Casada con el Ceo arrogante

Casada con el Ceo arrogante ES

Romántica
Alev  Completo
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10
4 Reseñas
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Resumen
Índice

Natalia es una joven dulce e inocente, su madre está a punto de morir y ella no posee dinero para el tratamiento. Sin embargo, todo cambia cuando muere su jefe y se percata de que ella es heredera de su fortuna, pero debe cumplir una condición. Casarse con el arrogante nieto de su jefe.

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Maria Del Carmen Galera
que pasa con la novela, necesitamos más capítulos
2024-06-01 03:27:17
1
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Maritza
Autor empiezan con una historia de 5 capítulos y ya no hay continuidad , que poca seriedad
2024-05-17 01:54:00
1
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Ynes
Más capítulos
2024-05-17 01:31:53
2
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Mirian Estrella
Linda historia me encantó q no se dejé q le de pelea
2024-05-13 01:08:55
1
84 chapters
El inicio
Mi nombre es Natalia Bernal. No sé quiénes son mis padres biológicos; crecí con Margarita, quien me adoptó desde que era un bebé. Ella era una mujer viuda con una hija propia, y a pesar de sus propias luchas, se hizo cargo de mí con amor y dedicación. La devastación me consumía. Desde el día en que los médicos me informaron sobre el cáncer avanzado de mi madre, sentí que mi mundo se desmoronaba a mi alrededor. Hablaban de tratamientos, sí, pero las esperanzas de éxito eran inciertas, apenas un rayo de luz en medio de la oscuridad abrumadora. El costo del tratamiento era prohibitivo para mí. Sin embargo, en medio de mi desesperación, apareció como un verdadero ángel Don Thomas Villaseñor. Él no solo fue un benefactor generoso, sino que se convirtió en una figura paternal para mí, un abuelo amoroso que nunca tuve. Me ofreció un trabajo como su asistente personal y se encargó de cubrir los gastos del tratamiento de mi madre, además de financiar mis estudios. Para mí, era más que un em
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El testamento
Por supuesto, Adrián cumplió su palabra y los lugares a los que me postulé me negaron una oportunidad. Sin alternativas, acepté un trabajo en un bar por las noches. Trabajaba como mesera, aunque el dueño me sugirió ser bailarina, lo cual rechacé. Los clientes a menudo se pasaban de la raya con las meseras, y peor aún con las bailarinas. Un día recibí una llamada del Licenciado Ordóñez. Él había sido el mejor amigo y abogado de Don Thomas. Me sorprendió cuando recibí su llamada y me informó que debía estar presente en la lectura del testamento. Caminé hacia la entrada de la mansión mientras resonaban en mi mente las palabras de mi ángel guardián: "Tu madre y tú nunca estarán solas, Natalia." "Tú serás la protectora de mi familia y de mi legado." Decidí entrar por la puerta principal, en lugar de la de empleados. Una de las sirvientas me abrió la puerta y, después de saludarla, continué hasta el despacho. Ahí estaba la familia, junto con la ama de llaves y, por supuesto, el notario
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Noches de bodas
Caminé con la cabeza en alto, sintiendo las miradas de desaprobación que pesaban sobre mí. Mi madre me había enseñado a mantener la compostura en situaciones difíciles, pero hoy, mi determinación de hacer pagar a Adrián me daba un aire de confianza que normalmente no tenía. La mansión relucía con luces y decoraciones exquisitas, pero mi mente estaba ocupada en el plan que había elaborado. Al cruzar la entrada, pude sentir los susurros a mis espaldas, como si el vestido que llevaba pusiera en duda mi lugar en ese ambiente de prestigio. Deseche el vestido de bodas que me envió Adrián y escogí el más viejo que tenía. Con cada paso, mi corazón latía más rápido. Sabía que lo que estaba a punto de hacer podría cambiarlo todo. Miré alrededor, buscando a Adrián entre la multitud, y finalmente lo vi, con su impecable traje negro y su sonrisa arrogante. Con determinación, me acerqué a él, ignorando las miradas de incredulidad que me rodeaban. Cuando estuve frente a él, su expresión se transfo
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Mi primera vez
