Por una noche de copas, la famosa Dra. Areliz Thatcher queda embarazada del multimillonario CEO Noah Cobain, que le insiste en casarse pese a que ella quería concentrarse en su carrera, hasta que finalmente logra enamorarla y se casan. Sin embargo, cuando su hijo nace, Noah cree que no es suyo, ya que se parece levemente a un amigo de Areliz, y Noah cree haber sido estafado y se va con otra mujer, humillando a Areliz frente a todos. Un par de años después, la amante de Noah acaba enferma, y el poderoso CEO deberá rogarle a su ex esposa que cure a la mujer con la que la traicionó. Areliz al principio no quiere, pero se da cuenta de que esta podría ser la oportunidad perfecta para vengarse y tener de rodillas a su ex. Sin embargo, era una venganza peligrosa, porque él aún era el padre de su hijo, y aún era el único hombre que logró conquistar su corazón. ¿Podría acaso completar su venganza sin volver a caer en las redes de su arrogante ex marido?
Leer másNoah fue a ver a su padre Nelson Cobain en compañía de Areliz, de Teo y de sus abogados, dispuesto a hablar con él de frente y sin miedo. Entraron a su celda, viendo a los abogados de Nelson y varios policías en las esquinas. —Ah, hijo… —Nelson Cobain sonrió como si nada pasara. Se veía bastante digno y opulento incluso a pesar de llevar ya varias semanas en la cárcel. Aun así, Noah notaba una sombra de desprecio en su mirada, y eso solo lo hacía sentir más ansioso respecto a lo que harían, pero necesitaban hacerlo sí o sí. Era su mejor opción. —¿Vienes a aceptar mi trato, acaso? —Miró de reojo a Areliz, que se estremeció, por lo que Noah se puso delante de ella con una mirada protectora. —Tal vez —murmuró Noah con voz llena de cautela—. Pero tenemos ciertas… condiciones… Nelson alzó las cejas con sequedad, mirando de reojo a sus abogados, que le hicieron una seña rara.—Te escucho, querido hijo… —Estamos dispuestos a retirar los cargos contra ti a cambio de que entregues
Noah la consoló un largo rato, antes de sacar su celular y mirar con preocupación que Fabia estaba preguntando por Areliz, preocupada de que no volviera a casa ya que Nick no dejaba de preguntar por ella. —Lizzy… necesitas volver a casa… nuestro hijo está preocupado por ti y no deja de preguntar por ti. Ella se apartó y se secó las lágrimas con dificultad, tomando aire y luchando por calmar su llanto y su dolor. —Tienes razón, debo… debo volver a casa. —Tomó aire otra vez—. Gracias por… acompañar me aquí ahora… yo… pasé por ciertas cosas difíciles. —Mi gente me dijo… que vieron a Remy salir molesto de tu casa… —La miró preocupado—. ¿Pelaron? ¿Te dijo algo o… te hizo sentir mal de algún modo? Ella suspiró temblorosamente, negando con la cabeza con pesar. —No quiero hablar de eso… no contigo… —Lo miró con tristeza, por que sabía que él todavía la quería y sabía que no le iba a gustar nada el hecho de que Remy la hubiera asustado de esa forma, probable mente hasta sería capaz de go
Areliz se sentía tan aliviada de por fin estar en casa… era un gran alivio, pero sabía que también era el fin de esta etapa de su vida donde solo pudo pasársela huyendo y escondiéndose. Y ahora comenzaba la etapa en su vida en la que debía enfrentarse más que nunca a todos los problemas que se venían acumulando en su vida. El más grave de sus problemas era que Nia y Nelson Cobain se quedaran en prisión y no salieran nunca de allí, pero otro gran problema era también enfrentarse a Remy… y decirle la verdad de cómo le faltó el respeto y fue una novia tan horrible que ahora apenas volver a reencontrarse con él debía terminar su relación a pesar de que él la estuvo esperando por todo este tiempo. Todavía lo quería y lo quería mucho, pero debía decirle la verdad de lo que hizo, y debía terminar esta relación que ella misma destruyó por su estupidez y su incapacidad para dejar ir el pasado, de dejar ir el irremediable amor que sentía hacia alguien que tanto daño le hizo y con el que, a
Areliz se encontraba en la huerta, absorta en la recolección de vegetales. La tarde caía lentamente, y los tonos anaranjados del atardecer pintaban el cielo. Cada movimiento para arrancar las verduras del suelo estaba acompañado de un suspiro, una mezcla de paciencia y anhelo por retomar su vida cotidiana de siempre, antes de que todo se arruinara por el capricho de Nia Cobain. Con las manos cubiertas de tierra, se detuvo por un momento y miró a su alrededor. La tranquilidad de la cabaña y el aroma fresco de la tierra le recordaban a su profesión. Echaba de menos su labor como médica, ayudando a las personas, sanando heridas y salvando vidas. A veces se preguntaba cuánto más tendría que estar allí escondida, alejada de lo que más amaba hacer y todo por unas personas egoístas que no sabían dejar que los demás vivan sus vidas en paz. En medio de sus pensamientos, escuchó unos pasos acercándose. Levantó la mirada y vio a Noah, quien se acercaba con una expresión que no lograba descifra
