Capítulo 50
Durante la reunión, Natalia no se despegaba de Alejandro. Los dos bebían como si fuera agua, pasándola en grande.

Al principio, Lina estaba preocupada por Natalia, creyendo que como mujer no aguantaría mucho el alcohol. Pero subestimó a Natalia, quien a pesar de beber tanto, ni siquiera se le puso roja la cara.

Poco a poco, Lina se fue relajando y su mirada terminó en Santiago. Él seguía sentado, como ajeno al ambiente festivo del salón. Aunque presente, parecía no encajar en la alegría. Respondía cortés cuando le hablaban, pero no iniciaba charlas, bebiendo solo y callado. Al ver su silueta, Lina sintió que se veía muy solo.

En eso, una figura seductora apareció junto a él. Una chica de vestido rosa, con las mejillas rojas, se acercó con una copa para brindar. Pero no la sujetó bien y, con un temblor, derramó el vino en la camisa blanca de Santiago.

—¡Ay, perdón, señor Cruz! Le manché la camisa, déjeme limpiarla...—La chica se disculpaba, pero su cara mostraba que fue a propósito. Tom
Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo