Me deslizo sobre el asiento de cuero del vehículo y la suavidad del asiento hace que me mueva a gusto sobre el mismo. El coche es una pasada, es un deportivo descapotable negro, con asientos de mismo color, son muy amplios, me siento diminuta en este y aún así también me siento cómoda.
—Te odio, Patrick Connelly— Le espeto al hombre que está sentado a mi lado. Él sonríe aunque tengo la sensación que no me ha escuchado realmente.
«¿Es consciente de lo privilegiado que es?» Mientras otros tenemos que subir diariamente al transporte público, otros simplemente tienen que ir a pie, él tiene la dicha de subir a esta nave y fugarse hasta el fin del mundo si le diera la gana.
—Yo también— Frunzo mi ceño porque no sé a que ha venido lo que ha dicho. Giro mi rostro y dice: —Yo también me odio— Entonces r&i
—Sí que eres un tonto desagradecido. Esto lo estoy haciendo por tu bien ¿y así me pagas?— Veo que él solo ríe y me suelta, lo que me hace pensar que la borrachera sigue ahí —Te vas a quedar allí, debajo del agua, hasta que logres pensar cómo y por qué terminaste aquí— Entre cierro mis ojos, fulminándolo con la mirada y paso ambas manos para quitar el agua.Salgo de la ducha y ruedo la cortina, me quito los zapatos y seco mis pies en la alfombra. Camino hasta el cuarto y del pequeño armario tomo una toalla para secarme «el muy idiota me dejó completamente mojada». Rabiando de tanta furia, me deshago de la ropa y la dejo en el suelo, tomo una camiseta holgada y me la coloco antes de salir de la habitación. No tengo donde colocar la ropa mojada, así que se quedar a en una de las sillas del comedor hasta que se seque y pueda sumar la a la pila de ropa sucia.Mi apartamento es, obviamente, diminuto. Mi sueldo no me alcanza para pagar un lugar con más de una habitación, así que una vez que
Patrick suelta un bostezo y se deja caer hacia adelante, apoyando su rostro sobre el brazo que acaba de dejar caer sobre la mesa. Yo lo miro con el entrecejo arrugado, extrañada ante el rumbo que está tomando la situación. Ya está sobrio, o al menos consciente, así que es hora de que vaya yéndose, no de que se acomode a ¿dormir? Toco su brazo, haciendo que levante su mirada hacia mí y como si acabara de adivinar lo que estoy pensando, dice: —Dame cinco minutos, Camila. Cinco. Necesito...— Esperaba que me dijese algo así como «descansar», pero en cambio suelta: —Siento como si un tranvía me ha atropellado. Bueno, me cuesta reconocer esto pero lo comprendo. El subidón que puede dar un buen trago es maravilloso pero cuando el efecto queda atrás, se asoman los efectos colaterales: dolor de cabeza y muscular son los más comunes. Yo paso mis dedos por mi frente «odio esto, odio esta sensación incontrolable de querer ayudarlo», lo peor es que ni siquiera sé por qué lo hago pero definitivame
Bajo a Mia y la observo como sale corriendo y se acomoda en el mueble. No deja de ver a Patrick. Él también la observa divertido, luego me mira a mí. Yo me encojo de hombros, para indicarle que no tengo ni idea de que hacer en esta situación; las cosas, evidentemente no han salido como esperaba. No quería que Mia y Patrick se conociesen de esta forma, no quería que mi nombre saltará a las noticias de un día para otro.—Mia, cariño, no está bien mirar a las personas fijamente. Es de mala educación.—Pero es Capitán Fantástico— Me susurra como si Patrick no pudiera escucharnos aunque, evidentemente, lo hace —¿Es difícil?— Dice, esta vez volviendo su atención a él —Volar y esas cosas ¿es difícil?—Lo es— Concuerda él, se sienta en la mesa de madera, quedando frente a mi hija &mdas
