Pensé en usar algún atuendo provocativo, un vestido sugerente, unos tacones alto. Pero la verdad es que habría sido muy sospechoso aparecerme así aquí, quería que todo fuese creíble. Y para ello tenía que hacerlo lucir espontáneo. Un vestido veraniego y unas bailarinas son mi mejor arma ahora.
—¿Qué te trae por aquí, Camila? ¿Patrick lo sabe?
Estamos en la amplia sala de su casa. Todo es tan blanco en el interior, tan brillante y espacioso. me dan ganas de vomitar. Me giro hacia él y le dedico una enorme sonrisa.
—¿Por qué debería saberlo Patrick? Te recuerdo que estoy soltera.
—Afortunadamente— Él me devuelve la sonrisa, lo hace de forma.cómplice, me dan ganas de vomitar —Lo digo porque como son tan amigos— Si sonrisa se convierte en una mueca —¿Por qué se divorciaron,
No puedo abrir misojos. Siento los párpados tan pesados que es difícil mantenerlos abiertos. Pestañeo un par de veces, entonces me doy cuenta que estoy en una habitación muy iluminada, sobre mí hay una luz casi cegadora. Todo es brillante, muy blanco. Todo es impoluto. No estoy en casa de Lars, no estoy en mi casa. El olor a yodo y medicinas es mi principal indicativo: estoy en un hospital.Por fin puedo visualizar mejor lo que hay a mi alrededor. Es una habitación pequeña, fría, sin alma. Mis manos están presas. Dirijo mi mirada a una, atada a una vía qué me provee de alguna solución.—Camila...— Escucho a mi otro lado.«Patrick»Giro mi rostro lentamente, entonces lo veo, sentado a mi lado. Sostiene mi mano entre la suya. Me encuentro cubierta por una sábana igual de blanca y desabrida que el resto de la habitación. Pe
Un año más tarde.Mi vida no ha podido ir a mejor este último año. Mi película de ha estrenado hace cinco meses y fue un éxito en taquilla y en críticas también. Fue proyectada en el Festival de Cine de Roma y gané la Palma de Diamante, el máximo galardón del certamen para los actores debutantes. Eso me aseguró un contrato por tres películas -ahora mismo me encuentro rodando una- y un sueldo del que no me puedo quejar.La fama también ha ascendido como la espuma, no sólo por mi trabajo, también por lo que ocurrió con Lars pero he aprendido a usarla para hacer el bien. Con todos los reflectores puestos en mí, aproveché la oportunidad de iniciar una fundación qué apoya a mujeres que han pasado una situación como la mía, o casos similares. Lo cierto es que se han escritos artículos
Un mes después.Algunas personas han dicho que "nadie es profeta en su tierra" . Bueno, yo podría decir que ese no es mi caso en lo absoluto. Afortunadamente. Después de un tiempo he regresado a Alburquerque de la forma en que debí hacerlo siempre: viviendo mi gran sueño.Mientras camino por las calles de esta ciudad, veo a toda clase de personas saludarme. Niños, jóvenes, adultos. Saben mi nombre porque me reconocen, saben quién soy y -más importante aun- saben que vengo de aquí, que vengo de esta misma ciudad. Y la razón por la que me encuentro, una vez más, en mi ciudad natal es porque finalmente voy a inaugurar mi hotel.En realidad no es un hotel suntuoso, ya que la marca hotelera de Vivían no va de ello. Y por eso es que me encanta tanto. Es una posada, amplia y con todas las comodidades pero dispuesta a ofrecer la mejor atenci&oacu
Dos años más tarde. ¡Y nos casamos! Bueno, en realidad lo hicimos hace dos años. Sí, nos casamos un día después que me pidió matrimonio. Lo hicimos en Alburquerque porque ¿qué más? Teníamos todo Lo que necesitábamos: a Mia, a mis papás, a sus papás, a Josie y los suyos. La pandilla estaba completa. Así que fuimos a una pequeña iglesia en el pueblo y juramos amarnos eternamente. Me complace decir que se nos ha dado muy bien cumplir nuestra palabra. En un año, tal vez un par de meses menos, Patrick rodó dos películas, las últimas que tenía pendiente con Depravity. El año pasado volvió a ser nominado como mejor actor por una de estas cintas. En mi caso, rodé otra película y estuve haciendo una gira de publicidad por unas cuantas semanas. Entonces decidimos darnos unas merecidas vacaciones o, al menos nos tomamos un tiempo para enfocarnos en otras actividades. Patrick ha estado produciendo y trabajando en el teatro, por su última
