—La jueza es de fiar —afirmó el matrimonio de abogados en frente de Noah, que los miró muy seriamente. —¿Están cien por ciento seguros?—Sí, señor, la investigamos meticulosamente, es una persona de fuertes principios que ya ha denunciado casos de corrupción y cuando la pusimos a prueba con un chivo expiatorio pareció bastante indignada y amenazó a nuestro espía con demandarlo. Parece nuestra mejor opción.—Bien. —Noah tomó aire—. Entonces empiecen con todo. Presenten la orden de captura para Nelson Cobain y Nia Cobain. Los abogados asintieron y se retiraron, dejando a Noah muy pensativo y preocupado. Llegó la jugada clave. Si lograban meter en prisión preventiva a su padre y su hermana, entonces por fin Areliz sería libre de volver a la ciudad y vivir su vida normal mente sin la amenaza de esos dos psicópatas. Ya llevaba más de dos meses encerrada en esa cabaña junto con su hijo y su hermano, en unos días se cumplirían los tres meses, y esperaba que ya fueran los últimos día
Areliz se encontraba en la huerta, absorta en la recolección de vegetales. La tarde caía lentamente, y los tonos anaranjados del atardecer pintaban el cielo. Cada movimiento para arrancar las verduras del suelo estaba acompañado de un suspiro, una mezcla de paciencia y anhelo por retomar su vida cotidiana de siempre, antes de que todo se arruinara por el capricho de Nia Cobain. Con las manos cubiertas de tierra, se detuvo por un momento y miró a su alrededor. La tranquilidad de la cabaña y el aroma fresco de la tierra le recordaban a su profesión. Echaba de menos su labor como médica, ayudando a las personas, sanando heridas y salvando vidas. A veces se preguntaba cuánto más tendría que estar allí escondida, alejada de lo que más amaba hacer y todo por unas personas egoístas que no sabían dejar que los demás vivan sus vidas en paz. En medio de sus pensamientos, escuchó unos pasos acercándose. Levantó la mirada y vio a Noah, quien se acercaba con una expresión que no lograba descifra
Areliz se sentía tan aliviada de por fin estar en casa… era un gran alivio, pero sabía que también era el fin de esta etapa de su vida donde solo pudo pasársela huyendo y escondiéndose. Y ahora comenzaba la etapa en su vida en la que debía enfrentarse más que nunca a todos los problemas que se venían acumulando en su vida. El más grave de sus problemas era que Nia y Nelson Cobain se quedaran en prisión y no salieran nunca de allí, pero otro gran problema era también enfrentarse a Remy… y decirle la verdad de cómo le faltó el respeto y fue una novia tan horrible que ahora apenas volver a reencontrarse con él debía terminar su relación a pesar de que él la estuvo esperando por todo este tiempo. Todavía lo quería y lo quería mucho, pero debía decirle la verdad de lo que hizo, y debía terminar esta relación que ella misma destruyó por su estupidez y su incapacidad para dejar ir el pasado, de dejar ir el irremediable amor que sentía hacia alguien que tanto daño le hizo y con el que, a
Noah la consoló un largo rato, antes de sacar su celular y mirar con preocupación que Fabia estaba preguntando por Areliz, preocupada de que no volviera a casa ya que Nick no dejaba de preguntar por ella. —Lizzy… necesitas volver a casa… nuestro hijo está preocupado por ti y no deja de preguntar por ti. Ella se apartó y se secó las lágrimas con dificultad, tomando aire y luchando por calmar su llanto y su dolor. —Tienes razón, debo… debo volver a casa. —Tomó aire otra vez—. Gracias por… acompañar me aquí ahora… yo… pasé por ciertas cosas difíciles. —Mi gente me dijo… que vieron a Remy salir molesto de tu casa… —La miró preocupado—. ¿Pelaron? ¿Te dijo algo o… te hizo sentir mal de algún modo? Ella suspiró temblorosamente, negando con la cabeza con pesar. —No quiero hablar de eso… no contigo… —Lo miró con tristeza, por que sabía que él todavía la quería y sabía que no le iba a gustar nada el hecho de que Remy la hubiera asustado de esa forma, probable mente hasta sería capaz de go