La calidez de la mañana lleva con un "tilín" producto de una notificación en miteléfono. Abro mis ojos lentamente y me encuentro con mi brazo derecho inmóvil, en estereposa la cabeza de mi pequeña hija, así que como puedo, tratando de no despertar a Mia, extiendo el otro brazo libre hacia la mesa de noche y sin poder ver, empiezo a moverlo de forma aleatoria hasta dar con el celular.Es una notificación de Imstagran, he sido etiquetada por una cuenta verificada. Nada más y nada menos que por @patrickconelly.Debo confesar que me toma por sorpresa. Pensé que Patrick había descartado esta idea. Ayer después que se fue, me di una ducha -una de verdad-, preparé el almuerzo para Mia y para mí y nos sentamos en la tarde a repasar las clases de lectura ¿Qué si Mia se comió hasta el último pedazo de zanahoria? Debo admitir que s&iac
Alguien toca la puerta tres veces.—Servicio de lavandería— Dice una voz grave al otro lado de la puerta.Pongo mis ojos en blanco y me levanto de un tirón del sofá. Tan pronto abro la puerta, coloco mi mano sobre el antebrazo de Patrick y lo hago entrar al apartamento en un santiamén.—¿Sabes que esto es un conjunto residencial, no?— Le digo cerrando la puerta lentamente, tratando de no hacer ningún ruido.—¿A qué viene eso?— Me pregunta mientras se quita la gorra de béisbol que trae puesta.—Que esto no es un hotel, no tenemos servicio de lavandería a domicilio— Le digo mientras apunto hacia el mueble para que tome asiento.—Sólo estaba bromeando ¿vale? En vez de sermonearme, deberías felicitarme. Seguí al pie de la letra tus indicaciones y llegué sano y salvo— Me guiña
Alguien llama a la puerta, por segunda vez en un mismo día, pero esta vez tengo la certeza de saber quién es.—Llegó la comida— Nos avisa Patrick mientras se levanta del piso.Jamás me había sentido más tranquila en mi vida que en el segundo qué Mia salió de la habitación bostezando mientras me llamaba. Había pasado cuestión de un minuto -cuando mucho dos- de haberme apartado del torso de Patrick para acomodarme a su lado. No estábamos haciendo nada malo, supongo, pero la idea de que mihija de cinco años me vea sentada sobre un hombre, no me gusta en lo absoluto. Me he esforzado por hacer lo correcto, por ser no solo la mejor mamá, también la mejor persona y no voy a dejar que eso se desmorone solo porque cuando estoy cerca de Patrick, hay algo en mí que se enciende.Cuando Mia se dio cuenta que Patrick estaba con nosotros, corri&oacu
Estoy terminando de peinar a Mia a la vez que ella me está contando el arco argumental de Capitán Fantástico. Yo nunca he visto las películas. Obviamente he visto imágenes y algunos fragmentos en televisión pero nada más. Cuando estrenaron la primera película, Mia estaba tan emocionada por ver la que le pedí el favor a Josie de llevarla (ella también iba a llevar a Eddie y a Peter), no iba a pagar una entrada por ir a ver la cara de Patrick en una pantalla grande. Jamás. Con Mia podía ver lo que sea, tenemos la costumbre de ir al menos dos veces por mes al cine, pero yo no iría a verlo a él. Sin embargo, no podía prohibir a mi hija que la viese, no cuando tenía tantas ganas de hacerlo.Pero yo me perdí del fenómeno de la película y no sé nada más aparte de que es una saga de superhéroes pero ahora ella me ha dejado
Cuando mi celular suena, alzo mi mano para que Josie quien está hablando, me de un segundo para contestar.—¿Sí?—Estoy llegando— Me informa Patrick.—¿Estás seguro de esto?— Le pregunto mientras me giro hacia la puerta del apartamento, dándole la espalda a todos los demás aunque puedo sentir la mirada de Josie y la mirada de Karen puestas en mí, tratando de descifrar la conversación que mantengo sobre el volumen del televisor con el que los niños están entretenidos.—Ellos quieren una noticia ¿no? Pues se la vamos a dar. Vine a por ti para llevarte al trabajo, nos verán juntos ¡Listo! Tendrán la foto que quiereny se irán a buscar otra noticia.Yo suelto un largo suspiro y asiento aunque, obviamente, sé que él no me puede ver.—Está bien.Cuelgo la llamada y