—La jueza es de fiar —afirmó el matrimonio de abogados en frente de Noah, que los miró muy seriamente. —¿Están cien por ciento seguros?—Sí, señor, la investigamos meticulosamente, es una persona de fuertes principios que ya ha denunciado casos de corrupción y cuando la pusimos a prueba con un chivo expiatorio pareció bastante indignada y amenazó a nuestro espía con demandarlo. Parece nuestra mejor opción.—Bien. —Noah tomó aire—. Entonces empiecen con todo. Presenten la orden de captura para Nelson Cobain y Nia Cobain. Los abogados asintieron y se retiraron, dejando a Noah muy pensativo y preocupado. Llegó la jugada clave. Si lograban meter en prisión preventiva a su padre y su hermana, entonces por fin Areliz sería libre de volver a la ciudad y vivir su vida normal mente sin la amenaza de esos dos psicópatas. Ya llevaba más de dos meses encerrada en esa cabaña junto con su hijo y su hermano, en unos días se cumplirían los tres meses, y esperaba que ya fueran los últimos día
Después de pasar la tarde jugando, Noah se reunió con Teo para hablar, pero le dejó a Areliz una carta de Remy y de su mejor amiga Fabia. Areliz esperó hasta después de la cena y hasta después de dormir a su hijo para leer las cartas, comenzando por la carta de su amiga: “Querida Lizzy,¡Hola, querida mía! ¿Cómo estás? Han pasado tantas cosas desde que te fuiste. La vida continúa su marcha, pero no es lo mismo sin ti, mi Lizzy T o T Trato de mantenerme ocupada para no extrañarte tanto a ti y a Dylan, pero no importa qué tan ocupada esté, igual los extraño muchísimo a ambos, ¡pero muchísimo, te lo juro! Y ni hablar de cuánto extraño a Nick, Dios santo, te juró que si pienso en eso voy a llorar, así que mejor ni digo nada, solo dale un montón de besitos por mí, ¿está bien? Hazlo por mí u w u Es una lástima que no pueda ir ni a visitarlos, pero entiendo que es arriesgado y yo nunca, nunca, nunca haría algo que pudiera poner en peligro a mis tres amores, tú, Dylan y Nicky.Y pues,
A los pocos días, fue la misma Agatha la que buscó a Noah para hablar con él y darle la noticia de que había tomado una decisión: iba a testificar a favor de Areliz. —Madre… ¿En serio harás esto por mí? —Noah de inmediato la abrazó.—Por ti y por mi nieto… —Su madre se oía aún muy asustada, pero ya no tan dudosa, más bien decidida—. No quiero perderte, mi niño, ni a ti ni a mi nieto. Y voy a… voy a estar de tu lado… aun que me duela por tu padre y por tu hermana, sé que ellos no dudarían en abandonarme si tuvieran la opción, pero sé que tú seguirás a mi lado… y yo quiero estar a tu lado también, y al lado de mi nieto… Así que te voy a apoyar, te lo prometo, mi amor… —Gracias. —Suspiró temblorosamente y se apartó para mirarla con ojos agradecidos—. En verdad te agradezco mucho que me des el regalo de seguir teniendo a mi amada madre a mi lado. Mientras todavía te tenga, sé que lo voy a poder superar todo, que lo vamos a superar todos juntos. Su madre asintió, todavía viéndose muy p
El silencio siguió inundando el restaurante, y Noah podía ver que su madre tenía muchas ganas de irse, pero estaba tomando su té con nerviosismo. La conocía, en cuanto terminara su té iba a tomar eso como excusa y se iba a ver, y probable mente lo iba a evitar de ahora en adelante, por lo que esta era su última oportunidad para intentar convencerla… no podía dejarla ir, tenía que insistir en esta ocasión o luego ya no tendría posibilidad, perdería este valioso testigo… y quizás perdería también el respeto por su madre. Y su madre era la única persona de su familia (a parte de Nick que era su precioso hijo, claro), pero su mamá era la única que le quedaba de su familia de sangre que conocía desde su infancia, de las personas con las que se crio, que lo criaron, con las que creció y que creyó que eran una familia amorosa… al menos, siempre creyó que su mamá y Nia lo amaban, y que su padre al menos no era alguien que tratara directa mente de dañarlo… Pero Nia y su padre le habían d
La oficina personal del Dr. Mordred era un espacio austero y sombrío, con escasos elementos decorativos. Al adentrarse, Noah sintió una densa atmósfera que casi parecía absorber la luz, como si su dueño disfrutara de los ambientes sombríos y oscuros. El brillante médico que seguía trabajando para él, con su mirada penetrante y semblante imperturbable, lo recibió sin una pizca de emoción en su rostro.—Señor Cobain —dijo el doctor Mordred con voz grave, apenas levantando la mirada de los documentos en su escritorio.—Dr. Mordred —respondió Noah, notando la frialdad y la distancia en el tono del médico. Él siempre fue así, una persona muy extraña que a muchos no les agradaba, que a algunos incluso les daba miedo, pero Noah sabía que era muy bueno en su campo, por eso lo contrató para tratar a Emma, y le alegraba mucho haber tomado esa decisión por que ahora sabía que cuando todos los otros doctores fueron contactados por Nia para ser parte de su engaño y se mantuvieron leales a ella,