Hay momentos en la vida en donde pierdes criterio de tus ideales y valores, por muy maquiavélico que parezca olvidas el futuro que habías imaginado con esa persona importante en tu vida. Creo que todo ser humano tiene un pasado que lamentar, momentos para levantar y otros para olvidar. En mi caso por caer en la monotonía creí que no te amaba y por esa mentira creada en mi subconsciente te perdí. No tengo a quien culpar más que a mi mismo y por más que en silencio mi alma le grita a la tuya lo mucho que me arrepiento, es evidente que tu lejanía solo me confirma que no te importo o, por el contrario, no me has olvidado y prefieres poner kilómetros entre nosotros y vivir caminos separados. Espero y anhelo poder tener la oportunidad de pedirte perdón algún día, deseo que hayas alcanzado la felicidad, esa que yo perdí y solo con los meses me di cuenta. Es muy duro ser el culpable de tu desdicha, solo espero que donde quieras que te encuentres Belleza… Me perdones.
Leer másNos levantamos y llegamos a su lado. —El año pasado, exactamente a la medianoche, cuando todos nos deseábamos un feliz año y veía feliz como mi amigo César salía de ese año nefastos para los Abdala L’Charme. Recuerdo que me pregunté si yo iba a poder alcanzar la felicidad que ellos habían logrado, por compromiso, olvidando el qué dirán por parte de Maju y con el verdadero arrepentimiento de César para hacer mejor cada día. » Matrimonios perfectos, solo en las novelas, los reales se pelean, se ríen, lloran, sufren, pero sobre todo se apoyan. Nunca pensé hace un año cuando todos se felicitaban y se daban los abrazos pertinentes de alegría, deseando un feliz año, que mi vida fuera a tener tremenda sacudida. » Tenía previsto que el 2019 sería el año en el que me enfrentaría a mi deteriorada situación matrimonial, pero jamás pensé enfrentar a todas las pruebas habidas y por haber. Situaciones que no se las deseo a nadie, y espero jamás pasen por ello, oro porque ustedes no sepan lo que e
Tengo el cuerpo desnudo de mi mujer en mis brazos, ¡Dios! Como amo a mi mujer, comencé a darle besos por la espalda hasta llegar a sus nalgas, comenzó a moverse.—Señora Orjuela, despierte, la invito a tomar un baño, son las seis y debemos pasar por los niños.Le mordí suavemente el pezón, ya estaba duro de nuevo, pero anoche hicimos el amor tres veces, nos acostamos quién sabe a qué hora de la madrugada.—¿Me cargas? —sonreí, la cargué, rodeó sus largas piernas en mi cintura, con la lactancia tenía los senos muy grandes—. Tu soldadito se ha levantado.—Podemos hacer dos cosas el tiempo.—¿En serio?Esta versión de Virginia disfrutando de la sexualidad me tenía loco. La provocadora comenzó a moverse y el baño quedó para dentro de unos minutos, la tomé sin tapujos, de una manera salvaje la penetré…Por estar haciendo lo que podía esperar, ahora corríamos en busca de nuestros hijos. Pero gracias a lo organizada que era mi Belleza, las maletas ya estaban listas. En mi carro nos iremos co
La celebración fue como lo habían planeado mi madre, mi suegra, Magda y Susana, a la que se unió en esta ocasión Katy la madre de José Eduardo, que llegó a pasar el fin de año con su hijo. —¿Mami ya puedo quitarme esto? —Ernesto me preguntó tocándose el corbatín—. Ya entregué los anillos.—Sí, claro que sí mi amor. ¿Estás contento?Lo senté en mis piernas, estaba cansada de tantas fotos y protocolo, pero no quería quitarme el vestido aún, pasaremos la noche en un hotel y mañana viajamos a Villavicencio.—Soy el niño más feliz y afortunado del mundo mundial. —Me reí de su redundancia—. Tengo a mi mamá que parece un ángel, aunque no seas mi mamá, como me dijo Eros, lo eres de lo más importante.—¿Y cuál es esa? —tenía el corazón esponjado de tanta felicidad.—Del corazón y del alma mami. Cuando papi me mostró tu foto supe que eras muy linda.—Y desde que llegaste esa madrugada a la cocina. Tú te ganaste mi amor. Eres mi hijo Ernesto. —Me sonrió—. Ya me voy mami, mi abuela Ana me dij
No iba a negar que me sentía nerviosa por el día de hoy, y no porque el novio no aparezca, era solo por el recuerdo de la muerte de papá. En esta ocasión le pedí a Ezio que me entregara en esta ocasión y él estaba feliz de llevarme al altar.—¿Ya estás lista?Afirmé, me había arreglado en la casa de Maju, queda más cerca de la iglesia del padre Castro y la celebración sería en la casa del señor Amín Abdala, algo familiar y como era la casa con un patio inmenso, decidimos celebrarlo ahí. Nuestros anillos los tenía Ernesto quien era el encargado de entregarlos, su hermano mayor se encargará de llevar a su hermanita.—Así hayamos cambiado el lugar de arreglarse la novia, el de la celebración no cambia el hecho que mi padre estuviera feliz entregándome… —Los brazos de Ezio me reconfortaron.—No llores, arruinarás el maquillaje —sonreí—. Tu padre donde se encuentre se sentirá feliz y orgulloso por la hija que tuvo. Ahora, a honrar su muerte, la vida te ha devuelto todo lo que por algunos a