Después de una cena tranquila con los empleados, subí a mi habitación para relajarme. Me di una ducha reconfortante y cambié mi ropa, asegurándome de cepillarme los dientes antes de acostarme. Noté que Adrián se había ido hace un rato, probablemente a pasar el rato con alguna mujer y beber. La casa se sentía extrañamente vacía sin la presencia de Don Thomas. Decidí informarle a mi hermana y a mi madre que me quedaría en la mansión por trabajo, y no hubo objeciones. Me puse un pijama de seda rojo, ajustado pero cómodo. Me dejé llevar por el sueño hasta que el sonido repentino de la puerta abriéndose bruscamente me sacó de mi tranquilidad. Miré hacia la puerta y vi a Adrián, visiblemente desarreglado, entrando a mi habitación. —¿Qué quieres? —pregunté, tratando de ocultar mi nerviosismo detrás de mis palabras. Él soltó una risa cínica al ver mi expresión de sorpresa, como si disfrutara de mi incomodidad. No podía creer que se atreviera a presentarse así en mi habitación. —No te hagas
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La odio
Adrián Fontana. Me desperté con una sensación de pesadez abrumadora, como si un elefante estuviera sentado en mi pecho. Mis párpados se pegaban con cada intento de abrirlos, y mi cabeza latía con un ritmo que amenazaba con hacerme estallar. La noche anterior era un misterio envuelto en una niebla etílica, no recordaba absolutamente nada. Mi corazón saltó un latido cuando mis ojos se posaron en Natalia, quien yacía junto a mí, apenas cubierta por las sábanas. El enojo me invadió al instante. ¿Cómo pude ser tan estúpido? Había caído en la trampa de esa mujer, esa oportunista que solo buscaba sacar provecho del dinero de mi abuelo. La rabia se mezclaba con la incredulidad mientras miraba su rostro sereno en el sueño. La semejanza entre Natalia y Clara, mi antiguo amor, era asombrosa. Cada rasgo de Natalia parecía una versión distorsionada de lo que una vez amé en Clara. Sus ojos, su sonrisa, incluso la forma en que movía las manos, todo recordaba a mi ex. Era como si el destino se bu
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Visitando a mi madre
Natalia Bernal Cada paso que daba hacia la clínica pesaba como si llevara el peso del mundo sobre mis hombros. La imagen de mi madre, tan frágil y vulnerable en esa cama de hospital, me llenaba de angustia y desesperación. Sabía que tenía que ser fuerte por ella, pero también temía el momento en que tendría que revelarle la verdad. El olor a desinfectante me golpeó al entrar en la habitación, y mi corazón se encogió al ver a mi madre tendida en la cama, con la palidez de su rostro resaltando aún más su fragilidad. Me acerqué con cautela, tratando de no perturbar su reposo, pero sus ojos se iluminaron al verme. —Natalia, cariño, qué bueno que viniste —dijo con una sonrisa débil, extendiendo su mano hacia mí. Tomé su mano con ternura, sintiendo el frágil latido de su pulso bajo mis dedos. —Hola, mamá. ¿Cómo te sientes hoy? —pregunté, tratando de disimular mi preocupación. —Mejor, gracias a Dios. ¿Y tú, hija? ¿Cómo están las cosas en casa? —preguntó, buscando distracción en l
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Leonel Miller
Habían pasado dos días desde que me casé con Adrián y me entregué a él. La rutina era monótona: durante el día, él estaba en la oficina, y por la noche, regresaba a casa, cenábamos con su madre y su padrastro, y luego se iba a un bar. Más tarde ntentaba entrar en mi habitación, pero yo había cerrado con llave, impidiéndole el paso. Prácticamente no nos dirigíamos la palabra. Los sirvientes murmuraban que no éramos un matrimonio de verdad, pero eso no me importaba en lo más mínimo. Sin embargo, debí visitarlo en su oficina porque ya era fecha de pago y él no me había depositado el dinero para el tratamiento de mi madre. Cuando llegué a su oficina, me di cuenta de que estaba de mal humor, rodeado de una pila de documentos hasta el techo. Al verme, frunció el ceño. —Adrián, ¿qué está pasando? ¿Por qué no has depositado el dinero que me corresponde?— Indagué — ¿Acaso crees que no tengo cosas más importantes que hacer que ocuparme de tus asuntos?— Pregunta en un tono burlón. —Pe
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Beso robado.
