Con su mano que aprieta mi cuello y sus ojos rojos que me atraviesan como dagas afiladas, el Alfa me cuestiona mi identidad.

— ¿Quién eres tú?

Si no hago algo este idiota me va a asfixiar. No sigo fetiches extraños, que le quede claro.

Con mi propia mano trato de aliviar la fuerza que tenga sobre mi cuello para poder hablar.

— ¿Aparte de sordo también tienes esquizofrenia, baboso?

Como si le sorprendiera mi respuesta libera un poco su agarre en mi cuello, su rostro me recuerda al de mi ex jefe, esa cara de póker inexpresiva que dan ganas de pegarle un puñetazo por cretino.

—No soy Ery—Responde sin apartar su vista de mi pero con un tono menos hostil.

En este mundo rupestre nadie se atreve a llamar al mandamás, el llamado “Alfa” por menos que su rango.

Solo el mismo lobo de este puede tener el atrevimiento de llamar a su Alfa por su nombre a secas sin necesidad de respeto.

Entonces quien me debe estar hablando en este momento no es el Alfa petulante ese sino...

— ¿Eres...Shawn?

—Sí, lo soy— vuelve a responder claro y seco—Ahora responde mi pregunta ¿Quién eres tú?

Sé que debería estarle temiendo porque, Dios, me está ahorcando y sospecha un montón de mí pero…

¡Kyaaaa, es tan genial!

No, Soy Cady y como autor debo ser profesional, no puedo gritarle de la emoción como si fuera una fanática frente a una celebridad que se ha encontrado en la calle.

No voy a mentir, si bien detesto al Alfa, su lobo Shawn es otra historia...

¡Lo adoro!

—Ugh... Qué clase de pregunta es esa ngh... Soy Candace Var Sansa… ¿Quién más?

—No pregunté el nombre de tu cuerpo. Estoy preguntando ¿QUIÉN- ERES-TÚ?

—...

—Aunque tu olor es similar no es el mismo y tú actitud es diferente, además en tu mirada se encuentra alguien más, No voy a repetirlo sin romperte el cuello ¿QUIEN ERES TÚ?

—Co…mo esperaba de mi favorito…eres el más inteligente.

‘¡Pensé que yo era tu favorita!’

Tú me agradas, Chiara pero, Shawn es mi personaje favorito en toda la pútrida obra.

—HABLA YA.

—Me…encantaría…responder….ugh.

Me suelta el cuello y respiro hondo recuperando el aire.

Ufff…. Había olvidado lo sagaz que es Shawn y lo inteligente que es.

—Soy Cadence, soy una escritora de 24 años y por alguna razón terminé en este cuerpo. Yo te creé.

‘Ni de chiste te va a creer si se lo dices así, Cady’

—Entiendo.

¿Ves? por eso es mi favorito, no cuestiona nada de lo que digo porque es muy intuitivo, inteligente, es tan genial...

— ¿Entonces eres la diosa de la Luna?

—Y dale con lo mismo... —Digo mientras me toco el cuello—No, no soy esa Diosa.

Luego sonrío para mi personaje favorito.

—Soy simplemente Cadence.

— ¿Y cómo terminaste en el cuerpo de mi pareja?

Shawn odia las mentiras y las omisiones, con él es ser claro y no omitirle nada. Incluso si la verdad es vergonzosa y patética.

—...Caí por una alcantarilla sin tapa y morí.

—No sé qué es una alcantarilla pero a juzgar por el sonrojo de tus mejillas supongo que debe ser una forma deshonrosa de morir.

—Algo así.

— ¿Entonces qué haces en el cuerpo de Candace, Cadence?

Es lo mismo que me pregunté desde que desperté en el cuerpo de la insulsa protagonista.

—Transmigré.

‘¡Eso ni siquiera explica algo!’

—Entiendo.

‘¡No, no entiende nada ese tipo!’

Claro que entiende, Chiara. Es muy inteligente, es más genial de lo que creí que era cuando lo creé.

—Así que te contaré todo… absolutamente todo.

—Bien, te escucho.

—El mismo día que cumplí 24 años de edad, renuncié a mi trabajo, era una escritora frustrada muy mal pagada y tratada por mi jefe como lo hace tu Alfa con los de bajo rango. Entonces un día decidí dejar toda esa horrible vida y comenzar de nuevo, pero, al cruzar la calle había un enorme hoyo y caí.

—La alcantarilla, supongo.

—Así es, entonces una voz me dijo que morí. Pero yo no quería morir, digo, apenas estaba comenzando a vivir de verdad y era muy injusto todo… Entonces hice un trato. Tengo que tomar el cuerpo de la protagonista femenina para conseguir los preceptos, mira.

En cuanto le muestro mi pulsera rosario, Shawn la mira en silencio incluso toca algunas perlas y cierra los ojos.

—Estás diciendo la verdad.

—Por supuesto, jamás mentiría a mi personaje favorito. Aunque nunca me pensé casar y no es mi deseo ser una madre y formar una familia, eres como mi bebé.

