4 días después: 13 de septiembre
Lo mejor que he podido hacer después de abrir mi boca de más en su piso aquella noche, ha sido intentar mantener mi postura de jefe. Me ha sido muy difícil, pero preferí eso a que ella me volviera a mirar así de nerviosa como lo hizo en ese momento. En mi mente aún se pasean los recuerdos de cómo es que tuve que ponerme a conversar acerca de tenis y de las playas a las que hemos ido para poder zafarme de aquella situación en la que yo mismo me he metido. La verdad es que no puedo definir muy bien que me sucede con Sofía, lo único que tengo claro es que me parece la mujer más deslumbrante que he conocido en mi vida, y que cada día que la miro me siento más atraído hacia ella y si, claro que me da miedo de arruinarlo todo.
Termino de colocarme la americana del traje que hemos escogido juntos ayer y me miro una última vez al espejo cuando escucho el ruido del timbre. Me es inevitable no sonreír, hoy por primera vez se ha atrevido a venir a mi piso para que salgamos juntos al coctel que nos ha invitado uno de mis mejores clientes. Me ha costado convencerla, pero cuando he pedido que publicaran una foto suya en la pagina web de la empresa anunciando que era la nueva asesora comercial, no le han quedado más excusas para decir que no.
Voy hacia la puerta y sin siquiera mirar por la rendija abro —Buenas noches.— Digo con gran entusiasmo, pero al verla creo que he perdido la habilidad de hablar.
Vestido negro largo y su figura siendo envuelta de una manera extremadamente sensual, 《¿Lo hace a propósito?》
—Buenas noches, Kilian, ¿Cómo te encuentras?— Me pregunta y abro un poco más la puerta para que ella entre.
Mi mirada sigue sus pasos elegantes y cierro para luego quedarme parado allí como un idiota —Estoy bien, pero ahora que te veo, creo que esta noche me quedare sin asesora comercial.— Confieso y me mira entrecerrando sus ojos.
—¿Disculpa? ¿De qué hablas?— Consulta totalmente confundida y sonrió.
—¿Te has visto en un espejo?— Le pregunto — Si un empresario de moda te ve, te contratan para ser modelo, o un empresario más importante te roba para llevarte a su empresa— Le explico y ella ríe mientras niega.
—¡Eres muy exagerado! Y no... no te preocupes, al parecer a mi hija le has caído muy bien y anoche me ha dicho que le gustaba que trabajara para el hombre de ojos negros— Me confiesa haciéndome reír.
—¿El hombre de ojos negros? — Pregunto divertido.
—Así te ha puesto, lo siento— Se disculpa tímidamente y encoje sus hombros.
—No te preocupes, no me desagrada ese apodo, y a mi también me cae muy bien tu hija. Que bueno que le guste que trabajes conmigo, tendré que llevarla por un helado un día de estos.— Remedo.
Ella por algún motivo se acerca a mí, y por mi parte debo intentar respirar con normalidad. —Estira tu brazo.— Me pide y solo hago lo que me pide —Tienes las mangas mal.— Explica mientras me acomoda la camisa y la americana —Si quieres invitar a mi hija a algún sitio, creo que será al cine. Dice que quiere ver una pelicula contigo. Le he explicado que es imposible, pero ya sabes cómo son los niños.— Me dice y ríe.
—Bueno, pero puedo invitarlas aquí a casa a las dos y vemos una película, ¿no te parece?— Propongo mirándola fijamente y sonríe.
—¿Puedo preguntarte algo jefe?— Me cuestiona y levanta su mirada para mirarme fijamente.
Me mata su mirada, es como si pudiese leer mis pensamientos. —Lo que quieras.— Respondo finalmente.
—Hace algunos días que estas un poco extraño, ¿Ha sido por lo del otro día en mi piso? Disculpa que sea tan directa, pero como habrás podido notar, no se me da bien pretender que no sucede nada.— Me explica.
Sus palabras roban una sonrisa nerviosa de mi parte. Ella es directa, bueno yo también lo seré... —¿Quieres la verdad sin filtros?— Le pregunto y ella asiente mientras termina de acomodas la otra manga.
—Siempre.— Responde.
—Pues, la verdad es que me siento muy atraído por ti.— Digo y hago una pausa —Pero mucho...— Termino de decir y ella solo me mira. —El problema es que yo hace tiempo que no sé qué es lo que es estar enamorado. No te voy a negar que si fuera por mí ya tu y yo hubiésemos terminado enredándonos en una cama, pero sé que no eres así y yo tampoco quiero que sea así. Por eso, prefiero mantener las formas ¿entiendes? — Le explico y no entiendo por qué sonríe.
—Gracias por ser tan directo, y gracias por respetarme. — Comenta finalmente y no puedo evitar tener esta sonrisa estúpida en mi rostro.
—De nada, y dime... ya que estamos siendo directos, ¿tú te fijarías en un hombre como yo?— Averiguo y me mira sorprendida.
—Vaya... Al parecer has puesto primera y no piensas frenar.— Ironiza y niego.
—No, tan solo somos dos adultos que estamos siendo directos, y me parece que es justo que sea de ambas partes.— Explico y asiente.
—Es verdad, es lo mas justo.— Admite.
