¿Te ha sucedido alguna vez sientes perteneces a otro lugar? tuviste un lazo sentimental con una persona no logras recordar. ¿Te has preguntado si tus s son tu realidad y el despertar tu fantasía o tu mentira? Lo más extraño... ¿Qué sucedería si ves en persona el rostro de una pintura surgió de tu imaginación? ¿Casualidad, Déjá vu? ¿O recuerdos vagos del subconsciente? Aunque creo que no existes... Él: Yo te dibujo... Ella: Yo te ... Descripción Mundo Paralelo 1: Destello y la tierra es el primer libro de la saga Mundos. Es una historia de romance, acción y ciencia ficción, donde se desarrollan dos tramas se conectan entre sí. Una mujer atrapada en dos vidas y mundos diferentes, donde no se sabe cuál es la real y tendrá ir atando cabos para encontrar su verdadera identidad. Entre enemigos desconocidos, la atracción por su nuevo jefe, con quien soñaba antes de conocerlo; la perdida de sus recuerdos y los eventos extraños en los se verá envuelta, ella deberá descubrir la verdad oculta, en un escenario donde nada es lo parece.
Leer más—¿Me esperarás? —preguntó ansioso.—Sí —dijo con alegría. Ulises quitó una de sus pulseras y la puso en la muñeca de ella. La pulsera era dorada y fina, con algunas piedrecitas rojas. Eli miró la joya con una sonrisa de felicidad y tomó un anillo que su padre le había regalado y que era muy especial para ella—. Que tanto la pulsera, como este anillo sean un símbolo de nuestra promesa. —Ella dijo con una sonrisa y Ulises colocó el anillo en una cadena que tenía en el cuello, pues no le servía. Él besó sus labios con ternura y los guardias tocaron la puerta avisando que debían irse. Se besaron con más intensidad y se aferraron en un fuerte abrazo donde ambos se mojaron con sus lágrimas.—Espérame, Eli. —Secó su rostro con ternura&mdas
—¿Dónde estabas? —Dimitri la estaba esperando frente a la puerta. Era de madrugada y la oscuridad inundaba el lugar.—No es tu asunto. —Leela contestó de mal gusto y se dirigió a la puerta. Él se puso delante de ésta, obstaculizando el paso—. ¡Muévete! —Leela le reclamó frunciendo el cejo.—Hueles a él. —Dimitri la miró con reclamo—. ¿Cómo te atreviste?—Dimitri, deja de meterte en mi vida. —Lo confrontó con la mirada. Él puso una mano sobre su cintura y con la otra peinó su cabello de la rabia.—Somos un equipo, lo que hagas nos afecta a todos.—No te preocupes, fui cuidadosa y nadie me siguió. —Trató de entrar, pero él se lo impidió.—Te acostaste con él, ¿cie
Leela recibió una carta de Odiel."Hablé con el maestro Chan. Dimitri nos está ayudando, así que trabaja junto a él para conseguir el diamante. El maestro y yo estaremos trabajando en otra misión".—¿Estás seguro de que el mismo Odiel te la dio? —Leela cuestionó a Jeff.—Si por Odiel te refieres a Marcos, sí, él mismo me la dio. —Entornó los ojos.Leela respiró profundo, pues sería difícil trabajar junto al causante de todos sus males.—Nos mudaremos fuera de la ciudad todos juntos. —Jeff advirtió—. Tenemos que mantenernos oculto; bueno, sé que hemos estado ocultos, pero, ya no es seguro estar de hotel en hotel.—Bien, como digas. —Leela sintió náuseas al saber que viviría bajó el mismo techo que Dimitri.<
Leela estaba suspendida en el aire, sufrimiento y goce se mezclaban en su ser. Diferentes sensaciones, emociones y sentimientos. Hasta que todos sus recuerdos se completaron, incluyendo los cinco meses que vivió como Nora.—¿Qué haces, Dimitri? —La voz de Ileana se escuchó con reclamo.—Me abro paso —respondió decidido—. Ayudaré a Leela en el otro mundo y me daré el placer de matar a Deon con mis propias manos.—Es arriesgado ahora —Eli refutó—. Iremos todos juntos cuando el maestro Chan logre abrir la brecha.—No, querida Eli. Yo no esperaré algo incierto. Si me uní a ustedes fue para completar mi venganza. Ya los he ayudado demasiado, es hora de ir por ese maldito y ayudar a Leela.—¡Dimitri, no! —Leela escuchó como las dos chicas gritaron al unísono y luego
