No iba a negar que me sentía nerviosa por el día de hoy, y no porque el novio no aparezca, era solo por el recuerdo de la muerte de papá. En esta ocasión le pedí a Ezio que me entregara en esta ocasión y él estaba feliz de llevarme al altar.—¿Ya estás lista?Afirmé, me había arreglado en la casa de Maju, queda más cerca de la iglesia del padre Castro y la celebración sería en la casa del señor Amín Abdala, algo familiar y como era la casa con un patio inmenso, decidimos celebrarlo ahí. Nuestros anillos los tenía Ernesto quien era el encargado de entregarlos, su hermano mayor se encargará de llevar a su hermanita.—Así hayamos cambiado el lugar de arreglarse la novia, el de la celebración no cambia el hecho que mi padre estuviera feliz entregándome… —Los brazos de Ezio me reconfortaron.—No llores, arruinarás el maquillaje —sonreí—. Tu padre donde se encuentre se sentirá feliz y orgulloso por la hija que tuvo. Ahora, a honrar su muerte, la vida te ha devuelto todo lo que por algunos a
La celebración fue como lo habían planeado mi madre, mi suegra, Magda y Susana, a la que se unió en esta ocasión Katy la madre de José Eduardo, que llegó a pasar el fin de año con su hijo. —¿Mami ya puedo quitarme esto? —Ernesto me preguntó tocándose el corbatín—. Ya entregué los anillos.—Sí, claro que sí mi amor. ¿Estás contento?Lo senté en mis piernas, estaba cansada de tantas fotos y protocolo, pero no quería quitarme el vestido aún, pasaremos la noche en un hotel y mañana viajamos a Villavicencio.—Soy el niño más feliz y afortunado del mundo mundial. —Me reí de su redundancia—. Tengo a mi mamá que parece un ángel, aunque no seas mi mamá, como me dijo Eros, lo eres de lo más importante.—¿Y cuál es esa? —tenía el corazón esponjado de tanta felicidad.—Del corazón y del alma mami. Cuando papi me mostró tu foto supe que eras muy linda.—Y desde que llegaste esa madrugada a la cocina. Tú te ganaste mi amor. Eres mi hijo Ernesto. —Me sonrió—. Ya me voy mami, mi abuela Ana me dij
Tengo el cuerpo desnudo de mi mujer en mis brazos, ¡Dios! Como amo a mi mujer, comencé a darle besos por la espalda hasta llegar a sus nalgas, comenzó a moverse.—Señora Orjuela, despierte, la invito a tomar un baño, son las seis y debemos pasar por los niños.Le mordí suavemente el pezón, ya estaba duro de nuevo, pero anoche hicimos el amor tres veces, nos acostamos quién sabe a qué hora de la madrugada.—¿Me cargas? —sonreí, la cargué, rodeó sus largas piernas en mi cintura, con la lactancia tenía los senos muy grandes—. Tu soldadito se ha levantado.—Podemos hacer dos cosas el tiempo.—¿En serio?Esta versión de Virginia disfrutando de la sexualidad me tenía loco. La provocadora comenzó a moverse y el baño quedó para dentro de unos minutos, la tomé sin tapujos, de una manera salvaje la penetré…Por estar haciendo lo que podía esperar, ahora corríamos en busca de nuestros hijos. Pero gracias a lo organizada que era mi Belleza, las maletas ya estaban listas. En mi carro nos iremos co
Nos levantamos y llegamos a su lado. —El año pasado, exactamente a la medianoche, cuando todos nos deseábamos un feliz año y veía feliz como mi amigo César salía de ese año nefastos para los Abdala L’Charme. Recuerdo que me pregunté si yo iba a poder alcanzar la felicidad que ellos habían logrado, por compromiso, olvidando el qué dirán por parte de Maju y con el verdadero arrepentimiento de César para hacer mejor cada día. » Matrimonios perfectos, solo en las novelas, los reales se pelean, se ríen, lloran, sufren, pero sobre todo se apoyan. Nunca pensé hace un año cuando todos se felicitaban y se daban los abrazos pertinentes de alegría, deseando un feliz año, que mi vida fuera a tener tremenda sacudida. » Tenía previsto que el 2019 sería el año en el que me enfrentaría a mi deteriorada situación matrimonial, pero jamás pensé enfrentar a todas las pruebas habidas y por haber. Situaciones que no se las deseo a nadie, y espero jamás pasen por ello, oro porque ustedes no sepan lo que e
