Sigo dando vueltas y vueltas por la habitación, sin saber que hacer, mi mente está full pensamientos, pero todos giran alrededor de Solange. Ya entrada la media noche decido irme a dormir, Me voy a la cama, pero no logro conciliar el sueño, no sé a qué hora fue que el sueño me venció. Suena la alarma, abro mis ojos y me levanto apresuradamente, hoy es lunes tengo que ir a la universidad, obligatoriamente hoy veo a Solange, me toca darle clase a esa sección. Me voy a la universidad, todos los alumnos fueron llegando menos Solange, su asiento donde siempre acostumbra a sentarse está vacío, me tardo un poco en cerrar la puerta por si viene retrasada, pero no llegó. En toda la semana no la vi, o se estaba escondiendo de mí o por alguna razón no asistió a la universidad. Llega el día viernes, estoy saliendo de cumplir con mis actividades, me dirijo a mi auto cuando recibo una llamada, saco el teléfono de mi bolsillo con la esperanza que fuera Solange qu
Entramos al bar, ya todos están un poco pasados de copas, menos Solange había tomado poco, por supuesto yo también estaba sobrio. Ella se sienta al lado del enamorado, pidieron comida, todos estaban riéndose a carcajadas por los chistes de Antony, él siempre fue muy chistoso, me doy cuenta que el hermano de Margorie le da de beber de su vaso a Solange y ella acepta, sonriéndole siempre, esto es mucho para mí, tomo mi chaqueta y me retiro, igual como están todos tomados nadie va a notar mi ausencia, pero sí, alguien lo nota, Antony y Solange, los dos me vieron cuando me retiro de la mesa. Cuando salgo fuera de la cabaña escucho que Antony me llama. —Sanuel, ¿ya te vas? —Sí, voy a dormir, ya tomé lo suficiente. —Sé porque te retiras, la verdad lo siento mucho, me hubiese gustado que tú y Solange estuviesen disfrutando este fin de semana juntos, pero bueno no es así, si mañana te quieres ir, lo puedes hacer, no te preocupes por Margorie ya veo lo que digo pa
Amaneció, es un nuevo día lleno de esperanzas, pero a la vez tengo cierto temor por lo que viene, nos espera un mundo incierto, la sociedad que nos rodea sé que no va a aceptar nuestra relación, nos toca forrarnos de una armadura muy fuerte para soportar lo que venga, por mí no tengo miedo, lo tengo por ella, no quiero que la lastimen, bajo su apariencia de mujer de mundo se esconde una mujer muy frágil, muy sensible. Miro al lado de mi cama y veo que está vacío, me levanto con rapidez y voy hacia la cocina de la cabaña y allí está, haciendo café, la sujeto por detrás, dejo que mis brazos la envuelvan toda. —Buenos días mi amor, me asustaste cuando no te vi a mi lado, pensé que todo había sido un sueño. —No mi amor, no es un sueño, estoy aquí y no pienso irme, te vi tan hermoso durmiendo que no quise despertarte, me levanté para hacer café, ven que te sirvo. —Ya va, primero dame un beso. Allí frente al ventanal de la cocina, nos dimos nuestro primer beso
Desde que conocí a Solange, actúo como un inmaduro, eso de pegar gritos en una plaza quizás lo hubiese hecho siendo un adolescente, pero estoy aquí después de cuatro décadas viviendo la vida que no viví hace más de veinte años, pero no me avergüenzo, como dice mi amigo Antony " el amor no tiene edad" mientras tenga vida voy aprovechar esta nueva oportunidad que se me está brindando. En el pueblo, preguntando por un restaurante nos condujeron a uno que está en el centro, dónde están todos los comercios, el restaurante es muy pintoresco, sencillo, pero con calidez de hogar, su plato especial son las carnes y las verduras. Después de almorzar nos regresamos a las cabañas, todos estaban en el bar, cuando entramos todos nos quedaron viendo, Solange me toma la mano y así de manos agarradas llegamos hasta donde están todos nuestros amigos. Antony, inmediatamente se acerca a nosotros, me da una palmada en el hombro y nos ofrece unos asientos alrededor de la mesa, Margorie
Fue una noche inolvidable, dónde el amor invadió el espacio de toda la cabaña.Los rayos del sol se colaron por la ventana para iluminar el rostro de mi amada, es hermoso despertar y verla allí a mi lado, con sus ojos cerrados y esa sonrisa dibujada en sus labios, labios que invitan a besarlos. —Buenos días mi amor. —Buenos días mi rey, ¿tienes rato despierto? —No, sólo unos minutos, pero no quería despertarte, te ves tan hermosa dormida. —¿Qué hora es? —Son las ocho. —Amor, a las nueve tenemos que estar en el muelle para irnos para la isla. —No te apures, tenemos una hora. —Tengo que arreglarme, buscar mi traje de baño, está en la otra cabaña. —Te dije que trajeras todas tus cosas para acá, pero eres terca. —Anda acostumbrándote, porque si lo soy. —Pero espera, todavía no te levantes, tenemos que cumplir con la promesa, o no te acuerdas lo que prometimos. —Claro que sí me acuerdo, para eso siempre tendremos tiempo.
