Si fuera el fin del mundo y pudiera elegir dónde quiero pasar los últimos segundos de mi vida en la tierra, ese sería sin duda en una playa con el olor salado y la brisa marina susurrando en mi oído.
“Cadence…”
Su voz me gusta.
“Cadence, regresa…”
¿Por qué hay tristeza en su voz?
“Cadence, te extraño”
Sigo sus palabras… me llevan hacia un hombre, tendrá unos 30 años aproximadamente aunque se ve mucho más joven de la edad que tiene. En mi interior creo conocerlo aunque no identifico quién es.
Él está tomando una mano y la sostiene firmemente contra su frente. Sus ojos están cerrados mientras aprieta con fuerza con ambas manos la delicada muñeca y nudillos de la mujer acostada. El hombre enjuga sus lágrimas quiero tocarlo sin embargo mi mano lo atraviesa.
“No, yo sé que regresarás…”
Besa la mano que sostiene, aunque es un sueño siento su calidez en mi propia mano. No me gusta verlo llorar, me duele algo en el pecho.
“Te esperaré sin importar cuánto tiempo te tome regresar a mí.”
Baja la mano con cautela y la deposita suavemente en la fría camilla del hospital. Observa su teléfono celular, no parece agradarle que lo interrumpan.
“Debo irme, vendré más tarde.”
No, no te vayas…
“Vendré por ti después, mi Shätzchen”
¡No te vayas!
— ¡Señor Eardwulf!
En cuanto abro los ojos me encuentro con unos ojos azules tempestuosos como el mar. Un joven en sus veinte años me mira con sus ojos abiertos, se ve sorprendido y a la vez adolorido.
— ¿Tuviste un sueño placentero con él?
No sé por qué su voz en lugar de ser irritante como siempre, me suena como un delicado susurro.
— ¿De qué hablas, Alfa tonto?
Es cierto, ayer nos casamos, anoche incluso dormimos juntos.
Nuevamente sus ojos se abren como canicas, sus pupilas se hacen pequeñas y el iris azul como mar nocturno me refleja en ellos.
—Si…me permites, quisiera enmendar nuestra alianza rota.
¿Alianza rota?
Nuevamente me ve como si hubiera hecho algo inesperado.
— ¿No recuerdas lo que pasó ayer, Cady?
Como acabo de despertar apenas estoy recapitulando quién es ese joven y qué hago aquí. Él es el Alfa Ery Avery, el protagonista de la historia que escribí y que, por algún motivo extraño, estoy en el cuerpo de la protagonista con el deber de conseguir los preceptos de la obra para poder regresar a la vida.
—Formamos una alianza y nos casamos.
¿No es así?
El Alfa tuerce la boca casi mordiéndose los labios. No ha soltado mi mano y creo que tiembla ligeramente. Lo cual es imposible porque los Alfa son fríos como un témpano de hielo.
—Cady, la verdad es que han pasado tres días desde la boda.
— ¡¿Tanto?!
—Cuando te desmayaste nos preocupamos mucho por ti y…—Traga saliva como si fuera difícil decirme lo que sigue—En realidad…
Pero yo ya no escucho nada más. Mi cabeza divaga en una preocupación mayor. Al parecer, en este mundo también…
— ¿En este mundo también me sucede eso?
Creí que al estar en otro cuerpo no me sucedería más así que no tomé precauciones ni seguí anotando los eventos importantes de cada día para mi futuro yo en caso de perder la memoria.
— ¿Te encuentras bien, Cady?
— ¿Puedes darme algo para escribir?
Le tomo de la manga sin poder evitar el temblor en mi voz. Debo apresurarme y escribir todo lo que pueda antes de que sea tarde.
Si pierdo esos recuerdos importantes, puede que olvide siquiera que estoy en una historia y no soy la protagonista original. Si eso sucede no podré regresar a mi vida.
No puedo permitirlo, debo volver a como dé lugar. En cuanto el Alfa me trae lo que le pedí ni siquiera me fijo en el material, por suerte sé usar las plumas fuente, como si mi mano estuviera poseída comienzo a escribir sin detenerme.
[Para Cadence del futuro: Esto es lo que ha sucedido los últimos días desde que morí en aquel accidente. Hagas lo que hagas nunca olvides que debes regresar, esta no es tu vida, es una historia que escribiste con tus propias manos… Pero vayamos por partes, la forma en que has llegado a transmigrar en esta historia fue…]
— ¿Ese que idioma es? ¿Es un lenguaje antiguo?
Detengo mi mano y me sobresalto, he estado tan alterada por perder la memoria que no me he fijado que el protagonista ha estado justo al lado mío todo este tiempo. ¿Ha leído lo que escribí?
—Me temo que no es nuestro idioma. Aquí nadie podría leerlo.
Suspiro aliviada. Entonces no es necesario tener precauciones con lo que escriba ya que nadie podrá entenderlo. Con mayor tranquilidad continúo escribiendo, aunque el Alfa parece estar atento a todo lo que hago.
A pesar de mis preocupaciones, su esencia como brisa del mar y cítricos me hace sentir en calma. Incluso a un lado mío, mi interior me dicta que estoy segura con él.
***
Después de escribir todo lo que pude hasta estar satisfecha, junto las páginas entre mis manos y las acomodo. Al menos con esto me será posible guiar a mi yo futuro sin perder de vista nuestros objetivos.
Sin embargo, estas páginas no podré llevarlas conmigo en caso de que muera y reciba un reseteo en alguna parte de la historia…
‘Cady, sé que para ti comer es una de tus últimas preocupaciones pero, necesito que mi cuerpo se alimente adecuadamente’
—Oh, lo siento mucho, Chiara.
‘Descuida, aunque aún eres muy débil y tomas decisiones precipitadas, me agradas mucho’
— ¿Débil?
¿Por qué mi loba me dice que soy débil?
TOCTOCTOC
— ¿Puedo pasar?
¿Acaso me golpee la cabeza y alucino cosas? ¿El Alfa pide permiso para entrar? Dios… ¿Chiara, qué ocurrió estos tres días? Hasta pareciera que es menos bruto.
—A…delante.
Sin esperar más abre la puerta, ni siquiera he alcanzado a llamarlo Alfa.
— ¿Cómo sigues? —Pregunta palpando mi frente.
—Me siento mejor…
Mientras hablo me preocupo más por saber el paradero de mi libro, tendré que buscar la forma de buscarlo en la choza.
—El doctor Yeha dijo que debes reposar algunos días más. No te has alimentado bien ni tampoco has dormido adecuadamente así que tu cuerpo lo resintió todo.
— ¿Eres Shawn?
Veo en sus ojos azules y busco entre ellos algún tono carmesí, es tan distinto al Alfa de los primeros días que no parece la misma persona.
— ¿No somos aliados? Es natural que sea amable.
No, no es natural. En especial si eres un Alfa.
—Supongo.
Es tan distinto que me es incómodo estar a solas con él.
—Si necesitas algo, lo que sea, pídelo.
¡Maravilloso, entonces llévame a la cabaña!
—En realidad, no creo que sea posible.
¿Por qué no? ¿Es por lo que sucedió con el consejo? Juro que no intenté escapar… ¿Aún sigue molesto por eso?
—Lo sé, pequeña. Creo en todo lo que dices.
¿Por qué se porta tan amable? Él no es así… Cuando se comporta tan humano y razonable no sé cómo responder. Pensé que dudaba tanto de mí que me tendría vigilada las 24/7 como carcelero.
—No, yo no dudaré más. Si lo hago puedes castigarme como quieras.
¿Dijo “castigarme”? ¿Me cambiaron al protagonista?
Si es cierto que ha cambiado, yo también estoy dispuesta a escucharlo…
—La verdad es que no puedo llevarte a la cabaña porque… se quemó.
¡¿Se quemó?! ¿Quién hizo algo tan horrible?
—Sé que es demasiado importante para ti así que no podía decírtelo, pero quiero que confíes en mí así que no te ocultaré esa información.
Si todo se quemó entonces, el libro…
—No te alteres por favor, Cady. Tus dos tesoros están a salvo, mira.
Me entrega un broche bordado mano con flores de caléndula y camelias, son las que bordó cuidadosamente mi abuela con sus manos y que agregué como pequeño cameo en la obra. Para inmortalizarla junto con un retrato y así ella viviera como el Quijote de Cervantes.
Abrazo el broche contra mi pecho y cierro los ojos, es idéntico al que perdí hace muchos años. No sé cómo supo que es mi tesoro sin embargo me conmueve mucho que lo haya rescatado.
También me enseña un dibujo roto, es el retrato de mi abuela. Aunque me horroriza verlo partido por la mitad mis ojos se desvían a las manos y brazos del Alfa. Su piel ligeramente bronceada está más oscura debajo de los brazos y en las palmas. También en su mejilla tiene marcas de quemaduras.
¿Se quemó por rescatar lo poco que pudiera?
— ¿Por qué está roto el retrato?
Está a punto de decirme que fue debido a su proeza heroica y por poco creo cómo me narra que luchó contra brasas embravecida cuando se detiene y queda en silencio. Se rasca la cabeza y mira hacia el suelo un instante breve.
—No. La verdad es que… —Se detiene, es demasiado difícil para él decirlo—no te alteres, seré completamente sincero contigo.
Ladeo la cabeza y él lo suelta todo sin detenerse.
—Yo lo hice. Rompí todo adentro y quemé tu casa.
¿Por qué hizo algo tan cruel?
Nuevamente se rasca la cabeza esta vez con más rapidez y nerviosismo. Es como si fuera su forma de liberar su propio estrés, una vez se siente más tranquilo me explica todo lo que sucedió ese día con los renegados. Creyó en lo que le dijeron, que yo había huido con 5 hombres lobo como amantes y que fue tal su enojo que destruyó todo.
—Me invadieron los celos, fue porque me gustas mucho.
“Me gustas”
Dijo que le gusto. Es la primera vez que alguien me declara algo así… Nunca antes algún chico se me había confesado y no puedo evitar sentir un ligero cosquilleo correr por mis mejillas.
—Debes estar decepcionada.
Si lo estoy y mucho. Vaya desgraciado, ir a destrozar una casa entera por celos, sin embargo, entiendo su instinto posesivo de Alfa y lo difícil que habrá sido para él controlarse. Incluso tuvo la conciencia de rescatar dos objetos. Además, tuvo la decencia de decir la verdad.
—No sabía que estarías celoso —Digo evitando verle directamente pues mis mejillas están tan calientes que me da vergüenza.
El Alfa toma mi barbilla y me hace mirarlo directo a los ojos.
—Sí, Cady. Soy muy celoso… Demasiado.
Acerca su frente a la mía y puedo escuchar su respiración así como sentir el aire caliente que emana de ella.
—Por eso no me des razones para sentirme traicionado y que quiera romperlo todo. De verdad me gustas, me gustas demasiado.
Oh dios… si lo dice con esa sinceridad usando esa voz tan clara y calmada es imposible evadir su confesión sin parecer una desalmada.
—Alfa Ery, yo…
—Yo sé que no te gusto—Me toma de las mejillas como si fuera un hámster—Pero haré todo para que me correspondas.
‘¡Diosa, qué confesión de amor más hermosa!’
—Solo te advierto que además de celoso, mi libido es alta y a veces puedo llegar a decir…
— ¿Cochinadas? — Complemento al notar que sus pupilas se han vuelto más grandes y ahora parece un depredador al acecho.
‘¿Tú también te estás mojando como yo, Cady? ¡Ufff, es imposible resistirse a esas feromonas Alfa!’
—Entonces no las digas—digo volteando hacia otro lado tratando de evadir sus avances primitivos.
—No puedo evitarlo. Cuando te veo mi deseo es muy fuerte.
Oh, por Dios…
Se relame los labios pero ese gesto no me parece asqueroso sino atractivo.
—Es tan grande este deseo que mi verga se levanta y quiero restregarla sobre tu trasero o meterla primero en tu boca y embestirla hasta que no puedas cerrar nunca más la mandíbula.
¡¿Qué está diciendo?! ¡Eso es aún más atrevido que antes! Y puedo escuchar cada palabra sucia sin filtro.
<<SE HA APAGADO EL FILTRO DE GROSERÍAS, HUESPED. AHORA PUEDE ESCUCHAR Y DECIR PALABRAS VULGARES DURANTE EL COITO SIN RESTRICCIONES>>
¡¿Qué?! ¡No, regresa el filtro!
—Luego al no poder apagar este deseo después de llenarte de mí semen hasta que no quepa más por tu garganta, voy a hundirme en tu…
¡¡APÁGALO, APÁGALO!!
