Una cena hipnotizante...

Al otro día los policías fueron a los suburbios de la ciudad, según sus investigaciones llegaron al burdel de mala muerte, un hombre gordo estaba detrás de la barra.

- Buenos días señor... Soy el teniente Dan Hot y estamos buscando al señor Gregory Real?... Lo ha visto? ... - preguntó con interés.

El hombre los miró con indiferencia.

- Ese mal nacido se fué... Cómo una rata, al igual que su mujer y sus cuñados, me quedaron debiendo el alquiler y lo demás...- dijo enojado el hombre.

- Cuando se fueron? Los vió usted irse? O lo supone?...- volvió a preguntar Dan.

El hombre lo miró con enojo.

- Cuando llegue ayer , estaba todo desordenado y sus habitaciones estaban vacías, y no se dónde fueron, estamos Teniente?...- dijo molestó el hombre.

- Teniente.... Encontramos a una mujer que dice que vio algo...- dijo un oficial.

Dan salió para conversar con una mujer de la noche, su aspecto era lamentable, tenía una mirada triste por la vida que llevaba.

- Madame... Es usted quien vio algo? Que fue lo que vió?...- preguntó interesado Dan.

La mujer lo miró un poco perturbada por lo que diría.

- Anoche llegué al burdel temprano porque debía probarme algunos vestidos, cuando escuché un ruido fuerte y salí a ver , un hombre vestido de negro se lo llevó, no pude ver quién era porque una niebla invadió el lugar...- dijo nerviosa la mujer.

- Una niebla?...- preguntó confundido Dan.

La mujer asintió con la cabeza.

- Gracias... Por favor... Si vuelve a ver a ese hombre, le pido que nos avise...- dijo reflexivo Dan.

En la mansión Real se estaba preparando todo para la cena de la noche, tanto Silvia como la tía Carlota estaban muy concentrada en el evento, las muchachas las miraban con curiosidad.

- Mamá? Porque están tan ocupadas? Es solo una cena, no considero hacer tanta pompas? Además todavía estamos de luto...- le pregunto Elizabeth un poco molesta.

Su madre le dió una mirada de reproche.

- Ellos las salvaron!!! Cómo no estar agradecidas?...- le reclamo Silvia.

Amelia tocó el hombro de su prima.

- Déjalas prima... Nunca he visto a la tía Carlota tan animada por una cena...- dijo sonriente Amelia.

Elizabeth puso los ojos en blanco y suspiro resignada.

Cuando el reloj marcó las siete de la tarde, en la mansión Real estaba todo listo para recibir a los invitados, el primero en llegar fue Paul que llegó con flores para todas las mujeres.

- Que gentil eres Paul... Mi niña tiene mucha suerte...

- El de la suerte soy yo... Elizabeth es todo lo que un hombre puede desear, una mujer hermosa tanto por fuera como por dentro y es una mujer muy inteligente...- dijo orgulloso Paul.

Las mejillas de Elizabeth sintieron un calor por las palabras de su novio.

Los próximos en llegar fue Dan Hot junto con el doctor Poe y Santos, vestidos elegantemente, Amelia se sorprendió por el atuendo de Dan, ya que siempre lo había visto vestido de policía y ahora era todo un caballero.

- Señorita Amelia... Que gusto de verla... Perdone mi atrevimiento pero le traje a usted estás flores...- dijo tímidamente Dan.

- Gracias...Dan... Me alegro que esté aquí... Con nosotras...- dijo sonriente Amelia.

El último en llegar fue Benoit Miroslav, que se había vestido con un traje negro de terciopelo, zapatos de charol , su camisa blanca con vuelos, corbatín rojo y su sombrero de copa también de terciopelo, era cómo sacado de otra época, su caminar ayudado por un bastón que tenía en la cabeza una figura de un dragón, todos al verlo se sintieron atraídos por la elegancia de Benoit Miroslav.

