Capítulo 38

Ernesto frunció el ceño y la observó con seriedad.

—¿Qué dices? —inquirió con voz firme.

—Lo que estás escuchando —respondió y caminó hacia Lis, estirando sus manos para intentar abrazarla; sin embargo la niña se aferró con fuerza a los brazos de su papá.

—Más vale que le diga a su clienta que cuide lo que dice, porque si la custodia fue entregada a Ernesto, es por los cambios que manifiesta la pequeña, hacia su progenitora —Arnulfo cuadró sus hombros y los miró con seriedad.

El abogado inhaló profundo.

—Cálmese señora, por favor —dijo acercándose a Sandra.

Ella se contuvo, aún seguía furiosa por lo que había presenciado en horas de la madrugada, retrocedió con cautela.

—Te traje algunos obsequios —expresó tomando las bolsas.

Lis negó con la cabeza.

—Mamá no. —Se aferró con fuerza a su papá.

—Tranquila mi amor, nadie te va a forzar a hacer algo que no desees, estamos para protegerte y cuidarte —Ernesto habló con cariño y frotó su espaldita.

—Ven cariño —Farah se acercó hacia ella, va
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