Capítulo 59

Aline permanecía sentada en el suelo, recargada a la puerta de la cabina de baño. Su corazón palpitaba con fuerza, temiendo que ese hombre fuera a despertar.

—Por favor que Arnulfo me encuentre —susurró orando—, no me dejes a manos de estos miserables —dijo sabiendo que si lograba salir del lugar, lo más seguro es que esos hombres terminarían con su vida.

Conforme transcurría el tiempo, la noche cayó, entonces comenzó a escuchar voces del exterior. Tembló al pensar que alguno de esos sujetos, se fuera a acercar a la cabaña, buscando a Ezequiel, y que lo encontraran tirado, inconsciente.

De pronto un par de quejidos se empezaron a escuchar, haciendo que Aline se estremeciera al saber que Ezequiel estaba despertando.

—¡No puede ser! —murmuró bajito.

Ezequiel se flexionó, sosteniéndose por uno de sus brazos, emitió un quejido y luego se llevó las manos a la cabeza, al sentir que iba a estallar, de dolor.

—¿Qué dem0nios me ocurrió? —cuestionó y sintió un líquido entre sus dedos, enfocó s
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