Debería sentirme asustada con todas las cosas obscenas que dice… ¿Entonces por qué mi corazón late como loco y me palpita ahí abajo chorreando como si fuera fuente abierta en parque público?
‘Es el deseo por nuestra pareja, Cady. No lo reprimas más.’
—De…pravados…
Ah… quisiera contestar de forma sarcástica y decirle que es un sucio degenerado pero no me salen las palabras. En su lugar pareciera que deseo escucharle decir más.
— ¿Quieres comprobar lo duro que me pones?
No…Sí…No… Claro que no…
Toma mi mano y la guía hasta su entrepierna. ¡Qué grande y caliente, está tan…!
— ¡Duro!—Digo en voz alta como si estuviera en trance.
—Diré muchas cosas que quizá te resulten molestas o demasiado atrevidas— toma mi mano y la guía para subir y bajar por el relieve de su miembro—Puedes aceptar si quieres escucharlo…
‘¡Ahora agarra ese pedazo de carne jugosa, Cady, haz sentir bien a nuestra pareja!’
Chiara, no seas pervertida…
—Pero no puedes obligarme a no decirlas.
—Atre…vido…
—Tócame—me ordena, sin embargo parece más una súplica que una orden.
Subo y bajo mi mano siguiendo la guía de Chiara quien ya parece querer tomar el control y hacerle de todo a ese “hermoso monumento” como dice.
Mordiendo su labio, él toma mi otra mano y me hace sentir los latidos de su corazón. Son tan rápidos como los míos. Como si ambos latieran como una sola sintonía. Me gusta… los latidos de su corazón me gustan.
Luego, sabiendo que me ha hipnotizado y que no voy a resistirme más, guía mi mano hasta su vientre. Baja desde su pectoral luego siento la hendidura de su ombligo y vientre hasta llegar a la parte baja. Entremete mis dedos por la orilla de su pantalón hasta mostrare el inicio del pubis.
Mi mano arde, no prende fuego literalmente, pero me quema en millones de descargas eléctricas. ¿Es esto la maldición del deseo por el vínculo de pareja?
Quiero más…
¡Más!
Estoy a punto de explotar en un gemido cuando la puerta del dormitorio se abre abruptamente.
CLANK
Con el sonido de la puerta abriéndose entro en pánico, es como si estuviéramos haciendo alguna travesura como un par de adolescentes calientes en un salón de clases vacío. Avergonzada me tapo con la manta y al notar el tremendo bulto que se ha formado en el Alfa tomo la almohada y la aviento para cubrirlo. ¡Qué vergüenza, quien sea que haya entrado va a notar lo que estábamos haciendo aquí!
—Candy Dace. Traje algo de sopa.
Una hermosa mujer de cabello largo y negro como ébano, ojos avellana, cintura delgada, piel morena y un delicado caminar que me recuerda a mí mejor amiga, entra cargando una charola.
El deseo que tenía hace un momento se enfría inmediatamente, en su lugar un brutal vació se forma en mi estómago.
¿Por qué tenía que parecerse tanto a Sarah Bingley?
Y no solo Sarah, el Alfa no es cualquier chico, él tiene la cara exacta de mi ex jefe a pesar de ser 10 años más joven. Todos aquí son como actores disfrazados, no debería dejarme llevar de esta forma.
—Gracias. Puede dejarlo ahí.
Aferro mi mano al pecho. Es cierto, estuve a punto de cruzar una muy delgada línea con el Alfa. Una cosa es tener sexo para conseguir los preceptos o tenerlo embaucado por mí y otra muy diferente es tener relaciones con él por deseo y sentimientos de por medio.
En cuanto Hershey se ha ido he recuperado el sentido. No debo dejarme llevar por sentimentalismos, todos aquí son personajes ficticios…
— ¿Ocurre algo, esposa?
—No… solo… creo que tengo hambre.
— ¿Quieres comer sopa?
Veo la sopa en la mesa. Su sola presencia me recuerda a la mujer con el rostro de Sarah y mi estómago se hace nudo.
—Si…
No quiero, pero es necesario que mi cuerpo esté saludable. En cuanto pruebo la sopa me sorprende que su sabor sea tan bueno.
¿Lo habrá hecho Sarah falsa?
