Rose ha sido muy amable en traernos una taza de café a cada uno a pesar de la negativa inicial de Sofía. Ella me mira seriamente y todo indica que esta esperando a que hable, al menos eso es lo que yo interpreto. Bebe un sorbo de su café y vuelve a mirarme —Entonces, ¿de que quieres conversar? — Pregunta firme, y realmente me llama mucho la atención su actitud fría y distante. Entiendo que apenas nos hemos conocido hace unos minutos, comprendo que no somos amigos, confidentes, ni nada parecido, pero ¿es necesario ser así? En otra ocasión no hubiera admitido este tipo de actitudes de parte de nadie que este a punto de contratar, pero por alguna razón, me gusta que sea así; la hace diferente.
—Me gustaría saber de ti. Si trabajaras conmigo, creo que es necesario conocernos un poco ¿no crees? — Respondo finalmente, y por primera vez creo que mis palabras le han sorprendido un poco ya que sus ojos se han abierto de par en par.
—¿Estas queriendo decir que me has contratado? — Me pregunta algo confundida, y creo que aquí ha habido un malentendido.
《¿Acaso creía que esto era una entrevista de trabajo para saber si le daba el empleo o no?》
—Sofía, tú vienes recomendada por Laura, y si ella dice que tu eres la mejor para reemplazarla; yo no tengo nada que objetar, pero si quieres, cuéntame de tu experiencia como asesora comercial. — Le propongo y su pose cambia drásticamente. Sus manos entrelazadas sobre el escritorio, su postura es perfecta, y su sonrísa es una de esas que conozco muy bien cuando alguien quiere negociar.
—Le agradezco mucho a Laura que me haya recomendado, y claro que te contare de mi experiencia. — Dice con orgullo —Tengo un grado en marketing, otro en comercio y una especialidad en relaciones publicas del Imperial College de Londres. — Expone con orgullo y por dentro sonrió ya que parece que no es tan solo un rostro bonito.
—¿Has vivido en Londres? — Interrumpo con bastante entusiasmo.
—Si, mi padre es Ingles. He vivido allí bastantes años y luego regrese para estudiar. He sido asesora comercial de varias empresas establecidas y algunas otras emergentes tanto en Londres como aquí en Nueva York logrando llevar a cabo grandes negociaciones de vital importancia para esas empresas. Mi trabajo más actual me ha llevado a recorrer gran parte de Estados Unidos firmando acuerdos de alianzas estratégicas entre las dos compañías. — Me explica y vaya que me ha sorprendido gratamente su experiencia y su manera de expresarse.
—Impresionante, ¿Hace cuanto que trabajas en esto? — Indago con gran curiosidad.
—Exactamente cinco años, pero uno de ellos se ha visto interrumpido. — Explica misteriosamente.
—Entiendo, pareces muy joven para tanta experiencia laboral ¿puedo preguntar tu edad?— Consulto.
—No se muy bien que tenga que ver eso con mi trabajo, pero si cree que es relevante, tengo 31 años. — Responde fría.
—Vaya, me sorprende todo lo que has hecho profesionalmente con tal solo 31 años— Comento e intento no sonreír como un estúpido.
—Muchas gracias— Expresa y vuelve a beber café.
—Como te habrá explicado Laura, este trabajo requerirá que estés fuera de la ciudad muchas veces, y por tal motivo debo preguntarte ¿que hay de tu vida personal? ¿Soltera... casada? — Cuestiono y ella me mira fijamente.
—¿Eso afectara en algo mi trabajo? — Pregunta firme y me acomodo un poco mejor en mi silla.
—No, solo pregunto por curiosidad, necesito saber si habrá algún novio o esposo que vaya a quejarse de tus viajes, como entenderás no quiero problemas— Invento.
—Divorciada. — Responde finalmente y yo me quedo sin saber que decir. —No tendrás problemas con nadie ni yo tampoco. — Añade y solo se me ocurre asentir levemente.
—Entonces, ¿No tienes problemas con viajar ni tener pocos días de descanso?— Pregunto y supongo que es necesario que advierta lo que le espera.
Ella niega —Para nada, mi hermano, mi madre, y mi exesposo pueden cuidar de mi hija perfectamente mientras yo este de viaje. — Informa, y ahora si que siento que me ha caído una cubeta de agua helada encima, esto no lo esperaba.
—¿Tienes una hija? ¿Cuántos años tiene? — Averiguo con interés a pesar de la sorpresa.
Por primera vez, la veo sonreír de manera genuina —Ha cumplido tres años hace poco y es la luz de mis ojos.— Expresa con orgullo y me agrada esta nueva faceta.
—¿Y como se llama? — Consulto sonriendo yo también.
—Mia Sofía Siller, si... el idiota de su padre ha querido que tuviese mi nombre. — Explica e intento no reír de sus palabras.
—Mejor no preguntare por tu ex esposo; supongo que no es un tema del que te agrade hablar. — Bromeo.
—No, no me agrada... y tampoco es que a ti deba interesarte. — Dice firme y levanto mis manos.
—Tienes razón... Lo siento, es que con Laura teníamos demasiada confianza y bueno, ahora me tocara acostumbrarme a ti— Me defiendo dándome por vencido. —Bueno, si en algunos de los viajes que tengamos que hacer quieres traer a tu pequeña; por mi no hay problema. Se muy bien lo que se siente estar lejos de la familia y supongo que de un hijo es mucho peor. — Ofrezco.