Espero que mi hija, algún día, me agradezca esto que estoy haciendo, pienso. Por segunda vez en lo que va de día. Y apenas son las seis de la mañana. Empieza a picarme la sien.—Hey, guapa— Escucho al hombre gritar, otra vez, al otro lado de la barra.Mi nombre no es Guapa, así que vuelvo a hacer caso omiso a este mientras me entretengo limpiando un vaso que sostengo entre mis manos.—Hey, guapa— Insiste. Ni siquiera me molesto en alzar la mirada para verlo a través del espejo que tengo delante de mí. Sé que es uno de los camioneros que viene a tomarse un trago antes de empezar la jornada laboral. Por qué alguien que va a pasar todo el día delante del volante, inicia el día con un trago de licor, es una incógnita que me hago todos los días pero cuya respuesta no me interesa en lo absoluto. Ya tengo suficientes problemas en los cuales pensar —Tú, la castaña de la barra— Ya sé que es conmigo, no tiene que ser tan descriptivo —¿Acaso te escapaste de una vitrina... Muñeca?Tomo una bocana
«¿Acaso está bromeando? No, un momento ¡por supuesto que está bromeando!».Tiene que estar bromeando.Nadie, absolutamente nadie en su sano juicio reaparece en la vida de alguien, después de seis años y le pide matrimonio. Así, como si nada. No cuando no nos hemos visto en todo este tiempo, cuando no hemos vuelto a hablar hasta ahora, cuando las cosas no terminaron demasiado bien entre los dos. Bueno, a quién engaño: las cosas terminaron fatal entre los dos y ni siquiera tuvimos una relación convencional.—¡Largo de aquí ahora mismo!— Espeto molesta, no quiero él pase un segundo más creyendo que puede venir a tomarme el pelo.Pero todo lo que consigo de su parte es que suelte una carcajada, producto de su ignorancia. Supongo que piensa que yo también estoy bromeando.—Hey, Camila. No te pongas así— El hecho de que trate de calmarme, me hace sentir peor. Incluso más furiosa —Me dijiste qué quería ¿no? Pues te he respondido con total honestidad.—¿Y por eso crees que puedes venir a pedi
Patrick entre abre sus labios, como si fuese a decir algo, sin embargo, se queda allí perplejo por cierto tiempo, lo que deberían ser unos diez segundos, parece haber sido víctima de algún hechizo paralizador. Finalmente, dice:—No lo sabía. No sabía que tenías un hijo.«Por su puesto que no lo sabías, tontorrón» han pasado seis años desde la última vez que nos hablamos. Ninguno de los dos ha sabido absolutamente nada del otro. Bueno, yo sé todo de él. Las redes sociales y los programas de chismes en la televisión de han encargado de ello. Pero él de mí no ha sabido nada, yo me encargué de volverme anónima todo este tiempo. Irónicamente, ser invisible es lo opuesto a lo que buscaba cuando llegué a Los Ángeles.—Hija— Digo, ya que él ha dicho hijo, como si fuese un niño —Tengo una hija.—¿Cómo se llama?— Me pregunta mientras veo como una de las comisuras de sus labios de eleva en lo que parece ser una sonrisa.—Mia— Pronuncio mientras cruzo mis brazos sobre mi estómago.—Es un nombre m
Pongo mi mano sobre la pesada reja e inclinó todo mi cuerpo hacia un lado para conseguir moverla. Por culpa de Patrick estoy llegando tarde, espero que Josie no se moleste. Mientras subo las escaleras, me las arreglo para sacar las llaves de mi cartera mientras que en la otra sostengo una bolsa de compras. En el trayecto al apartamento, saludo a algunos vecinos que bajan de prisa las escaleras, para salir a sus trabajos.Cuando me detengo en el apartamento de Josie, llamó a su puerta con dos golpes sonoros. Espero a que me abra hasta que la veo asomarse, lleva puesto la camisa y el pantalón de su uniforme y está hablando por teléfono, con un gesto con su mano me indica que pase al interior. Allí veo a mi pequeña Mia, sentada en la sala frente al televisor, junto a Eddie, Peter y Karen.—Hola— Susurro y a pesar del fuerte volumen de la televisión, Mia reconoce mi voz, se gira para verme y sale corriendo hasta mí.—¡Mami!— Exclama con la misma emoción de todos los días. Yo me agacho, y