Patrick Connelly es el actor más famoso del mundo. El mejor pagado, el más admirado. Es el hombre del momento. Y está a punto de perderlo todo. Gracias a un polémico divorcio, varios escándalos, fiestas y exceso, su imagen se ha visto manchada. Lo único que podría salvarlo de una inminente caída es demostrar que ha cambiado, que sigue siendo un hombre correcto capaz de formar un nuevo hogar. Solo necesita a una aliada para sonreír frente a las cámaras mientras pretenden ser la familia perfecta. Y nadie mejor que Camila, con quien comparte un tórrido pasado. Mientras él necesita una esposa falsa, ella necesita los millones que él le puede pagar para brindarle a su hija el futuro que siempre ha querido para ella. Un plan perfecto, como de película. Pero a veces la realidad imita a la ficción y las cosas pueden complicarse cuando los besos de mentiras empiezan a despertar emociones verdaderas
Leer másDos años más tarde. ¡Y nos casamos! Bueno, en realidad lo hicimos hace dos años. Sí, nos casamos un día después que me pidió matrimonio. Lo hicimos en Alburquerque porque ¿qué más? Teníamos todo Lo que necesitábamos: a Mia, a mis papás, a sus papás, a Josie y los suyos. La pandilla estaba completa. Así que fuimos a una pequeña iglesia en el pueblo y juramos amarnos eternamente. Me complace decir que se nos ha dado muy bien cumplir nuestra palabra. En un año, tal vez un par de meses menos, Patrick rodó dos películas, las últimas que tenía pendiente con Depravity. El año pasado volvió a ser nominado como mejor actor por una de estas cintas. En mi caso, rodé otra película y estuve haciendo una gira de publicidad por unas cuantas semanas. Entonces decidimos darnos unas merecidas vacaciones o, al menos nos tomamos un tiempo para enfocarnos en otras actividades. Patrick ha estado produciendo y trabajando en el teatro, por su última
Un mes después.Algunas personas han dicho que "nadie es profeta en su tierra" . Bueno, yo podría decir que ese no es mi caso en lo absoluto. Afortunadamente. Después de un tiempo he regresado a Alburquerque de la forma en que debí hacerlo siempre: viviendo mi gran sueño.Mientras camino por las calles de esta ciudad, veo a toda clase de personas saludarme. Niños, jóvenes, adultos. Saben mi nombre porque me reconocen, saben quién soy y -más importante aun- saben que vengo de aquí, que vengo de esta misma ciudad. Y la razón por la que me encuentro, una vez más, en mi ciudad natal es porque finalmente voy a inaugurar mi hotel.En realidad no es un hotel suntuoso, ya que la marca hotelera de Vivían no va de ello. Y por eso es que me encanta tanto. Es una posada, amplia y con todas las comodidades pero dispuesta a ofrecer la mejor atenci&oacu
Un año más tarde.Mi vida no ha podido ir a mejor este último año. Mi película de ha estrenado hace cinco meses y fue un éxito en taquilla y en críticas también. Fue proyectada en el Festival de Cine de Roma y gané la Palma de Diamante, el máximo galardón del certamen para los actores debutantes. Eso me aseguró un contrato por tres películas -ahora mismo me encuentro rodando una- y un sueldo del que no me puedo quejar.La fama también ha ascendido como la espuma, no sólo por mi trabajo, también por lo que ocurrió con Lars pero he aprendido a usarla para hacer el bien. Con todos los reflectores puestos en mí, aproveché la oportunidad de iniciar una fundación qué apoya a mujeres que han pasado una situación como la mía, o casos similares. Lo cierto es que se han escritos artículos
No puedo abrir misojos. Siento los párpados tan pesados que es difícil mantenerlos abiertos. Pestañeo un par de veces, entonces me doy cuenta que estoy en una habitación muy iluminada, sobre mí hay una luz casi cegadora. Todo es brillante, muy blanco. Todo es impoluto. No estoy en casa de Lars, no estoy en mi casa. El olor a yodo y medicinas es mi principal indicativo: estoy en un hospital.Por fin puedo visualizar mejor lo que hay a mi alrededor. Es una habitación pequeña, fría, sin alma. Mis manos están presas. Dirijo mi mirada a una, atada a una vía qué me provee de alguna solución.—Camila...— Escucho a mi otro lado.«Patrick»Giro mi rostro lentamente, entonces lo veo, sentado a mi lado. Sostiene mi mano entre la suya. Me encuentro cubierta por una sábana igual de blanca y desabrida que el resto de la habitación. Pe
Pensé en usar algún atuendo provocativo, un vestido sugerente, unos tacones alto. Pero la verdad es que habría sido muy sospechoso aparecerme así aquí, quería que todo fuese creíble. Y para ello tenía que hacerlo lucir espontáneo. Un vestido veraniego y unas bailarinas son mi mejor arma ahora.—¿Qué te trae por aquí, Camila? ¿Patrick lo sabe?Estamos en la amplia sala de su casa. Todo es tan blanco en el interior, tan brillante y espacioso. me dan ganas de vomitar. Me giro hacia él y le dedico una enorme sonrisa.—¿Por qué debería saberlo Patrick? Te recuerdo que estoy soltera.—Afortunadamente— Él me devuelve la sonrisa, lo hace de forma.cómplice, me dan ganas de vomitar —Lo digo porque como son tan amigos— Si sonrisa se convierte en una mueca —¿Por qué se divorciaron,
Ahora que mi carrera como actriz está despegando, no tengo muy claro que hacer. Por una parte, tengo un nuevo proyecto en puerta, para una película, sin embargo, no renuncio a la idea de invertir en la industria hotelera ni en mi propia productora. Tengo los nueve millones de dólares qué me pagó Patrick, por un segundo pensé en no aceptarlo ¡pero habría sido absurdo! Yo hice el trabajo que acordamos y el me pagó por ello. Aún así, creo que lo mejor, por ahora, es continuar con mi trabajo como actriz. Esto que estoy viviendo es una segunda oportunidad, vamos, un milagro casi y si no la aprovecho puedo tener la certeza de que no se va a repetir.Sin embargo, no he pensado con claridad acerca de ello. No desde anoche, después que hablé con Patrick. Sus palabras, las imágenes en las fotos, el vídeoque vi cuando llegué a casa... Es todo lo que ha ocupado mi mente.
—Después que esto termine ¿podemos hablar en privado?— Patrick me susurra al odio mientras me abraza.Estamos en el estreno de la película, específicamente nos encontramos posando delante de las cámaras. No llegamos juntos, obviamente, pero coincidimos en la entrada y a los periodistas se les ocurrió pedirnos que podríamos juntos para un par de fotos, después de todo, somos amigos ¿no? Así que aquí estamos.La.verdad es que no hablo con él desde el día del divorcio pero, aunque odie reconocerlo, no he dejado de pensarloun solo día.Pienso en él desde que me dijo que siempre le gusté, desde que me di cuenta que él me gustaba también. «Siempre fue él» Pero decidimos batallar contra nuestros propios sentimientos.He pensado que de haberlo escogido a él, no hubiese aceptado aquella i
Hace tres días el equipo de la película fue convocado para un primer pase previo. Quieren saber qué cómo es la recepción de la película. Para ello, Bertha a invitados a otros nombres, productores y actores de su confianza, es todo lo que sé. Desconozco los nombres en concreto.Cuando me llegó el correo, no le dije importancia pero la verdad es que hoy, desde que desperté, traigo los nervios de punta. Lo que digan hoy, los comentarios que surjan al final proyección, me dirán si mi carrera ha empezado o es momento de dejar morir un sueño. Deseo contodas las fuerzas que sea lo segundo. Confío en este proyecto y me la pasé tan bien haciéndolo -pese al terriblemente que estaba atravesando en mi relación con Patrick- que nosé si estoy lista para dejarlo ir.Cuando llegó a la sala privada dentro de Depravity, donde nos ha convocado Be
Diez años atrásToda mi vida sentí esa necesidad de pertenecer a un lugar. De ser alguien. Nunca encajé en mi pueblo, mis sueños mucho menos. Cada vez que le decía a alguien que quería ser actriz, se burlaban, se reían en mi cara "sí, claro, y yo quiero ir a la NASA" eran el tipo de respuestas que recibía. Con mis papás era peor, al menos con mi mamá, siempre me decía que era hora de madurar y de pensar realmente en "mi futuro", como si querer actriz era parte de un juego o algo así.Al comienzo me molestaba, mucho, sapos y culebras salían por mi boca porque siempre acababa peleando cuando alguien intentaba invalidar mis sueños. Llegó un momento en que dejé de hacerlo. «No lo digas, muéstraselo» fue lo que pensé. Ya les había dicho muchas veces que que