Noah fue a ver a su padre Nelson Cobain en compañía de Areliz, de Teo y de sus abogados, dispuesto a hablar con él de frente y sin miedo. Entraron a su celda, viendo a los abogados de Nelson y varios policías en las esquinas. —Ah, hijo… —Nelson Cobain sonrió como si nada pasara. Se veía bastante digno y opulento incluso a pesar de llevar ya varias semanas en la cárcel. Aun así, Noah notaba una sombra de desprecio en su mirada, y eso solo lo hacía sentir más ansioso respecto a lo que harían, pero necesitaban hacerlo sí o sí. Era su mejor opción. —¿Vienes a aceptar mi trato, acaso? —Miró de reojo a Areliz, que se estremeció, por lo que Noah se puso delante de ella con una mirada protectora. —Tal vez —murmuró Noah con voz llena de cautela—. Pero tenemos ciertas… condiciones… Nelson alzó las cejas con sequedad, mirando de reojo a sus abogados, que le hicieron una seña rara.—Te escucho, querido hijo… —Estamos dispuestos a retirar los cargos contra ti a cambio de que entregues
—La prueba de paternidad no es necesaria. —Emma sonrió complacida al ver el bebé en brazos de Areliz—. El hijo no es tuyo, Noah. Te lo dije. —Noah… —Areliz negó con la cabeza—. Te juró que es tuyo. Hagamos la prueba de paternidad. En toda mi vida, yo solo he estado conti… —¡Silencio, Areliz! —gritó él, molesto, con voz tan fuerte que el niño se despertó y comenzó a llorar. —Señor, le pido que se retire. —Una enfermera se acercó a intentar sacarlo de la sala de partos. —No tiene que pedirlo dos veces. —Miró con completa rabia a Areliz, que tenía los ojos llenos de lágrimas—. Jamás volverá a verme cerca de esta mujer. —Buena suerte en tu próximo intento de estafa, Lizzy. —Emma le guiñó un ojo y se fue triunfante tras Noah. Esa Emma siempre fue una molestia... Era una “amiga” de Noah con la que solía dormir antes de conocer a Areliz. Tuvieron una especie de relación de amigos con derechos y Noah le aseguró que nunca tuvieron nada formal, pero Emma actuaba como si Areliz le hubiera
Areliz estaba trabajando tranquilamente en dar consultas de clínica general cuando recibió a un paciente encapuchado, con cubrebocas y anteojos. —Eh… ¿Señor Hunter? —Leyó en sus papeles. El hombre asintió sin decir nada. —El clima es agradable, no está para usar un abrigo con capucha, ¿siente frío aun así? —preguntó, interesada—. El sol tampoco es tan fuerte, ¿tiene sensibilidad a la luz? El paciente dejó escapar un largo suspiro, antes de asentir. Areliz entrecerró los ojos, mirándolo atentamente, de arriba abajo, antes de hacer una mueca. —Bueno, los escalofríos, la sensibilidad y quizás la tos podrían haber explicado el cubrebocas, los lentes y la capucha, pero hay otra opción. —Se sentó en su escritorio, cruzando los brazos—. Quieres ocultar tu apariencia. Si tuvieras horribles erupciones en tu piel, todavía podría creer que vienes a buscar a la Dra. Areliz, pero como no hablas, supondré que vienes a buscar a la ex esposa de Noah Cobain. El encapuchado siguió si
—Noah Cobain es la persona más insistente del maldito planeta —murmuró Areliz mientras caminaba de un lado a otro en su sala de estar—. Tenemos que idear una forma de quitármelo de encima. Su amigo Dylan estaba acomodando los tés y bocadillos, y su amiga Fabia estaba cargando al pequeño Nick en su regazo, mismo que estaba a punto de dormirse, con sus ojitos muy somnolientos, pero mirando a su madre dar vueltas. —¿Cómo estás tan segura de que volverá? —preguntó Fabia—. Quiero decir, no puede obligarte a tratar un paciente que no quieres tratar, no importa lo millonario que sea. —Tú no conoces a ese galán, Fabi, él hizo de todo, lo imposible y más para convencerla de casarse —dijo Dylan con una mueca de resignación—. Nuestra Lizzy se le resistió por meses, y mira que con tremendo hombre yo no entiendo cómo aguantó, pero él no dejó de insistir, la conquistó con todas sus artimañas hasta que lo logró. —¿Dices que es capaz de acosarte ahora para que cures a la mujer con la que te