— ¿Dices que eres mi madre?

—Si así lo quieres y me permites. Eres mi bebé, la creación más hermosa que he hecho.

‘¿Y yo que soy?’

Ah, también me agradas. A los dos los moldee de una pareja de perros Husky que vi en un parque.

Pero Shawn tiene el comportamiento de un lobo que era muy hermoso en unos videos de un santuario. Elegante, con un aire solitario que me recordaba al mío.

—Entonces Cady será como mi madre y la protegeré como una.

¡Si no fuera que está en el horrible pero hermoso cuerpo del protagonista lo abrazaría y le diría ven con mamá!

— ¿Entonces ya no piensas matarme?

—No pensaba matarte.

—Por un momento lo pensé y luego recordé que eres mucho más inteligente que ese Alfa tonto…

—Es mi humano al que estás llamando tonto.

—Sí, no me arrepiento. Es tonto y cree cosas que no son, es arrogante, habla como un depravado, le habla bien feo a sus sirvientes y trata a su Beta como si fuera un lacayo. Además que en lugar de preguntarme se deja llenar de ideas extrañas y se molesta conmigo sin motivo alguno.

Shawn tiene un aire genial a su alrededor, aunque está en ese cuerpo odioso es tan agradable y fresco hablar con él.

—Te doy toda la razón en eso. En especial que es un depravado y cochino.

—No dije cochino pero… si, lo es.

—Bien, cuando hables conmigo puedes llamarle Alfa tonto, yo le bloquearé para que no escuche.

—Gracias por eso.

—Así que cuando quieras hablar conmigo sin que Ery se entere di “Shawn, ahórcame”

—No creo que suene bien eso, menos si soy como tu madre.

—Cierto, entonces dime “Shawn, afuera está nevando”

—De acuerdo —rio divertida.

Si mi ex jefe y el Alfa fueran así de agradables no sería un martirio pasar la historia. Es tan encantador y habla tan correcto. Es incluso más educado que Chiara, aunque sí lo pones de mal humor es muy peligroso. Me alegra que no me considere su enemigo.

—Entonces es un gusto conocerte, Cadence.

—El placer es el mío.

¿Eh? ¿Cuándo dije eso?

—Hola, me llamo Chiara, creo igual que Cadence que eres genial. Muuuucho más genial que ese Alfa guapo, Grrr.

¡Oye! ¿Cuándo fue que… tomaste mi cuerpo?

— ¿Chiara? Es un muy bonito nombre.

—Je, je, je, apuesto a que mi nombre no es tan lindo como tus pectorales.

¡Oigan! ¡Están tomando los cuerpos de ambos en contra de nuestra voluntad!

—Creo que eres guapo aunque tú humano es tonto.

—No te voy a negar eso, preciosa.

Trato de mover mis brazos y aunque sé que los estoy moviendo, el cuerpo no me hace caso.

Frente a mi veo la maldita geta de mi editor como si fuera en primera fila y verlo sonreír así (aun sabiendo que es Shawn) es asqueroso.

Mi personaje favorito le aprendió lo depravado al protagonista. Si algún día puedo, le diré al Alfa tonto que no le enseñe a mi bebé sus malas mañas.

¡No sonrías así idiota!

—Y dime, Chiara…

—¿Sí, Shawn?

Shawn gruñe de emoción y su rostro serio de hace rato se parece más al del alfa tonto solo que más jovial y mucho más expresivo.

—¿Eres mía?

—Tuya, completamente tuya…

Ambos inmersos en su propio mundo coquetean melosamente usando nuestros cuerpos como un receptáculo para poder materializarse y desearse el uno al otro.

¡Sus labios están cerca, nooooo!

¡Chiara, ya basta! ¡Cuando me vaya podrás besarle todo lo que se te apetezca! ¡No quiero imaginarme a mi ex jefe besándome!

Sin embargo Chiara y Shawn siguen muy metidos en lo suyo, por poco se van a quitar la ropa cuando con todas mis fuerzas grito:

— ¡Deja de molestarme!

Finalmente tomo control del cuerpo en el que estoy, sin embargo, creo que el otro idiota también hizo lo mismo porque la mirada filosa y sexy de Shawn se convierte en el cara de póker quien ahora me ve con los ojos abiertos como platos y los dos nos caemos de la cama.

—Auch… —Me sobo la cabeza y el trasero.

— ¿Te aprovechas de mí mientras duermo, perrita?

Lo detesto.

—Si te fijas bien tú eres quien está sobre mí, animal.

—Yo te vi tratando de besarme perrita.

Me toma de la barbilla, que por cierto parece tener algo con las barbillas porque ya me lo ha hecho muy seguido…

—Si me vuelves a llamar perrita te voy a castrar, hijo de fruta.

—Quiero ver que lo intentes, para eso tendrás que quitarme los pantalones primero.

¡EWWWW, SUCIO DEGENERADO!

