Samuel un apuesto profesor universitario, después de una lucha constante de doce años con su pareja, decide separarse, una mañana toma su maleta y sale de su casa huyendo de las innumerables confrontaciones con su ex mujer. Después de seis meses de separación, viviendo en una habitación de un hotel, recibe la invitación de un amigo para encontrarse en un bar. Allí conoce a Solange, joven impetuosa, divertida, de una belleza impresionante, ese encuentro resultó ser el inicio de una relación que cada día los va envolviendo en un huracán pasional. La vida les tenía una jugada que no se lo esperaban, Solange resultó ser su alumna, esto sumado a la diferencia de edad que existía entre los dos, los enredó en una maraña de odios, de peleas, de luchas; para defender su amor miraron de frente a la muerte, a las injusticias, a los peores comentarios de los que consideraban sus amigos. Samuel a sabiendas de todo lo que podía perder, decidió jugársela toda por su felicidad, una felicidad que nunca tuvo en los doce años que compartió con su antigua pareja, pareja que después no resultó ser tan transparente como todos lo creían. Ahora que la vida le estaba dando la oportunidad de renacer de nuevo, estaba dispuesto a luchar por todo aquello que consideraba un amor limpio, un amor que jamás pensó que podía llegar a su vida, una vida llena de sinsabores, de peleas inexplicables que aguantó por mucho tiempo, quizás por comodidad, por costumbre y sobre todo para no alejarse de su hija. Pero en el momento más inesperado, llegó Solange, su amor fue razón suficiente para entender que la felicidad llega, después de muchos años de vivir en la tormenta..
Leer másEl papá de Solange a pesar de todo lo que hicieron para arruinarlo no quiso que su hijo fuera a la cárcel, no pagó condena, pero de su dinero no recibió nada. A la esposa, por respeto a su matrimonio le dejó un pequeño apartamento que tenía en las afueras de la ciudad, él había puesto todo sus bienes a nombre de Solange, previniendo que su mujer la dejara sin nada, si él llegaba a morir antes que su esposa. El contador si tuvo que pagar condena por ladrón. Ya estamos abrazados en la cama dispuestos a dormir. —Solange quiero que me acompañes a la ciudad donde nací, necesito resolver unos problemas en la empresa. —Claro amor, yo sé que por estar pendiente de la empresa de mi papá, te olvidaste de tus negocios, antes no te importaban, pero ahora sé que quieres encargarte de ellos. —Me voy a encargar de los negocios de mi padre, no por el dinero, porque eso nunca me importó, sino porque se los debo a ellos, yo soy hijo único y tengo que velar por lo que
Joseph me estaba esperando en la cafetería como habíamos acordado, al llegar lo vimos sentado en una mesa tomándose una taza de café. —Buenos días Joseph. —Buenos días Samuel, buenos días señorita Solange. —Deja tomarme un café, antes que me des las buenas noticias, amor, ¿quieres tomarte un café? —Sí amor. —Ahora si Joseph, puedes comenzar a hablar. —La buena noticia es que el dinero no ha salido del país. Y la otra es que el contador tuvo dos cómplices el señor que aparece en la foto es uno, Samuel la foto que tú tomaste. —¿Y el otro? —Es su hermano, lo siento mucho señorita Solange. —¿Mi hermano? —Sí aquí tengo las pruebas, ya se las voy a entregar. Abre su maletín y de allí saca fotos, facturas, recibos, videos, conversaciones sostenidas con el contador. —Quiere decir que el contador, aún se mantiene aquí. —Así es, ayer nada más se reunió con su hermano. —Lo que no entiendo es porque lo hizo, si la empres
Samuel ya tú no eres un adolescente, eres un hombre maduro, eso sí muy enamorado, así que tengo que comportarme como tal, dentro de unos pocos minutos vas a conocer a tu futuro suegro. Ya estoy aquí frente a la residencia, la casa es bellísima, tiene un hermoso jardín, bueno Samuel es hora que te bajes del auto y entres a la casa. Toco el timbre de la puerta y me salió una joven muy simpática. —Buenas noches. —Buenas noches, ¿usted es el prometido de la señorita Solange? —Sí, ella me pidió que le informara que muy pronto baja, pero el señor Robert lo espera en su oficina, sígame yo lo conduzco hasta allá. Para llegar a la oficina tengo que pasar por un pasillo, este tiene varios cuadros familiares, dentro de ellos pude distinguir a Solange, allí tendría como unos quince años, hermosa, de joven fue muy bella y ahora lo es más. —La joven va a mi lado. —Señor Alcázar mi nombre es Mildred, la señorita Solange me habló de usted. —Mucho gust
Estoy con Solange en el aeropuerto esperando a Joseph el detective que contraté para que averigüe el robo de la empresa. Allí viene, la verdad es que aún se mantiene joven, hace veinte años que no lo veía. —Señor Alcázar, que gusto verlo después de tantos años. —Hola Joseph, qué alegría verte, ven dame un abrazo. Lo abracé con mucho cariño, era la primera persona que veía de mi mundo anterior, veinte años sin tener contacto con ninguno de ellos. —Joseph, ella es Solange, mi novia. —Mucho gusto señorita Solange, es un placer conocerla. —Bienvenido señor Joseph. —Joseph ya te reservé una habitación, vamos para llevarte y allí cenamos, puedes alquilar un auto, no te preocupes por los gastos, todo corre por mi cuenta. En el restaurante del hotel mientras cenamos lo pusimos al día de todo lo que sabíamos con respecto a la empresa. —Amor perdona, no te había hablado de esto, pero hoy me estaba tomando un café en el centro de la ciudad
Me despido de mi Solange con un gran beso, ya ella tiene su auto, así que no depende de mí para que la lleve. Ella se va para la casa de sus padres y yo me quedo en la habitación, esperando la llamada del licenciado Jones. —Hola mi viejo, ¿qué pasó con lo que te pedí? —Samuelito ya eso está listo, sólo faltan unos detalles. —Okey entonces espero. —No tuve que esperar mucho, en menos de una hora ya me había enviado el correo con todo lo que pedí. —Ya me llegó el correo, gracias por la diligencia, ahora necesito otro favor. —A su orden, Samuelito dime todo lo que necesites. —Te acuerdas de Joseph, el mejor detective que tenía la empresa, bueno digo tenía porque no sé si aún permanece allí, él era un águila para resolver los problemas, para ese entonces era un poquito mayor que yo, osea que ahorita debe ser contemporáneo conmigo. —Sí, por supuesto que me acuerdo de él, es más aún trabaja con nosotros y mantiene su récord, es muy bueno.
