Capítulo 34

Dos días después.

Farah sostenía entre sus brazos a Lis, ambas lucían un bañador, para poder ingresar a la piscina, justo cuando la abuela de la pequeña ingresó las piernas a la alberca, Lisette abrió los ojos con fuerza y se aferró a ella.

—Vamos a investigar si el agua está calentita —Farah mencionó con cariño.

En ese momento Lis comenzó a gritar con fuerza y desesperación.

—¡No, agua no! —exclamó con agitación, mientras las lágrimas empezaron a escurrir, sobre sus mejillas a borbotones.

El cuerpo de Farah se paralizó por completo al sentir su desesperación.

—Cálmate cariño, si no deseas entrar al agua, no lo haremos —refirió con calma, pero era imposible que Lis dejara de gritar y aferrarse a Farah, enterrando sus uñas sobre su cuello y parte de su espalda.

—¡Agua, no! —suplicó.

—No, no vamos a meternos, escúchame, por favor —Farah solicitó. —¡Arnulfo! —gritó solicitando ayuda.

****

El Fiscal se encontraba en la oficina que Ernesto había instalado en una de las habitaciones, apr
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo