Noah la consoló un largo rato, antes de sacar su celular y mirar con preocupación que Fabia estaba preguntando por Areliz, preocupada de que no volviera a casa ya que Nick no dejaba de preguntar por ella. —Lizzy… necesitas volver a casa… nuestro hijo está preocupado por ti y no deja de preguntar por ti. Ella se apartó y se secó las lágrimas con dificultad, tomando aire y luchando por calmar su llanto y su dolor. —Tienes razón, debo… debo volver a casa. —Tomó aire otra vez—. Gracias por… acompañar me aquí ahora… yo… pasé por ciertas cosas difíciles. —Mi gente me dijo… que vieron a Remy salir molesto de tu casa… —La miró preocupado—. ¿Pelaron? ¿Te dijo algo o… te hizo sentir mal de algún modo? Ella suspiró temblorosamente, negando con la cabeza con pesar. —No quiero hablar de eso… no contigo… —Lo miró con tristeza, por que sabía que él todavía la quería y sabía que no le iba a gustar nada el hecho de que Remy la hubiera asustado de esa forma, probable mente hasta sería capaz de go
Noah fue a ver a su padre Nelson Cobain en compañía de Areliz, de Teo y de sus abogados, dispuesto a hablar con él de frente y sin miedo. Entraron a su celda, viendo a los abogados de Nelson y varios policías en las esquinas. —Ah, hijo… —Nelson Cobain sonrió como si nada pasara. Se veía bastante digno y opulento incluso a pesar de llevar ya varias semanas en la cárcel. Aun así, Noah notaba una sombra de desprecio en su mirada, y eso solo lo hacía sentir más ansioso respecto a lo que harían, pero necesitaban hacerlo sí o sí. Era su mejor opción. —¿Vienes a aceptar mi trato, acaso? —Miró de reojo a Areliz, que se estremeció, por lo que Noah se puso delante de ella con una mirada protectora. —Tal vez —murmuró Noah con voz llena de cautela—. Pero tenemos ciertas… condiciones… Nelson alzó las cejas con sequedad, mirando de reojo a sus abogados, que le hicieron una seña rara.—Te escucho, querido hijo… —Estamos dispuestos a retirar los cargos contra ti a cambio de que entregues
—La prueba de paternidad no es necesaria. —Emma sonrió complacida al ver el bebé en brazos de Areliz—. El hijo no es tuyo, Noah. Te lo dije. —Noah… —Areliz negó con la cabeza—. Te juró que es tuyo. Hagamos la prueba de paternidad. En toda mi vida, yo solo he estado conti… —¡Silencio, Areliz! —gritó él, molesto, con voz tan fuerte que el niño se despertó y comenzó a llorar. —Señor, le pido que se retire. —Una enfermera se acercó a intentar sacarlo de la sala de partos. —No tiene que pedirlo dos veces. —Miró con completa rabia a Areliz, que tenía los ojos llenos de lágrimas—. Jamás volverá a verme cerca de esta mujer. —Buena suerte en tu próximo intento de estafa, Lizzy. —Emma le guiñó un ojo y se fue triunfante tras Noah. Esa Emma siempre fue una molestia... Era una “amiga” de Noah con la que solía dormir antes de conocer a Areliz. Tuvieron una especie de relación de amigos con derechos y Noah le aseguró que nunca tuvieron nada formal, pero Emma actuaba como si Areliz le hubiera
Areliz estaba trabajando tranquilamente en dar consultas de clínica general cuando recibió a un paciente encapuchado, con cubrebocas y anteojos. —Eh… ¿Señor Hunter? —Leyó en sus papeles. El hombre asintió sin decir nada. —El clima es agradable, no está para usar un abrigo con capucha, ¿siente frío aun así? —preguntó, interesada—. El sol tampoco es tan fuerte, ¿tiene sensibilidad a la luz? El paciente dejó escapar un largo suspiro, antes de asentir. Areliz entrecerró los ojos, mirándolo atentamente, de arriba abajo, antes de hacer una mueca. —Bueno, los escalofríos, la sensibilidad y quizás la tos podrían haber explicado el cubrebocas, los lentes y la capucha, pero hay otra opción. —Se sentó en su escritorio, cruzando los brazos—. Quieres ocultar tu apariencia. Si tuvieras horribles erupciones en tu piel, todavía podría creer que vienes a buscar a la Dra. Areliz, pero como no hablas, supondré que vienes a buscar a la ex esposa de Noah Cobain. El encapuchado siguió si