Eli cabalgaba a toda prisa. Por lo menos ellos estaban más cerca de Jeng y el príncipe conocía un atajo que les acortó el camino.Temía lo peor. Llegaron al escalofriante lugar y Eli vio al príncipe saltar por encima de una gran roca. Se tiró del caballo y Bruno la siguió. Entonces desde arriba pudo apreciar como Ulises caía hacia el vacío. Su pecho estaba lleno de sangre, su piel pálida y su mano aferrada a la cadena que llevaba puesta. Iba a saltar cuando fue atrapada por Bruno. Su amigo la aferró a su cuerpo, abrazándola con fuerza desde atrás. Un alarido de dolor estremeció el lugar.—¡¡Ulises!! —Las lágrimas caían como torrentes y su cuerpo perdió fuerza, así que no pudo luchar contra los brazos que la sostenían—. Ulises, ¿por qué? —Sus llantos y sollozos conmovían
El lugar era oscuro y tenebroso. El cielo se alumbró con una pequeña luz y pudo descubrir que había un río. Se acercó lentamente y con gran curiosidad. El brillo de la pequeña luz se reflejaba en el agua y ella se puso de rodillas y miró a través de las cristalinas corrientes.Un rostro conocido se reflejaba bajo el agua.—¿Ulises? —Ella preguntó asombrada y él la encaró sonriente.—Adiós, Leela. —Le pareció escuchar desde la profundidad. Su voz era dulce y tranquila. El cuerpo de Ulises empezó a sumergirse en el agua, hasta que él desapareció de su vista.—¡Ulises! —Leela despertó con un grito de desesperación. Sudores fríos recorrían su cuerpo y sus manos temblaban sin control.—¿Estás bien? —Jing pr
Allí estaba el rizado, sentado frente a la entrada de su casa disfrutando de la fresca e intensa noche que se mostraba más oscura de lo regular. Bueno, tal vez no disfrutaba, simplemente estaba allí, sin siquiera notarla. Sin percatarse del intenso brillo de la luna y del mar de estrellas que adornaban el cielo. Sentado en una mecedora, ido en sus pensamientos, sus ojos verdes emanaban tristeza y frustración.—¿Todo bien? —Mary se acercó a él, hablando casi a su oído. Ella tomó una silla y se sentó a su lado.—No lo sé —dijo de forma sincera, pues no sabía si todo estaba bien o si estaba cometiendo un error.—¿Sabes qué pienso? —Ella lo miró con pesar—. Creo que te estás autocastigando. No sé qué sucedió en tu vida antes de llegar a este lugar, pero debes dejarlo ir. Te es
El camino era estrecho y la oscuridad dificultaba el viaje. Sudores fríos recorrían su frente ante la ansiedad y la prisa, puesto que la información que llevaba era demasiado importante. Había llovido en esos días y el suelo estaba lleno de lodo. Aquel mensajero cabalgaba por las orillas de un acantilado, siendo esta la única vía para llegar a su destino. Un sonido sutil lo puso alerta, entonces, entendió que estaba a punto de ser atacado.***—Estos son los manuscritos que te mencioné. Los vi en el escritorio de mi maestro. —Un hombre de unos treinta años, ancho, pero no gordo; con cabello negro y lacio, rostro fino y elegante y unos ojos grises que le regalaban una mirada tenebrosa, dijo con una sonrisa de satisfacción y logro—. Al parecer, él fue sucedido como guardián de la fuente.—¿Él
—Entonces... —Leela lo miraba cruzada de brazos, moviendo un dedo sobre uno de estos al compás de su pie derecho, esperando una explicación.—Bien... —El chico respiró resignado—. Quédate conmigo un tiempo. Nos ayudaremos mutuamente —sonrió malicioso.—Me lo imaginé. Me estás usando como guardaespaldas —Leela lo miró molesta—. ¿Por qué te persiguen?—Quieren esto —dijo enseñándole una memoria USB.—¿Qué es eso?—Es un dispositivo donde almacenas información.—Oh... —Leela miró la memoria con curiosidad—. Se ve anticuada. En Zafiro usamos otro tipo de almacenamiento más avanzado.—Entonces, tienen tecnología de dónde vienes —dijo c