Inicio / Romance / Un golpe de suerte autor: Soltera en conflicto / capítulo 1 : Un encuentro imposible de olvidar
Un golpe de suerte   autor: Soltera en conflicto
Un golpe de suerte autor: Soltera en conflicto
Por: Soltera en conflicto
capítulo 1 : Un encuentro imposible de olvidar

El día que Vanessa y Alexandro se cruzaron por primera vez comenzó como cualquier otro. Para él, la rutina estaba perfectamente programada, sin espacio para imprevistos. Para ella, la vida era un torbellino de proyectos, plazos y una agenda que parecía desmoronarse cada día.

Aquella tarde, en una elegante cafetería del centro, todo cambió.

Alexandro Montenegro estaba allí, impecable como siempre. Su traje azul oscuro estaba hecho a la medida, resaltando su imponente figura. Alto, de hombros anchos y porte autoritario, exudaba poder con cada movimiento preciso. Su cabello oscuro estaba perfectamente peinado hacia atrás, sin un solo mechón fuera de lugar, y sus ojos grises reflejaban el mismo control absoluto que aplicaba en su vida.

Esperaba su café mientras revisaba su teléfono, la mandíbula tensa y la mente en otro negocio millonario. La puntualidad era su sello, la eficiencia su regla de oro. Nunca se permitía distracciones.

Hasta que ella apareció.

Vanessa entró apresurada, con su vestido blanco de tirantes moviéndose con cada paso y su larga melena castaña cayendo en ondas desordenadas sobre su espalda. A diferencia de las demás personas en la cafetería, que parecían moverse con calma, ella lo hacía con energía desbordante, como si estuviera corriendo contra el tiempo.

Llevaba en una mano su teléfono, en la otra su café, y en el antebrazo un portafolio lleno de bocetos que amenazaba con desparramarse en cualquier momento.

Y entonces, el desastre ocurrió.

Giró demasiado rápido, sin notar la presencia de Alexandro, y el café humeante terminó cayendo directamente sobre su impecable traje.

El tiempo pareció detenerse.

Vanessa soltó un jadeo de horror, sus ojos grandes y oscuros abriéndose como platos mientras veía la mancha extendiéndose sobre la tela de lujo.

—¡Dios mío! ¡Lo siento muchísimo!

Su voz era suave pero llena de pánico, y antes de que él pudiera reaccionar, ya estaba sacando servilletas de la mesa más cercana y presionándolas torpemente contra su pecho.

Alexandro permaneció inmóvil. No porque no quisiera reaccionar, sino porque no recordaba la última vez que alguien había sido tan… caóticamente encantador a su alrededor.

—No tienes remedio —murmuró ella para sí misma, negando con la cabeza mientras intentaba limpiar el desastre—. ¡Qué horror! ¿Te quemé?

Él parpadeó, finalmente volviendo a la realidad.

—Estoy bien —respondió con frialdad, apartando las servilletas con un gesto firme.

Vanessa lo miró con una mueca culpable.

—No, no lo estás. Arruiné tu traje.

—Tengo otros.

Su tono era serio, pero sus ojos la analizaban con algo más que molestia.

Vanessa no era solo bonita. Era magnética. Había algo en su expresión—su mezcla de vergüenza y diversión—que lo desconcertó. Sus labios llenos y ligeramente pintados de rosa se fruncieron mientras intentaba contener la risa, y su piel, de un tono dorado suave, parecía brillar bajo la luz del lugar.

—Aun así… te debo un café.

Alexandro arqueó una ceja.

—¿No fuiste tú quien lo derramó sobre mí?

—Lo sé, lo sé, pero qué clase de persona sería si no me ofreciera a compensarlo.

No esperó su respuesta. Se inclinó sobre el mostrador y pidió otro café para él. Alexandro observó el gesto con una ceja arqueada, intrigado por la naturalidad con la que se movía en su propio desastre.

Cuando recibió el vaso nuevo, se lo tendió con una sonrisa traviesa.

—Aquí tienes. Ahora estamos a mano.

Él aceptó el café, pero antes de que pudiera responder, ella ya estaba tomando su bolso y girando hacia la puerta.

—Fue un placer arruinar tu traje —bromeó antes de salir, dejando el aroma de su perfume flotando en el aire.

Alexandro la vio desaparecer entre la multitud, todavía con el café en la mano.

Y por alguna razón, la escena se quedó con él.

Ella desde lejos sonreía al sentir su mirada.

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP