El papá de Solange a pesar de todo lo que hicieron para arruinarlo no quiso que su hijo fuera a la cárcel, no pagó condena, pero de su dinero no recibió nada. A la esposa, por respeto a su matrimonio le dejó un pequeño apartamento que tenía en las afueras de la ciudad, él había puesto todo sus bienes a nombre de Solange, previniendo que su mujer la dejara sin nada, si él llegaba a morir antes que su esposa. El contador si tuvo que pagar condena por ladrón. Ya estamos abrazados en la cama dispuestos a dormir. —Solange quiero que me acompañes a la ciudad donde nací, necesito resolver unos problemas en la empresa. —Claro amor, yo sé que por estar pendiente de la empresa de mi papá, te olvidaste de tus negocios, antes no te importaban, pero ahora sé que quieres encargarte de ellos. —Me voy a encargar de los negocios de mi padre, no por el dinero, porque eso nunca me importó, sino porque se los debo a ellos, yo soy hijo único y tengo que velar por lo que
Acá estoy en esta habitación de hotel, ya tengo seis meses que me fui de casa, por supuesto no gozo de las comodidades que tenía en la que un día creí que podía ser mi hogar, pero me siento tranquilo, en paz, ya no me despierto escuchando los gritos de la que un día fue mi mujer, ya no me tomo un café de manera tan apresurada, para no escuchar las quejas de Ivanna. Lo único que lamento es haber dejado a mi hija con su madre, yo creo que ella no está psicológicamente preparada para cuidarla, pero es su madre, por ahora no puedo hacer nada. Viví un completo infierno en esa casa, gracias a Dios que no me casé con Ivanna, fueron doce años soportando, tratando de remendar errores, por supuesto no puedo decir que toda la culpa de esta ruptura es de Ivanna, yo asumo mi cuota de responsabilidad por no haber tomado las medidas necesarias a tiempo. Mi error fue acostumbrarme a la comodidad de vivir en una buena casa, casa que compré con mis ahorros, esa comodidad me llevó
Por unos segundos los dos nos quedamos paralizados, ella con sus hermosos ojos grises me mira sin saber que hacer, ni que decir, se supone que por mi edad yo soy el más maduro, pero no es así, ella es la que toma el control de la situación. —Buenos días profesor disculpe mi retraso. —Buenos días señorita. —Solange, me llamo Solange. Aprovecho esos segundos para reaccionar y tomar el control de la clase, me dirijo a todos los alumnos, en primer lugar me presento como su profesor de Literatura, les señaló las normas que deben seguir en el salón, e inicio mis labores del día. Durante todo el curso de la clase Solange no deja de mirarme, por supuesto en otro momento lo hubiese tomado como normal, es lógico que el alumno mire a su profesor, pero como hombre sé que esa mirada no es de alumno a profesor y eso es muy inquietante, como nunca miraba mi reloj de muñeca, esperando con ansiedad que termine la clase. Quiero salir corriendo del salón, esa mirada me
No me importa si los demás se dan cuenta o no, sólo sé que le estoy sujetando la mano a Solange mientras la miró con cara de súplica. —Por favor, no te vayas, quédate conmigo. Ella me mira con esos ojos que me apasionan, que no los puedo borrar de mis pensamientos desde el primer día que los vi. Con su mano libre me toca el rostro y me dice: —¿Quieres bailar conmigo? ¡Bailar! Hace mucho tiempo que no lo hago, en mis tiempos de juventud, era un gran bailarín, las muchachas todas querían bailar conmigo, pero luego cuando decido comprometerme con Ivanna todo eso quedó atrás, mi vida se enfocó en trabajar, llevar el sustento para mi familia, comprar una casa, tratar de vivir holgadamente sin problemas financieros, mis gustos por el baile, por divertirme quedaron atrás. Ahora estoy delante de esta jovencita, que me sonríe de manera angelical, pero que también me seduce con la sonrisa. Le tomó la mano y la conduzco hasta la pista de baile, All