La fiesta de fin de años donde nos reunimos todos los amigos y familias estaba en su apogeo, mis amigos Cesar y Maju sacaron adelante su matrimonio. Mandaron a la mierda el qué dirán en el caso de ella que puso su felicidad por delante y César se juró a sí mismo jamás volver a fallar. Al menos para ellos que pasaron por pruebas fuertes se armaron de valor para imponer su deseo de buscar la armonía. Me alegra por ellos.Sin embargo, para mí, Alejandro Orjuela cada día que pasa era cargar con una cruz demasiado pesada, hoy entre celebraciones era el día en donde desearía mandar todo a la mierda. Las palabras de Maju taladraban referente a buscar a Dios y vivir en la verdad. —suspiré—. Miré a Ana y a Víctor, seis años y siete meses exacto eran los que tenía de no verlos. —pasé el nudo formado en la garganta con otro trago de whisky.Tenía en mi cabeza que me odiarían… Dejé a su hija casi en el altar, para casarme con otra… ¿Por qué lo hice? ¡¡POR MARICA!! En ese entonces creí que con Vi
Esperaba en algún momento los insultos de quien fue mi suegra, pero esa mirada solo me brindaba calma.—Ay, hijo… Así Víctor, me dé cantaleta, te confieso, dejaste a mi hija muerta en vida.Todo mi cuerpo tembló, hasta el más fuerte se quiebra, solo fui consciente de los brazos de Ana, dejé salir un gemido de dolor arraigado en el alma. Yo soy el único culpable de mis desdichas.—Ahora comprendo la mirada de Víctor, cuando nos vimos en la mañana.—Él te adora como un hijo, así refunfuñe lo contrario. Te reclama el que Virginia no haya vuelto a pasar las Navidades con nosotros en la finca en Montería. Por cierto, hace tres años nos radicamos allá. Vinimos por unos chequeos médicos para él y como Fernanda anda con una llamadera, aproveché a ir a conocer a su gordita y Maju se encontraba en su casa. Por eso estamos aquí. Creo que a tu esposa eso le molestó.—No te preocupes. Las cosas con ella no están bien desde hace seis años. —La mirada de Anita me hizo sonreír—. Seré exacto, desde qu
Menos mal no se encontraba Sandra, porque en este estado quien sabe qué hubiera hecho, jamás la golpearía, pero las palabras también hieren. La ira me consumió, solo era el ego masculino herido y no porque se encuentre besando con otro hombre. ¡Era por la burla en la que caí quién sabe desde cuándo!En mis manos tenía las pruebas de todo, el puto dinero gastado de mi tarjeta de crédito, ese que por castigarme con lo sucedido entre Maju y César, el mismo que era para arreglar el apartamento de su mamá, luego cuando César la confrontó me dijo que la perdonara por la mentira, pero las cosas eran para el apartamento del novio de su mamá.Por estar enferma a punto de morir quería complacerla, ¡y como marica caí! Yo le pagué la remodelación al amante de mi esposa. —La ira me estaba cegando—. Seguí mirando el resto de los papeles. Descubrí la mentira en la enfermedad de mi suegra, ella solo tenía muchas deudas y por miedo salió huyendo para evitar que la mataran, por eso se vino a vivir a la
Bajé del carro más porque necesitaba quedarme solo que por escuchar una misa. Me dirigí al portón, iban a ser las seis de la mañana, vi la banca, al lado de un gran árbol. Era un bello jardín, adoquines que dirigían el camino evitando averiar el pasto.No tenía idea porque me encontraba aquí aguantando frío, debería estar esperado a Sandra para que en la cara me diga la verdad. Sin embargo, al cerrar los ojos, lo primeros que me viene a la cabeza era la mirada de asombro de Virginia… Todos los días de mi vida he lamentado haberla perdido. Después de los dos meses de haberme casado se instaló una eterna tristeza en el alma y supe que era por haberla perdido.Y hoy la vida me restregó el gran error cometido. Como se justifica que me iba a casar con la mejor mujer del mundo y terminé con ella para casarme con una… otra. —apreté las manos en un puño y el dolor de la mano izquierda me alertó de que debía de tener algo fisurado.—¿Quiere un poco de café? —miré al señor con un pocillo en su