—La señora Bertha tuvo que salir por unos asuntos. Milo, Hershey y Jerome se tuvieron que encargar de la cocina. Si no te gusta puedo ordenar que preparen algo de tu agrado.
¡Para nada, es deliciosa! Es mucho mejor que ese pollo insípido y esas frutas ácidas.
— ¿Te gusta?
—Sabe bien.
Puede que también me sepa deliciosa tras días sin comer bien. Tal vez sea por eso y no porque me sabe terriblemente nostálgico. Como la sopa de lo que parece ser res mientras el Alfa continúa observándome perdido entre sus propios pensamientos.
***
Ha pasado una semana desde entonces. Finalmente estoy completamente recuperada y el Alfa me ha preguntado qué me gustaría comer.
Le dije que la sopa de la vez pasada está bien, esperaba ver la misma sopa en la mesa pero, al llegar al comedor, me encontré con una aberración.
Las verduras parecen cortadas con odio pues los trozos son exageradamente grandes y los cortes no son uniformes. El caldo está lleno de grasa y le falta sal.
— ¿Te gusta?
—No…está…mal.
Digo mintiendo. Me pregunto quién está a cargo en la cocina. Al parecer nunca en su vida ha usado un cuchillo y desconoce la existencia de la sal.
—Me complace que te guste, esposa.
GULP
Ay dios… ya deja de hablar así que mi loba Chiara se alborota como colegiala y a mí, de tantos vuelcos en el estómago por la impresión, me voy a quedar con las entrañas volteadas.
—Después de comer, el protagonista hace llamar a alguien y Hershey entra por la puerta.
—Esposa, Hershey será desde ahora tu Gamma.
— ¿Por qué? No necesito que me proteja…
—Voy a repetirlo una vez más. Hershey será tu Gamma. Va a protegerte y hacerte compañía a sol y sombra en todo momento excepto cuando estés conmigo, claro está.
—No necesito un Gamma…
¡BAM!
—No voy a discutir eso. Es la orden de tu Alfa.
¿Dónde quedó el Alfa agradable que dijo que le gusto?
Este tipo es un bipolar. Primero me dice que le gusto, me pone mi mano en su bulto y me hace cosas para nada cristianas y al otro momento ¡Boom! Vuelve a ser un déspota que no confía en mi… para rematar quiere imponerme a Hershey quien es idéntica a la ex mejor amiga que me duele recordar.
— ¿Quieres decirle por qué no la quieres como tu gamma?
El Alfa me pone en jaque.
— ¿Candy Dace?
Detesto que me llame Candy, detesto que se parezca a ella.
—Solo no necesito un Gamma.
— ¿Por qué no? ¿Acaso te hizo algo Hershey para que la desprecies de esa manera y le niegues el honor de servirte?
Hershey se ve dolida y eso me molesta aún más. Ni siquiera tengo la posibilidad de explicar que no tengo algo en contra de Hershey sino Sarah, me dolió descubrir que nuestra amistad estaba rota, apenas ha podido comenzar a cicatrizar cuando le siguen echando limón a la herida que vuelve a abrirse.
— ¿Y bien? ¿No vas a decirle la razón por la que la desprecias tanto, esposa?
Si por un pequeño, muy pequeñísimo y breve momento creí que había cambiado, habrá sido porque me pegué muy fuerte en la cabeza y todavía estaba idiota por el golpe. No puedo creer que por un instante haya pensado que tenía algo de humanidad y empatía ese espécimen de cromañón.
—Idiota…
‘Cady, no puedes responderle así…’
¿Por qué no? Es un desalmado pedazo de patán que se regodea de gusto al verme pelear con la esposa de su Gamma. Es obvio que no estamos bien las dos y va justo a echarle más leña al fuego esperando que arda y se calcine como la casa. Quiere que admita frente a ella que no la quiero cerca.
—No tengo por qué darte explicaciones. No necesito un chaperón impuesto por ti, puedo cuidarme sola.
— ¿Así como te cuidaste cuando te secuestraron?
— ¡Eso fue porque eres tan pedante que tienes enemigos que te odian por todas partes! ¡No necesito que me pongas un centinela por tus estúpidos celos y sospechas! ¡Bestia o un hombre lobo, da igual, detesto a todos los hombres!
El silencio se hace presente en el comedor.
— ¡En especial los arrogantes como tú!
Cady repite las mismas palabras que dijo antes, ese día en que la extraña voz trató de adueñarse de su mente. Shawn reprende a Ery por ser tan bruto sin embargo, Ery solo puede seguir con el plan...
En cuanto cierro la puerta tomo la almohada del Alfa, esa que tiene su aroma y me recuerda a la almohada de mi departamento.Lo detesto, detesto está situación en la que estoy metida, detesto estar en este mundo machista de Alfas, betas y Omegas donde ven a su líder como si fuera un Dios todo poderoso del cual no puedes negarte a sus deseos y órdenes tontas.La cabaña ya no existe y no conozco este mundo como para saber a dónde ir, tampoco sé cuántos enemigos me tengan en la mira así que sería muy tonto de mi parte salirme sin ningún rumbo fijo, lo único que me queda es regresar a la habitación.Pero más que nada detesto que todos aquí tienen la misma cara y personalidad que aquellos que conocí en mi vida, todos y cada uno de ellos. Hablando conmigo en un cuerpo que no es el mío en una historia que sé es ficticia y aun así se graba en mi piel como si fuera un sello en hierro a fuego vivo.En especial porque aún recuerdo todo lo que me hicieron. Liam/Milo y su pastelería hípster, Sarah
A veces me pregunto cuál fue la razón por la que soporté tantos años con ese déspota.BRRR BRRRR “¿Sí, Diga?”Respondo el teléfono automáticamente a pesar de que estaba tratando de conciliar el sueño. Entre las visitas al hospital y los trabajos de la universidad no he dormido bien últimamente.“Ya decidí como me voy a cobrar el agravio a mi tapete”La voz de mi Editor suena agitada, posiblemente por lo molesto que está. También se escucha el sonido de sábanas y un rechinido. Debe estar dando vueltas en su cama después de desvelarse buscando un reemplazo para su asistente.Me explica que su asistente tomará vacaciones y que no tiene quien cubra esa vacante temporal, quiere que lo haga yo. Obviamente sin paga.“Es un m4m0n” Dice Sarah cuando le cuento a la media noche que comenzaré a trabajar unas semanas con mi editor favorito de la vida (sarcasmo) entre más pronto le pague su tapete, mejor.“¿Estás segura que ese explotador laboral te pidió específicamente que seas su asistente? ¿No
Esa Omega es demasiado terca. Debería darle una lección o castigarla por su insolencia sin embargo no puedo...Aunque es insolente y vulgar al hablar, tiene algo en ella que no puedo parar de verla. Cuando dice palabras obscenas siento como si mi interior ardiera como el fuego y no fuego malo sino del otro tipo, el lascivo que endurece mi miembro deseando introducirlo en ella golpeando en su interior hasta que se someta a mí, para que quede con el olor de mi semen recordando que es mía.No recuerdo en qué momento comencé a fumar, solo sé que fue desde los 17 años, desde ese momento se volvió un hábito. No soy un fumador empedernido pero, desde que la diosa reveló a mi pareja destinada he comenzado a fumar más de lo normal. Al principio porque me agradaba y después para calmar a mi lobo cuando mi pareja rechaza entregarse a mí.Sin embargo, ahora me ha dicho que detesta que fume. Oh diosa, qué te he hecho para que me vincularas con una Omega feral como esa.Cuando estoy con ella no pued
~Cumpleaños Afectuoso~BRRRR BRRRRMientras trato de poner en orden mis emociones en ese cajón, una llamada en el teléfono me desconcierta.—Señor Eardwulf, su pedido está listo.—De acuerdo, envíenlo de inmediato al departamento 166 piso 3 de la calle...Cuando termina la llamada me quedo en silencio.Hoy es el cumpleaños de Cadence Beckham.Ya cumplió 24 años, la misma edad que yo tenía cuando nos presentaron. Nos conocimos con ella de 19 años precisamente en Noviembre. Hace casi cinco años.A los 19 años era una joven escritora que consideraba mediocre. Una simple becaria que estaba aquí solo para causar problemas ya sea para vomitar en mi alfombra Fluffy o colmar mi paciencia con sus historias extrañas. No bastando nos encontramos en cada lugar como si la vida se quisiera burlar en mi cara y le fuera divertido cada situación tonta en que me involucrara.En el segundo cajón guardo una pequeña caja de terciopelo azul marino. La abro y veo una vela con un signo de pregunta, está con l
