Lilia y Chris hicieron una promesa de casarse cuando eran niños, pero la vida los separó y ella olvidó esa promesa. Años después, Jax Brown compromete a su hija con Ethan Watson, un viejo amigo de la familia que ha regresado del extranjero. A medida que Lilia conoce más a Ethan, decide darse la oportunidad de enamorarse con el tiempo. Sin embargo, el día de su boda, Chris reaparece en la vida de Lilia de manera inesperada al enterarse del compromiso a través de las noticias. Chris, dolido por los acontecimientos, decide secuestrar a Lilia como castigo, recordándole la promesa que hicieron en su infancia y que ella olvidó, con el objetivo de convertirla en su esposa. Lilia se encuentra atrapada entre las garras del líder de la mafia, quien ha vivido una vida llena de desafíos y oscuridad. Ella se enfrenta a una lucha para entender sus propios sentimientos, porque con el tiempo, el deseo hacia el mafioso empieza a crecer, dándose cuenta de que Ethan no le transmitía esa misma chispa intensa que logra Chris. ¿Podrá Lilia evitar caer en la tentación que le representa Chris? ¿O se dejará llevar y dejará de lado sus obligaciones?
Leer másEthan.Estaba bebiendo en un bar cercano a las cuatro de la tarde, pensando en todo lo ocurrido con Lilia.Habían pasado dos días desde nuestro encuentro y quedé más destrozado que cuando huyó de la boda.—¿Otro más? —preguntó el barman, al ver que me acabé el vaso.—Sí, por favor.Puse el dinero en la mesa.¿Por qué lo hizo? ¿Por qué fue tan fácil para ella enamorarse de otro antes que de mí?Y tenía que ser Chris, me sorprendió tanto su reaparición, aunque me recordó mucho al hombre que vi junto al chófer que llevó a Lilia... ¿Tenía algo que ver?Negué con la cabeza.Lilia formaba parte de mi pasado, tenía que dejar de lado lo que sentía si quería continuar con mi vida. Necesitaba conseguir una esposa, alguien que me ayudara a olvidarla o no sé.Una mano se posó en mi espalda. —Tu madre me dijo que estarías aquí —Su voz me calmó. —¿Fuiste a mi casa? —No respondes mensajes ni llamadas, ¿acaso tienes tu celular encima? —Liz se sentó a mí lado. —Está apagado. —Dime qué es lo que t
Chris.—¿Estás listo? Alexander debe de estar en su departamento a esta hora —preguntó Deus, mirando el reloj en su muñeca.—¿No has descubierto a quién contrató? —cuestioné, caminando junto a él hacia el vehículo.Abrí la puerta del copiloto, él se encargaría de llevarme. Ya había planeado todo lo que le haría a Alexander, un poco de tortura no estaría mal.Guardé la pistola en la funda de mi pantalón, preparado para el enfrentamiento. Ese hombre no tenía familia, a nadie le importaría su muerte, ¿no?—Lamento decirle que no. Ninguno llevaba puesto alguna etiqueta o tatuaje —Se encogió de hombros, encendiendo el auto—. ¿Cree que haya sido El Cuervo?—Tal vez... De todas formas, la fiesta de aniversario en el bar se hará pronto —resoplé, revisando mi celular.—Es verdad, lo había olvidado —murmuró—. Él irá sí o sí, sabes lo entrometido que suele ser en nuestra vida.—Le haré un par de preguntas en la fiesta, me sorprende que no haya hecho ningún movimiento raro para perjudicarnos —res
Chris.Lilia y yo terminamos en el asiento de atrás para más comodidad. Mi mente estaba nublada después de ese encuentro con Ethan, porque sentí la necesidad de quitarlo del camino para que no se entrometiera en nuestras vidas.La ansiedad que me invadió solo ella podía calmarla, con sus caricias, sus besos... No sabía qué carajos tenía, que me obligaba a arrodillarme y hacerle caso como un jodido perro.—C-Chris... No podemos hacerlo aquí —titubeó, nerviosa.Yo eché su corto cabello a un lado para besar su cuello con delicadeza. Ella estaba sentada encima de mí, por lo que fue fácil apretujar sus nalgas a mi antojo.—Siempre tengo un preservativo en la cartera, por si eso te preocupa —informé, desesperado por sentir sus labios.—No es eso, Chris. Pueden darse cuenta los que pasen cerca del auto —murmuró, apenada.Yo le quité el suéter que tenía y su brasier para dejar que sus pechos respiraran un poco. Me lamí el labio porque solo hacía falta pensar en ella para ponerme duro.—El pap
Lilia.—T-te estás confundiendo de persona —Traté de cambiar mi voz.Lo esquivé para pasar por su lado, pero él me agarró del brazo y me detuvo. Tuve que mirarlo a los ojos, sintiéndome peor de lo que estaba.—¿Crees que soy idiota? —cuestionó, con la nariz arrugada—. Te busqué durante tanto tiempo, lloraba todas las noches por ti, no sabía qué hacer para encontrarte, si estabas bien o mal, ¿y me tratas como si no me conocieras?Oh, no...Yo no quería encontrarme con él porque no sabía cómo explicarle exactamente mi situación del por qué lo dejé para al final enamorarme de otro hombre que pertenecía a nuestro pasado. Hundí las cejas, deprimida porque Ethan no se merecía sufrir por mí. —Lo siento... —¿Un lo siento es todo lo que tienes para decir? —bufó, con ironía—. Creí que te sucedió algo malo, ¿sabes? Pero veo que los rumores eran ciertos. Tú me dejaste plantado en el altar. Me abandonaste, Lilia... No me soltaba el agarre, y por un momento sentí que hizo más presión. Era mi me
