La vida de Kilian Arraitz, un importante empresario radicado en Nueva York, quien pasa la mayor parte de su tiempo viajando y cerrando negocios se cruza con la de Sofia Laurent cuando ella es quien reemplaza a la antigua asesora comercial del empresario y por motivos laborales deben viajar juntos. Sofía es una mujer de 31 años nacida en Nueva York, para quien la vida no ha sido muy fácil ya que su matrimonio ha fracasado como consecuencia de la infidelidad de su exesposo. El corazón de Sofía se ha vuelto inaccesible, y eso la lleva a ser una mujer un tanto compleja cuando un hombre intenta acercarse a ella. Sin embargo, cuando comienza a trabajar para Kilian Arraitz, las cosas cambian, haciendo que ella se enfrente a sus propios fantasmas. Por el otro lado, Kilian descubrirá un mundo nuevo junto a ella, uno que hasta el momento él no tenía planeado.
Leer másDos años después Desde el día que mi vida se cruzo con la de Sofía en aquel café, me di cuenta de que el amor había llegado y a partir de aquel instante todo fue una bella aventura en mi vida. Gracias a la vida, esta mujer se siente igual que yo y conseguimos construir una bella historia de amor donde hemos formado una bella familia. La veo jugando con nuestros hijos en el jardín y sonrió como un tonto al recordar la manera que me temblaron las piernas el día del parto de Samuel e Iván. Ese día fue sin duda alguna el más feliz de todos, pero ahora que en cinco meses lo vamos a repetir con nuestra pequeña Maia, me doy cuenta de que junto a Sofía la felicidad es perpetua. Claramente los momentos difíciles también han jugado su papel y de cierta manera nos han hecho crecer como pareja, la perdida de aquel bebé fue sin dudas lo peor de todo, pero dicen que la vida de alguna manera te recompensa por lo malo, ¿no? claramente nuestro hijo no será reemplazado y siempre forma
Al día siguiente: 24 de diciembre Deberíamos estar extremadamente felices porque toda nuestra familia esta sentada alrededor de esta increíble mesa que ha preparado mi suegra y que va acorde a la hermosa decoración que hay en toda la casa, pero la verdad es que Sofí y yo estamos un poco preocupados por todo lo de Charlotte y nerviosos por dar la noticia de que tendremos mellizos. Ver a toda nuestra familia conversando de manera tan amena y riendo de distintas bromas que hacen mi hermano y mi cuñado nos hacen sentir muchísimo mejor y olvidar se ese problema que significa Charlotte en nuestras vidas por un momento. Tomo la mano de mi esposa por encima de la mesa y le doy un tierno beso mirándola a los ojos —¿Les decimos ya? Faltan diez minutos para que den las doce— Le pregunto y asiente. —Creo que ya es hora— Murmura y sonrió. —De cuerdo— Digo y respiro profundo para después ponerme de pie y tomar mi copa —Perdonen que interrumpa este momento—
El silencio pareciera ser eterno en está habitación donde estamos abrazados en nuestra cama después de haber hablado de todo lo que descubrió el detective. No fue fácil contarle todo, sobre todo porque también ha significado recordar lo de aquel accidente y la perdida de nuestro bebé, pero tampoco quería ocultarle nada, si hay una cosa que no quiero en nuestra relación es que tengamos secretos —¿Qué haremos ahora? — Me pregunta de repente y no dejo de acariciar su cabello.—Eso es algo que debes decidir tú muñeca… es decir, si me preguntas a mi, no dejaría que Mía fuera a la casa de Guillermo y esa mujer nunca más y obviamente haría lo que fuera para que le pusieran una orden de restricción, pero es tú decisión— Explico con toda honestidad.—¿Crees que Guillermo sabía de todo esto?
No cabe duda de que todo es mucho más fácil en la vida cuando la familia te apoya en la relación con quien ahora es mi esposa. Las risas, las charlas, y los recuerdos se crean con facilidad en medio de momentos como estos. El pent-house no es tan grande como para que mis padres, mis hermanos, cuñados y sobrinos se quedaran con nosotros; por lo que les di la llave de mi casa para que se hospedaran ahí, pero claro, todavía no se han ido porque están demasiado entretenidos con mi esposa. Miro la hora y ya son las ocho y treinta… 《Tengo que salir ya o no llegare》Pienso y rápidamente busco mi billetera y mi celular.Me acerco a Sofí aprovechando que esta sola en la cocina y le sonrió —Muñeca, tengo que irme un ratito, ¿sí? — Le dejo saber y me mira un poco confundida.—¿A esta hora? — Me cuestiona.—El detective tiene informació
—Todavía no lo puedo creer— Murmura cuando vamos camino al aeropuerto para recoger a mis familia.—Dos— Es lo único que puedo decir y agradezco que Mia este con sus abuelos.—Nada puede ser normal contigo, ¿no? — Me regaña divertida y no sé si por los nervios o que, los dos nos reímos.—Creo que lo hemos hecho con muchísima pasión— Bromeo entre risas.—Demasiada… mira que concebir dos… ufff…— Comenta y al frenar frente al semáforo que esta en rojo, llevo una de mis manos sobre su abdomen.—Nos vamos a organizar, verás que todo estará bien, estos niños serán inmensamente amados— Le digo mirándola y lleva su mano sobre la mía.—No lo dudo, pero sabes que es normal sentir miedo, con Mia me paso igual— Me cuenta.—¿De v
Varios días después: 23 de diciembreEstos últimos días han sido un sube y baja de emociones, hemos estado durante muchos algunos días fuera del país por negocios y otros en otras ciudades ya más cercanas a casa que nos permitían estar con Mia ya que usualmente íbamos y veníamos en el día. Sin embargo, no hemos tenido tiempo para hacer una de las cosas más importantes y por eso nos toca estar hoy aquí sentados en esta sal de espera de esta clínica esperando por su turno. —¿A que hora llegaba tu familia de Miami? — Me pregunta mirando el reloj una vez más y sonrió.—Hay tiempo, no te preocupes, faltan como tres horas— Le recuerdo y es que en verdad esta nerviosa, pero no es para menos, es la primera vez que pasaremos navidad juntos y a eso le debemos sumar el hecho de que nuestras familias se reúnan.<
Al día siguiente: 9 de diciembreUna taza de café caliente entre mis manos y un silencio absoluto en la cocina, ya que fui el primero en levantarme. El contraste con el día de ayer es muy fuerte, el ruido, las preguntas de los periodistas, los flashes y los murmullos de los empleados han desaparecido para quedarme así, en silencio y en casa. A veces pienso que soy dos personas diferentes, el empresario y este que soy cuando estoy con Sofía a solas, son como dos mundos…Si bien mis dos mundos son muy diferentes, hay algo que es lo mejor de ambos y que los une de una manera extraordinaria, ese hilo conector de mi vida baja las escaleras con un sensual albornoz de seda color rosa pálido que le queda de infarto.—Pero que madrugador.— Me dice cuando baja el ultimo escalón y camina hacia mí.Le sonrió mientras muevo el taburete que tengo al lado para que ella
Esa misma tardeDespués de un largo día en la oficina, Sofía y yo hemos ido a buscar a Mia, nos hemos cambiado de ropa y nos fuimos los tres a patinar sobre hielo al Rockefeller Center, bueno en realidad Mia y yo hemos patinado y Sofía solo nos ha mirado. La adrenalina de la carrera que hemos jugado con Mia aun sigue en mi cuerpo y al acercarnos a Sofía, Mia y yo nos reímos. —¡Amor! ¡Te ha ganado esta pequeña! — Le escucho decirme y al levantar mi mirada, ella ya esta con Mia en brazos.Sonrió al ver esta imagen e inevitablemente le beso castamente —Ya ves muñeca, esta princesa es muy buena en esto— Digo y miro a Mia —¿Te ha gustado que viniéramos a patinar?— Pregunto y ella asiente.—¡Mucho!— Me dice haciéndome reír y sin poder evitarlo, la tomo en brazos.—Se que estoy todo su
Dos días después: 8 de diciembreComo era de esperarse, ni mi móvil ni el de ella han parado de sonar ni recibir notificaciones durante los últimos dos días. También hemos sido tema principal en decenas de medios de comunicación y las opiniones de los empleados de la empres por supuesto han sido divididas. Algunas personas amaron la noticia, otras obviamente han dicho que Sofía no era la mujer para mí, que era la típica mujer que se metía con el jefe y demás cosas a las cuales decidí no prestarle atención.—¿Preparada?— Digo mirándole a los ojos antes de bajar de la furgoneta y se sonríe.—Más que nunca, vamos a ello. — Dice con muchísima seguridad y abro la puerta para que bajemos y entremos a la empresa.Una vez que bajo de la furgoneta, le tomo de la mano y le ayudo a bajar mientra