"La paciente tiene muy desarrollada su enfermedad, puede que viva un mes o tres, quizá de milagro hasta tres años."Mi corazón pesa como si fuera de plomo. Me asomo por la puerta donde está ella en camilla junto con más pacientes. Es un hospital de paga sin embargo no es de lujo, ella no tiene su propia habitación sino que la comparte con más moribundos.Sus ojos apenas muestran el brillo del pasado, sonríe levemente con la máscara de oxígeno cubriendo su boca y nariz. Su delicada y delgada mano muestra sus venas resaltadas mientras acaricia el dorso de la mía.“Cadenza”“Abuela…”“¿Qué te dijo el doctor?”“Abuela, estás más que saludable. Vas a estar muchos años a mi lado.”Miento, miento con todas las letras. Así como miento con la máscara de una sonrisa cuando yo también estoy muriendo por dentro.“Solo pido vivir hasta ver a mi Cadenza graduarse”Tomo su mano y ladeo la cabeza, como un gatito acurrucado contra la única mano amigable en el mundo.“Por supuesto que me verás graduarme
El Alfa lleva un rato recostado en la misma cama que yo, abrazándome por la espalda con fuerza negándose a soltarme. Acaricia mis brazos que ya no tienen más señales de mis uñas.— ¿Qué fue lo que soñaste? —Pregunta apoyando su barbilla por detrás de mi cuello, su voz suena calmada casi como un susurro.—No lo recuerdo.Él me abraza con más fuerza y me hunde su cabeza como si solo así pudiera sentirse más tranquilo.—Si vuelves a arañarte así no usaré mi lengua para curarte y los fluidos serán de otra parte de mi cuerpo.¿Qué parte?—Si no quieres que lo haga no te hagas más daño.¿Quedó claro?—Sí, Alfa.El alba comienza a asomarse mientras hablamos como si fuéramos cercanos. Yo tampoco quisiera que me deje sola, aún no puedo quitarme la impresión de mi cuerpo arañado. Además, tengo la sensación de que hay algo más allá de ese sueño, como si fuera una clave importante.—Bien, hoy tengo asuntos pendientes que hacer. Quédate en casa de la manada y no hagas nada que pueda ponerte en peli
Yo, desde el día que nací nunca me sentí realmente amado por nadie. Claro soy un “Alfa” todos me "quieren" sin embargo es más por mi posición y poder que por cariño real, soy el líder de la manada así que eso no tiene por qué afectarme. Sin embargo cuando era un cachorro y no sabía suprimir por completo ese sentimiento inútil, me afectaba ver el epitafio de mi madre que no hacía más que culparme por su deceso.Soy un Alfa demasiado poderoso, tanto que consumí por dentro la vida de mi madre y por tanto, aunque nadie se atreve a decirlo directamente, me creyeron una mala semilla.Tuve que volverme fuerte y ganar guerras, mostrar mi valía y llenarme de cicatrices que curé con mi propia saliva y sangre para que supieran mejor que nadie que soy el líder que necesitan y no una mala semilla destinada a germinar en el olvido. La mala semilla que pueda dañar todo el legado Avery.Así que para no sentir más el dolor de este día simplemente suprimí su existencia. El 12 de mayo no es mi cumpleaños
Cuando Sarah anunció que se iba a casar con Josh fuimos a un bar a “celebrar” y digo entre comillas porque yo no tenía un carajo que celebrar. Después de la muerte de mi Abuela me hundí en un abismo del que no podía mostrar a Sarah. Hice cosas que ella me habría reprobado, entre ellas aceptar las disculpas de mi progenitor y firmar como aval para un préstamo de un negocio en el que estaba entrando limpiamente para reformar su vida. Lo admito, fui muy tonta y muy crédula sin embargo era el único familiar vivo que me quedaba.Sin embargo, las cosas se tornaron hasta un punto imposible de salvar cuando me enteré que ese préstamo no era un préstamo bancario normal, fue mucho más grande y ese dinero jamás se recibió. Alguien había aprovechado mi firma y lo usó para pedir más de lo que yo misma podía pagar pasando todo a la casa de apuestas quienes absorbieron aquella deuda. Poco sabía de lo que me esperaba ese día.“Candy, si no pagamos nos van a torcer. Pero hay alguien en la casa de apues