con desesperación, Lisa no quería volverse loca y sabía que lo haría si Alex le decía que no la tenía.—¿Qué niña?Lisa tiró
Capítulo 110. Del odio al amor—¿Me quieres decir qué fue lo que sucedió? — La voz furiosa y cortante de Wilbert Cox hizo temblar a Lisa de pies a cabeza.La mujer lo miró extrañada; esta era la primera vez que Wilbert le hablaba en aquel tono. Ella levantó la cabeza y se encontró con sus ojos, dos pozos de enojo contenido. Lisa tragó y trató de arreglar el asunto con una vaga explicación que no convenció ni conmovió a Wilbert.—Era el día más importante para nuestras familias, Lisa. ¡Los medios de comunicación estaban atentos a todo lo que pasara en esta boda! —gritó, mesándose el cabello con frustración—. ¿Y me dices que todo fue producto de los nervios? —le cuestionó sin miramientos.—Lo siento, Wilbert. He estado bajo mucha presión. La organización de la boda, los invitados... «mi secreto», pensó, pero no lo expresó.—Has arruinado todo por lo que mis padres se esmeraron, ¡incluso invitaron a la familia Cameron para impresionarlos! —argumentó.Lisa titubeó al escucharlo. Así que h
Alex y Belinda tuvieron unos días tranquilos, luego de tantos sobresaltos. Ana Lucia había realizado los trámites internos y externos para otorgarle a Alexander la custodia total de Irina, ahora restaba que Belinda pudiera registrarla como suya, pero para eso…—Ustedes necesitan casarse —dijo Ana Lucia.Alexander miró a Belinda.—No puedo hacerme la tonta, Alex, he trabajado los últimos dos años en este orfanato y, aunque yo puedo decir, jurar y asegurar que no voy a dejar a Irina, mis acciones valen más que mil palabras —respondió Belinda, tocando su mano—. Una familia establecida correctamente y amorosa es lo que siempre he buscado en las personas que han adoptado a nuestros niños, hoy no soy la trabajadora social, soy esa mujer, esa madre que busca darle un hogar a Irina —añadió.Ana Lucia asintió.—Soy el padre de Irina —refutó él.—Señor Cameron, ante nosotros y ante la ley es así, pero el caso de Irina fue reportado a las autoridades como correspondía, ante la ley, Belinda