—Si te los quito será para morderlo ¿Qué te parece? —Respondo poniendo mi dedo en mi mejilla como si estuviera pensando en el mejor plan del mundo.

—Y yo con gusto me dejaría quitar los pantalones por ti si aceptas que me deseas...

Se acerca a mí el muy atrevido y pone su dedo en mis labios.

—Puedo hacerte pasar el mayor placer de tu vida, perrita.

Asqueada le doy una mordida a su dedo con fuerza.

—Veo que aún te falta que te eduque… —Dice sacudiendo su dedo.

—El que debe ser educado es otro.

—Bien ya que estás sobre mí...

—¡...!

Se levanta de un solo salto y antes de que pueda reaccionar me jala de un brazo y me carga como si fuera un costal y me avienta contra la cama.

—Duerme conmigo —Dice abrazado a mí sin soltarme por más que forcejeo y le pego.

—Quien quiere...

—No te preocupes, no pienso hacértelo hasta que seas más dócil y me supliques que te lo meta.

—Eres un sucio… Degenerado.

—No tanto como tú boca diciendo groserías.

Su abrazo se me figura al de una serpiente enroscándose mientras se acurruca a su propio gusto y me hunde la nariz olfateando mi cabello.

—Si el disgusto es mutuo entonces suéltame.

—Si lo hago me atacaras de nuevo o tratarás de huir— Dice con una voz sospechosamente calmada —Así que quédate quieta si no quieres que tu esposo te toque de otras formas más placenteras hasta que te rindas ante tu Alfa.

Ugh, que asco me da que hable en tercera persona.

Se acomoda en la cama sin soltarme de sus asfixiantes brazos, aunque quiero soltarme me abraza con mayor fuerza hasta que me rindo y el palpitar de su corazón me trae una calma inexplicable.

—Hueles bien… perrita.

Quiero pelear contra él pero su olor a cítricos, notas marinas y maderas me recuerda a la comodidad de mi almohada con la que solía dormir. Ahora que lo pienso no he podido dormir bien desde que llegué a mi historia. Ha sido un día muy largo y agotador creo que por eso mis ojos se cierran poco a poco...

Murmullo que le voy a retorcer las nueces o algo así hasta que ya no digo nada más y la calma por primera vez en mucho tiempo me cubre en su manto.

***

En medio de un delicioso olor fresco como un día caluroso con limonada, una brisa gentil y el mar salado en temporada baja, sueño con dos lobos, uno de pelaje rojizo y otro negro con pecho blanco, juguetean como perros en la pradera. El lobo emocionado revolotea alrededor de la hembra pelirroja que menea la cola respondiendo a su alegría.

"Son Husky, es impresionante lo cercanos que son visualmente a un lobo"

Dice un hombre que sin pedirme permiso se sienta en la misma banca que yo, justo a un lado mío sin importarle mi espacio personal.

Alguien con tanto dinero como él me lo imaginaría más en un club campestre, no sé qué hace mezclando su presencia fina en traje de marca italiana cara en un pequeño parque como este.

"¿Qué hace aquí usted?"

"¿Te molesta? Es un parque público, soy libre de pasear a ver los perros si así quiero"

Grosero, altanero y patán.

Pareciera que tiene un radar para encontrarme para seguir fastidiado.

"Supongo"

Respondo resignada.

Los perros continúan jugueteando, la forma en que sacan su lengua y saltan correteándose los hace parecer felices.

"Desde hace tiempo he pensado que quiero uno"

Ah, como me fastidia con su fijación insana por los lobos.

Veo a los perros, son bonitos, no lo niego. Si tuviera una casa dónde vivir y no un austero departamento diminuto donde apenas me cabe lo básico tal vez yo también querría la compañía de un canino leal que me viera como si fuera lo más hermoso que pudo pasarle en la vida.

"Si le gustan tanto, ¿por qué no compra o adopta uno?"

El hombre no responde.

Cómo siempre el muy grosero me ignora.

Mira fijamente hacia los dos husky como si yo no existiera.

¿Entonces para qué abre el hocico si no va a terminar la conversación como se debe?

Pienso mientras miro al frente.

A diferencia de esos perros felices frente a nosotros, hay una tensión en el ambiente muy densa, mi corazón palpita con el ritmo de las manecillas de un reloj mientras evito voltear a verlo.

Sin embargo, como si fuera jalada por  un imán, no puedo evitar voltear a verlo. Sus ojos azules no han perdido de vista a esos perros, siento como si pudiera hundirme en ellos y mi interior me advierte que me ahogaré si continúo viéndolo.

En medio del silencio incómodo que parece durar una eternidad, siento una ventisca helada ondear en mi cabello, me acomodo la bufanda, junto mis manos deseando que este martirio termine pronto y que él no pueda escuchar lo rápido que se acelera mi corazón cuando está cerca.

Y a la vez, dentro, muy dentro, una pequeña e insignificante parte de mi pide que su deseo se haga realidad para que encuentre un perro para entretenerse y me deje en paz.

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