No sé qué me pasa en lugar de acercarme a Solange, la estoy alejando, sé que soy su profesor y dentro de la institución eso debemos respetarlo, pero no es la forma. Me estoy pasando, los celos me están haciendo que yo reaccione muy diferente a como estoy acostumbrado, ante todo soy un caballero y debo actuar como tal, tengo que reconocer que delante de Solange me comporto como un adolescente, ella hace que yo me olvide de las etiquetas que hasta ahora me he y me han colocado. Tengo que tratar de definir mi situación, me estoy creando una mala imagen frente a ella, cuando estoy a solas con ella me comporto como un hombre enamorado y cuando la veo en la universidad soy frío, distante, eso no está bien, sé que en la universidad debemos mantener la distancia, pero no de la manera como lo estoy haciendo. Lo peor es que cuando no la veo siento que me falta el aire, siento que cuando ella no está los colores desaparecen, todo se vuelve gris, opaco, es como si mi vida no t
Sigo dando vueltas y vueltas por la habitación, sin saber que hacer, mi mente está full pensamientos, pero todos giran alrededor de Solange. Ya entrada la media noche decido irme a dormir, Me voy a la cama, pero no logro conciliar el sueño, no sé a qué hora fue que el sueño me venció. Suena la alarma, abro mis ojos y me levanto apresuradamente, hoy es lunes tengo que ir a la universidad, obligatoriamente hoy veo a Solange, me toca darle clase a esa sección. Me voy a la universidad, todos los alumnos fueron llegando menos Solange, su asiento donde siempre acostumbra a sentarse está vacío, me tardo un poco en cerrar la puerta por si viene retrasada, pero no llegó. En toda la semana no la vi, o se estaba escondiendo de mí o por alguna razón no asistió a la universidad. Llega el día viernes, estoy saliendo de cumplir con mis actividades, me dirijo a mi auto cuando recibo una llamada, saco el teléfono de mi bolsillo con la esperanza que fuera Solange qu
Entramos al bar, ya todos están un poco pasados de copas, menos Solange había tomado poco, por supuesto yo también estaba sobrio. Ella se sienta al lado del enamorado, pidieron comida, todos estaban riéndose a carcajadas por los chistes de Antony, él siempre fue muy chistoso, me doy cuenta que el hermano de Margorie le da de beber de su vaso a Solange y ella acepta, sonriéndole siempre, esto es mucho para mí, tomo mi chaqueta y me retiro, igual como están todos tomados nadie va a notar mi ausencia, pero sí, alguien lo nota, Antony y Solange, los dos me vieron cuando me retiro de la mesa. Cuando salgo fuera de la cabaña escucho que Antony me llama. —Sanuel, ¿ya te vas? —Sí, voy a dormir, ya tomé lo suficiente. —Sé porque te retiras, la verdad lo siento mucho, me hubiese gustado que tú y Solange estuviesen disfrutando este fin de semana juntos, pero bueno no es así, si mañana te quieres ir, lo puedes hacer, no te preocupes por Margorie ya veo lo que digo pa
Amaneció, es un nuevo día lleno de esperanzas, pero a la vez tengo cierto temor por lo que viene, nos espera un mundo incierto, la sociedad que nos rodea sé que no va a aceptar nuestra relación, nos toca forrarnos de una armadura muy fuerte para soportar lo que venga, por mí no tengo miedo, lo tengo por ella, no quiero que la lastimen, bajo su apariencia de mujer de mundo se esconde una mujer muy frágil, muy sensible. Miro al lado de mi cama y veo que está vacío, me levanto con rapidez y voy hacia la cocina de la cabaña y allí está, haciendo café, la sujeto por detrás, dejo que mis brazos la envuelvan toda. —Buenos días mi amor, me asustaste cuando no te vi a mi lado, pensé que todo había sido un sueño. —No mi amor, no es un sueño, estoy aquí y no pienso irme, te vi tan hermoso durmiendo que no quise despertarte, me levanté para hacer café, ven que te sirvo. —Ya va, primero dame un beso. Allí frente al ventanal de la cocina, nos dimos nuestro primer beso