- Buenas noches a todos... Es un placer estar en tan distinguida casa... Por favor permítanme entregarles algunos presentes para las señoritas... Se que han pasado un momento traumático...- dijo mientras que Alfred entraba con unas cajitas de terciopelo, de distintos colores.

- Este de color blanco es para usted lady Amelia, este rojo para usted lady Caroline y este otro de color azul es para usted...lady Elizabeth...- dijo seductoramente.

Las muchachas recibieron las cajitas y las abrieron, sus ojos quedaron abiertos por la impresión, eran collares de esmeraldas con las iniciales de su nombre.

- Pero esto es demasiado... señor Miroslav!!!...no podemos aceptar tal regalo!!...- dijo un poco molesta Elizabeth.

- Habla por tí Elizabeth... A mí me encantó!!..- dijo maravillada Caroline.

Amelia estaba confundida, nunca nadie le había regalado una joya tan valiosa.

- No sé que decir ... señor Miroslav...- dijo confundida Amelia.

En un rincón tanto Paul cómo Dan estaban sorprendidos por la arrogancia y atrevimiento de Benoit Miroslav.

- Por favor señoritas Real... No es mi intención ofenderlas ... Pensé que estos presentes serían de su agrado...- dijo tratando de sonar humilde Benoit.

- Por favor niñas!!!... No sean quisquillosas ... Acepten el presente de su salvador...- sugirió Silvia.

Caroline estaba fascinada por el obsequio que de inmediato lo sacó de su caja y le pidió a Benoit que se lo pusiera.

Benoit recogió el cabello de Caroline y su cuello blanco y elegante como un cisne le produjo una sensación eléctrica.

Caroline sintió como su mano acariciaba su cuello que también sintió electricidad en su interior.

- Le queda perfecto lady Caroline... Es usted una mujer muy hermosa...- dijo con una voz penetrante.

Tanto Elizabeth cómo Amelia notaron la cercanía de ellos dos y las mujeres sintieron un poco de celos.

- Bien... Caballeros... Pasemos a la mesa, la cena está servida...- dijo la tía Carlota.

Todos se dirijieron a la mesa , Benoit hizo seña a Alfred y este entró con otra caja de madera.

- Madame Real...he traído también unas botellas de vino de nuestra colección, sé que ustedes tienen los mejores vinos y quizás los míos sean insignificante... Pero son de una cosecha antigua...- dijo mientras entregaba el vino a la mujer.

Silvia le sonrió encantada, se sabía en la ciudad que los vinos Miroslav eran los mejores.

- No sea modesto señor Miroslav... Todos saben que su vino son los mejores...

Benoit hizo una reverencia con su cabeza en señal de respeto.

El doctor Poe y Santos, estaban aturdidos por lo que estaba pasando, no sabían cómo ese hombre hizo que toda la atención se centrará solo en él, tanto Paul cómo Dan pasaron a segundo plano.

En la mesa Caroline estaba sentada al lado de Benoit, Amelia al lado de Dan y Elizabeth al lado de su novio.

La cena transcurrió con normalidad, estaban todos hipnotizados con las aventuras que contaba Benoit, sobre sus viajes por todo el mundo.

- Que interesante... Que tan joven haya podido viajar tanto...- dijo sorprendido el doctor Poe.

Benoit lo miró con cautela.

- Tuve que hacerlo para poder sacar a  aflote los viñedos de mi familia... Cómo usted sabe no quedó nadie de la familia para encargarse de eso... Mi padre me instruyó bien...- dijo cauteloso Benoit.

Caroline lo escuchaba atentamente hasta que sintió de bajó de la mesa cómo Benoit acariciaba su rodilla, ella quedó paralizada por un momento y sutilmente le quitó su mano , él le tomó su mano y entrelazó sus dedos con los de ella, Caroline lo miró confundida, pero Benoit le de volvió una sonrisa seductora .

Se acercó a ella con delicadeza y le susurró al oído sin que nadie se diera cuenta.

- Está noche... Serás mía...

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