Mientras desayunaba con los empleados, sentía un peso considerablemente menor en mis hombros. Finalmente, había logrado asegurar el dinero necesario para el tratamiento de mamá. Cada bocado era un pequeño acto de celebración, un recordatorio de que mi esfuerzo había valido la pena y que estábamos un paso más cerca de ayudar a mamá a recuperarse. Aunque la presencia de Adrián y su familia seguía siendo una molestia constante en mi mente, por el momento podía apartar esos pensamientos y concentrarme en lo que realmente importaba: el bienestar de mamá. No tenía tiempo ni energía para lidiar con sus dramas y sus malas actitudes. Mi enfoque estaba en el objetivo, en asegurar que mamá recibiera el tratamiento que necesitaba desesperadamente. Mi mente también divagaba hacia Álvaro, el único miembro de la familia con el que podía relacionarme de alguna manera. Su ausencia en la mansión desde que se fue a rehabilitación había dejado un vacío palpable, una sensación de soledad que aún persis
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El regreso de Álvaro Fontana
Adrián Fontana. El murmullo de conversaciones llenaba el aire mientras nos sentábamos a almorzar en familia. Sin embargo, mi mente estaba en otro lugar, perdida en los recuerdos que se agolpaban en mi cabeza. Había pasado más de una semana desde que nos casamos con Natalia, pero los fantasmas del pasado seguían atormentándome. Mis pensamientos se desviaron hacia nuestra primera vez juntos, el momento en que la hice mía por completo. Al principio, los recuerdos eran borrosos, pero a medida que mi mente se sumergía en aquellos momentos, todo comenzaba a cobrar vida: sus labios suaves, su piel cálida, su cuerpo temblando entre mis brazos. Era como revivir un sueño que creía olvidado. Sin embargo, cada vez que la miraba, veía a Clara reflejada en sus ojos. Las dos mujeres eran tan parecidas y, al mismo tiempo, tan diferentes, que me sentía atrapado en un laberinto de emociones confusas. La tensión en la mesa era palpable, y podía sentir el resentimiento emanando de Natalia. Sin pe
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Desdén entre hermanos.
Natalia Bernal. Aún no puedo creer que Álvaro haya regresado. Él ha sido mi mejor amigo desde que entré a trabajar en esta casa hace tres años. Siempre ha sido tan amable y me ha apoyado muchísimo con la enfermedad de mi mamá. Pero a pesar de su bondad, sé que Álvaro tiene sus propios demonios. Ha luchado contra ataques de ira y ha enfrentado problemas con la adicción a las sustancias. Siempre ha sido un misterio para mí, pero sé que algo grave sucedió en esta familia hace años. Sin embargo, nunca me he atrevido a preguntar. Nos dirigimos hacia la sala, Álvaro, Gloria y yo, mientras Ernesto se apartaba para realizar una llamada. Estaba a punto de sentarme en el sofá cuando Adrián me tomó de la cintura y me obligó a sentarme en sus piernas. Su acción me tomó por sorpresa, pero antes de que pudiera protestar, su mirada intensa me hizo quedarme quieta. "¿Qué estás haciendo?" Murmuré, tratando de mantener la calma mientras sentía el calor de su cuerpo contra el mío. "Quiero que
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