— ¡CINCO MALDITOS MILLONES DE DÓLARES POR LA CHICA DE ROJO! Todos miraron al dueño de la voz, sólo para ver a un paralítico empujando una silla de ruedas hacia la primera fila. Los ojos de Marina estaban llenos de lágrimas, no podía creer que su marido la hubiera subastado. —¡Vendida! Marina Andrade fue víctima de la traición más amarga durante su luna de miel en Escocia. Su marido ahogado en deudas de juego, la ofrece en una subasta clandestina. Años más tarde descubre que perdonar no es siempre el acto más noble. Gavin MacLeod es un hombre deprimido por la muerte de su esposa e hijo. Va a Río de Janeiro y descubre que la esposa de su sobrino malversa dinero en el banco de su padre, cuando la envió a prisión no esperaba que su vida diera un vuelco tan grande. Marina no es solo la esposa de su sobrino, también es la mujer que le ha dado una razón para vivir. Marina deberá navegar por un laberinto de secretos y lealtades divididas para salvarse a sí misma, pero sobre todo para salvar a su hijo.
Leer másUn año y medio después… El sol brillaba sobre las tierras altas de Escocia, iluminando el castillo MacLeod con una calidez que reflejaba la alegría del día. La prosperidad de los clanes MacLeod, MacTavish y Cameron, que ahora trabajan unidos, se refleja en cada aspecto de sus vidas. Han implementado innovadores proyectos de energía renovable y sostenible, asegurando ingresos estables y empleo para sus comunidades. Las tierras, antes divididas por rivalidades, florecen con cosechas abundantes y ganado saludable. Los castillos y aldeas rebosan de actividad, con escuelas y centros médicos que ofrecen una calidad de vida sin precedentes. Este esfuerzo conjunto ha forjado un futuro donde la cooperación y la solidaridad aseguran la continuidad del legado de sus ancestros, consolidando la paz y el bienestar para generaciones venideras. Mairi se encarga de las escuelas con la colaboración de Gabriela que ha encontrado en Escocia la tranquilidad que pensó encontraría en otro lugar.
Alec se levantó del asiento y le hizo un asentimiento de cabeza a Kendrick y sin detenerse los dejó solos. —Fui a hablar con tu padre, le dije que te quería cortejar —declaró Kendrick. — ¿Perdón? —Inquirió Elizabeth. —Me dijo que te irías a New York, que Marcelo sería el jefe del clan mientras tú te encargabas del proyecto de energía limpia. —Así es —corroboró Elizabeth. Kendrick la veía contrariado. — ¿Lo consideraste mejor? — ¿A qué te refieres? —No tienes que irte tan lejos de tu clan, con decirme que no estás interesada en mí sería suficiente.¿No lo considerarías majaderías de una muchacha frágil? Kendrick frunció el ceño. — ¿De qué hablas? —No me hagas caso, no es nada. Puedo garantizarte que si me voy a New York no es huyendo, solo que estratégicamente es mejor para mi clan que Marcelo se quede. —Está bien, ten un buen viaje entonces. Kendrick se levantó y le dio la espalda. — ¿Esa es tu determinación MacTavish? Espero seas más consec
El resto de la fiesta Elizabeth buscó excusas para mantenerse en su despacho, no podía enfrentarlos a todos, la rabia y la frustración hervía en sus venas haciéndola llorar de solo recordar lo que escuchó decir a Kendrick. Sentía ira, de esa que solo genera la culpa, si Kendrick no la veía sino como una niña era porque con él no era ella misma, se volvía un manojo de nervios. Él no la conocía realmente. Para ella era obvio que no la veía como una jefa. «Una tonta niña» Marcelo entró al despacho y se sentó frente a ella. — ¿Qué es lo que te pasa? Todos preguntan por ti. A Elizabeth le costaba no llorar delante de su hermano. —No es nada, solo que no me apetece el baile. Marcelo se acercó a su hermana y se sentó en el borde del escritorio. — ¿Qué ocurre realmente? ¿Por qué Gabriela me dijo que quieres irte con ella como misionera? Elizabeth sonrió y tuvo que limpiar el borde de sus ojos. —No me iré de misionera con Gabriela, ella ni sabe a dónde irá, y
Finalmente sería formalmente la toma del clan Cameron por su verdadero heredero. Los clanes MacLeod, Cameron y MacTavish, que alguna vez fueron rivales acérrimos, ahora conviven en paz. Gavin y Marina habían trabajado incansablemente para lograr este final feliz, y sus esfuerzos habían dado frutos. Marina observó desde la ventana de su habitación los preparativos al caer el sol, comenzaría la fiesta y los tres clanes se unían en uno solo a celebrar. Sintió las manos de Gavin recorrer su cintura y su deliciosa colonia inundar el ambiente, le dio acceso para que él le diera un beso en el cuello. —Estás muy hermosa —susurró antes de pasar la lengua por su pulso en el cuello. —Muchas gracias, mi amor, quizás después de la ceremonia podríamos escapar. Gavin emitió un murmullo de placer. —No me provoques, ya no puedo esperar para irnos de vacaciones. Marina miró los fuegos artificiales que marcaban el inicio de la fiesta y sonrió con nostalgia. —La última vez que
—No quiero hablar contigo… Las palabras de Gabriela no eran inesperadas para Gavin, ella lo había evadido desde que llegó. — ¿Solo podrías escucharme un momento?, por favor… — ¿Irme de París no te dejó claro que no me interesa escuchar explicación alguna? Gavin suspiró, en realidad era más el tiempo en que Gabriela había dejado claro que no le interesaba perdonarlo. —Fui estúpido… —Ya lo dijiste y demostraste. —Tenía miedo… —También lo dijiste. —Somos muy jóvenes y lo nuestro era muy intenso. —Pobre excusa. —Pero no puedo olvidarte. —Lo hubieras pensado antes de meterle la lengua a esa estúpida. —Una vez, una sola m@ldita vez… Gabriela quiso salir de la habitación y Gavin bloqueó la puerta. —No sé qué pasará mañana, ya he aceptado que debo encargarme del presente antes de enfocarme en lo que pueda pasar. Tenía miedo de echar a perder las cosas. —Y fue justo lo que hiciste. —Quería proponerte matrimonio. Gabriela limpió la lágrima
Alec no se sentía cómodo permitiendo que Elizabeth estuviera a solas con Kendrick, respiró profundo y resistió estoico. —Elizabeth no es una niña, ni mi hermano una bestia infernal —espetó Archie ofendido por el desagrado que mostraba Alec. —Él no merece tocar ni uno de sus cabellos —declaró Alec muy seguro. —Eso lo decide ella ¿No crees? —Enfatizó Archie con desdén y resopló con ironía—. Ni que la quisieras para ti —masculló sin poder resistirse. Alec molesto lo miró con ira. —Elizabeth es como mi hermana. Y me preocupo por ella, porque tu hermano es… —Cuidado con lo que dirás —le detuvo Archie levantando la palma en alto—, ella es como tu hermana, estás preocupado y lo acepto, pero es mi hermano de quien te expresarás. — ¡Él no se ha ganado mi respeto! Ninguno de ustedes, lo qué sé de ustedes es que son unos manipuladores… —No me disculparé eternamente por lo que hicimos. Podrías dar a Kendrick el beneficio de la duda al menos, si abres tu mente podría cambi
Como bien lo describió Elizabeth, nadie era capaz de resistirse a Gabriela, esa noche los más jóvenes en el castillo tenían una noche de práctica, previo al baile. Marina y Gavin, Ana y Graham, Camila y Alistair con Fiona y Ewan observaban a los jóvenes riendo desde la planta alta. —Gavin nosotros éramos tan idiotas como nuestros hijos a su edad. —Sin duda tú eres más idiota que Alec —respondió Gavin haciendo reír a los demás. —Gavin tiene razón —concedió Camila. Alistair no hizo caso de las puyas, continuaba mirando a los jóvenes bromear como niños. —Han tenido una niñez más cuidadosa que nosotros, a la edad de ellos nosotros no teníamos tiempo de meter la pata, ya éramos jefes de nuestros clanes. —También nos comparamos como niños Alistair, recuerda nuestra absurda rivalidad. —Ya yo era madre a la edad de Elizabeth, y no disfruté nada mi juventud, me alegra que ellos puedan reír como si fueran niños, ya son responsables y la vida que les espera no es sencilla
Un nuevo orden se fue instaurando en los clanes. Kendrick terminó regresando a su clan y asumió la jefatura junto a su hermano, en el clan Cameron Alistair se encargaba, pero celebrarían la transferencia de jefatura a Alec, quien finalmente había decidido quedarse para que sus padres fueran libres de ir y venir. Así que se preparaba la fiesta para Alec. Elizabeth lo vio desde una ventana caminar por el sendero que llevaba a la capilla del clan MacLeod y decidió ir a hablar con él. — ¡Jefe Alec! —Gritó desde la ventana. Alec rodó los ojos y la esperó. Elizabeth llegó junto a él que tenía el ceño fruncido y los hombros caídos. —Tu entusiasmo es notable —enfatizó ella. —No me digas —respondió él. —Alec, si no quieres hacerlo, yo tomaré la jefatura de manera provisional como lo hizo mi padre. Ahora no solo tengo a Marcelo y a Gabriela, también está Mairi que es muy competente… Alec negó con la cabeza y abrazó a Elizabeth por la cintura para que siguieran cami
Elizabeth no imaginó ver a Kendrick esta noche, mucho menos junto a su padre. —Me alegra que estés bien —dijo Elizabeth y Kendrick desvió la mirada. Elizabeth sintió su corazón arrugarse, era obvio que Kendrick no estaba bien, ella quisiera darle consuelo, pero no puede. —Ya la policía le informó a mi madre de lo qué pasó. Kendrick subió los hombros. —Todo salió bien —resumió él. Elizabeth mordió sus labios, quería ser más noble, pero en realidad ya no podía. —Sé que te sientes mal con los resultados, pero en verdad me alegro de que Angélica esté detenida. —Cada quien tiene lo que se merece, era una frase célebre usada por mi madre. Yo como siempre rebelde la detestaba, aún lo hago, pero es la innegable verdad. Gavin estuvo libre de Marcelo y Elizabeth fue hacia él y lo abrazó, lloró en su pecho por el alivio de tenerlo sano y salvo. Su padre era su apoyo más grande, la roca en quien se sujetaba. —No nos vuelvas a hacer esto papá, no quiero que vuelvas