Ya estoy en el hotel, apenas he puesto mis maletas en la cama cuando suena mi teléfono. —Dime Ivanna ¿le pasa algo a la niña? —No Samuel, lo que pasa es que hoy te llamé varias veces y no me respondiste. —Estaba ocupado, mi teléfono no tenía carga. —¿Mañana puedes pasar por aquí? —Mañana tengo trabajo. —Lo sé, me refiero después del trabajo, puede ser en la noche. —No creo tengo cosas que hacer, ¿para qué quieres hablar conmigo? —Acuérdate que tenemos una hija, hay cosas que tenemos que solucionar entre los dos. —Pero dime por teléfono, lo que tengas que decirme de la niña. —No, tiene que ser en persona. —Está bien, yo te llamo a la hora que pueda, buenas noches. —Buenas noches Samuel. Qué será lo que tiene que decirme Ivanna, espero que no quiera impedirme que yo vea a Mía, por eso tengo que ser muy cuidadoso, si se entera de mi relación con Solange, por rabia, es capaz de impedirme que vea a mi hija y eso no lo vo
Acelero mi auto, sin importarme las consecuencias, me robo las luces de los semáforos, estoy desesperado necesito llegar a la casa de Solange, antes de llegar la vuelvo a llamar, nada sólo me responde la bendita computadora. Llamo y llamo una y otra vez. —Responde mi amor, responde, necesito hablar contigo. Pero nada, silencio total, está clarísimo que Solange no quiere hablar conmigo. Está relampagueando, quiere llover, ya empezaron a caer las primeras gotas, limpio el vidrio de mi auto y sigo mi carrera. Cuando llego al conjunto residencial, no tengo problemas para entrar, ya el vigilante me ha visto en varias ocasiones, abre el portón y entro. Llego al frente de su casa, allí está su auto eso significa que ella está allí, voy y toco la puerta, pero nada no me abren, decido llamarla, pero tampoco me contesta. Como último recurso le envío un mensaje. " Amor estoy frente a tu casa, por favor abreme" Allí espero y nada, al rato me envía
El sonido de la alarma me despertó, lo puse antes de la hora programada para que me diera tiempo de ir al hotel a cambiarme de ropa. Me muevo lentamente en la cama para no despertar a Solange, pero ella me siente y abre sus ojos. —Buenos días mi amor. —Buenos días mi rey. —¿Cómo amaneciste, te sientes bien? —Perfectamente, cuando duermo contigo, amanezco muy bien, ¿ya te vas? —Sí amor, tengo el tiempo justo para ir al hotel a cambiarme y luego irme a la universidad, ¿y tú no vas para la clase? —No, me voy a quedar aquí, necesito hacer unas cosas, ¿te llamo más tarde? —Por supuesto, te tengo una sorpresa, además necesitamos hablar, no creas que soy ciego, tienes que explicarme todo esto. Lo digo señalando toda la habitación, en sí toda la casa. —Yo confío en ti y sé que hay una explicación, por eso estoy tranquilo, pero hoy me cuentas todo. —Está bien, hoy hablamos. —Ahora me tengo que ir. —Te acompaño a la puerta.