—¿Entonces?— Insisto.
—Fijarse en un hombre como tu es complicado. No te voy a negar que eres sumamente atractivo, ¿Quién no se fijaría en ti con ese porte, esos ojos profundos y ese rostro perfecto? Me imagino que la mayoría de la población mundial lo haría, eso no es un secreto, por algo eres uno de los solteros más codiciados de la ciudad. — Dice entre risas —Pero, tu sabes por lo que he pasado y cuando una mujer esta así de lastimada, es muy difícil que vuelva a creer. Me pasa igual que a ti, el problema es que yo hace tiempo que no sé qué es lo que es estar enamorada, lo siento. Y ser la chica de una noche tampoco me va. — Confiesa y soy yo quien asiente.
—¿Esto no hará que dejes de trabajar conmigo? ¿no?— Pregunto preocupado y niega.
—Somos profesionales, ¿no?— Responde y rio.
—Por supuesto...—
《Espero haber sonado convincente.》
—Bueno, entonces salgamos que llegaras tarde y quieras o no, te toca dar un discurso empresarial en ese coctel.— Me dice y da la media vuelta para ir a la puerta dejándome ver esos andares de diva que podrían enloquecer a cualquiera.
《¿En que problema me he metido?》 Me pregunto a mi mismo y respiro profundo.
Cuando la vi vestida así, supuse que seria un problema y no me equivoque. La atención de muchos de los hombres que han venido a este coctel, esta focalizada en ella, especialmente los que están solteros. Ella camina a mi lado como si nada sucediera y solo saluda a alguna que otra persona que conoce de camino a nuestra mesa. Realmente no comprendo cómo puede actuar así, otra mujer en su lugar estaría haciendo alarde de su manera de seducir e intentaría identificar quien le interesa para así ir detrás de su “presa.” Al día siguiente: 14 de septiembreLlevamos más de la mitad del recorrido a Toronto, un viaje que hemos decidido hacer acompañados del abogado de la empresa ya que el cliente es un tanto complicado. Dada la poca distancia acordamos en venir todo es una van de lujo que hemos alquilado, y a pesar de que ya llevamos la mitad del recorrido hecho, ella apenas ha pronunciado palabra. Solo ha respondido alguna que otra pregunta relacionada con el trabajo, pero después de allí ha estado m10. Lucha de Poderes
Quisiera seguir besándola toda mi vida, pero mis pulmones tienen otros planes. Ellos me piden una pausa en medio de todo este desorden, y al alejarme de sus labios veo su mirada, esta confundida, pero no mucho màs que yo.Su pecho se mueve al compás de su agitada respiración, no despega su mirada de mí,
Horas despuésNo se ha atrevido a hablarme durante el resto del camino, ni cuando hemos llegado al hotel, y ahora que caminamos rumbo a la entrada del edificio donde esta la oficina de nuestro cliente, ella me mira fijamente. Me gustaría tanto poder entrar en su mente, saber lo que piensa, lo que siente...—Kilian
Al día siguiente: 15 de septiembreHa sido el día más largo de mi vida. Jamás creí que por fin estoy regresando al hotel. De camino aquí, su mirada y la mía se han encontrado varias veces. He tenido que hacer un gran esfuerzo por no decir nada que pueda delatarnos, pero esta mañana hemos acordado que lo de nuestra cita sería un secreto solo entre nosotros dos y como consecuencia debemos disimular frente a Carlos y Daniel.
Al día siguiente: 16 de septiembreAun no me creo que anoche haya sido capaz de despedirme de ella en la puerta de su habitación de hotel con tan solo un beso... un beso que pudo ir mas allá, pero que ella decidió que no pasara. Me cuesta asimilar mi cambio de actitud, no ser aquel depredador que era con las mujeres, mucho más me ha costado asimilar que ella haya estado con un solo hombre en toda su vida. Me ha confesado sus miedos, yo le he confesado los míos, y aquí
—Se ha quedado noqueada. — Comenta mientras baja la escalera y yo me pierdo mirando la manera que la falda amplia de su vestido se mueve al compás aventurero de sus pasos.—Es normal, ya es tarde. — Respondo y muestro los folletos de un delivery de comida italiana y otro de comida china que encontré colgados con un imán en el refrigerador. —¿italiana o china? — Pregunto y ríe.&mdas
Miradas cómplices y risas nerviosas mientras que coloca los platos, las copas de vino, y la caja de pizza sobre la pequeña mesa que hay en el medio del salón; así está el ambiente ahora después de lo sucedido en la cocina. Me mira con algo de dudas e inevitablemente rio. —Puedes sentarte a mi lado. — Respondo a su pregunta no hecha, y ahora es ella quien está riendo.— ¿Seguro? — Pregunta caminando hacia mí —No quiero que me eches la culpa de nada. — Bromea.Sin que ella se lo espere, tomo su mano y la jalo hacia mí para que su cuerpo caiga sobre el mío en este sofá —Es una tortura dulce. — Le confieso mientras ella intenta acomodarse mejor sobre mi regazo.—Masoquista. — Me regaña entre risas.Asiento y llevo una de mis manos a su cuello —No puedo esperar a Los Ángeles.— Admito.M