—De verdad que muchas gracias. Pensare el ofrecimiento. — Me deja saber con una tímida sonrisa. —¿Quieres ponerme al tanto de tu agenda? Laura me ha
dado algo de información, pero supongo que es mejor si nos ponemos al día ¿no? — Propone y asiento.
—Claro, ven siéntate a mi lado y te muestro todo lo que tengo pactado en la agenda que llevo en mi móvil, uno al que tu tendrás acceso por supuesto.— Propongo y ella se pone de pie para venir a mi lado.
Caballerosamente traigo una de las sillas hacia este lado del escritorio y es en el preciso momento en el que ella se sienta a mi lado, que me doy cuenta que el perfume que lleva es una invitación directa a los sentidos de cualquier hombre. Es dulce, sexy, y provoca querer morder su cuello...
《Ya Kilian... No seas el mismo imbécil de siempre.》 Me grita mi subconsciente.
Supongo que debo intentar cambiar esa costumbre de querer enredarme con cualquier mujer guapa que se me presenta enfrente. Supongo que Sofía esta en la lista de mujeres prohibidas para mi. Es mi nueva asesora comercial y debo mantener las formas.
—De acuerdo, ¿entonces mañana inicia todo con la reunión con empresarios extranjeros? — Pregunta sacándome de mis pensamientos.
—Si, mañana inicia toda nuestra agenda juntos, ¿preparada? — Pregunto mirándola fijamente y asiente de inmediato.
—Claro que si, a partir de ahora seré la mejor asesora comercial que puedas tener. — Afirma y me ofrece su mano.
—Bienvenida al equipo Sofía. — Respondo y estrecho su mano.
Al día siguiente: 8 de septiembreNueva YorkCarlos estaciona el auto frente al edificio donde vive Sofía y por ende donde he quedado en recogerla para ir juntos a al hotel Stewart, y le envió un mensaje de texto para dejarle saber que hemos lle
Estoy caminando por los pasillos de este hotel rumbo a la sala de juntas, cuando siento el sonido de unos pasos detrás de mi —¡Kilian!— Escucho su voz gritarme, y al darme la vuelta la veo prácticamente corriendo hacia mí con esos tacones.—Sofía, que te vas a caer con esos zapatos.— Le advierto y ella ríe de mis palabras.
A pesar de su negativa camino detrás de ellos para así salir del hotel y observo detenidamente sus andares. Debo dejar de mirarla así, pero es prácticamente imposible cuando sus caderas marcan un ritmo perfecto que acompañan sus tacones. — Señor Arraitz. — Me interrumpe la voz de Luciano Ferreir, uno de los que estaba con nosotros en la reunión y que de alguna manera ha conseguido alcanzarme, él camina a mi lado viendo exactamente lo mismo que yo —Con todo respeto, esa mujer es hermosa, ¿sabe si esta casada? ¿Cree que aceptaría una cena conmigo? — Me pregunta con toda la confianza del mundo.
Entro a su piso localizado en el ultimo piso de este edificio ubicado en una muy buena zona de Nueva York, y al mirar a mi alrededor me doy cuenta de que no es un piso cualquiera, es el pent-house. —Me encanta tu casa.— Digo mirando la increíble arquitectura y decoración tan sofisticada, es muy ella, y no tiene nada que envidiarle a mi piso, el cual casualmente también es el pent-house del edificio donde vivo. —Gracias, algo le ha tocado darme en el divorcio.— Comenta de manera sa
Al día siguiente: 9 de septiembreMiro mi reloj y no puedo creer que ya sean las ocho de la noche, ¿Tan ocupado he estado el día de hoy?Hemos pasado todo el día yendo de un lugar a otro cerrando acuerdos y recolectando información de algunos clientes para poder prepararles planes
4 días después: 13 de septiembreLo mejor que he podido hacer después de abrir mi boca de más en su piso aquella noche, ha sido intentar mantener mi postura de jefe. Me ha sido muy difícil, pero preferí eso a que ella me volviera a mirar así de nerviosa como lo hizo en ese momento. En mi mente aún se pasean los recuerdos de cómo es que tuve que ponerme a conversar acerca de tenis y de las playas a las que hemos ido para poder zafarme de aquella situaci&
Cuando la vi vestida así, supuse que seria un problema y no me equivoque. La atención de muchos de los hombres que han venido a este coctel, esta focalizada en ella, especialmente los que están solteros. Ella camina a mi lado como si nada sucediera y solo saluda a alguna que otra persona que conoce de camino a nuestra mesa. Realmente no comprendo cómo puede actuar así, otra mujer en su lugar estaría haciendo alarde de su manera de seducir e intentaría identificar quien le interesa para así ir detrás de su “presa.” Al día siguiente: 14 de septiembreLlevamos más de la mitad del recorrido a Toronto, un viaje que hemos decidido hacer acompañados del abogado de la empresa ya que el cliente es un tanto complicado. Dada la poca distancia acordamos en venir todo es una van de lujo que hemos alquilado, y a pesar de que ya llevamos la mitad del recorrido hecho, ella apenas ha pronunciado palabra. Solo ha respondido alguna que otra pregunta relacionada con el trabajo, pero después de allí ha estado m10. Lucha de Poderes