—Noah Cobain es la persona más insistente del maldito planeta —murmuró Areliz mientras caminaba de un lado a otro en su sala de estar—. Tenemos que idear una forma de quitármelo de encima. Su amigo Dylan estaba acomodando los tés y bocadillos, y su amiga Fabia estaba cargando al pequeño Nick en su regazo, mismo que estaba a punto de dormirse, con sus ojitos muy somnolientos, pero mirando a su madre dar vueltas. —¿Cómo estás tan segura de que volverá? —preguntó Fabia—. Quiero decir, no puede obligarte a tratar un paciente que no quieres tratar, no importa lo millonario que sea. —Tú no conoces a ese galán, Fabi, él hizo de todo, lo imposible y más para convencerla de casarse —dijo Dylan con una mueca de resignación—. Nuestra Lizzy se le resistió por meses, y mira que con tremendo hombre yo no entiendo cómo aguantó, pero él no dejó de insistir, la conquistó con todas sus artimañas hasta que lo logró. —¿Dices que es capaz de acosarte ahora para que cures a la mujer con la que te
En el hospital, todo el mundo chismeaba respecto a lo que pasó, pero a Areliz no le importaba demasiado. Nada podría compararse a todos los chismes que tuvo que soportar cuando Noah aun siendo su esposo se besó con Emma frente a las cámaras y luego la abandonó asegurando que ella quiso estafarlo con un hijo que no era suyo. Aquello fue la mayor humillación de su vida y lo demás en comparación se veía pequeño. Sin embargo, sabía que Remy también estaba metido en el medio de todo ese lío, así que fue a almorzar con él para disculparse y agradecerle por su ayuda, además de aclararle que si ya no quería continuar con lo planeado lo entendería perfectamente. —Está bien, Lizzy, no me importan los chismes, y ya me comprometí a ayudarte así que lo haré. —Gracias, Remy. —Sonrió enternecida y agradecida de tener tan buen amigo. Al salir de trabajar en la tarde, vio el auto de Noah estacionado frente al suyo. Él salió de inmediato al verla, y Areliz sintió el pánico recorrerla, pero
—¡No puedes hacer eso, Noah! ¡No te dejaré! —Areliz se levantó bruscamente de la banca, mirando aterrada a su ex esposo. Nicky la escuchó gritar y de inmediato llegó corriendo a abrazarse a su pierna.—¡Mami, mami! ¡¿Qué pacha?! —Nada, mi amor, no pasa nada. —Lo alzó en sus brazos y le dio la espalda a Nick—. Tenemos que irnos ahora. —Bien, veté. —Pudo escuchar el tono socarrón de Noah—. Disfruta tu tiempo con él… quizás sean los últimos días en los que puedan estar juntos… —¡Cierra la boca, Noah! —Volteó a verlo con rabia, sin contener su tono de voz, asustando más a su hijo. —¡¿Mami?! ¡¿Qué pacha?! —Sabes que puedo comprar a quien haga falta, ya sean los mejores abogados del país o a cualquier juez. —Noah sonrió de forma amenazante—. Incluso aunque hagamos la prueba de sangre y se pruebe que no es mío, se puede argumentar que yo lo sentí mío, y por nuestro matrimonio tengo derechos, e igual puedo hacer que te lo quiten, Lizzy. Ella lo miró horrorizada, temblando, c
Areliz no pudo evitar sonreír al ver el rostro boquiabierto y muy sorprendido de Noah, que la miraba sin poder creer que estuviera poniendo tales condiciones tan humillantes. —¿Qué? ¿Creíste que te iba a dejar pasar por encima de mí como si fuera basura? Me amenazaste con mi hijo, si me lo quitas ya no tendré nada que perder, pero si quieres que te ayude en serio… deberá ser bajo mis condiciones. —Hinchó el pecho con orgullo. Noah tensó la mandíbula, acentuando más su rostro fuerte y atractivo, rostro que a muchos podría parecerle intimidante con esa mirada tan profunda y amenazante, pero Areliz no le tenía miedo, estaba decidida a obtener su venganza por todas las humillaciones que la hizo pasar. Finalmente, Noah habló: —Me niego. Areliz fue rápida en fingir poner una cara indiferente y encoger los hombros. —Bien, entonces ni tú obtienes lo que quiero, ni yo, ambos perdemos. —¡No puedes ser tan terca, Areliz! —exclamó frustrado, poniéndose de pie y comenzando a dar v