Se abre la puerta de la habitación y entra Solange, su aspecto es el de un soldado cuando ha perdido la batalla. No me dijo nada sólo llega hasta mí y me abraza, así se queda por un buen rato, yo no pregunto nada, espero que ella se tranquilice, luego me toma de la mano y me lleva hasta la cama, allí me abraza y luego comienza a hablar. —Mi papá aunque no lo da a demostrar está destrozado, no es como dice mi hermano, no me culpa, se culpa él, siente que me falló. —¿Cómo te recibió? —Te voy a contar todo. Cuando llegué a la puerta de la residencia mi cuerpo me temblaba, te juro que por un momento me dieron ganas de regresarme, pero con mis piernas aún temblando continúe, al llegar me recibió Mildred: —Buenos días Mildred. —Buenos días señorita Solange que gusto verla de nuevo. —¿Mi papá está en la casa? —Sí, está en su oficina. —¿Y mi mamá? —Llegó hace poco, andaba de compras. —Caramba, mi mamá nunca deja de salir a compr
Esa semana culminó sin problemas, el viernes cuando regreso de la universidad me encuentro a Solange preparando una maleta. —Hola amor. —Hola bebé, mi amor te estaba esperando para decirte que tengo que viajar. —¿Para dónde? ¿Y por qué no me habías dicho antes? —Lo pensé en la mañana, no quise decirte lo del viaje por mensaje, preferí que llegaras a casa, voy a buscar mi auto y de paso voy hablar con mi papá. —Voy contigo. —No, prefiero ir sola. —Dije, que voy contigo, eso no tiene discusión, prepárame una maleta. —Sé que no le gustó mucho la idea, pero me prepara la maleta, mientras yo me doy una ducha. —¿Preparo almuerzo antes de irnos? —No, almorzamos en el camino, nos vamos en mi auto. ¿Ya estás lista? —Sí. —Okey, me visto y nos vamos. Tomo las maletas y salimos. Esto me agarró de imprevisto, no estoy preparado para enfrentar al papá de Solange, pero esto no tiene marcha atrás, llegó la hora, así que Samue
Solange no me quita la mirada, yo me siento perdido, la licenciada se nota que tiene rato tomando. —Señor Alcázar, me gustaría que me acompañe a la mesa, estoy con unos colegas y precisamente estoy hablando de su caso, por favor quisiera que lo conocieran. Yo sé que eso es una excusa para que yo me levante de la mesa y así ella pueda hablar conmigo, pero qué hago, tampoco puedo decirle que no, eso sería muy descortés de mi parte. —¿Me acompaña profesor? —Sí, por supuesto, ya vengo mi amor. Solange me quiere matar, bueno está noche soy hombre muerto. Cuando llegamos a la mesa, la licenciada me toma del brazo y luego hizo las presentaciones, después me pide que me siente con ellos. —Samuel, por favor siéntate un momento conmigo. Me siento e inmediatamente me toma la mano, yo miro hacia la mesa donde está Solange para ver si me está viendo. —No te preocupes, tu novia no te está viendo, al parecer se molestó cuando me vio, ¿por qué no me d
Después de pasar toda la tarde con Mía la llevo a su casa. —Hija, cuando necesites algo, no dudes en llamarme, pero eso sí no quiero intermediarios, lo haces tú directamente, otra cosa me has demostrado ser muy inteligente así que no quiero más manipulaciones por parte de tu mamá, no más chantaje, okey, no quiero que tú mamá te tome de excusa para hablar conmigo. —Está bien papi. —Eso sí por encima de todo lo que haya pasado ella es su mamá, le debes respeto por eso, tienes que respetarla, cuando estés en condiciones de asimilarlo, pídele que te confiese quién es tu papá, tú tienes derecho a saberlo y él quien quiera que sea tiene derecho a saber que tiene una hija. —Sí papá, yo se lo voy a preguntar aunque yo dudo que me lo diga. —Pregúntaselo algún día te lo tiene que decir. —Papi acuérdate que no conozco a Solange, ¿cuándo nos vamos a conocer? —Ella está viviendo conmigo en el apartamento, un día de estos te llevo para que se conozcan. —