Areliz no pudo evitar sonreír al ver el rostro boquiabierto y muy sorprendido de Noah, que la miraba sin poder creer que estuviera poniendo tales condiciones tan humillantes. —¿Qué? ¿Creíste que te iba a dejar pasar por encima de mí como si fuera basura? Me amenazaste con mi hijo, si me lo quitas ya no tendré nada que perder, pero si quieres que te ayude en serio… deberá ser bajo mis condiciones. —Hinchó el pecho con orgullo. Noah tensó la mandíbula, acentuando más su rostro fuerte y atractivo, rostro que a muchos podría parecerle intimidante con esa mirada tan profunda y amenazante, pero Areliz no le tenía miedo, estaba decidida a obtener su venganza por todas las humillaciones que la hizo pasar. Finalmente, Noah habló: —Me niego. Areliz fue rápida en fingir poner una cara indiferente y encoger los hombros. —Bien, entonces ni tú obtienes lo que quiero, ni yo, ambos perdemos. —¡No puedes ser tan terca, Areliz! —exclamó frustrado, poniéndose de pie y comenzando a dar v
Pasaron dos días y Noah finalmente le anunció que la conferencia de prensa se haría el viernes, y que delante de todo el país y del publico internacional él iba a arrodillarse delante de ella y pedir perdón. Areliz sonrió complacida, aunque no podía evitar pensar que sería muy molesto volver a ser el centro de los chismes de todo el país, pero era un mal necesario para cobrar su venganza, porque él de todas formas iba a obligarla a tratar a Emma, así que esto era lo mínimo que se merecía. Se dejó caer agotada en su sofá, agradeciendo que Nick estuviera dormido en ese momento, quizás ella debería tomar una siesta antes de hacer la cena, o eso pensó, cuando de repente tocaron a la puerta. Areliz abrió la puerta y frente a ella vio a Nia. Nia, ¡la hermana menor de Noah, su ex cuñada! Ella vestía de forma elegante y a la moda, como siempre, muy a diferencia de Areliz, que estaba vestida con una bata blanca (que no se molestó en quitarse al salir del hospital), el cabello recogid
Para la semana siguiente, Noah presentó a Areliz como nueva doctora a cargo del equipo de doctores que se encargaba del caso de Emma. —Es un placer, Dra. Thatcher. —El hombre que había hablado con Noah por teléfono hace una semana fue el primero en presentarse ante ella, con mala cara—. Puede llamarme Dr. Gael. —Es un placer. —Areliz se dio cuenta de su animosidad, pero ella se mantuvo tan profesional como siempre. —Yo soy el Dr. Rogers. —Un doctor más joven se acercó a estrechar su mano con una sonrisa coqueta. —Rogers, ve a traerme un café —ordenó Noah de pronto, luciendo molesto de la nada. —Eh… Sí, señor. —Aunque confundido, el doctor joven se fue a buscar el café para el hombre que pagaba su salario. —Yo soy la Dra. Hilton, pero puedes llamarme Amber —se presentó la única otra mujer en el equipo. —Y yo el Dr. Mordred —se presentó el último, que tenía una mirada oscura, pero parecía desinteresado de ella, lo cual la hizo pensar que simplemente era una persona antipát
Areliz le dio una merecida bofetada a Andrew, pero él solo se rio como si no fuera nada. —Bien, me merecía eso, lo siento, lo siento. —¡No puedo creer que te atrevieras a hacer algo como eso, Andrew! ¡Me dan ganas de matarte! ¡Sabes que soy muy profesional en mi trabajo! Además, fue de la completa nada, siempre fuiste un coqueto irremediable, pero nunca te vi saltar sobre mujeres sin tener su consentimiento antes. Me decepcionas. —Lo miró realmente molesta, ya que sabía que era un idiota, pero no pensó que era TAN idiota. —Lizzy, cariño, entiendo que te haya tomado por sorpresa, pero no pude resistirme. Eres encantadora y única, y solo quería mostrar mi interés. —Guiñó un ojo.—No me importa cuánto te guste o cómo te sientas, eso no te da derecho a besarme sin mi consentimiento. Es una falta de respeto y una invasión de mi espacio personal. ¡Y peor porque es en mi lugar de trabajo! Antes lo consideraba un amigo molesto, coqueto y pesado, pero después de esto probablemente ni
