Dorothea creyó que había alcanzado su mayor sueño al unirse en matrimonio con Alexander Lennox, sin embargo, todo resultó ser una cruel fantasía. En los dos años que duró su matrimonio, sufrió mucho debido a la sensación de estar sola al ser desterrada a Northumberland, una región remota de Inglaterra. Fatigada de aguardar, optó por huir después de la visita mensual que Alexander le daba de manera puntual. En su huida lo único que dejó atrás fue el documento de divorcio sobre la mesa antes de regresar a los Estados Unidos, sin sospechar que aquella noche concebiría en su vientre el amor que una vez compartieron al inicio de su relación. Seis años más tarde, el caprichoso destino volverá a intervenir para que se encuentren de nuevo en un restaurante, donde Dorothea luchará contra la intensa conexión que aún existe entre ellos debido al sufrimiento que Alexander le causó. Lo que Dorothea no sospecha es que desde su partida Alexander no ha vuelto a ser igual pues no ha encontrado a nadie que le conmueva el corazón como lo hacía ella. En su reencuentro, lo único que tendrán son peleas, discusiones y amenazas. Sin embargo, cuando Alexander descubra que Dorothea no solo le robo el corazón, si no la oportunidad de estar con sus hijos...muchas cosas podrán pasar.
Leer másPOV Alexander LennoxEstaba repasando los emails que solicité a Dorothea que me mandara para verificar. En menos de un año, recibió más de cincuenta mensajes intimidatorios, algunos dirigidos a nuestros hijos. En uno de los correos más recientes, incluían una imagen de ella con los niños a lo lejos. La imagen se asemejaría a una foto común y corriente y como si no fuese suficiente contenia el contundente mensaje que advierte que no me busque, o de lo contrario los tres acabarían atropellados. Le mandé un mensaje a Dorothea para que pudiera contratar un servicio de protección que yo costearía. Me sentía muy agobiado porque Cassidy había acelerado los preparativos de nuestra boda. En solo una semana planeo una boda tan estrepitosa que para mucho podria costarle mas de un año. La cantidad de contactos que tenían ella y su padre generaba preocupación. Mi hermano propuso casarse con Cassidy, pero preferimos no arriesgarnos hasta estar seguros de si podía reconocernos o no. Mientras inve
Pov Alexander Lennox—Aquí se encuentra la cabeza, y se puede observar la manita, que parece estar saludando.Observaba atentamente la pantalla mientras la doctora seguía manipulando el dispositivo. La pequeña hija de Alexis se movía ligeramente. La doctora nos dijo que estaba muy saludable y que todo indicaba que tendría un parto sin complicaciones. Alexis estaba a mi lado, observando con alegría el ultrasonido y luciendo una gran sonrisa. Sus ojos brillaban intensamente, como si en ese momento se concentrara toda su vida en la hija. —Era mi pequeña... —susurraba con emoción. Una suave sonrisa se dibujó en su rostro, Alexis era conocido por ser un mujeriego empedernido que disfrutaba de la compañía de mujeres sin compromiso alguno. Parecía destinado a no asentarse nunca... hasta que la vida le tenía preparada una sorpresa inesperada: su hija. Después de finalizar la ecografía, Alexis tomó la foto mientras nos dirigíamos hacia el coche. —Alexander, deseo visitar a mi padre, se sup
POV Alexander Lennox Mientras recorría el pasillo del centro médico, el sonido de mis pisadas se reflejaba en las paredes gélidas. Cada instante se hacía eterno a medida que me aproximaba a la habitación. De repente, se presentó ante mis ojos la figura de mi hermano. Su rostro se asemejaba al de una persona que había experimentado el mismo infierno en tan solo horas. Después de recibir la llamada de Alexis, me apresuré rápidamente, apenas descansé en el avión privado y luego me dirigí al hospital. Al observarlo, me di cuenta de que la situación era más seria de lo que había imaginado. El bromista no se encontraba, el juguetón tampoco... solo había un hombre destrozado. Observé cómo se pasaba la mano por el pelo, dando la impresión de estar desorientado por completo. Su corbata estaba desordenada, su camisa arrugada y completamente manchada de sangre, su rostro reflejaba una combinación de desesperación y inseguridad. Al contemplar su aspecto, un estremecimiento recorrió mi columna.