David nos recogió en el aeropuerto de Cancún, hace un mes la sociedad aceptó su ingreso, por supuesto él pagó su aporte al capital. Se iba a dedicar a estar en las obras fuera del país. El primer hotel debíamos entregarlo en ocho meses. Íbamos bien de tiempo y desde que tomó la gerencia de obras hemos avanzado mucho más. Y eso que iba para dos meses de haberse vinculado.—¡Qué alegría ver caras amigas! —Nos dimos un fuerte abrazo —. Alejo.—David.—César, ¿cómo va la familia? —vinimos a un viaje de un día para otro.—Los niños creciendo y mi castañita de ojos grises, más preciosa que nunca. —Le respondió César.—Por mi parte, Angélica va creciendo, es la misma estampa de su madre en Belleza, con esos ojazos que tiene mi reina. El veintiséis cumple los tres meses y recuerda, eres uno de mis padrinos. El veintinueve es la boda.—En tres semanas, no se me olvida, la invitación enviada por Virginia vino con una hoja donde cada una de mis amigas me envió un ultimátum. —Nos reímos. Ingresam
Todo volvió a la normalidad, después de ese percance, almorzamos y a las cuatro la gente comenzó a retirarse. Elsa le dio el beso de las buenas noches a cada uno de sus nietos y se retiró a la habitación que hay para ella en la casa. Alejandro y yo estábamos en el cuarto de Eros, le di el medicamento, lo arropamos, le dimos un beso en cada cachete.—Te amo, estoy muy feliz de verte feliz.—Yo también mami. La otra semana ya puedo regresar a clase y a mis cursos, ¿cierto?—El colegio sí, y los cursos que no te desgasten trabajo físico. —Le dijo su papá.—Gracias, papi.—Hasta mañana. —Le eché la bendición, apagamos la luz y cerramos la puerta. Al ingresar a la de Ernesto, estaba brincando en la cama—. A dormir jovencito, mañana tienes colegio.—Eros no va a ir al colegio.—Tu hermano tienes excusa médica, ya la otra semana si retoma las clases. A dormir Iron Man. —Le dijo Alejandro. Lo arropamos, le dimos beso en la mejilla.—Mami, ¿mañana tú me vuelves a levantar?—Por supuesto, mi am
Estar en la mitad de verdad es muy cansón, Maju y yo mediábamos para que Socorro no se sienta incómoda, pero era ella la que se sentía acomplejada ante nosotros y así era muy difícil. Además, cuando alguien se le sale de los afectos a Fernanda, era como declararle la guerra atómica. No dejaba de lanzarle puyas muy directas, Blanca y Socorro del Carmen se habían mantenido al margen, pero Fernanda se puso los guantes de Chuky. Y para ser honesta, yo también quería darle un par de cachetadas a Socorro. ¿Cómo se ponía a decir ese tipo de cosas?—No le queda bien señora Fernanda decir ese tipo de comentarios, usted debe hacer alarde a su posición. ¿Por qué se enoja tanto porque yo diga la verdad?En ese momento todas nos quedamos mirando a esa niña, porque eso era Socorro, una veinteañera. Acaba de desafiar a Fernanda y no va a salir nada bueno, lo cierto era que ella no debía hablar mal de su marido, porque era su marido desde hace un año, ¡vivían juntos!—¡Le responden ustedes o le respo
Ver a mi hijo compartir con sus amigos de nuevo, en familia me llenaba de felicidad. Virginia se veía delgada, pero su mirada brillaba como hacía mucho no le veía, mi reina quién sabe en qué brazos estaría. Nos encontrábamos al aire libre, en el patio de la casa, Eros con gorro y bufanda para evitar la brisa, menos mal hacía un buen día.—Alejandro. —David se sentó a mi lado y me entregó un vaso de whisky—. Lo envía Carlos, ¿brindamos?Vi que él por un momento miró a Blanca al lado de su esposo sonriendo. Había nostalgia en esa mirada, se percató de que lo pillé.—¿Quieres contarme algo?—Nada que se pueda arreglar ahora, ella es y se ve feliz.—David… ¿Blanca era la chica de la que nos hablaste a Cesar y a mí esa vez en la universidad? —Se quedó callado.—No eres el único que arrastra las consecuencias de una mala decisión.—Ella tiene un buen matrimonio y Deacon es un caballero.—No tienes que advertirme Alejo, lo que siento lo he callado por años, no viene al caso decir nada y meno
Espero impaciente la llegada de Ernesto para abrazarlo, Eros no ha dejado de llorar de felicidad también. Estuve encerrada por cinco minutos en el baño de la habitación, agradeciendo al único que podía sacarnos de estas, a Dios. Las manos seguían temblorosas.—Mami. ¿Si comprendes que las cosas debían de ser así? —afirmé, a esa misma conclusión llegué mientras me puse de rodillas en el baño.—Ahora ni remordimiento tengo, ni rabia con Alejandro, hasta tengo agradecimiento con Sandra por engendrar a Ernesto. Si amor, así debían de ser las cosas, Ernesto debía llegar a nuestras vidas. Lo único que lamento es la muerte de mi padre tan pronto.—Abuela dice que iba a sufrir mucho con su enfermedad y ahora que experimenté la quimioterapia, comprendo el amor de Dios para con él, al no permitirle al abuelo sufrir.—¡Ay, Eros! —Le tomé la mano—. Puede que tengas razón, por ahora solo quiero pensar en tu recuperación y volver a casa, a ser una familia, sin resentimientos. Por cierto, jovencito,