Al día siguiente, Noah llegó a darle su paga en su disfraz de mayordomo, aunque no venía solo, sino que estaba acompañado por Teo y por su hermana Nia. Nia se estaba riendo abiertamente de Noah, mientras que Teo se mantenía impasible, como siempre, pero Areliz lo conocía lo suficiente para saber que en el fondo estaba ocultando su diversión. Noah parecía increíblemente fastidiado mientras depositaba con brusquedad la charola en su escritorio. —Tu paga en billetes de cien, tal como querías, Dra. Thatcher —dijo con suma sequedad y fastidio mientras quitaba la tapa de la bandeja—. También la malteada. —Gracias, qué amable. —Tomó los billetes y comenzó a guardarlos en su bolso. Como solo era paga semanal, no eran tantos, pero igual era una cantidad considerable, ya que Noah le estaba pagando mucho. —Espero que no creas que tu trabajo es solo sentarte allí y humillarme —masculló Noah con el rostro lleno de odio—. Quiero ver algún progreso en el caso de Emma. —Lo estoy estudiando,
Al día siguiente, Areliz seguía bastante confundida por la falta de datos en el expediente, pero había decidido que preguntaría por ello el lunes, ya que la verdad ya estaba harta de Noah y apenas había pasado la primera semana trabajando para él. Además, ese sábado tenía una cita... aunque la verdad no estaba nada emocionada al respecto. Conoció a Andrew poco después de casarse con Noah, en realidad. Al volverse la prometida de Noah, su estatus social cambió, subió. No es que antes hubiera sido pobre ni nada, vivía con ciertos lujos, pero subió a un nivel totalmente diferente al comprometerse con uno de los hombres más ricos del país, por lo que empezaron a invitarla a distintos clubes exclusivos en la ciudad. Resulta que Noah era fanatico del tenis, y aun embarazada Areliz no vio problema en comenzar a ir a un club de tenis, más que nada porque la estaban invitando a ese exclusivo y súper lujoso club gratis solo porque era la prometida de un hombre tan poderoso como Noah.
Areliz quedó muy enfadada de que Noah se atreviera a interrumpir su cita con Andrew (aunque no es que estuviera tan emocionada de salir con él), pero la verdad que más que molesta estaba muy confundida. ¿No se suponía que él estaba súper enamorado de su adorada Emma? Tanto que estaba dispuesto a dejar su orgullo de lado y humillarse frente a Areliz ¿no era así? Pero entonces… ¿por qué se estaba metiendo en su vida de esa forma? ¿Por qué actuaba como si aun sintiera algo por ella? ¿Simple obsesión? ¿O acaso en serio se creía su dueño? Creía conocer bien a Noah, pero la verdad que esto era terreno nueva, porque ella estaba acostumbrada al Noah coqueto, al Noah orgulloso y al Noah celoso, pero todos esos estaban dentro del Noah que la amaba, y ahora sabía que él solo la odiaba, entonces… ¿por qué a veces le daba la impresión de que todavía sentía muy en el fondo algo de amor por ella? Tal vez ya se estaba volviendo loca… Porque él la odiaba, y ella lo odiaba a él. El domingo An
Areliz sentó a su hijo en el sofá de su escritorio y le pidió jugar con los juguetes que había traído de casa, cosa a la que accedió encantado y se quedó allí tranquilito jugando. Suspiró aliviada y decidió ponerse a trabajar de una vez, aunque su mente seguía distrayéndose con lo que pasó con Noah y su madre hace poco. Siguió trabajando tranquila un tiempo, hasta que su hijo llamó por su atención pidiéndole que jugarán juntos. —Espera un momento, cariño, termino esto y jugamos un rato. —Le sonrió amorosamente. Después de estudiar algunos síntomas de Emma, finalmente dejo su escritorio y se acercó al sofá para jugar con su hijo. Luego de un rato él se sintió soñoliento y ella lo cargo en brazos y lo paseo alrededor de la oficina hasta que por fin se durmió. Lo acomodo en el sofá con una manta y volvió a su escritorio a seguir trabajando, y así estuvo un rato hasta que tocaron a su puerta. Miro preocupada a su hijo, pero él ni se crespo ante el ruido, cosa que la alivi