—Papi, más rápido.Alejandro jalaba a Alexander por la mano. Había nevado durante todo el día, por lo que habíamos optado por visitar el Central Park. La luminosidad del entorno hacía que el famoso parque se transformara en un lugar encantado repleto de una variedad de sentimientos capaces de influir en cualquiera. En el ambiente se escuchaban las melodías típicas de la Navidad, personas solicitando contribuciones de abrigo para los más necesitados, el intenso frío, aunque gélido, resultaba encantador. Mientras sonreía, percibía cómo el aliento frío se escapaba de mis labios.—Alejandro, no tan rápido.—Mami ¿Puedo ir? Notaba a Anastasia mirando a su padre con añoranza. Una luz que aunque no quisiera admitir, nunca podría dárselo. En las veces que ellos dos habían interactuado me había dado cuenta que mi hija definitivamente seria la típica “hija consentida de su padre” —Cariño ve, puedes divertirte.Anastasia se había ido a correr con su padre, era una escena que nunca podría olvid
POV Alexis Lennox Una bomba de colores rosas invadía mi rango de visión. Había una gran variedad de opciones: muñecas, ositos de peluche y juguetes, era realmente sorprendente. Mientras atravesaba, agarré uno de los pequeños adornos de unicornio para el coche que tenía un espejo y esbocé una mueca. ¿Qué es lo que hace que la gente se emocione tanto por la llegada de un bebé? La emoción de mi madre era tan grande que, según lo que me dijo Jack estaba alardeando con sus amistades. Al observar mi imagen en el espejo, noté que era idéntico a mi hermano. En las ocasiones en las que fui a ver a mi padre, tratando de evitar a mi madre, apenas me reconoció. Le revelé lo que estaba sucediendo y le pedí que mantuviera la confidencialidad mientras Alexander disfrutaba de la Navidad con Dorothea, a lo que accedió y sugirió llevarse a mi madre de viaje. —Mira, Alexander, qué linda se verá nuestra niña con este precioso vestido. ¿Sería conveniente comprarlo? Elevé mis ojos con calma. Mi herman
POV Alexander LennoxLlegaba con mi pequeña maleta delante de la casa de Dorothea, sin entender porque comencé a arreglar mi ropa como si fuese el típico adolescente yendo a visitar a su novia. Tocaba la puerta y tras unos momentos Emely abrió la puerta. Me miro de arriba abajo.—Has llegado justo a tiempo. Nos estamos alistando para dirigirnos a la casa de nuestros padres.—Ya veo, con permiso.Al pronunciar palabras, el vapor que se escapaba de mi boca revelaba la baja temperatura que se experimentaba. Al ingresar, lo que más me emocionó de inmediato las brillantes luces que iluminaban la casa. Las luces de Navidad destellan junto a la preciosa ornamentación del abeto. Rascaba suavemente mi cabello, sin percatarme de cómo los meses pasaron rápidamente, por lo que era el momento perfecto para sugerirle a Dorothea que viviéramos juntas. Comenzaría mencionando que no pude viajar, luego la convencería poco a poco para que me permitiera mudarme con ella. Y así, de repente, estaría compar
POV Alexander Lennox—¿Qué harás entonces? ¿La darás en adopción?Aquello pareció darle un puntapie mental pues hizo una ligera mueca con su cabeza. Apretó sus labios creando una fina línea.—No lo se aun.—Suspiro ligeramente.— Tal vez seria una mejor opción que este con la loca de la madre, y dejárselo a nuestra madre tampoco es una opción. Yo quisiera ser su padre, pero nunca me vería en esa posición. Lo mire fijamente unos segundos. —Si te hace sentir cómodo…yo podría adoptar a mi sobrina después de que me junte con Dorothea, técnicamente seria medio hermana de mis hijos. —Trataba de hacer una broma ligera, pero no le sentó bien. Con una expresión llena de desconcierto, parecía desorientado y sin rumbo. —No puedo permitirme dejarte a mi hija, es mi deber cuidar de ella.—Me sentiría más a gusto si Alexis estuviese conmigo. —Taje un poco. —Estaría en compañía de una familia que la cuidaría con cariño, va a estar segura y en buena salud... además, no deseo que mi sobrina, quien es p
POV Alexander LennoxLa atmósfera entre nosotros tres había adquirido una gran tensión. Los chillidos de Cassidy se hacían cada vez más fuertes, tanto que varias personas nos miraban, como si intentaran descubrir qué ocurría. —No puedes abortar a mi hija. —Alexis miraba fijamente a Cassidy.—¿En serio? Detenme si puedes. —Se rio erráticamente. —Aun estoy a tiempo de abortar a esta criatura horrenda.—No lo permitiré. —La voz fría de Alexis era capaz de congelar hasta el mismo infierno. —Tengo derecho.—¿Derecho? —Su rostro se tornaba vil. —Oh por favor, deja tu fantasía de niño estúpido. —Reia a mas no poder. —Tu eres abogado así que deberías comprender que lo que pienses, digas, o quieras hacer para la ley vale absolutamente lo mismo: nada. Mi cuerpo, mi decisión así que me voy a quitarme a este maldito tumor del cuerpo antes de que me arruine aun mas.Se daba la vuelta comenzando a caminar hacia la salida. Alexis comenzó a seguir a Cassidy algo que también hice.—No puedes hacerlo
POV Alexander Lennox —Me gustaría que compraras este artículo. Es un bolso ideal donde podré guardar todo lo necesario para nuestro bebé. Cassidy señalaba una bolsa negra de vestir, de reojo notaba que era de una supuesta marca llamada Hermès costando alrededor de ocho mil dólares. —Claro Cassidy, como lo desees. Con suavidad, la dirigía por la tienda tocándola en la espalda. Su vientre estaba sumamente vistoso a pesar de que apenas estaba llegando al sexto mes. Cuando descubrieron su embarazo, la prensa rosa nos acosaron y algunos incluso afirmaban que nos casaríamos pronto. No hice absolutamente nada por petición de Dorothea. —¿Podemos ir a comer comer esas galletas de jengibres? Me muero por eso. —Mimosamente acariciaba su abdomen con delicadeza. —Claro, como desees mi querida Cassidy. Pagaba las bolsas que ella deseaba y tras esto la acompañe a la tienda para que comiera sus galletas. A pesar de llevar una prenda de abrigo de calidad, el intenso frío del invierno calaba ha