Capítulo 12. Pueblo

Desenredé mi cabello ondulado con los dedos, tratando de eliminar los últimos rastros de caos de mi cabeza, mientras me ponía rápidamente un short y la primera blusa blanca con tiras que encontré.

Miré a Sara, quien también se arreglaba con premura, compartiendo mi ansiedad.

—Tengo que irme —le dije a ella—. Debo encontrarme con un imbécil.

Sara asintió con comprensión, aunque pude ver una chispa de diversión en sus ojos.

—Buena suerte —me deseó, con una sonrisa amistosa.

Con la urgencia de no perder más tiempo, caminé rápidamente hacia la biblioteca.

Por supuesto, estaba perdida. Nunca había ido allí, no porque no quisiera, sino porque asumía que al igual que las áreas deportivas, la biblioteca, la sala de estudio, el auditorio y otros servicios estaban restringidos para "personas del común". Sin embargo, después de preguntar a una de las tantas recepcionistas de la universidad, resultó que sí tenía acceso.

Así que aquí estaba, guiándome por los pequeños carteles que indicaban que estaba llegando a mi objetivo. Cada paso resonaba en los pasillos tranquilos, aumentando mi ansiedad. No podía evitar sentirme desorientada, pero necesitaba llegar cuanto antes, este proyecto era muy importante y no pensaba hacerlo sola.

Finalmente, después de varios giros y escaleras, vi la entrada de la biblioteca.

Al llegar frente a ella, lo que vi me dejó sin aliento. Era precioso. Se veían cientos, quizás miles de libros de todos los tamaños y colores, organizados en estanterías que parecían interminables, cubriendo probablemente cualquier tema que existiera y creando un laberinto de conocimiento que invitaba a perderse en sus pasillos.

A lo largo de las paredes, grandes ventanales permitían que la luz de las farolas inundaran el espacio, destacando el polvo que flotaba en el aire y creando un ambiente casi mágico. En el centro, varias mesas de lectura estaban dispuestas en perfecta alineación, cada una equipada con lámparas de lectura de luz suave que añadían un toque de calidez al entorno.

Las escaleras de caracol en las esquinas llevaban a niveles superiores, donde más estanterías aguardaban, probablemente con libros especializados y obras raras. Cada rincón de la biblioteca parecía susurrar historias y conocimientos acumulados a lo largo de los años.

El aroma a papel antiguo y madera barnizada me envolvió, transportándome a otro tiempo. Era un refugio del caos exterior, un santuario para cualquier amante de los libros. Respiré hondo, maravillada por la inmensidad y belleza del lugar, sin embargo, la felicidad se me acabó pronto, porque una figura más alta que yo se posicionó a mi costado.

—¿Qué pasa? ¿En tu pueblo no hay uno de estos? —preguntó Lucas con una sonrisa burlona en los labios.

Claro que no, pensé, pero me contuve de decirlo en voz alta. Mi mente se llenó de recuerdos del pequeño puesto de novelas de un anciano, con sus novelas viejísimas, rotas y con un olor desagradable a humedad y polvo. No había ni la menor comparación con esta maravilla que estaba presenciando. Cada estante, cada libro perfectamente organizado, todo era un sueño para cualquier amante de la lectura. Pero, un segundo... ¿Acaba de mencionar a mi pueblo? ¿Cómo sabía él de mi origen?

—¿Cómo es que sabes de dónde vengo? —le pregunté, tratando de mantener mi voz neutral, aunque la sorpresa y la sospecha se filtraban en mis palabras.

Él arqueó una ceja y se acercó lentamente, con confianza rebosando en cada poro.

—Una chica como tú no encaja exactamente entre la multitud. Tu aura grita 'chica de pueblo perdida en la gran ciudad'. Entonces, ¿qué será, Elena? ¿Vas a preguntarme cómo percibí tus raíces rústicas o nos centraremos en por qué estamos aquí?

Ese cuentico no me lo creía ni por un segundo. No tenía ningún aspecto llamativo que me hiciera distinta al resto y mi acento no era tan marcado como para que todo el mundo se diera cuenta de que no pertenecía aquí. De seguro, con unos cuantos billetes, Lucas había investigado sobre mí. No entendía por qué lo habría hecho; ¿qué tenía de interesante? Malgastó el dinero en cuanto recibió una historia aburrida y sosa sobre mí. No había duda de que era un estúpido. Pero decidí no hacer más cuestionamientos y simplemente seguir con el propósito de nuestra reunión.

—Entonces, ¿comenzamos? ¿O preferirías quedarte ahí parada indefinidamente, contemplando la arquitectura urbana? —Su ​​voz tenía un tono burlón, retándome a morder el anzuelo.

Ignorándolo, empujé la puerta de vidrio, recibiendo de inmediato la frescura ocasionada por el aire acondicionado del lugar.

Había pocas personas y solo se escuchaba el suave murmullo de las voces y el sonido de las páginas de los libros siendo leídas. La biblioteca era un remanso de tranquilidad, con su ambiente sereno y acogedor, en contraste con el bullicio del exterior.

Decidimos sentarnos en una mesa redonda, uno frente al otro y escuché como Lucas hizo crujir suevamente su chaqueta de cuero negra al dejarla sobre el respaldo de la silla, revelando debajo de ella una camiseta gris que permitía exhibir sus musculosos brazos. El tipo hacía ejercicio, bastante, yo como evaluadora de cuerpos fitness le daría un diez de diez y era muy lamentable que alguien con su personalidad hubiera sido bendecido con ese estado físico, añadiendo que solo le estaba dando un vistazo a una parte del cuerpo, quién sabe qué habrá en el resto.

Mis ojos se detuvieron en sus tatuajes, observando cómo los detalles y trazos se entrelazaban sobre su piel. Uno parecía un intrincado diseño geométrico en el antebrazo derecho, con líneas precisas que formaban patrones que se extendían hacia su muñeca. En el bíceps izquierdo, un tatuaje más grande representaba un paisaje montañoso, con árboles y nubes que se difuminaban delicadamente en su piel. Cada tatuaje contaba su propia historia silenciosa, añadiendo un aire de misterio y profundidad a su apariencia física.

—¿Te gusta lo que ves? —Dijo Lucas, con una sonrisa pícara.

Marya J

¡Hola! muchas gracias a todos por estarme apoyando con la novela, espero siga siendo de su agrado en los próximos capítulos^^

| 10
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo