Elizabeth y su madre estaban en el cuarto terminando de arreglar a la muchacha,cuando llegó el mayordomo a golpear la puerta.

- Mi lady... Por favor debe venir... A sucedido algo importante...- dijo nervioso el mayordomo.

Silvia la  madre de Elizabeth , abrió la puerta inquieta .

- Que ha pasado Igor? Porque estás tan nervioso?...- preguntó la mujer.

- Mi lady la señorita Caroline... Fue encontrada...

- Queee!!? Mi hija la encontraron? Dónde está?...- preguntó Silvia.

- Abajo señora...

Tanto Silvia como Elizabeth salieron a ver lo que estaba sucediendo.

Elizabeth estaba vestida con un vestido de encaje color celeste, su cabello estaba tomado con una tiara, su hermoso cuello llevaba un dige que su bisabuelo le había regalado, parecía un verdadero ángel, al verla bajar tanto Paul cómo Benoit quedaron prendidos por su belleza angelical.

No podían dejar de mirarla, Paul se adelantó y le extendió su mano.

- Mi ángel... Estás hermosa está noche...hay algo especial en tí... Ven tu hermana te espera...- dijo tiernamente Paul.

Elizabeth le sonrió y tomó su mano delicadamente .

Elizabeth pasó por el lado de Benoit Miroslav, los dos se miraron por un segundo que hizo extremecer a ambos, Benoit le sonrió cómo queriendo decirle algo.

Elizabeth trato de ignorarlo pero la curiosidad la hizo dar la vuelta y volver a mirarlo. El solo la miró intensamente.

Elizabeth salió a la entrada de la mansión y vió a su hermana sentada como ida, corrió dónde su hermana y la abrazo con fuerza.

- Caroline... Que feliz estoy de volver a verte!!!..- dijo llorando de emoción Elizabeth.

Caroline solo la miró sin emoción.

- Que le pasá? Porque está así? ...- preguntó confundida.

- Está en shock...parece que ha vivido cosas horribles a manos de sus secuestradores...- dijo Santos.

- Oh!!! Pobre hija mía!!!... No me imagino lo que ha sufrido mi niña...- dijo llorando Silvia.

- Tía... Es mejor llevarla a su habitación y darle un baño y que pueda dormir... mañana llamamos al doctor para que la examiné...- dijo Amelia abrazando a Caroline.

Silvia suspiro y asintió con la cabeza.

Caroline solo observaba por todos lados hasta que sus ojos se encontraron con Benoit que la miraba intensamente, ella quitó la mirada y bajo la cabeza.

Dan se acercó a Benoit Miroslav con curiosidad.

- Señor Miroslav... Necesito que me explique que ha pasado, como esos hombres los encontró?...- preguntó con curiosidad Dan.

Benoit Miroslav lo miró  sigiloso.

- La verdad nosotros venimos al compromiso de la señorita Elizabeth, cuando esa carreta estaba en el camino, nos bajamos pensando que necesitaban ayuda y cuál es mi sorpresa... Eran los secuestradores, me reconocieron, comenzaron a insultar por haber estropeado su negocio y fue ahí cuando comenzaron a amenazar con una cuchilla y Alfred se dió cuenta que entre esas sábanas alguien se movía, lo fue haber de que se trataba  y era la señorita Caroline...y lo demás usted ya lo sabe...- dijo tranquilamente Benoit.

Dan lo escuchó detenidamente, su historia era creíble pero había algo que no calzaba , un oficial se acercó al teniente.

- Señor... Debe venir...hay algo que debe ver..- dijo el oficial.

Dan lo siguió a la carreta dónde había un paquete, Dan lo abrió y encontró los pañuelos de las gitanas perdidas, Dan frunció el seño.

- Oficiales!! Lleven todo esto a la bodega policial...- dijo pensativo Dan.

Santos se acercó a él cauteloso.

- Que piensa de todo esto teniente?..- preguntó con curiosidad.

- Todo es muy sospechoso... Pero mañana veamos este asunto... Ahora vamos a la celebración...- dijo cansado Dan.

Caroline la dejaron descansar después de darse un baño, ella solo las miraba , su mirada era vacía. Después que se fueron dejando a la muchacha sola en el cuarto,los ojos de Caroline comenzó a llenarse de lágrimas, su mente no recordaba nada, era cómo haber vivido una pesadilla, imágenes de un hombre la atormentaba.

En el salón Elizabeth estaba al lado de Paul Philips, él pidió que para comenzar el festejo. trajeran el pastel para que Elizabeth pudiera a pagar las velas y así poder comprometerse con Paul Philips cómo lo había dispuesto el Conde Real en su testamento, al finalizar Paul pidió la palabra. 

- Queridos amigos!! Es para mí un honor pedir la mano formalmente de la señorita Elizabeth Real...- dijo mientras sacaba una cajita de terciopelo con un anillo de diamante.

Elizabeth le extendió su delicada mano para que él pusiera el anillo en su dedo. 

Los asistentes aplaudieron por la emoción, Benoit observaba detenidamente la situación, se lamento por no haber actuado a tiempo y ahora tendría que planear otra estrategia para conseguir a Amelia y sobre todo a Elizabeth. 

El baile comenzó tocando valses, Benoit se escabullo entre las parejas que estaban bailando, hasta llegar a Elizabeth. 

- Lady Elizabeth... me permite este vals?...- preguntó con tono profundo. 

Elizabeth abrió los ojos de asombro y sin querer le extendió la mano, los músicos tocaban el vals número 2 de Dmitri Shostakovich.

Benoit la tomó de la cintura mientras que con la otra mano tomaba la de Elizabeth, Benoit la guiaba en los pasos, daban giros como si estuvieran volando, Elizabeth sentía que sus pies  no tocaban el suelo, dieron vueltas por todo el salón a ritmo de la melodía, Benoit solo la contemplaba , su mirada hacia la muchacha era profunda y intensa que Elizabeth sentía como un calor la invadió

Al terminar la melodía, Benoit la soltó suavemente y beso su mano, realizó un reverencia y se marchó.

Elizabeth quedó perpleja por qué Benoit siempre tenía algo que decir.

En el carruaje Benoit Miroslav suspiro profundamente miró la luna que esa noche estaba brillante como nunca y un sentimiento de calidez lo invadió en ese corazón frío como la escarcha.

- Que está pasando?... Porque está sensación de calor...- murmuró mientras recordaba el baile con Elizabeth.

- Elizabeth.... Elizabeth... No dejaré que entres a este corazón, tú eres la enemiga, en tus venas corre la sangre de aquellos que me arrebataron mi felicidad, y no me detendré... Aunque te obligue ...tú... Estarás conmigo hasta que pagues el dolor que he sufrido como la alma en pena que me he convertido...