Lilia.Me acerqué hasta quedar de rodillas y apoyar mis brazos sobre la camilla, llorando desconsolada porque papá estaba vivo.Una máquina detectaba su pulso, y estaba estable, por lo que me sentí agradecida con el universo.—G-gracias a Dios —balbuceé, con el moco flojo.Él como pudo levantó su mano izquierda y me acarició la cabeza con nostalgia.—Sabía que vendrías a verme... —habló, con una sonrisa a penas notoria—. ¿Cómo has estado?La expresión inocente en mi padre me rompió el corazón por haberlo dejado atrás. Yo no quise... Fue en contra de mi voluntad, pero no iba a poner el secreto de Chris en peligro.Tenía que tragarme todo eso si quería mantener a salvo a mis padres.—¿Cómo supiste que era yo? —Me quité el tapabocas.Sequé las lágrimas.—Soy tu padre, ¿de verdad pensaste en ocultarte de mí? —rio con dificultad—. Cuéntame, ¿estás comiendo bien? ¿Tienes dinero suficiente?Me tragué el nudo que se formó en mi garganta porque mi padre no parecía estar enojado conmigo como pe
Lilia.Íbamos en el auto de Chris hacia la ciudad vecina, en donde yo había nacido y me crie toda mi vida. Miraba por la ventana, viendo cómo se hacía de noche.Me preocupaba el estado de mi padre, y lamentaba no haber estado presente para él en un momento difícil como ese. ¿Qué me diría?—Evita hablar con tu madre —comentó, de repente.Fruncí el ceño.—¿Por qué?—Haré lo que pueda para que te cueles en la habitación de Jax, solo te pido que no intentes ir a la sala de espera porque seguramente tu madre y demás conocidos estarán ahí —explicó, viendo la carretera.Chris estaba serio al manejar, ¿le preocupaba que pudiera traicionarlo? Ya habíamos compartido tantos momentos juntos, que no me veía lejos de él.Me hizo sentir mariposas en los dos meses que llevaba junto a él, cosa que Ethan no hizo.Puse mi mano sobre la suya, en apoyo.—No van a reconocerme.—Es tu madre, Lilia... Ella sabrá que eres tú aunque tengas un corte distinto. Y tu padre igual —resopló, se escuchaba ansioso—. N
Chris.Estaba de camino a la habitación de Lilia, le había dicho que iba después porque fui a recoger un ramo enorme de rosas solo para ella.—¿Crees que sea exagerado? —le pregunté a Deus.—Mi hermanito está completamente enamorado —se burló, caminando junto a mí—. Espero que no te moleste mi compañía, me agradaría ver su reacción.—Sigues siendo igual de entrometido en mi vida que cuando recién me adoptó Charles —Negué, acomodando una rosa.¿Le gustaría? ¿Qué pensaría de mí luego de regalarle flores? Jamás imaginé que haría algo cursi como eso, pero se trataba de ella... Hacerla feliz era mi prioridad.Me dolería tanto verla deprimida, así que me esforzaría al máximo para que eso no sucediera.—Jamás olvidaré ese día —Sus ojos oscuros se iluminaron—. No sabes cuánto me emocioné al verte, y más cuando Charles me dijo que te tratara como a un hermano menor.Deus me rodeó con su brazo y despeinó mi cabello con diversión, yo tuve cuidado de que el ramo no se dañara, era más grande que m
Lilia.Explorar la mansión se había vuelto mi pasatiempo favorito porque los lugares inexplorados no se acababan. En un punto llegué hasta la cocina, donde me jalé de los cabellos con una mujer que molestaba a Samira, y le dejé en claro que si lo seguía haciendo, haría que la despidieran.Me sentía una diosa en ese lugar porque después de ese evento, me veían con terror en sus ojos. Aunque terminé recibiendo un regaño por parte de Chris por meterme en una pelea.Iba caminando por un pasillo largo, estaba segura que me perdería... Al cruzar una esquina, choqué con un pecho duro y una figura que duplicaba mi tamaño.—Discúlpame, ¿estás bien?Era un hombre de cabello negro y piel morena. Tragué saliva porque su fornido cuerpo logró intimidarme. Una de sus manos fácilmente era del tamaño de mi cabeza.—M-mi error...—¿Eres nueva? Puedo guiarte. Por tu aspecto, parece que te asignaron como sirvienta —murmuró, con una mano en el mentón.Me ofendió.—¿Cómo que por mi aspecto? ¿Qué clase de r
Ethan.Estaba cenando tranquilamente junto a mis padres, el silencio era un tanto incómodo porque ya le había exigido a mi padre que no buscara a otra mujer para mí, que me dejara escoger esta vez.No quería cometer el mismo error y perderla para siempre...—¿Aún nada? —cuestionó el castaño, mirándome.Alcé una ceja, ya sabía a lo que se refería, me hice el tonto.—¿Nada?—Tu padre se refiere a tu vida amorosa, Ethan... Nos preocupas —Mamá me vio con aflicción.Las arrugas en su frente se marcaron y yo tuve que suspirar porque extrañaba cuando la pasábamos bien en familia, sin presiones.Dejé los cubiertos de lado.—Necesito un poco más de tiempo, no puedo encontrar al amor de mi vida de la noche a la mañana —confesé, apretando los labios.—No te obligaré, Ethan. No importa si es una chica de una familia pobre o importante, lo que me interesa es centrar la atención de la sociedad en ti de manera que impresiones —explicó papá, haciendo un movimiento extraño con su mano—. Después de lo